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Fox: negocios a la sombra del poder (Spanish Edition) PDF

163 Pages·2017·6.663 MB·Spanish
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2 3 SÍGUENOS EN @Ebooks @megustaleermex @megustaleermex 4 Prólogo Daniel Lizárraga Quienes nacimos antes del año 2000 estábamos acostumbrados a mirar a los ex presidentes de México como seres enmudecidos, sombras del pasado. Los diarios dejaban de publicar sus rostros. Los noticieros de radio apagaban sus voces. De vez en vez se les dejaba ver de nuevo en algún aniversario de su partido o quizá en el velorio de un personaje importante; un dinosaurio, como les decíamos en mi generación —y también en las anteriores— a los priistas quienes retuvieron el poder en México durante 71 años. No estorbar era una regla no escrita dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la cual se quebró cuando Vicente Fox (2000-2006) entregó la banda presidencial a su compañero Felipe Calderón (2006-2012). Ambos, militantes del derechista Partido Acción Nacional (PAN), se han transformado en críticos de su propia fuerza política que los llevó a la residencia oficial de Los Pinos, en detractores de todo lo que para ellos huela a izquierda, algunas veces opinan sobre la economía y, de vez en cuando, critican al gobierno actual. Vicente Fox no ha dejado de hablar en 11 años: su nombre en los buscadores de internet arroja 5 900 000 menciones en menos de un segundo. Sus declaraciones enervan a los militantes de su propio partido, suelta refranes, critica a Donald Trump, ensalza las reformas petrolera y energética, despotrica contra la ley que obligará a los servidores públicos a transparentar sus declaraciones de impuestos, fiscal y de intereses y, siempre que puede, insiste en su rechazo al matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto. En este libro el reportero Raúl Olmos logró levantar la alfombra que pisa el ex presidente cuando habla. Y muestra que más allá del enojo que pueda causar con algunas de sus declaraciones o de las risas provocadas en otros con sus chistes, es un personaje que no debemos mirar con indiferencia, como parte del paisaje cotidiano. Se trata de un ex mandatario que ha logrado amasar una fortuna imposible de explicar sin el poder que tuvo en la residencia oficial de Los Pinos. Cuando Fox inició su sexenio estaba en quiebra, luego usó el poder de su investidura para rescatar a las empresas de sus hermanos, más tarde fue tejiendo —junto con su 5 esposa Marta Sahagún— una red de empresas y casi al final de su mandato garantizó que las tierras en disputa con ejidatarios de Guanajuato quedaran legalmente en manos de su familia. Ahora como ex presidente tiene acciones en una empresa petrolera que pronto peleará por licitaciones con Pemex. Vicente Fox les ha abierto las puertas con el gobierno para tener detalles sobre cómo serán esos concursos. Es decir, con una mano apoya públicamente a Peña Nieto por la reforma energética y con la otra cobrará dividendos. Este libro es una autopsia a las palabras del ex presidente que nunca deja de hablar. Cuando se terminan de leer tan sólo los dos primeros capítulos, “La cárcel latente” y “Los negocios del ex presidente”, ya no se puede escuchar a Fox con indiferencia. “Es legal lo que hizo”, seguramente dirán quienes ven con naturalidad que se hagan negocios a la sombra del poder. Y quizá no les falte razón. Dentro del grupo de periodistas que trabaja en la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) —de la cual forma parte el autor de este libro— nos hemos enfrentado a menudo con reglamentos y normas con hoyos negros, márgenes discrecionales que, precisamente, legalizan la corrupción. Un marco jurídico hecho a la medida de quienes toman ventaja de las posiciones de gobierno obtenidas mediante el voto —como el caso de Fox— y de los empresarios dispuestos a sobornar para ganar contratos. Una tarde de mayo de 2016, durante una reunión para planear reportajes, Raúl Olmos propuso escudriñar a su paisano. Desde algunos meses atrás rondaba en su cabeza la idea de investigar los negocios del ex presidente, pero no había tiempo para hacerlo. En marzo de 2009 se había publicado una fotografía de Vicente Fox conduciendo un jaguar blanco rumbo a su rancho San Cristóbal, en San Francisco del Rincón, Guanajuato. Luego, en octubre de 2015 ya lo había renovado por un Jaguar color cereza. “¿Cómo es posible que tenga autos de lujo?”, se preguntaba. Más allá del precio por un auto de lujo que pudiera pagar a crédito con su pensión de ex presidente —alrededor de 100 000 pesos cada quincena— le inquietaba la transformación del personaje. Como periodista del diario am, de León, aún recordaba a Fox a bordo de una camioneta vieja, desvencijada, en sus primeros días como gobernador de Guanajuato. Su vida era de clase media. En su primera declaración de bienes inscribió una vaca, una estufa y un préstamo de 70 000 pesos hecho por su amigo Lino Korrodi. Las primeras búsquedas en registros públicos mostraban al menos 10 empresas relacionadas con su familia y la Hacienda San Cristóbal se había transformado en un hotel. La siembra de hortalizas cobraba dimensiones descomunales: las lechugas marca Eva inundaban los supermercados de todo el país. Los socios del negocio eran los hermanos del ex presidente, quienes habían sido rescatados de la quiebra con la ayuda 6 del propio Vicente Fox poco tiempo después de llegar a Los Pinos. ¿Cómo lo hicieron? Había que reconstruir esa historia. Una investigación periodística que pretenda levantar la alfombra de los hombres del poder —político y empresarial— implicará que los reporteros estén empapados del tema, que se metan en la cabeza no dejar un solo dato suelto, una sola pista sin olisquear. Tres reporteras: Valeria Durán, Lucía Vergara y Dulce González fueron enviadas al Hotel San Cristóbal durante tres días haciéndose pasar por turistas, mientras Raúl Olmos escudriñaba en registros públicos. El hotel se había convertido en un spa con salones para fiestas de 15 años, bodas, primeras comuniones, graduaciones, seminarios y conferencias. Uno de los empleados en Los Pinos, Pablo Jiménez, asignado como auxiliar administrativo de Vicente Fox — como parte de sus beneficios como ex presidente— está encargado del negocio. Tan sólo en 2015 ganaron 4.9 millones de pesos. Marta Sahagún y Vicente Fox han participado en al menos 32 compañías. Antes del año 2000, los negocios familiares estaban en bancarrota. Congelados Don José, Botas Fox y la productora agrícola El Cerrito debían 12 millones de dólares a seis bancos. El 4 julio de 2001, a los seis meses de iniciado el gobierno foxista, las empresas fueron rescatadas. Actualmente, El Cerrito puede almacenar 5 000 toneladas de papa al año, y ha logrado ampliar su producción a Sonora y Baja California Sur. Estos primeros datos nos mostraban que estábamos ante algo de mayor profundidad. La información obtenida, hasta ese momento, podría ser apenas la rama de un árbol. En otras palabras: el crecimiento empresarial de Vicente Fox, su esposa y sus hermanos — incluidos hijos y el resto de la familia— no pudo detonarse sin las relaciones políticas tejidas desde Los Pinos. Ésta fue nuestra primera hipótesis. El 2 de agosto de 2016 Vicente Fox recibió una carta en su Rancho San Cristóbal pidiéndole una entrevista. Nunca respondió. Dos semanas después, el ex presidente atacó a la iniciativa de la ley conocida como 3 de 3 que buscó obligar a los servidores públicos sin importar su nivel jerárquico a presentar públicamente sus declaraciones de impuestos, fiscal y de intereses. “[…] El pinche tres de tres cualquiera se lo salta, es una mamada. La metió López Obrador ¿y qué pasa? Nada. Y la va a meter Mancera y la va a meter el otro y el otro… ¿Y qué va a pasar? Nada. Todo en esta vida se le da vuelta; hecha la ley, hecha la trampa. Ese tres de tres es otra mamada más de los que roban y quieren hacer creer a la gente que ellos son los salvadores. No, no va por ahí”, dijo Fox en un desayuno con reporteros el 21 de agosto de 2016. Una de las organizaciones promotoras de esa idea, de la Ley 3 de 3, fue Mexicanos Contra la Corrupción, aunque de manera especial su presidenta ejecutiva, María Amparo Casar. 7 Raúl Olmos continuó hurgando en registros públicos. Semanas después entregó un primer borrador que no tenía menos de 35 cuartillas. “Esto es un libro. No podemos publicarlo así”, nos dijo Salvador Camarena, el director de Investigaciones Periodísticas en Mexicanos Contra la Corrupción en la siguiente junta editorial. Y lo peor era que aún faltaba incorporar la versión de Fox. Una versión más acabada de ese primer borrador la entregamos a Andrés Ramírez, director literario de Penguin Random House. El reportaje se ha transformado en este libro. Una investigación periodística plasmada en un libro representa una oportunidad para ampliar la visión sobre un hallazgo, profundizar sobre una revelación o armar una cobertura. No se trata de un espacio en blanco para aventar, en el sentido literal del término, toda la información imposible de publicarse de otra manera. María Amparo Casar contactó a Rubén Aguilar, el vocero de Vicente Fox en la presidencia de México. La organización necesitaba una entrevista con él para continuar con el reportaje, para poderlo entregar a alguno de los medios aliados que usualmente publican nuestros reportajes. Fox y Marta Sahagún aceptaron. La cita fue en el Club de Industriales en la Ciudad de México. Univisión había instalado un escenario para la entrevista, ellos serían el medio aliado en esta ocasión. De hecho, ya tenían algunas tomas grabadas en el Rancho San Cristóbal. Fox no aceptó instalarse en el sitio preparado por Univisión. En uno de sus arrebatos caminó unos pasos hasta una mesa cercana, jaló una silla y se sentó con dejo de malestar, desencajado. “Estoy aquí contra mi voluntad, como en el banquillo de los acusados”, dijo ante una Marta Sahagún quien trataba de tranquilizarlo: “Calma, mi amor, la entrevista se va a grabar y, si hacen mal uso de ella, los denunciamos”. Los Fox vivían un momento de gloria como empresarios, como se documenta en este libro. Por ejemplo, el clan ha creado un emporio industrial con cientos de hectáreas de cultivos y cuatro plantas que congelan y procesan miles de toneladas de productos agrícolas, que envían al extranjero. El diálogo con la ex pareja presidencial fue tensándose ante las preguntas sobre el origen de sus empresas, los donativos de compañías de papel enviados desde el extranjero para el Centro Fox, las acciones que les regalaron en una filial de la empresa transportista MyM y el hotel Rancho San Cristóbal. Fox perdió la calma que le pedía su esposa. “¿Ahora vas a decir que soy rico? ¿Y a ti qué…?”, dijo encolerizado cuando se le mostraron las pruebas sobre las empresas que formó con su esposa. “Eres un envidoso, eso es lo que pasa. Ya te investigué y eres un mal reportero. Ya te estoy contestando y sigues como cuchillito de palo”, le espetó a Raúl Olmos. En otra parte de la entrevista —que para él fue un “interrogatorio”— comentó: “Por eso no quería yo entrar en este ejercicio, porque los conozco como periodistas balines”. 8 Reporteros de Latinoamérica han experimentado rabietas como las de Vicente Fox. No importa si la ideología del personaje fuera de izquierda, centro o de derecha. Pareciera que existe una resistencia natural entre los funcionarios, en este caso un ex presidente, cuando se busca una explicación sobre el uso de los recursos públicos. Marta Sahagún prometió enviar documentos a Mexicanos Contra la Corrupción sobre una empresa británica de papel que donó 200 000 dólares al Centro Fox, también dijo que aclararía por qué en el hotel Hacienda San Cristóbal no se cobra Impuesto al Valor Agregado (IVA) cuando se paga en efectivo para la renta de salones o espacios para fiestas y quedó en precisar cuándo vendieron las acciones de la subsidiaria de MyM, las cuales le fueron regaladas a Fox ya como ex presidente. Nunca lo hizo. 9 Introducción Vicente Fox apoyó abiertamente en campaña al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, y a la vuelta de los años ese respaldo se ha traducido en beneficios para el ex mandatario. La reforma energética que Fox impulsó como presidente, y que se concretó hasta el sexenio de Peña Nieto, le abrió una oportunidad de negocios. En alianza con petroleros de Estados Unidos, Vicente promueve la inversión de 3 500 millones de dólares en el sector energético, y como socio de la petrolera EIM Capital logró un jugoso acuerdo de comisión de 6% por cada proyecto concretado para la extracción de petróleo mediante la tecnología fracking. Además, Fox trabaja como gestor ante el gobierno de Peña Nieto. Es un “coyote” de altos vuelos que —por ejemplo— recibió medio millón de dólares por su labor como intermediario de inversionistas chinos y estadounidenses que buscaban construir un complejo turístico en Cabo Pulmo, Baja California Sur. El gobierno de Peña eligió al Centro Fox para capacitar a funcionarios de cuatro secretarías de Estado (Economía, Comunicaciones y Transportes, Desarrolo Agrario y Relaciones Exteriores), además del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) y el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), otorgándole contratos por asignación directa. El mismo recinto —que funciona como el museo y egoteca del ex mandatario— ha recibido subsidio federal por 14 384 000 pesos a través de fondos de apoyo a la cultura y al desarrollo de pequeñas empresas. Por si fuera poco, la nómina del Centro Fox es pagada con recursos de la Presidencia de la República. Los funcionarios federales han recibido la encomienda de convertirse en vendedores de bodas, primeras comuniones y quince años que se realizan en el rancho del ex mandatario. Los negocios de Fox a la sombra del poder iniciaron desde que él era presidente. Apenas fue electo, intervino para rescatar a las empresas en quiebra de su familia. Luego, uno de sus hijastros se convirtió en accionista de Grupo Estrella Blanca, y pese al evidente conflicto de intereses su gobierno le otorgó contratos por 350 millones de pesos. De una cuenta que manejaba su esposa salieron recursos para financiar Construcciones Prácticas, la empresa ligada a sus hijos que resultó beneficiada con las 10

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