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fUERA DE CAMPO PDF

30 Pages·2013·0.43 MB·Spanish
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fUERA DE CAMPO* Gilles A. Tiberghien Université de Paris I Panthéon-Sorbonne RESUMEN Son muchos los artistas que, interesados por la naturaleza, el paisaje y la ecología, se han asociado en los últimos tiempos a la idea de land art. Sin embargo, es preciso una revisión de esta misma categoría, tanto para evitar con- vertirla en un cajón de sastre como para retomar el estudio de este movimiento e intentar comprender sus nuevas tendencias. En este contexto, la práctica artística debe ser también contemplada como fruto de una evolución y, en consecuencia, susceptible de nuevos análisis. Así, la lectura que se extrae de las obras más significativas de Smithson en nada se asemeja al desarrollo de algunas prácticas de Joseph Beuys o a las pretensiones ecológicas planteadas por Patricia Johanson. Término“fuera de campo”–hors champ–, derivado del mundo de las artes se- cuenciales, se utiliza aquí para describir el tipo de piezas en las que el espectador, en base a la información que se le aporta, es capaz de aprehender aquello que existe fuera de la obra, lo que es invisible a sus ojos pero no al entendimiento. Al fin y al cabo, el paisaje no se entiende como un elemento autónomo o ajeno al espectador, sino que es un punto de encuentro, un espacio para la interrelación y que convierte el propio arte en diálogo. Palabras Clave: Land Art, paisaje, medioambiente, fuera de campo. ABSTRACT Pursuing their interest in nature, landscape and ecology, there are many artists who have recently embraced the concept of land art. However, this very category is in need of reappraisal, both to prevent it becoming something of a catch-all term and so that study of it may be resumed and an insight gained into its latest trends. Given this context, the artistic practice must also be viewed as the product of a development and as such, open to fresh analysis. The interpretation deriving from Smithson’s most significant works does not, therefore, in any way re- semble the development of certain practices engaged in by Joseph Beuys or the environmental aims propounded by Patricia Johanson. The term“out of field”(hors champ), deriving from the world of sequential arts, is used here to describe the type of pieces in which the spectator, on the basis of the information given to them, is able to perceive that which exists outside the work, that which is invisible to their eyes but not to their understanding. Ultimately, landscape is not understood as an element that is autonomous or remote from the spectator, but is seen as a meeting point, a space where interactions can occur and which transforms art into dialogue. Keywords: land art, landscape, environment, out of field. Nuestra facultad de percibir la calidad en la naturaleza comienza, como en el arte, por el placer de la vista. A continuación, se extiende siguiendo diferentes etapas de la belleza hasta alcanzar valores toda- vía no captados por el lenguaje. Aldo Leopold, Almanach d’un comté des sables, p. 128 * Este texto es el capítulo 8 del libro Land art de Gilles A. Tiberghien, publicado en el otoño de 2012 en una versión revisada y aumentada (1ª edición de 1993) en Éditions Carré. Es uno de los dos nuevos capítulos de esta obra. QUINTANA Nº11 2012. ISSN 1579-7414. pp. 91-120 92 Fuera de campo n Al principio de mi libro Land art, intenté di- adoptará un matiz cada vez más comprometido, e hi ferenciar el land art de otras formas de trabajo contribuyendo a denunciar las implicaciones po- g artístico en y con la naturaleza. Este trabajo me- líticas y los presupuestos ideológicos que animan r e b todológico me parecía, y me sigue pareciendo, el mundo de la cultura, con el que el mundo del A. Ti necesario para evitar las confusiones lamentables arte está permanentemente enfrentado.4 A par- s que comparan cualquier forma de intervención tir de mediados de la década de 1970 las pre- e en la naturaleza con el land art. El parámetro his- ocupaciones de Haacke ya no hacen referencia Gill tórico que aquí se invoca como uno de los dife- apenas a la ecología ni a la naturaleza en gene- renciadores que permiten utilizar esta categoría ral. Por otra parte, su visión de las cosas, como debería bastar para no confundir las produccio- la de Robert Smithson o la de la mayoría de los nes nacidas en su mayoría en la década de 1960 artistas del land art, no habrá sido nunca muy con las propuestas y las intervenciones mucho idílica ni «romántica», ni siquiera en el mejor más tardías que remiten a presupuestos acep- sentido del término. tablemente diferentes incluso si el ejemplo de Cuando Jack Burnham le preguntó cuál era estos antecesores pudo haber desempeñado un su relación con la filosofía de D.H. Thoreau, al papel importante para los artistas más jóvenes. que le recordaba su evolución artística, Hans Sin embargo, la historia aquí no es lo úni- Haacke respondió: co en juego. Las formas de las intervenciones también desempeñan su papel, al menos en lo ¡El bueno de Thoreau! El romanticismo que respecta al tipo de intervención artística que no es realmente lo mío, aunque no niego aquí impera, con el sentido con el que Baxan- que haya algo de eso en mí. Sea como fuere, dall considera la intención, no como una reserva no soporto ese amor decimonónico, ostensi- mental sino como un depósito legible1 en con- ble e idílico por la naturaleza. Estoy a favor diciones de producción que permiten interpre- de lo que nos pueden ofrecer las grandes tar una obra.2 En la década de 1960, los artistas ciudades, las posibilidades de la tecnología y trabajaban con materiales naturales creando, en la mentalidad urbana. El Plexiglass, por otra ocasiones, arte con la ciencia para poner en evi- parte, es artificial y resiste con firmeza tanto dencia procesos que afectan a cada individuo en la sensualidad táctil como el “toque perso- su relación con la sociedad y el mundo natural nal”. Plexiglass, producción en masa y Tho- que le rodea. reau... no casan demasiado bien juntos.5 Alan Sonfist al recurrir a la historia de la Smithson ya se burlaba de Thoreau cuando botánica, Peter Hutchinson al experimentar las se enfrentaba a Olmstead afirmando que éste, al formas de la descomposición natural, Hélène crear los lagos, «no se limitaba a teorizar sobre y Newton Harrison al volver visibles mediante la materia». Para Smithson, que defendía una vi- mapas y fotografías las formas de adaptación sión materialista de lo pintoresco y la naturaleza a nuevos medios de determinadas especies de en general, Thoreau o Emerson, con su visión re- cangrejos como el Scylla serrata... todos ellos ligiosa de la naturaleza, no manifestaban nada a participan en un determinado tipo de arte que lo que pudiese apelar... con la excepción de una podríamos calificar como arte ecológico. Para posición política radical en la cual se inspirarían llevarlo a cabo se ha optado por considerar el profundamente el Mayflower y sus herederos, mundo del arte como una especie de «teatro de puesto que la apropiación de los territorios de la naturaleza».3 Norteamérica por parte de los colonos fundó la Cuando ordena los restos recogidos en la identidad del país permitiendo a todo el mundo playa de Carboneras en España y cuando los reconsiderar aquello que les vinculaba con los apila en montones para fotografiarlos como un demás y con un suelo recién conquistado. Como monumento efímero que titula Beach Pollution, escribió Catherine Larrère: Hans Haacke trabaja también en este sentido. Su trabajo que, además, había comenzado con En su reencuentro con la vida salvaje el agua (recogida, pulverizada, congelada, etc.), (Wilderness), las personas adquieren una QUINTANA Nº11 2012. ISSN 1579-7414. pp. 91-120 Fuera de campo 93 confianza en ellas mismas que hace posible el bujan delicados montajes coloridos. Instalado en n e autogobierno. El movimiento de protección Escocia desde hace veinte años, se interesa por hi de la naturaleza se arraiga en una contracul- los límites de las propiedades materializadas por g r e tura, pero también hace un llamamiento a los muros de piedra seca. Una técnica ancestral b los mitos fundacionales, religiosos a la par en la que se ha inspirado para determinadas in- A. Ti que políticos, de la nación estadounidense.6 tervenciones como este muro construido en Vas- s e La visión de la naturaleza de los artistas del sbiavijèor ela s(e ang luaa rse cgeiórcna d dee L lioms oreusstino)s yd qelu peu seeb hlou nhdoey Gill land art es la de los amplios espacios exteriores desaparecido en el fondo del lago artificial. que permiten prolongar en cierto modo las ga- Su obra juega a menudo con fenómenos de lerías o los museos. «No creo –afirmaba Smith- tensión entre lo líquido y lo sólido –el agua y el son en su debate con Heizer y Oppenheim– que hielo, por ejemplo, con el que ha trabajado mu- planteemos la cuestión en términos de retorno cho–, con la elevación y la gravedad, con la mo- a la naturaleza». Para él, añadía, el mundo es vilidad (el movimiento de las mareas, los palos un museo: «Por el hecho de pensar en térmi- lanzados al aire) y la inmovilidad (por ejemplo, nos de“emplazamiento” y “no emplazamiento” la de los «centinelas» de piedra que se sostie- [site/non-site], ya no siento la necesidad de refe- nen por su propio peso y resisten el viento y las rirme a la naturaleza».7 corrientes). Lo que mejor simboliza este sistema La naturaleza –que, en muchos aspectos, es de equilibrio son los arcos que va a construir es- una especie de abstracción para numerosos ar- parcidos por el paisaje y que constituyen, tanto tistas, una reserva de materiales, un taller a cielo en sentido literal como figurado, la piedra an- abierto, una gigantesca paleta– es considerada gular de su obra. Goldsworthy pertenece ade- al mismo tiempo por otros un conjunto de firmas más a una familia de artistas que practica lo que entrelazadas, un lugar de correspondencias más podríamos denominar un «arte vegetal» –art secretas entre el hombre y su entorno, donde el végétal–, del que es, junto a Nils Udo, el repre- primero participa dejando en el suelo las huellas sentante más conocido. A mayores del estilo de su actividad, que se entremezclan con las de del planteamiento y del tipo de materiales que los agentes naturales más elementales, como el utilizan, otra particularidad vinculada al carácter viento y el agua, pero también con las huellas efímero de sus sobras es trabajar a menudo con, que dejan los animales. y en ocasiones para, la fotografía.8 Nils Udo, nacido en Alemania en 1937, co- Si se puede hacer que emerja globalmente mienza pintando antes de trabajar en la natu- un determinado número de pistas de la década raleza en la década de 1970. Gran parte de sus de 1960, quizá también debamos considerar la obras juegan con elementos extremadamente aparición de otras formas de arte en la natura- efímeros y manifiestan las inquietudes de un leza en ruptura con esta época o buscando las colorista, que asocia (con frecuencia de manera referencias en tiempos anteriores. Hoy en día, muy contrastada) el rojo de las bayas, las serbas algunos artistas mantienen así una relación muy o determinadas flores con el verde vegetal o que íntima con la naturaleza observada en sus aspec- dibuja, por medio de pétalos, líneas sinuosas o tos más efímeros, siguiendo procesos de pensa- círculos sobre el agua, colocando campanillas miento en ocasiones próximos a los orientales y, sobre hojas de robinia en la superficie de un es- con frecuencia, a modo de prolongación de un tanque. En ocasiones trenza fucsias sobre rejillas cierto romanticismo. de bambú, recalcando la pronunciada fisura de Andy Goldsworthy, gracias a las manipula- un bloque de lava fría con una fila de pétalos ciones de los orfebres, realizó obras cuya instan- rojos de ponsetia, denominados en la isla de tánea fotográfica conserva para nosotros la frá- Reunión «Lenguas de fuego», y que, a la vez gil organización. Flores, hierbas, pétalos, bayas, que «combinan» a la perfección con el paisa- plumas, conchas, sostenidos por argamasas na- je, contrastan con la masa oscura de la roca así turales, arcilla, resina o sujeciones vegetales, di- formada. QUINTANA Nº11 2012. ISSN 1579-7414. pp. 91-120 94 Fuera de campo n Nils Udo juega a menudo con los reflejos que ciegas» como a través de pequeñas pinceladas e hi desplazan los límites entre las cosas y que pertur- de estos objetos, a los que descubre progresi- g ban, al mismo tiempo, su identidad. La esencia vamente. Estas «puertas» están numeradas, son r e b de mi trabajo, escribió, «es una forma de activar en cada ocasión nuevas estructuras colocadas en A. Ti la propia naturaleza, mediante intervenciones medio del bosque, en un claro o en un estanque s ínfimas, y de ponerla de este modo bajo tensión, y hacen eco del paisaje que las rodea, dando la Gille dane otnailm maaton eyr as eq ucoen evli eerstpea ecnio e nspataucrioal asratlíest idceo »s.u9 icmomproe ssiói nse at rvaetacsees ddee gqiugea nstee sccoons fiunnsdecetno sc opna loé.l Sigue siendo una visión de la ecología bastante Es como si estuviesen destinadas a engañar a la idílica, revestida en ocasiones de una concep- mirada, a afinar la visión, para impedir que el ojo ción en cierta medida simplista del trabajo de los diferencie mejor aquello que pertenece al sitio campesinos. y aquello que resulta de la intervención artísti- ca. Al observar la obra, nos comunicamos mejor Por su parte, el trabajo de Andy Goldsworthy con la naturaleza y este sutil rodeo es, en cierta se inscribe en una tradición inglesa de escultores medida, una forma de aprehenderlo mejor.11 que han trabajado en el Grizedale Forest después de David Nash y que también incluye a Richard En menor medida, nos encontramos con Harris.10 De hecho, estos artistas se abren a toda prácticas más personificadas, más vinculadas a la gama de lo vegetal, desde el tronco hasta las registros de percepciones individuales que rela- hojas. Sin embargo, desde las raíces hasta las cionan el cuerpo con determinados tipos de es- hojas, pasando por las ramas, pasamos de un pacios construidos. Es lo que Robert Morris dio arte de escultor, que mantiene todavía la lógica en denominar un arte del «espacio del ego», un del objeto, a un arte efímero, cuyo soporte se arte ambiental que, sin embargo, está centrado en fenómenos psicológicos. El arte en cuestión vuelve básicamente fotográfico. En este último –escribía Morris en 1975 en Aligned with Naz- caso, la naturaleza también se utiliza como de- ca– ha sustituido al solipsismo, incluso al autis- coración de una puesta en escena que resalta mo, la construcción de un paisaje psicológico o las cualidades cromáticas, las correspondencias de un paisaje concreto destinado a contener el formales que se han vuelto visibles gracias a de- ego. En esta categoría entra un cierto número terminados desplazamientos sutiles. de obras realizadas al aire libre. Ejecutadas en El lugar, el sitio, se convierte entonces en el una escala generalmente intimista, utilizan pe- decorado de un ritual arcaico que dibuja la ima- queños espacios cerrados que, para no ser arte- gen de un mundo en el que los seres y las cosas sanales, representan, no obstante, una inversión se responden mediante un sistema de analogías financiera menor que los primeros earthworks y semejanzas. La naturaleza es un texto, una red monumentales de tipo minimalista.12 A este de signos o un conjunto de firmas que hay que tipo pertenecen estos objetos arquitectónicos descifrar. Un complejo de relaciones visuales, in- que mantienen una relación de intimidad y de visible a vista, parece manifestar el sentido ocul- introspección con la naturaleza. Estamos pen- to. Este juego de correspondencias, que evoca sando en ciertas obras de Alice Aycock en las también el «realismo mágico» de Novalis, nos que encontramos una aprehensión muy primiti- remite al romanticismo, en el que con estas prác- va de los lugares, que evoca los escondrijos, los ticas se cultivan aspectos, digamos, más «espiri- subterráneos, los pasillos disimulados, por lo que tuales». Así sucede, por ejemplo, con las obras los castillos medievales se presentan como la ar- de Michael Singer, que, entre numerosas activi- quitectura preferida. Es claramente el tema de dades que van de la arquitectura a la creación una de sus primeras obras, Simple network of de jardines, produjo un conjunto de esculturas underground wells and tunnels (1975). Se cavan (algunas en interiores, otras en plena naturaleza) seis pozos de unos dos metros de profundidad y al que denominó Ritual Gates. Se trata de es- se conectan unos con otros mediante túneles. Se tructuras de bambú y ramaje que prácticamente desciende hasta ellos por una escalera de mano se confunden con su entorno y son detectores y hay que reptar por esas galerías oscuras para de visión. De hecho, el ojo parece acercarse «a pasar de un pozo al siguiente. QUINTANA Nº11 2012. ISSN 1579-7414. pp. 91-120 Fuera de campo 95 Se puede asociar a Mary Miss con esta misma of love, Fattoria di Celle, Pistoia, 1982). Estos ca- n e corriente; desde la década de 1970 ha construido minos suspendidos, o ligeramente separados del hi estructuras de madera para guiar la percepción suelo, permiten así observar la geología de los g r e del espectador de una forma a menudo muy es- sitios que atraviesan o dominan, la roca bruta, b cenográfica, que juega con la profundidad del el agua que se escurre, como en los Creux de A. Ti espacio organizado en planos, como en Untitled l´Enfer, en Thiers (Francia). Aquí, escribe Catheri- s (t1el9e7sc3o),p eion, Boa cttoemryo P eanrk V, eimileitda nLdanod u snca gpieg a(1n9te7s9c)o, na eu Gnaro ruetl,a «cilóan e xbpreurtiae,n ocriag ádnei claa ,o cboran cloa rpreiespdoran,d eel Gille una obra formada por una sucesión de platafor- agua y el acero. Nos “compromete” en el sen- mas y de visores que permiten captar el paisaje tido literal y en el figurado. Se trata de explorar que se despliega, en cierta forma, a partir de sus lugares inaccesibles o desconocidos y sentir vis- horizontes interiores. ceralmente aquello que los constituye».14 En ocasiones, la artista busca encajar unos En algunos casos, estas arquitecturas se han espacios en otros para generar zonas de invisibi- transformado en cabañas –una de las primeras lidad, como en Sunken Pool (1975), que recuer- piezas de Trakas se llama Locomotive and shack da a un gaseoducto en miniatura. O bien crea (1971; shack significa cabaña)– o en máquinas estructuras que engañan a la mirada y obligan al de visión destinadas a contemplar los elemen- espectador a revisar lo que está viendo. Perime- tos del paisaje o de las «cajas oníricas» (al igual ters, pavilions, decoys (1977-78) es un conjunto que Panofsky hablaba de «cajas espaciales» en complejo que tiene desde torretas a plataformas el arte de Duccio o de Giotto). En el caso de colocadas en torno a un foso al que solo pode- las máquinas de visión, podemos pensar en las mos acceder a través de una escalera de mano, Cloud Chambers de Chris Drury, que funcionan aunque la totalidad del sitio supone un despla- aplicando el principio de la cámara oscura. El zamiento del cuerpo a alturas y niveles distintos artista edifica mojones al borde del camino, cada vez, que obligan a elevarse por encima del estelas que marcan el paso del hombre, pero suelo o a echarse por tierra.13 que son también un homenaje a una natura- En su artículo The Present Tense of Space (El leza convertida en objeto de contemplación. tiempo presente del espacio), en el que exami- Chris Drury, que caminó con Fulton en 1974, na las relaciones complejas de la escultura de la construyó, cuando acampaban juntos por la década de 1970 con el espacio, entregándose noche, abrigos improvisados. Posteriormente, a diversas comparaciones con el barroco y el realizó él solo cierto número como esculturas. manierismo, Robert Morris incluye al final una En algunos, que pasaron a ser permanentes, obra del canadiense George Trakas, Union Pass realizó un agujero lateral por el cual el paisaje (1977), aunque no la comenta. Realizada para la se recompone sobre una pared o sobre el suelo Documenta 6 de Kassel, esta pieza mantiene de (Wave Chamber), creando más la sensación de hecho una relación oblicua con el jardín barroco un paisaje rememorado que de uno realmente del palacio del káiser Guillermo y hace alusión a percibido (Fig. 1). En otros, el agujero está en la la historia reciente, a la Segunda Guerra Mundial parte más alta y la imagen del cielo se proyecta y a los puentes bombardeados y derrumbados. a través de él en el suelo. En las Cloud Cham- bers, que comienza a construir a partir de 1990, Georges Trakas –quien, por cierto como la persona, el cuerpo en reposo, sumergido en Mary Miss, se consagró de joven a la danza y la la oscuridad, toma conciencia de la fragilidad y performance– ha buscado, desde comienzos de del carácter efímero de las cosas al observar a la década de 1970, diversas formas de poner el sus pies el paso de las nubes, además de, por cuerpo a prueba a través de los pasajes, pasos o la noche, el movimiento regular de las estrellas, sitios que permiten desarrollar sensaciones con- como en la reciente Star Chamber.15 cretas a las que apenas prestamos atención en el día a día. Trakas realiza estructuras sobre las que En el caso de las cajas oníricas, pensamos caminar como si fueran senderos (Rock River en cabañas como las del italiano Giuliano Mau- Union, Artpark Levinson, 1976, o The pathway ri, que, al igual que Chris Drury y algunos otros QUINTANA Nº11 2012. ISSN 1579-7414. pp. 91-120 96 Fuera de campo n e hi g r e b Ti A. s e Gill Fig. 1. Chris Drury, Wave Chamber, 1996. artistas, practica el trenzado de cestería y de fi- es una experiencia de la naturaleza: una forma bras vegetales. O en los artistas franceses Bruni de estar, no al abrigo del mundo, sino fuera de y Babarit, que restablecen a la vez la infancia del uno mismo. En efecto, la cabaña no encierra ni hombre y la de la humanidad, recordando las protege al que la habita; al contrario, le expone especulaciones de Vitrubio acerca de los oríge- a sí mismo y a la naturaleza concebida como ex- nes de la arquitectura, relevadas por las del abad terioridad.16 Laugier en el siglo XVIII y discutidas por toda una Existe una conexión antigua y comprobada corriente del romanticismo alemán. en el imaginario de nuestras civilizaciones entre En las décadas de 1980 y 1990, Bruni y Ba- las cabañas y los templos: así, el primer templo barit construyen cabañas o chozas delante de según Pausanias fue una cabaña de laurel y Vi- las cuales se colocan a menudo atareados en trubio no dejó de relacionar sus especulaciones tareas de subsistencia o en trabajos de cons- sobre la cabaña con aquellas sobre la construc- trucción y mantenimiento. (Entre le dôme et ción de los templos. Este paralelo también se la coupe: le maïs, l’assister pour le renouveler, realizará a lo largo de la historia y no resulta en (1989); o La hutte de maïs : une lente gestation absoluto sorprendente que un artista como Giu- pour renaître ensemble, (1988)). Estas obras son liano Maurit haya acabado realizando una Cate- efímeras y, con frecuencia, están destinadas a dral vegetal formada por tres naves y ochenta ser fotografiadas; algunas resultan incluso un columnas de ramajes entrelazados. En este caso, montaje que permite desdoblar el volumen, por el crecimiento de la naturaleza está dirigido por ejemplo. el hombre, como en el proyecto de David Nash, Ash Dome, comenzado hace más de treinta Ahora bien, aunque la etimología de la pa- años en el valle de Ffestiniog, al norte del País de labra signifique «casa pequeña», creo que la Gales. Nash, para hablar de esta obra –de esta cabaña tiene poco que ver con la arquitectura, cúpula o duomo, como llaman los italianos a sus ya que confunde las relaciones entre interior y catedrales– evoca una máxima búdica según la exterior, no cuenta realmente con un umbral y cual «es preferible colaborar con la naturaleza es, en su totalidad, un afuera que alía postula- que intentar dominarla». dos contradictorios, en particular el de estar en todas partes («anywhere out of the world») y en Más recientemente, Marcel Kalbener (ins- ninguna. De hecho, la experiencia de la cabaña pirado por los mudhifs, esas arquitecturas de QUINTANA Nº11 2012. ISSN 1579-7414. pp. 91-120 Fuera de campo 97 cañas trenzadas de los árabes de los pantanos ambiente, un momento. Sucede que el artista n e o Ma’dan) construyó también una Catedral entonces graba los ruidos de los animales con hi de Sauce a comienzos 2001, en Rostock (Ale- los que se encuentra, los cantos de los pájaros, el g r e mania). Para construirla contó con la ayuda de viento entre el follaje. A continuación, expone lo b 600 voluntarios de Sanfte Strukturen, un grupo que ha guardado en forma de casetes alineados A. Ti de arquitectos y artistas con los que colabora a en una estantería (The Spring Recording, 1972, s mtraedniucidoon.a lE l ccoonn jnuanvteo syi gáubes iudne. 1p7 laEnl ot rdaeb aigjole sdiae 81 casetes de 30 minutos cada uno). Gille En sus dibujos de principios de la década estos artistas que operan con lo vegetal para de 1970 –le explica Tremlett a Liliana Albertazzi construir este género de edificios ha sido deno- en “Une interview extorquée” (una entrevista minado «arquitectura natural»: de hecho, estas arrancada)– obras, construidas como arquitecturas, son efí- meras y evolutivas, como las plantas y los se- todo se reducía a algunas líneas signifi- res vivos en general, y surgen al mismo tiempo cativas, como en un mapa topográfico. De del arte de los jardines. También se les podría hecho, en esa época, viajaba mucho y me llamar arquitecturas orgánicas. Un artista como sentía todo el tiempo ocupado con el proble- Hannsjörg Voth, nacido en 1940, pudo jugar ma de los mapas, que además, por otra par- con lo monumental y lo efímero al construir, en te, estaban trazados por alguien que pasaba, 1981, una pirámide posada sobre pilotes encima que no hablaba mi idioma y que me indicaba del agua. Con una altura de 12,5 metros, se ele- el camino mediante líneas y signos. va en medio del mar sobre una base cuadrada de 14 metros de lado. El proyecto se tituló Boot En otra entrevista, después de haber compa- aus stein (barco de piedra) y el artista tenía la in- rado sus obras recientes con las de esta época, tención de vivir en ella durante un año mientras añade: esculpía en forma de barco un bloque de granito de seis toneladas. Sin embargo, un iceberg des- creo que la única diferencia entre estas truyó la obra en 1982. En 1992, en la bahía de obras y las anteriores, que antes denomina- Authie, en el norte de Francia, el artista francés mos mapas esquemáticos, es que ahora la Jacques Leclercq-K. levantó tres pirámides de atención se concentra en una sección espe- paja. Estas estructuras y la lenta movilidad de los cífica del mapa.19 sedimentos de la desembocadura del río le re- cordaban al delta del Nilo. Es esta configuración No obstante, Tremlett interviene ahora en los particular la que le decidió a realizar su proyecto lugares por los que viaja, en espacios en ruinas en este lugar.18 o en museos, sobre cuyas paredes realiza pintu- ras efímeras. Así multiplica estos Wall Drawings Esto nos lleva a un tercer grado en el que por todo el mundo aproximando un vocabulario se escenifica la presencia ausente de un sujeto de formas, a la vez abstractas y arcaicas. Estas limitado a su enunciación, convirtiendo a la obra formas son prestadas, durante sus excursiones, en su huella. Este tipo es el mejor representado a otros lugares y pertenecen a veces a otro tiem- por los artistas caminantes. Dejando a un lado a po, marcando así un ritmo a las arquitecturas en Richard Long, podemos señalar la obra de David las que se inscriben sin que podamos reconocer- Tremlett. Desde finales de la década de 1960, las en nada. dedica en efecto su arte al viaje, del que la cami- nata es solo una modalidad. De estos viajes trae Este tipo es el mejor representado por los fotografías, croquis, notas, en las que se basaba artistas caminantes y, quizás mejor que ningún al principio para realizar pequeños libros como otro, por Hamish Fulton, que lleva la radicalidad Some Places to Visit (1974), compuesto por vein- de su práctica hasta solo reivindicar lo que es in- tiséis planchas que restituyen en cierta medida visible en él, siendo el resto (fotos, dibujos, mar- el ritmo de un viaje, sus altos, sus sueños topo- cados con letras) un simple sustituto, el depósito nímicos. Estas notas son mínimas y traducen un congelado de una actividad que encuentra su fin QUINTANA Nº11 2012. ISSN 1579-7414. pp. 91-120 98 Fuera de campo n en sí misma. Tenemos casi la impresión de que aquí el ob- e hi Fulton no solo se ha defendido, como Ri- jeto sobra, o digamos más bien que es una aña- g didura. En la misma perspectiva, diremos que la er chard Long, de pertenecer al land art, sino que b también ha rechazado que se le asimile con energeia suplanta al ergon, la producción y el A. Ti un escultor o un fotógrafo, incluso un poeta, producto. Esta distinción propiamente romántica s aunque en determinados aspectos es un poco se remonta a la Antigüedad. Si tomamos como e Gill de todos ellos. Evocando su distanciamiento rteipfoer ednec aiac teivl iadnatdig puuoe edseto picoisnmeros,e v eenm poas rqauleel oe setne del mundo de los objetos del mercado del arte a comienzos de la década de 1970, Fulton era un plano moral y, por otra parte, igualando to- consciente de la paradoja y por eso le comentó das las cosas, estético. De hecho, en la metáfora a Thomas A. Clark: del arquero que tanto le gustaba a los estoicos, el objetivo (skopos) es la diana, pero el fin (télos) […] estábamos casi dando a entender es el tiro. Ahora bien, solo cuenta el fin, dicho que se puede caminar a través del paisaje sin de otra forma, la actitud moral –aquí artística–, tan siquiera sacar una fotografía, sin escribir incluso aunque no se alcance nunca el objetivo, nada, sin hacer arte. Pero yo sé que siempre si el destino no lo ha querido. Igual que importa querré hacer arte. Soy un artista.20 el lugar al que aspira a unirse, el valor de la obra reside en el gesto para llegar a ella, en la propia Conocemos el santo y seña: no walk no caminata. work (no se camina, no hay obra), estando esta Si oponemos las rutas a los caminos, como última totalmente en el proceso del que las imá- hace el teórico del paisaje John Brinckerhoff genes o los textos solo son el resto. Estos textos Jackson, diremos que las rutas están del lado tienen una gran fuerza de sugestión asociados a de la superficie recorrida, del suelo y del firme, estas imágenes y, en ocasiones, adoptan valores mientras que los caminos (Ways) están del lado de apotegmas o de divisas personales. An ob- de la velocidad o de la forma de caminar. Enton- ject cannot compete with an experience (un ob- ces, desde este punto de vista, la práctica de un jeto no puede rivalizar con una experiencia), es artista como George Trakas se concentraría más uno de los más sorprendentes. Pero también en en las rutas y la de Hamish Fulton más bien en otros, como aquellos que encontramos reunidos los caminos. Sin embargo, semejante distinción en una pequeña obra cuadrada, de 13 cm por debe ser matizada, ya que, para estos artistas, 5 cm de lado, realizado por el artista y titulado: ambos son en realidad indisociables, puesto que a Trakas le interesa también la experiencia par- Rainbow 1234567 ticular del suelo y de las sensaciones, mientras Walking que a Fulton le gusta igualmente emprender rutas para encontrar y «tomar prestadas» nue- Y frases como: Walking in the distance be- vamente sensaciones frescas de itinerarios anti- yond imagination (Caminar más allá de lo que guos.23 podemos imaginar), o bien: Walks are like clo- En orden inverso, se presta atención a la uds they come and go (Las caminatas son como naturaleza no tanto como ocasión de una ex- las nubes, vienen y van). O aquel, como para periencia personal, sino por la experiencia en sí continuar el diálogo con Thomas Clark: «P: ¿Es misma. Así, la ecología ha adquirido una impor- la caminata realmente arte?; R: Se puede pensar tancia cada vez mayor y un cierto número de en la caminata como una forma de arte, pero, artistas han trabajado en este campo intentando a diferencia de un objeto de arte, no podemos formular con medios artísticos problemas pro- venderla».21 piamente políticos. Siguiendo los pasos de los La práctica de Fulton es extremadamente res- pioneros evocados anteriormente, han interve- petuosa con la naturaleza. Su relación con ella es nido muy directamente en los procesos de re- casi mística: «estar en la naturaleza –declara– es construcción de los sitios naturales, produciendo casi una religión directa».22 de esta forma lo que podríamos denominar un QUINTANA Nº11 2012. ISSN 1579-7414. pp. 91-120 Fuera de campo 99 efecto de lupa sobre una realidad económica y obra, la autora, que no evita el tono moraliza- n e social que, en ocasiones, evidencia los procesos dor característico de los primeros ecologistas, hi que han conducido históricamente a situaciones denuncia con vigor el uso abusivo de pesticidas g r e preocupantes. El artista, por consiguiente, se en la agricultura, el DDT concretamente. Ya no b convierte en una especie de «revelador»: hace se trata únicamente de preservar la naturaleza, A. Ti visible lo que todo el mundo tiene frente a sus sino de proteger a las personas de sí mismas, s ohjaobsí,a np eprore opcour plaod qou. eL ap oncaotus rhalaesztaa seen tcoonncveise rstee hsua ceiénntodronleos. tUonmaa rid ceoan cqieunec, iap odre lloa dfreamgiálisd,a dda dráe Gille en un manojo de preguntas, es capaz de volver lugar muchos años después, en 1992, a una ex- sensibles procesos a los que apenas prestábamos posición organizada por Barbara C. Matilsky, en atención, incluso aunque los conociésemos de el Queens Museum of Art de Nueva York, Fragile antes. Ecologies. Contemporary Artists Interpretations La tradición ecologista en los Estados Unidos and Solutions.26 se remonta, sin duda, a los filósofos de Con- Christo y Jeanne Claude siempre han habla- cord, pero encuentra su verdadero fundamento do de arte ecologista, dando a este término un en las ideas de John Muir, que se inspira en la alcance bastante amplio, pero que les permitía corriente trascendentalista para desarrollar una desmarcarse del land art o de otras formas de reflexión acerca de la preservación de la natura- intervención con las que, con razón, no querían leza salvaje, la famosa Wilderness. Su entusias- que se les identificase. No es casualidad, sin mo y sus esfuerzos culminan con la creación de duda, que esta denominación concuerde bien un cierto número de parques nacionales, como con la visión ecologista que mencionaba. Estas el de Yosemite en 1890, y de una asociación, obras que ponen en evidencia nuestro entorno el Sierra Club, dedicada a la protección del pa- al mismo tiempo que se preocupan por preservar trimonio natural.24 Smithson no dejó tampoco el equilibrio entre el ser humano y la naturaleza de ironizar acerca de esta tradición al escribir pueden, en efecto, ser calificadas como ecolo- sobre los grandes parques históricos, ya que, gistas. contrariamente a Central Park, no había nada Al dejar crecer un campo de trigo en Battery más que hacer que acondicionarlos creando vías de acceso y alojamientos, ya que esa pers- Park, al sur de Manhattan, en la época en que pectiva debilitaba ese lugar era todavía un terreno yermo y cuan- do un cierto número de artistas ya habían inter- la definición original del “estado salvaje” venido en él, Agnès Denes también puede ser (Wilderness), es decir, un lugar que existe sin considerada una artista de este género. Wheat- intervención humana. En la actualidad –aña- field, Battery Park City– A Confrontation es una día–, Yosemite parece más bien un estado forma muy eficaz de sensibilizar al público sobre salvaje urbanizado con sus tomas de corrien- cuestiones que pueden seguir siendo, para un te eléctrica para los campings y sus tendales ciudadano neoyorquino, bastante abstractas. La entre los pinos.25 artista, ayudada por dos asistentes y una tropa de voluntarios, transformó así un terreno yermo De hecho, los artistas estadounidenses de cubierto de desperdicios en un campo cultivado la década de 1960, inmersos en el movimiento en el que, posteriormente, organizó la recolec- general de la contracultura que agita la época, ción. Hicieron falta doscientos cinco camiones cuestionan globalmente los valores de su socie- volquetes llenos de tierra para reponer el suelo dad, su relación con la mercancía, con el espec- y crear un sistema de irrigación que permitiera táculo en la medida en que este conversa con la que el trigo creciese durante cuatro meses. Al naturaleza. El ecologismo no escapa de sus críti- despertar la sensibilidad de los ciudadanos por cas y, por ello, estos artistas apenas lo reclaman. su entorno natural, Agnès Denes atrajo su aten- Por el contrario, la ecología es una preocupación ción hacia los recursos vivos del planeta y hacia nueva a la que el libro de Rachel Carlson, Silent su uso. La paja recogida tras la siega sirvió para Spring, publicado en 1962, no es ajeno. En esta alimentar a los caballos del departamento de po- QUINTANA Nº11 2012. ISSN 1579-7414. pp. 91-120 100 Fuera de campo n licía de Nueva York y una parte del grano se ex- e hi puso en la exposición internacional para detener g el fin del mundo organizada por el Minnesota r e b Museum of Art. Ti A. Hans Haacke, invitado en 1970 por la funda- s ción Maeght a participar en una exposición de e Gill arte estadounidense, liberó en el bosque cerca de Saint Paul de Vence tortugas compradas a un vendedor de animales. Esta performance titula- da Ten Turtle Set Free destacaba la relación entre el ser humano y el animal, la instrumentalización del segundo por parte del primero y el estatus Fig. 2. Hans Haacke, Ten Turtles Set Free, 1970 de los animales en el mundo occidental (Fig. 2). Joseph Beuys, en mayo de 1974, la primera vez pués de haber participado económicamente en que pisa suelo estadounidense, hace que le lle- la operación. Así, cada participante firmaba un ven en ambulancia desde el avión, enrollado en contrato y recibía a modo de recibo un certifi- un fieltro, hasta la galería en la que va a per- cado en el que estaba escrito «pequeños robles manecer encerrado tres días con un coyote. Esta crecen y la vida continúa». En Alemania, estas performance (I love America, America loves me) cuestiones alcanzarán gran intensidad y tanto la se hizo célebre y es un intento de captar el in- formación como la práctica de los paisajistas ale- consciente colectivo de una nación para la que manes lo notará fuertemente. Un artista como el coyote es una figura emblemática y totémica, Herman Prigann podría ser considerado en cier- ya que recuerda el espíritu que animaba a los to modo un heredero de Beuys por su voluntad primeros habitantes de este país y sus estrechas de inscribir el arte en un proceso de transfor- relaciones con el mundo animal. mación social al que no solo contribuye con sus Esta cuestión de la relación entre el ser hu- producciones artísticas sino también con las con- mano y los animales, incluso aunque probable- ferencias, debates y encuentros que organiza en mente sea tan antigua como su existencia, está torno a su concepto / programa interdisciplinar cada vez más presente en nuestra sociedad: es- nacido a comienzos de la década de 1990 y que denomina «Terra Nova».28 critores, artistas y filósofos se la replantean. Lo que se cuestiona cada vez más es el uso des- El arte ecológico, aunque existe en la «época considerado que hacemos de los animales, sin dorada» del land art, a finales de la década de hablar de la violencia que les infligimos o incluso 1960 y a comienzos de la década de 1970, es de las condiciones en las que les hacemos vivir. No obstante, el problema está sobre todo en el límite que nos separa o nos acerca, lo que se denomina la cuestión de la diferencia zoo-antro- pológica.27 Cuando Beuys, que acabamos de mencio- nar, planta 7000 árboles en la Documenta 7 de Kassel en 1982 (Fig. 3), podemos decir que ya no hace arte medioambiental sino arte ecológico y esta acción va a convertirse, por cierto, en el origen de la fundación del partido de los «ver- des». Aquí ya no se trata solo de sensibilizar a las personas acerca de su entorno, sino de actuar de manera concreta sobre este reforestando la ciudad y convirtiendo a cada ciudadano que lo Fig. 3. Joseph Beuys, 7000 robles, Documenta 7, 16 de marzo desee en padrino y «promotor» de un árbol des- de 1982. QUINTANA Nº11 2012. ISSN 1579-7414. pp. 91-120

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Este texto es el capítulo 8 del libro Land art de Gilles A. Tiberghien, publicado en el . de equilibrio son los arcos que va a construir es- . realizó un agujero lateral por el cual el paisaje .. poder de algunos de los países más ricos.
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