FILOSOFIA DEL HOMBRE UNA ANTROPOLOGIA DE LA INTIMIDAD INSTITUTO DE CIENCIAS PARALAPAMILIA UNIVERSIDAD DE NAVARRA A mi hermana Yoyi, que nunca entenderá qué es una dedicatoria, a todos los que son como ella, a los que nacieron y a los que no dejaron nacer, y a mis padres que, sin pretenderlo siquiera, nos enseñaron a quererla como a un misterioso tesoro, porque es naturalmente buena, porque en su corazón no cabe la malicia ni el disimulo, y porque nos ha hecho a todos un poco mejores BIBLIOTHECA © Copyright 1991. Jorge Vicente Arregui y Jacinto Choza Ediciones Rialp, S.A. Sebastián Elcano, 30. Telf. 467 25 00 .28012 Madrid ISBN: 84-321-2828-7 Depósito legal: M. 42.121-1991 Diseño y cubierta: Equipo de Edición Fotocomposición: Compomática Azul Impreso en: Gráficas Rogar, S.A. Printed in Spain - Impreso en España «No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.» ÍNDICE PRÓLOGO 15 CAPITULO I: SOBRE LA FILOSOFIA DEL HOMBRE 1. Filosofía del hombre y ciencias humanas 22 2. Antropología filosófica y sociocultural. El problema del etnocen- trismo y el relativismo cultural 25 a) La filosofía como fenómeno cultural 26 b) La filosofía como fenómeno metacultural. Los límites del relativismo 29 c) Pretensión de verdad y etnocentrismo 32 3. Los planos epistemológicos del saber antropológico 34 a) El plano empírico-positivo 37 b) El plano lógico-reflexivo 39 c) El plano fenomenológico-existencial 43 d) El plano fenomenológico-ontológico 48 4. La cuestión del punto de partida 52 CAPITULO II: LA ESCALA DE LA VIDA. EL SISTEMA ECOLOGICO 1. De lo inorgánico a lo orgánico. Exterioridad e interioridad .... 55 2. La escala de la vida 63 a) El primer grado de vida. La vida vegetativa 64 b) El segundo grado de vida. La vida sensitiva 68 c) El tercer grado de vida. La vida intelectiva 72 3. El sistema ecológico. Ecología y ecologismo 75 3. La configuración perceptiva. La imaginación 183 CAPITULO III: 4. La autoconciencia animal 188 LA N O C I ON DE «PSIQUE» 5. Comprensión del significado y valoración 191 6. La memoria: la identidad subjetiva 197 1. La «psique» como primer principio de vida 83 a) La «psique» como acto primero del cuerpo que posee la vida en potencia 83 CAPITULO VI: b) El error categorial del dualismo 89 DESEOS, TENDENCIAS E INSTINTOS. c) La unicidad de la forma sustancial 93 LAS CONSTANTES ETOLOGICAS DEL HOMBRE d) El alma y las facultades 94 2. Los tipos de formalización. La homeostasis vital 98 1. Los tipos de la dinámica tendencial 201 3. La espiritualidad del alma humana 108 a) Consideración metodológica 202 4. Lo natural y lo artificial. «Psique» y cibernética 116 b) Consideración sistemática 203 2. Los instintos animales básicos. Deseo e impulso 208 3. La dinámica tendencial humana 212 CAPITULO IV: a) Plasticidad de la dinámica tendencial humana 214 CORPORALIDAD Y SENSIBILIDAD b) El control intelectual volitivo de los deseos o tendencias ... 218 c) Dinámica biológica y eticidad 220 1. Los diversos enfoques del estudio de la corporalidad 127 2. La corporalidad 128 3. La intencionalidad del cuerpo 137 CAPITULO VIL a) La intencionalidad del cuerpo en el plano no cognoscitivo 138 SENTIMIENTOS, EMOCIONES Y PASIONES. b) La intencionalidad del cuerpo en el orden cognoscitivo 139 LA DINAMICA DE LA AFECTIVIDAD c) El cuerpo propio como fundamento del mundo vital, el arte y la cultura 140 1. Noción y clasificación de los afectos 223 4. La sensibilidad externa 144 a) Las emociones como eventos mentales 225 a) Rasgos generales de la vida cognoscitiva 144 b) Las emociones como valoración de la realidad 231 b) La intencionalidad del conocimiento 147 c) Pasiones, sentimientos, motivos y sensaciones 234 c) El objeto de la sensación 155 d) La clasificación de los afectos 236 1. La tesis aristotélica 156 2. El valor cognoscitivo de los afectos 238 2. La tesis empirista 157 3. La dinámica afectiva en el plano psicológico 241 3. La crítica analítica 159 4. La afectividad como forma de la relación intersubjetiva 248 4. La crítica fenomenológica 162 5. La afectividad en la perspectiva ética 255 d) El sujeto y la naturaleza de la sensación 164 5. Los sentidos en la vida humana 167 CAPITULO VIII: LENGUAJE Y PENSAMIENTO CAPITULO V: EL PROCESO PERCEPTIVO. 1. Lenguaje animal y humano. La intrínseca inteligibilidad del EXPERIENCIA VITAL E IDENTIDAD SUBJETIVA lenguaje 263 2. Pensamiento y lenguaje. La comprensión del lenguaje 268 1. La sensibilidad interna 177 a) El lenguaje como expresión del pensamiento 268 2. La síntesis sensorial 180 b) El lenguaje como determinante del pensamiento. El relativis CAPITULO XI: mo lingüístico 270 LIBERTAD Y LIBERACION c) El lenguaje como vehículo del pensamiento 274 3. Pensar en y pensar que. Naturaleza y alcance del «logos» humano 277 1. Fenomenología de la libertad 381 a) El objeto y la naturaleza del «logos» humano 280 2. La libertad fundamental. La angustia 386 b) El «yo pienso» y los primeros principios 285 3. Determinismo y libertad. La libertad psicológica 395 4. La intencionalidad del pensamiento. La coactualidad entre cog- a) El libre albedrío. La razón práctica 395 noscente y conocido 288 b) El problema del determinismo 400 5. El problema del abstraccionismo. Imágenes, palabras y conceptos 291 4. El incremento de la libertad 406 6. Inteligencia natural y artificial 299 5. Libertad y liberación. La libertad política 413 CAPITULO IX: AUTOCONCIENCIA E INCONSCIENTE CAPITULO XII: PERSONA, NATURALEZA Y CULTURA 1. Génesis histórica de las nociones de conciencia e inconsciente 305 2. El inconsciente 316 1. La sustancialidad del ser humano 421 a) Tópica y dinámica del inconsciente 316 a) El valor de la individualidad 421 b) Niveles del inconsciente. El inconsciente biológico-pulsional 319 b) La polémica sobre la sustancialidad humana 424 c) El inconsciente afectivo-valorativo. La noción de conciencia 2. Sujeto, persona, yo y sí mismo. La identidad personal 427 vital 322 3. Proceso de autorrealización y principios de individualización ... 434 d) El inconsciente cognoscitivo-expresivo 327 a) El yo puntual como principio de individuación 435 3. La conciencia de sí. Verdad y falsedad de la autoconciencia ... 329 b) El organismo biológico como principio de individuación ... 436 a) Modalidades de la autoconciencia humana. Conciencia vital y c) La cultura como principio de individuación. Cultura y perso conciencia intelectual 329 nalidad. La síntesis pasiva 438 b) La autoconciencia falsa. Verdad e ideología 335 d) La acción libre como principio de individuación. Realización c) Conciencia absoluta y conciencia hermenéutica 338 y crisis de la identidad personal 442 4. El concepto teleológico de naturaleza humana 445 CAPITULO X: 5. «Poiesis» de la cultura. Las objetivaciones de lespíritu 450 LA VOLUNTAD. PRAXIS Y POIESIS 1. Acciones voluntarias y actos de voluntad 345 CAPITULO XIII: 2. La voluntad y los principios intrínsecos de la acción 349 a) Lo voluntario y lo involuntario 349 LOS FINES Y EL TERMINO b) Los principios intrínsecos de la acción. El deseo y la DE LA VIDA H U M A NA elección 354 c) La especificidad de la «boulesis» y la «proairesis». La posibili 1. La cuestión del sentido de la vida 459 dad del conflicto 358 2. La triple teleología del sujeto humano 468 3. El «eros». Espontaneidad y elección 363 a) La existencia de un fin natural 469 4. La acción humana. «Praxis», «poiesis» y «autopoiesis» 375 b) Los fines religiosos, morales y culturales : 474 3. El problema de la muerte 4gl PRÓLOGO a) Naturaleza y cultura en la muerte humana. La variabilidad histórica de la muerte 4g4 b) Los cuatro puntos de vista en el estudio de la muerte huma na. Las perspectivas de la exterioridad 485 c) La muerte en la perspectiva de la interioridad subjetiva. El problema de la muerte propia 49O Este libro es una adaptación del manual mucho más amplio del profesor Jacinto Choza Antropología filosófica (Rialp, Madrid 1988) para adecuarlo a los fines de la colección Biblioteca del Institu to de Ciencias para la Familia. Respecto de aquel manual, he procu rado no sólo reducir el contenido, sino también explicar más deteni damente las cuestiones centrales, de modo que pudieran ser bien comprendidas por quienes todavía no tienen un bagaje considerable de conocimientos filosóficos. Sin embargo, he intentado no simplifi car los problemas ni escamotear las dificultades, pues el peor modo posible de iniciar en la filosofía es proporcionar respuestas simples y diagnósticos globales fáciles para problemas que ni siquiera se han llegado a comprender cabalmente. Tampoco en Antropología filosó fica hay respuestas fáciles a problemas difíciles. No es el objetivo de estas páginas ahorrar a nadie el esfuerzo de pensar. No se trata de dar una idea «clara y sencilla» de qué es el hombre, sino más bien de explicitar porqué el hombre es y sigue siendo un misterio para sí mismo. Los capítulos I y XIII son nuevos respecto de ese manual, aun que en ellos he utilizado en parte otros escritos del profesor Choza. El capítulo VIII es quizás el más personal. También he realizado modificaciones en los capítulos III, IV, VI, VII y X a la hora de introducir los temas de la psique, la intencionalidad, los deseos, la afectividad y la voluntad, insistiendo en el análisis conceptual de ta les nociones. Para ello, he seguido fundamentalmente el análisis lógi co del lenguaje, tal como fue practicado por Wittgenstein y lo sigue siendo por sus mejores discípulos, especialmente los Profs. Geach y Anscombe. No creo haber modificado las líneas de fuerza de los ca pítulos II, V, IX, XI y XII, —salvo el epígrafe de este último dedica do al concepto teleológico de naturaleza humana—, limitándome a adaptarlos en el sentido ya indicado. La orientación del libro es fundamentalmente sistemática y no histórica. Ello quiere decir que, aunque las alusiones a autores como 16 JORGE V. ARREGUI—JACINTO CHOZA FILOSOFÍA DEL HOMBRE 17 Platón, Aristóteles, S. Agustín, Sto. Tomás, Descartes, Vico, Hume, que un manual general como éste presupone muchas investigaciones Kant, Hegel, Kierkegaard, Nietzsche, Dilthey, Husserl, Heidegger, anteriores sobre temas puntuales y parciales, que deben ser consigna Scheler y Wittgenstein no son escasas, he procurado subordinar la das para que puedan comprobarse los fundamentos de la argumen erudición histórica a una comprensión válida de los fenómenos hu tación. manos. Por eso, con mucha frecuencia se han comparado entre sí, Los diversos capítulos de este libro se han escrito en Oxford y sobre todo con la experiencia humana, nociones procedentes de y Pamplona. A los residentes de Grandpont House y a los miem sistemas filosóficos distintos. El recurso a la historia se justifica, bros del Departamento de Antropología y Psicología de la Universi pues, por el rendimiento explicativo de las ideas y los planteamien dad de Navarra debo el haber tenido el ánimo suficiente para abor tos de los diversos autores, dejando de lado la cuestión de cuál es dar la tarea. Agradezco a los Profs. Alejandro Llano, Jaime Nubiola el sentido último de cada concepto dentro de cada sistema. Además, y Manuel Fontán sus muchas correcciones y sugerencias que han tal descontextualización es inevitable si se entiende la historia de la mejorado notablemente el texto. También a mí —como a Wittgen filosofía como un diálogo a lo largo de los siglos acerca de los mis stein— me hubiera gustado escribir un buen libro. mos temas. Por otra parte, creo que queda suficientemente claro en Quizá sea necesaria una explicación de la dedicatoria de este li cada caso si se está mencionando, discutiendo o aseverando una de bro. Una luminosa tarde de este verano me senté a la sombra en terminada tesis. un banco del Jardín Botánico de Glasgow. Al poco, llegó una ancia A lo largo de sus páginas, este libro pretende alcanzar una na octogenaria de pelo blanco con su hijo subnormal, que peinaba comprensión de qué tipo de realidad es el hombre que permita en canas y pasaba de la cincuentena. Me llamó mucho la atención por tender y dilucidar la experiencia de la vida que cada uno posee. Se que no es habitual ver subnormales de tanta edad. El hijo preguntó ha intentado, pues, dibujar un mapa del ser y de la existencia huma algo que no entendí y la anciana de pelo blanco empezó a explicar na que contenga las claves necesarias para comprender la vida huma con fuerte acento de Glasgow que la sombra la producía el árbol. na en las condiciones en las que la hemos recibido. Por ello, se ha Me emocioné y salí corriendo, pero antes de llegar a casa redacté intentado enlazar los análisis de tipo ontológico con la experiencia mentalmente esa dedicatoria, porque aquella anciana y su hijo, mi común. hermana y mis padres, muestran mejor que libro alguno la impor tancia de ser humanos. La presente obra se centra en la consideración de la subjetivi dad humana. Es cierto que se ha hecho mención, cuando era necesa Jorge Vicente Arregui rio, de las relaciones intersubjetivas, la socialidad y la historicidad Pamplona, 11 de octubre de 1990 del ser humano y, en general, se ha tenido en cuenta que la vida humana sólo puede ser vivida en un sistema sociocultural, pero tam bién lo es que tales temas se han considerado desde el punto de vis ta de la subjetividad humana, desde lo que cabría llamar hegeliana- mente, espíritu subjetivo. Queda el libro, pues, incompleto en este sentido, a la espera de otro que exponga la teoría del espíritu ob jetivo. Muy recientemente, la revista «Philosophy» publicaba un decá logo que debían seguir sus colaboradores. El cuarto mandamiento prohibía citarse a sí mismo, aunque las propias obras fueran nume rosas como los granos de arena de las playas. La razón por la que en estas páginas no se ha obedecido este mandamiento estriba en CAPÍTULO I SOBRE LA FILOSOFÍA DEL HOMBRE La Filosofía del hombre o Antropología filosófica como disci plina autónoma es muy reciente en la historia de la filosofía. Se re monta no más allá de los primeros años del siglo XX cuando surge en el seno de la corriente fenomenológica. Desde ella empieza a di fundirse a partir, en concreto, de la obra de Max Scheler, en la que aparece como título de uno de sus libros, que es también utilizado por algunos filósofos posteriores, como Cassirer, Hengstenberg, Landmann y otros. Sin embargo, aunque su constitución como disciplina autóno ma es muy tardía, buena parte de los contenidos de la Antropología filosófica nacida en la fenomenología y el existencialismo, se corres ponden con los temas de la antigua Psicología racional, tal como la concibieron Wolff, Kant, Hegel y, anteriormente, la escolástica me dieval. Pero como el método fenomenológico es bastante heterogé neo respecto del racionalista y del escolástico, y más afín al de la crítica trascendental y al del idealismo trascendental, no pocos de los antiguos temas resultan alumbrados de modo nuevo. Además, a los contenidos de la antigua Psicología racional, se añaden capítulos nue vos, como son el de la cultura y la historia, tan ajenos a la escolásti ca medieval y al racionalismo moderno y tan propios de la filosofía trascendental, del vitalismo y del existencialismo. De este modo, los contenidos de la Antropología filosófica surgen de tradiciones filosóficas muy distintas con métodos muy he terogéneos entre sí. En lo que hoy cabe llamar Antropología filosó fica o Filosofía del hombre confluyen la antigua metafísica de los se res vivos, la psicología racional, el idealismo trascendental, el vitalismo, el existencialismo, la dialéctica, la hermenéutica, la feno menología y la filosofía analítica de lo mental. Esta confluencia de 20 JORGE V. ARREGUI—JACINTO CHOZA FILOSOFÍA DEL HOMBRE 21 temas, perspectivas y métodos diversos introduce una considerable tad, la muerte, etc., es decir, casi todo lo que Max Scheler considera dificultad a la hora de definir qué sea la Filosofía del hombre. como objeto de la Antropología filosófica1. No sólo la mayor parte de los contenidos de la Antropología Por otra parte, hay que tener en cuenta que la historia de la filosófica de Scheler quedan englobados bajo la denominación de ciencia se asemeja bastante a la de una nebulosa. El conjunto de sa «Psicología» en las obras de Hegel a comienzos del siglo XIX, sino beres que constituye el material científico se va reordenando en tor que también a mediados de ese mismo siglo, Kierkegaard llama «es no a diversos núcleos que van configurándose lentamente. Así, el na tudios psicológicos» a la mayor parte de sus trabajos, y a finales del cimiento de una nueva disciplina como ciencia autónoma supone la XIX, Nietzsche continúa usando la misma denominación para un reorganización de todos los conocimientos anteriores. El conjunto buen número de los suyos. Pero a partir del siglo XX, el título de problemas y saberes que forman el Sobre el alma de Aristóteles, «Psicología» tiene como referente más común el tipo de ciencia posi que es para él una parte de la filosofía de la naturaleza, se modifica tiva cultivada por Wundt, Watson o incluso el propio Freud. cuando aparece la psychologia rationalis de Wolff, en la que se distin gue entre psicología racional y empírica; cuando por obra de Kant, Así pues, el término y el concepto de «Antropología filosófi la pregunta «¿qué es el hombre?» ocupa el centro del universo filo ca» emergen en el área cultural germánica cuando la Antropología sófico; cuando se constituyen las ciencias humanas positivas; o cuan y la Psicología habían adquirido ya el estatuto de saberes positivos do esas mismas ciencias humanas ponen en tela de juicio la legitimi y habían alcanzado un grado de desarrollo y consistencia notable. dad de la existencia de la filosofía antropológica. En el mundo anglosajón, en cambio, el término «Antropología filo sófica» es muy poco utilizado; se usa el vocablo «Psicología filosófi El término «Antropología» es más antiguo que el concepto que ca» para designar preferentemente el contenido de la antigua Psicolo se acaba de describir y designa un área de conocimiento coincidente gía racional sin acoger los temas de la cultura y de la historia, que en gran medida con la Etnología. Entendida en este sentido, la An quedan más bien relegados a la Antropología y Sociología en cuanto tropología surge como ciencia y adquiere un amplio desarrollo en la saberes positivos o a la Filosofía social y a la Filosofía política. segunda mitad del siglo XLX en el mundo anglosajón y en el área El choque entre la Antropología positiva y la Filosofía y la cultural francesa desde comienzos del siglo XX. gran eclosión de la Antropología en la Europa continental, se pro duce especialmente en Francia en la década de los 60, con la difu La filosofía alemana del siglo XIX reserva el término «Antro sión de las investigaciones estructuralistas. El estructuralismo francés pología» para los saberes etnológicos o para aquellos saberes de tipo recoge la antropología etnológica, el psicoanálisis y unos determina sociológico que se hacen cuestión de culturas particulares o naciona dos métodos provenientes de la lingüística para proponer una con les. Este es, como es bien sabido, el caso de Kant, cuya Antropología cepción del hombre que, por apoyarse también en la filosofía tras en sentido pragmático se ocupa de los caracteres y de las culturas na cendental (crítica, materialista o idealista), tiene alcance filosófico y cionales europeas, de la modulación cultural del temperamento hu parece mostrarse como la vía para la deseada síntesis de todos los mano, etc. Ciertamente Kant habla también de una Antropología saberes sobre el hombre. trascendental, pero prefiere darle el nombre de Metafísica de las cos Esta síntesis había sido intentada también por la Antropología tumbres o, desde otra perspectiva, el de Crítica de la razón práctica. filosófica germánica. Y de manera similar a como ésta tuvo un decli Por su parte, Hegel, en su sistematización más completa de la filoso ve que coincidió con el comienzo de la segunda guerra, el estructu fía, es decir, en la Enciclopedia de las ciencias filosóficas, agrupa bajo ralismo francés también experimentó un declive a finales de los 70, el rótulo «Antropología» el estudio de las diversas razas humanas y, en general, la mayor parte de lo que actualmente se entiende por Etnología, y bajo el de «Psicología» el estudio del alma en su rela 1. Cfr. HEGEL, G. W. F., Enzyklopadie der philosophischen Wissenschaften, §§ ción con el cuerpo, los deseos, la afectividad, la conciencia, la volun- 388-412 y 440-82 en Werke, Suhxkamp, Frankfurt 1970, t. 10, pp. 43-198 y 229-302.