Filosofía y Religión: Agustín de Hipona 1.- Introducción_______________________________________________________ 2 2. La Filosofía Helenista: Estoicos, Epicúreos, Cínicos y Escépticos. (s. IV- I a.C.) 2 2.1. Los Estoicos (300-130 a.C en su primera fase) _________________________3 2.2. Los Epicúreos.___________________________________________________4 2.3. Los Cínicos (mediados siglo IV a.C)__________________________________6 2.4. Los Escépticos___________________________________________________6 3. La Filosofía Romana: El Neoplatonismo (s. I a.C.- s. V d.C.) _______________ 7 4. La Patrística Cristiana, (s. II-VI): Tertuliano (160-220), Orígenes (185-253), Clemente (150-215) y San Agustín (354-430). ______________________________ 8 5. Agustín de Hipona _________________________________________________ 10 5.1. Fe y Razón en el pensamiento Agustiniano___________________________11 5.2. La Interpretación agustiniana del neoplatonismo. _____________________12 5.3. La teoría de la Iluminación y la conciencia de la Transcendencia_________14 5.4. La Voluntad, la libertad y el Amor__________________________________15 5.6. El Tiempo, la Historia y la Filosofía de la Historia_____________________19 5.7. El Cristianismo agustiniano_______________________________________21 Filosofía y Religión: Agustín de Hipona Carlos Muñoz Gutiérrez 1.- Introducción Del siglo IV a. de C., cuando Aristóteles culminó su pensamiento hasta el siglo IV d. C. en donde situamos la figura de San Agustín hay un salto en el tiempo que ha de resultar esencial no sólo para la comprensión de la filosofía agustiniana, sino de la historia de la Filosofía en general. Evidentemente no puede resumirse aquí este amplio período sin desvirtuarlo hasta hacerlo inútil y es por ello que solamente se van a referir hitos significativos para la comprensión del momento filosófico en el que San Agustín inicia su reflexión. Tras Aristóteles deberían reseñarse los siguientes momentos del Pensamiento: 2. La Filosofía Helenista: Estoicos, Epicúreos, Cínicos y Escépticos. (s. IV- I a.C.) Historia. a) El imperio de Alejandro supuso un Imperio Universal y una cultura humana Universal mediante la extensión de la cultura griega. Helenismo. b) Disolución de la Polis griega que produce un individualismo radical. Aparece un cierto pesimismo ante el orden político desaparecido. El Hombre no se integra en el orden político de la ciudad particular, sino en el orden cósmico universal. Cosmopolitismo. c) Las culturas y religiones de los pueblos ocupados, son asimiladas en gran parte por los conquistadores, que adoptan y hacen suyos muchos de los conocimientos «astronómico-matemáticos» de babilonios y egipcios, al tiempo que adoptan gran parte de las nociones religioso-místicas elaboradas en esas antiquísimas civilizaciones. Así, por ejemplo, la consideración como divinidad del monarca y de sus familiares (lo cual tendrá una importancia decisiva en la progresiva transformación del mundo de las polis en una serie de estados monárquicos centralizados, y sometidos a una especie de «derecho divino» identificado con la voluntad del gobernante. Sincretismo Religioso d) La lengua de los invasores, el griego «común» o «koiné» (un desarrollo suavizado y uniformizado del griego ático) se extiende con rapidez, convirtiéndose en lengua de desarrollo cultural y administrativo «universal». Así, incluso entre los no-griegos, durante este período, escribirán sus obras en griego, e incluso, en la época de Ptolomeo II, se iniciará al griego la traducción (un proceso que, al parecer, se prolongará casi durante dos siglos) al griego de la Biblia (el Antiguo Testamento de los cristianos) de los hebreos. 2 e) A este respecto, hay que señalar la importancia que pronto adquiere la literatura judía helenística: además de la traducción de la Biblia, otros escritos (en griego y también en hebreo y arameo) sobre temática sapiencial, apocalíptica, y sobre preceptos morales (los «Apócrifos del Antiguo Testamento») constituyen un puente ideológico y cultural entre la tradición hebrea y la aportada por el helenismo. Filosofía. a) Filosofía eminentemente práctica: Definición del nuevo Ideal de Sabio. - Solamente el Sabio es feliz. - El Sabio se caracteriza por su autoconocimiento, constancia y sencillez. - La Virtud se identifica con el Saber. b) Individualismo: En el individuo y en su libertad debe fundarse la vida virtuosa. c) La Naturaleza regida por leyes inalterables condiciona la vida humana. Este condicionamiento debe asumirse, sólo respetando la ley natural puede lograrse al felicidad. d) Auge de la bibliotecas (Pérgamo, Aejandría, Antioquía, Esmirna, Rodas, Atenas) que se corresponde con el afán enciclopédico del helenismo. Fundamental la labor de los bibliotecarios. Ciencia. a) Aparición de las figuras de Euclides (325-265 a.C), Arquímedes (280-212 a.C) y Ptolomeo (100-170 d.C) b) Continuación del trabajo aristotélico, pero rescatando de Platón el interés por la matemática y la astronomía. c) Se define el Método. 2.1. Los Estoicos (300-130 a.C en su primera fase) Grecia: Zenón de Citio (aprox. 332-262 a.C.), Cleantes (331-232 a.C.) Crisipo (aprox. 277- 204 a.C. El gran sistematizador de la lógica estoica) Roma: Séneca (4-65), Epicteto (55-135), Marco Aurelio (121-180) 1. El universo está animado por un principio o Razón Universal: «Un solo mundo, una sola Razón común a todos los seres». La “falta” cometida por los griegos ha sido imponer su propia norma y medida frente a la norma y medida de la naturaleza. Se manifiesta así un anticonvencionalismo 3 Filosofía y Religión: Agustín de Hipona Carlos Muñoz Gutiérrez 2. La razón universal cuida de todo, es ley providente que prescribe y describe el despliegue del cosmos. El destino es, a veces, trágico pero racional. El hombre como parcela de este destino universal, vivificado por un principio director, es guía y parte de la razón. 3. Todo en la naturaleza sucede necesariamente según esa Razón Universal. 4. La virtud consiste en vivir según esta razón (naturaleza común), conformándose a sus dictados. La libertad es necesidad racional (ni mecánica ni instintiva). Es libre si se obra de acuerdo con su propia naturaleza. 5. La virtud consiste en actuar en consonancia con la naturaleza, o sea, con la naturaleza en su totalidad -razón universal-, lo mismo que con su naturaleza propia, cuyo distintivo es la razón. 6. El medio para obtener la virtud es el ejercicio de la voluntad para abstenerse del placer y soportar el dolor: «Abstine et sustine». La vida como lucha («agón») para suprimir las pasiones y los deseos porque incitan al placer que es desorden e insatisfacción. 7. El hombre sabio, así, es libre porque ha actuado conforme a su naturaleza que por ser racional le exige seguir siempre el bien superior. Sólo el ignorante es esclavo de sus pasiones y es ignorante porque no conoce la razón universal. 8. Su filosofía queda reflejada en sentencias, algunas muy populares: «El dolor es soportable cuando es pequeño; cuando es excesivo, ya no se siente». «La pobreza es siempre llevadera; más pobre se es al nacer». «La muerte, en el instante de presentarse, es imperceptible por su brevedad». «Cada vena de nuestro cuerpo es una vía de liberación». «Abstine et sustine». 2.2. Los Epicúreos. Grecia: Epicuro (Samos, 341- Atenas, 271 a. C), Metrodoro de Lámpsaco (330-277 a. C) Roma: Lucrecio (98-54 a. C), Filodemo (s. I a. C) 1. Recupera, contra el teleologismo de Platón o de Aristóteles, el mecanicismo y la física de Demócrito (átomos y vacío en un movimiento al azar). Así rechaza cualquier forma de transcendencia o de determinación divina. No existe predeterminación ni en el universo (el hado, el destino), ni en ninguna de las fuerzas internas o externas que nos rodean. 2. El objetivo de nuestras vidas es la consecución del máximo placer. Por tanto, debe ser equiparable hombre virtuoso y hombre feliz. Pero no todo el mundo 4 está de acuerdo en qué consista la felicidad. Ni, mucho menos, en lo que produzca más placer. 3. Para Epicuro, el único placer que es totalmente satisfactorio es aquel que satisface las mayores aspiraciones humanas; o sea, el placer intelectual. 4. Hasta aquí hay ciertos puntos comunes con los eudemonistas aristotélicos. Sin embargo, Epicuro exigirá algo más. Para ser completa nuestra posesión y uso de la felicidad, deben dejarnos en completa libertad. 5. Ello le obliga a hacer un profundo análisis en el motivo de máxima preocupación para el hombre: el temor y refutación de las causas que lo provocan. 6. Para librarnos del dolor («aponía»), físico o mental, propone el cuádruple remedio (tetrafarmakon): − el temor a los dioses no debe inquietarnos porque éstos, si es que existen, no se preocupan de las cosas y asuntos de los hombres; − no hay que temer a la muerte porque, mientras vivimos, ella no existe para nosotros, y cuando morimos no tenemos vida para «sufrirla o sentirla»; − no debemos temer al azar o destino, cuya existencia pone en duda, por lo menos, decantándose por la indeterminación; − y no debemos sufrir por las necesidades naturales y los males, porque ambos son fáciles de evitar o satisfacer. 7. Superados los temores, podremos enfrentarnos con los deseos que son las ataduras del espíritu. Por eso, son mejores los placeres pasivos -los que van acompañando a los actos naturales, por ejemplo, la salud -que los que él llama activos porque hay que ir hacia ellos para encontrarlos. 8. Sin embargo, a la hora de la elección, se inclina por la amistad como el máximo placer, y rechaza sin titubeos el matrimonio y la política como germen de deseos y apetencias insaciables. 9. El sabio epicúreo es aquel que ha llegado a conquistar la imperturbabilidad (ataraxia) del espíritu y la tranquilidad del cuerpo (aponía). 5 Filosofía y Religión: Agustín de Hipona Carlos Muñoz Gutiérrez 2.3. Los Cínicos (mediados siglo IV a.C) Grecia: Antístenes (aprox. 436-365 a.C.) Diógenes de Sínope (412-323 a.C) 1. La vida del sabio debe seguir los dictados de la naturaleza. Una vida sencilla, frugal, adaptada como la de los animales, ¡la vida de un perro! Pero lo natural es difícil. 2. El cínico, por tanto, no se guiará por las convenciones, usos y costumbres sociales o legales (¡aparecen los primeros «objetores» legales de la historia y, sobre todo, los primeros «contraculturales»...!), sino por la virtud natural: ¡Vivir según la naturaleza! 3. Porque la meta del sabio es la «autosuficiencia», el autogobierno, la autarquía. La virtud viene a ser una total independencia respecto de los bienes y placeres de la vida ciudadana y un retorno a una especie de “estado de naturaleza”. 4. y así conseguir el dominio de los sentidos, el control de los deseos y el desarraigo de una tierra, de una patria: «Él es ciudadano del mundo» («cosmopolités» es el término inventado por Diógenes). No creen en banderas personales, ni en patrias ni en raíces. Necesitan de horizontes abiertos para poder vivir. 2.4. Los Escépticos Grecia: Pirrón (365-275 a.C), Timón de Fliunte (aprox. 325-230 a.C) Enesidemo (s. I a.C.) Roma: Sexto Empírico (s. II) 1. El sabio escéptico, al examinar las razones que pretenden explicar el mundo y el hombre, no le satisfacen, por lo que se refugia en la duda. 2. La posición correcta, es la abstención: no hablar de nada como cierto (afasia), ni emitir juicios (epojé): nada se puede definir, ni afirmar, ni predecir, pues cualquier juicio puede sernos causa de perturbación: «No digamos nunca: esto es; sino: esto parece». ! 3. Los «tropos» o motivos de la duda son cinco: 1) La relatividad de las opiniones que hacen discutible todo principio. 2) Ninguna demostración llega al principio último. 3) Toda sensación es subjetiva. 4) Toda premisa es forzosamente hipotética. 6 5) Demostrar la capacidad de la mente humana basándose en la misma, es un círculo vicioso. 4. La meta a conseguir es la felicidad considerada como tranquilidad ante los sucesos del mundo exterior y la imperturbabilidad como equilibrio interior (ataraxia). 3. La Filosofía Romana: El Neoplatonismo (s. I a.C.- s. V d.C.) a) Continuación de las escuelas helenistas produciéndose un eclecticismo entre ellas. Su mejor representante será Cicerón (106-43 a.C) b) Nacimiento en Alejandría del Neoplatonismo: Plotino (204-270). • Renacimiento de elementos místicos y religiosos del platonismo y del pitagorismo. • Racionalismo y misticismo se aúnan en la reflexión filosófica. • Concepción Emanantista del Mundo: Todo emana del Uno hasta el hombre desde el cual se inicia el proceso de regreso y contemplación del Uno. • Las Ideas, para Plotino, son el pensamiento de la divinidad, y no ya, como en Platón, algo separado y diferenciado del mundo sensible. • El Intelecto divino no es simplemente Acto puro, sino pensamiento que por su propia especificidad se articula y se concreta en la multiplicidad de lo sensible, siendo el Alma humana el enlace que permite el conocimiento de la unicidad de lo real y el retorno a la identidad en el éxtasis místico. • El Uno se despliega (Uno, Noûs, Alma del mundo, almas, materia) enlazadas tanto de forma ascendente –el camino de purificación y retorno que ha de recorrer el alma humana-, como descendente –todo deriva de la Unidad que es profunda armonía e inteligibilidad. c) El Neoplatonismo, como una mezcla de concepciones platónica, pitagóricas, aristotélicas, junto con influencias místicas, maniqueas e incluso cristianas, va a convertirse a partir de este momento y hasta prácticamente el siglo XIII en la filosofía universal que los autores cristianos manejan y conocen. Tanto Platón como Aristóteles, entendiéndolos como los grandes filósofos de la tradición griega, se verán así malinterpretados, mezclados e incluso se olvidan o pierden muchas de sus obras (más en el caso de Aristóteles). d) Neoplatonismo y Platonismo, en este formato tan confuso y mezclado, será 7 Filosofía y Religión: Agustín de Hipona Carlos Muñoz Gutiérrez desarrollado tanto por autores paganos como cristianos hasta convertirse en el soporte filosófico racional del cristianismo. Entre los autores significativos podemos destacar a los siguientes: Platónicos Neoplatónicos Filón de Alejandría (s. I. D.C) (judío) Orígenes (cristiano) (185-253) Plotino (204-270) Longino (213-273) Porfirio (232-305) Macrobio (finales s. III - principios s. IV) Jámblico (aprox. 245-325) Proclo (410-485) Calcidio (cristiano) (fin s. III - principios s. IV) 4. La Patrística Cristiana, (s. II-VI): Tertuliano (160-220), Orígenes (185-253), Clemente (150-215) y San Agustín (354-430). a) Encuentro del helenismo y cristianismo. Asimilando el Cristianismo la filosofía griega, sobre todo Platón y la síntesis neoplatónica. El estoicismo influye también en menor medida. b) La asimilación de la filosofía pagana plantea una importante cuestión: La relación entre Fe y Razón, que va ha convertirse en tema de discusión incluso en Sto. Tomás. c) Se consolidan los dogmas cristianos: El problema de la Trinidad, La Encarnación, etc. d) Se analiza la naturaleza de la revelación cristiana y su lugar en la historia de la humanidad. e) Se desarrolla una concepción del Hombre y del mundo como consecuencia de la teoría cristiana de la resurrección. f) Nuevos conceptos de origen cristiano entran en la historia del pensamiento: Creación, transcendencia divina, historicidad lineal, personalidad y libertad. La imagen que podemos tener hoy del cristianismo no tiene nada que ver con lo que fueron sus inicios. Hasta alrededor del año 495, tras siglos de fuertes polémicas, no se establece la doctrina que hoy podríamos denominar ortodoxa o canónica. A decir verdad, el título de verdadero fundador del cristianismo debe asignarse a San Pablo (entre el 5 y el 10 d.C – 67 d.C). Él es quien con su interpretación teológica de la figura de Jesús acabó venciendo y unificando el judeo-cristianismo primitivo y separándolo de las numerosas creencias religiosas, salvíficas, mistéricas, 8 escatológicas y mesianicas que durante los primeros siglos después de Cristo se mezclan y se oponen dando lugar a sectas y escuelas de todo tipo. San Pablo elabora, pues no es testigo histórico de la vida de Jesús, la doctrina cristiana a partir de una revelación personal y directa. Frente al mesianismo judío que esperaba una Parusía1 inminente, Pablo presenta a Jesús como Salvador que ha venido a la Tierra a salvar a los hombres del pecado. Es la crucifixión el acontecimiento redentor que desplaza finalmente la idea de la Parusía y separa la doctrina cristiana del mesianismo judío. La salvación es entonces algo que ya ha ocurrido con el sacrificio de Cristo, verdadero hijo de Dios. Con esto Pablo espiritualiza el Reino de Dios e individualiza e interioriza la salvación. Frente a la antropología unitaria hebrea introduce el dualismo de la carne y el espíritu y, como la tradición gnóstica, considera la carne, la materia, una realidad ontológica inferior, degradada y ocuparse de su cuidado o satisfacción pecado. Así la salvación sólo puede encontrarse en el mundo interior en el que, a través de la fe, se encuentra una unión mística con Cristo. Este nueva visión moral que no existía en el judaísmo antiguo, permite introducir elementos de las escuelas helenísticas –especialmente el estoicismo- y establecer una ética de la mansedumbre y la resignación basada en la obediencia y la resignación ante la autoridad. Esta helenización del cristianismo culmina en el Evangelio y en las Epístolas de San Juan y, muy especialmente, en los Hechos de los Apóstoles de San Lucas. Ellos son el acta de nacimiento de la Iglesia. Lucas hace una interpretación intemporal del Reino de Dios, deja de ser una entidad histórica para convertirse en una entidad metafísica. “El Reino de Dios está dentro de vosotros” (Luc. XVII,21). Esta interpretación definitivamente sustituye la esperanza de la Parusía por la Iglesia. A la vez, se ofrece una idea de Historia que desarrolla el plan salvador de Dios. Una historia marcada por la creación como inicio y la Parusía como final de los tiempos en cuyo curso hay que marcar la venida de Cristo que marca el periodo de la Iglesia y del Espíritu. Definitivamente la espera mesiánica del reino de Dios en la Tierra se convierte en la realidad de la Iglesia. Y es en este marco en donde hay que situar la primera labor de la Patrística, de los padres de la Iglesia, que han de definir toda la ortodoxia doctrinal y ritual. Entre ellos, sin duda, San Agustín es el más importante. 1 La Parusía es para los cristianos la segunda venida de Cristo, el Mesías, a la Tierra, señalando así el fin de los tiempos. 9 Filosofía y Religión: Agustín de Hipona Carlos Muñoz Gutiérrez 5. Agustín de Hipona Nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, pequeña ciudad de Numidia en el África romana. Su padre, llamado Patricio, no era religioso cuando nació su hijo. Su madre, Santa Mónica es puesta por la Iglesia como ejemplo de "mujer cristiana", de piedad y bondad probadas, madre abnegada y preocupada siempre por el bienestar de su familia, aún bajo las circunstancias más adversas. Mónica le enseñó a su hijo los principios básicos de la religión cristiana y al ver cómo el joven Agustín se separaba del camino del cristianismo se entregó a la oración constante en medio de un gran sufrimiento. Años más tarde Agustín se llamará a sí mismo "El hijo de las lágrimas de su madre". Aunque se dejaba llevar ciegamente por las pasiones humanas y mundanas, y seguía abiertamente los impulsos de su espíritu sensual y mujeriego, no abandonó sus estudios, especialmente los de filosofía. El propio Agustín hace una crítica muy dura y amarga de esta etapa de su juventud en sus Confesiones. A los diecinueve años, la lectura de Hortensius de Cicerón despertó en la mente de Agustín el espíritu de especulación y así se dedica de lleno al estudio de la Filosofía. Además, será en esta época cuando el joven Agustín conocerá a una mujer con la que mantendrá una relación estable de catorce años y con la cual tendrá un hijo: Adeodato. En su búsqueda incansable de respuesta al problema de la verdad, Agustín pasa de una escuela filosófica a otra sin que encuentre en ninguna una verdadera respuesta a sus inquietudes. Finalmente abraza el maniqueismo2. Durante varios años siguió esta doctrina y solamente la abandonó después de hablar con el obispo Fausto. Ante tal decepción, se convenció de la imposibilidad de llegar a alcanzar la plena verdad, y por ello se hizo escéptico. En el 383 parte para Roma. Su madre le acompaña en este viaje. En Roma enferma de gravedad y gracias a su amigo y protector Símaco, prefecto de Roma fue nombrado maestro de Retórica" en Mediolanum (actual Milán). Fue en Milán donde se produjo la última etapa antes de su conversión: empezó a asistir como catecúmeno a las celebraciones litúrgicas del obispo Ambrosio, quedando admirado de sus predicaciones y su corazón. Entonces decidió romper definitivamente con el maniqueísmo. Esta noticia llenó de gozo a su madre que se encargó de buscarle un matrimonio acorde con su estado social y dirigirle hacia el bautismo. Se despidió de su compañera sentimental con gran dolor y en vez de optar por casarse con la mujer que Mónica le había buscado, decidió vivir en ascesis; decisión a la que llegó después de haber conocido los escritos neoplatónicos gracias al sacerdote Simpliciano. Los platónicos le ayudaron a resolver el problema del materialismo y el del mal. San Ambrosio le ofreció la clave para interpretar el Antiguo Testamento y encontrar en la escritura la fuente de la fe. Por último San Pablo le ayudó a solucionar el problema de la mediación y de la gracia. Ya sólo quedaba la crisis decisiva, estando en el jardín con su amigo Alipio, reflexionando sobre el ejemplo de Antonio, oyó la voz de un niño de una casa vecina que decía: toma y lee, y entendiéndolo como una invitación divina, cogió la Biblia, la abrió por las cartas de Pablo y leyó el pasaje Rom 13, 13ss: Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, Al llegar al final de esta frase se desvanecieron todas las sombras de duda. En 386 se consagra al estudio formal y metódico de las ideas del cristianismo. Renuncia a su cátedra y se retira con su madre y unos compañeros a Casiciaco, cerca de Milán para dedicarse por completo al estudio y a la meditación. El 23 de abril de 387, a los treinta y tres años de edad, es bautizado en Milán por el santo obispo Ambrosio. Ya bautizado, regresa a África, pero antes de embarcarse, su madre Mónica muere en Ostia, el puerto cerca de Roma. 2 Secta religiosa fundada por el persa Mani que se difundió en el siglo III a lo largo de todo el Imperio. Su doctrina dualista defendía la existencia de un principio del bien y de un principio del mal en lucha constante. La lucha se da también en el ser humano, por lo que la responsabilidad del hombre por sus malas acciones se negaba, pues no son producto de una voluntad libre sino del dominio del mal en una parte del alma. 10
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