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FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA I. METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ECONÓMICA PDF

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ALEJO G. SISON FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA I. METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ECONÓMICA C U A D E R N O S EMPRESA Y HUMANISMO I N S T I T U T O 46 ALEJO G. SISON FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA I. METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ECONÓMICA 6 4 º N O M S I N A M U H Y INDICE A S E R P M Introducción: ¿Qué es la “Filosofía de la 3. Metodología Económica e Historia Economía”? del Pensamiento Económico E S Primera Parte: 4. La insuficiencia de la Metodología O La Filosofía de la Economía como Económica como Filosofía de la N Metodología de la Ciencia Económica Economía R E D 1. La perspectiva angloamericana FUENTES Y REFERENCIAS A U 2. La Filosofía de la Ciencia Moderna NOTA BIOGRAFICA C ALEJO G. SISON FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA I. METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ECONÓMICA 6 INTRODUCCION: ¿QUÉ ES LA impotente para una mejora social, si no la 3 4 acompaña una cultura empresarial favorable. “FILOSOFIA DE LA ECONOMIA”? 38 Valiéndonos del principio de interdependencia º N Llevamos ya casi un lustro después del que rige los sistemas sociales, diríamos que no O derrumbamiento del muro de Berlín, símbolo sólo la ética y la economía, sino también la M histórico, para muchos, del ocaso definitivo de política, han de ser acordes para ser realmente eficaces en su cometido. De esta manera la ideología comunista, de la obsolescencia del S somera, esperamos haber justificado la pers- I análisis marxista de la realidad social y de la N pectiva eminentemente filosófica que superación de las economías planificadas. Sin A adoptará nuestra investigación. embargo, entre los firmes defensores del capi- M talismo liberal reina una sensación de impa- ¿Qué es la filosofía de la economía? Según U ciencia, de desilusión, si no de fracaso rotundo, la literatura angloamericana, es una rama de H porque durante todo este tiempo, tampoco se la epistemología o de la teoría del conoci- Y ha podido cumplir con las metas o los objetivos miento. Esta postura es muy comprensible una prometidos: la sociedad de bienestar no se ha vez que se haya efectuado -por la influencia A alcanzado en su totalidad ni se ha logrado la del positivismo lógico- la reducción de toda la S justa distribución de las riquezas entre la filosofía a una filosofía de la ciencia de la cual E R población mundial. A pesar del progreso tec- se ha eliminado cualquier rastro de una meta- P nológico generalizado y también a pesar de los física realista. Se plantea, básicamente, dos M refinamientos matemáticos, propiamente, la tipos de cuestiones: si la economía es o no una E economía no ha conseguido predecir ni pre- ciencia (¿cuál es su objeto? ¿cuál es su metodo- venir, explicar ni entender las causas, remediar logía? ¿qué validez tienen sus principios y S O ni amortiguar los efectos perniciosos de la leyes?); y qué tipo de ciencia es (¿una ciencia N recesión global que ahora padecemos. ¿Qué es natural o una ciencia social? ¿cuál es el papel R lo que ha pasado? de la estadística? ¿y de la observación E empírica?). Por una parte, la ética de la empresa, tan de D moda en la década de los ‘80, parece haber Se distinguen tres etapas en el desarrollo de A hecho ya una declaración inequívoca de insufi- la metodología económica, según la con- U ciencia: una ética centrada en el individuo es vención actualmente vigente entre los estu- C ALEJO G. SISON FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA I. METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ECONÓMICA 6 diosos. La primera comprende la obra de Clásica como de la Neo-Clásica y Marginalista 4 4 autores como J.S. Mill, W.N. Senior, J.E. como F. Knight y T. Veblen (Institucionalismo), 38 º Cairnes, J.N. Keynes, A. Marshall y L. Robbins. los cuales, por sus premisas metodológicas N Se denomina “verificacionista” en atención al básicas, quizás se acerquen más a plantea- criterio establecido por el Círculo de Viena mientos austro-germanos que a los anglo- O para decidir sobre la verdad de las hipótesis americanos. Nuestro estudio prestará mayor M científicas. La segunda etapa se llama “falsa- atención a la unidad temática y a la afinidad S cionista” debido a la influencia que tuvo K. de respuestas a las interrogantes epistemoló- I N Popper en los escritos de los teóricos de la eco- gicas que a la contemporaneidad histórica; sir- A nomía como T. Hutchinson, F. Machlup, M. viéndonos de ésta sólo en la medida en que M Friedman y P. Samuelson. La tercera y última facilite la comprensión de la génesis y el desa- U etapa ha cogido impulso de las teorías de las rrollo de aquélla. H revoluciones científicas post-popperianas, con- Por otra parte, en los libros publicados en cretamente, aquellas elaboradas por T. Kuhn Y lengua alemana se debate fundamentalmente (“paradigmas”), I. Lakatos (“programas de la concepción de la economía como ciencia cul- A investigaciones científicas”) y P.K. Feyerabend tural e histórica, con una dimensión ético- S (“anarquía metodológica”). E política esencial. La puesta en escena de la con- R Esta clasificación, por supuesto, está sujeta a troversia corrió a cargo de M. Weber con su P muchas matizaciones y ha de tomarse con el ensayo sobre la Wertfreiheit en las ciencias M proverbial granum salis: por ejemplo, J.S. Mill sociales y en la política. Desde el comienzo, E no sólo antecede por casi un siglo a las figuras hubo una polarización de posturas entre S más destacadas del Círculo de Viena -por lo Gustav von Schmoller (la Escuela Histórica O que difícilmente le habría influido su criterio Alemana) y Carl Menger (la Escuela Austríaca). N “verificacionista” de verdad científica- sino Para Schmoller, la economía es ante todo una R que también insiste, con toda claridad, en que “economía política o nacional” (la Volkswirts- E la verificación a posteriori de una hipótesis chaftslehre), es decir, una ciencia histórica y D pertenece a la aplicación de una ciencia, y no a culturalmente determinada. Por tanto, es com- A la ciencia misma. Igualmente, se acusa la prensible sólo para aquellos que habitan el U ausencia de voces críticas tanto de la Escuela mismo ethos concreto, compartiendo los C ALEJO G. SISON FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA I. METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ECONÓMICA 6 mismos valores y manejando los mismos sím- noción básica de la economía como actividad 5 4 bolos. Menger, aun reconociendo la diferencia humana, explica como la libertad se manifiesta 38 º entre la economía real-histórica y la teoría eco- en ella según un triple nivel: como apertura (el N nómica “pura”, insiste en que la ciencia eco- hombre como una ser de necesidades, la satis- nómica debería preocuparse primordialmente facción de las cuales, sin embargo, no está O de esta segunda vertiente, si es que aspira a ser garantizada de antemano), como capacidad M realmente ciencia, o sea, un saber universal. de elegir (la falacia detrás de toda suerte de S Esencial para la universalidad de la ciencia eco- determinismos junto con la peculiar vigencia I N nómica es la progresiva racionalización y mate- de las leyes económicas) y por último, como A matización de los procesos de producción, dis- autodeterminación (el trabajo en cuanto M tribución, intercambio y consumo de bienes. proceso de humanización, los límites del homo U L.von Mises (Praxeología) y F. von Hayek oeconomicus y de su particular modelo de H también fueron formados en la tradición aus- racionalidad; el bienestar como fin de la eco- tríaca, aunque más tarde introdujeron unos nomía y “materia mixta” entre ésta y la ética). Y giros muy particulares al desarrollo metodo- Proponemos, en resumen, elaborar una filo- A lógico de la ciencia económica. sofía de la economía que incorpore: una fun- S Ha habido varias tentativas de ingeniar una E damentación antropológica, una conside- R síntesis superadora de la Escuela Histórica ración de sus implicaciones culturales, políticas P Alemana y la Escuela Austríaca: la de Walter e históricas y una clarificación del status epis- M Eucken, fundador de la Escuela de Friburgo, en temológico de la economía. De esa forma, E los años ‘40, y más recientemente, la de Peter esperamos contribuir eficazmente a la reso- Koslowski, la Economía Etica (Ethische Oko- S lución de los problemas antes citados -la falta O nomie) desde Hannover. Seguramente incluso de orientación o rumbo en la economía, así N la Economía Social del Mercado, tan citada en como su habitual malentendimiento con la R los documentos pontificios, se ha originado en ética, restando eficacia de la acción de ambas, E este suelo austro-alemán. etc.-. Pensamos que sería un elemento impres- D En lengua española, probablemente la única cindible para completar la formación de los A obra reseñable en este campo sea “Economía y interesados en la filosofía, en las ciencias eco- U Libertad” de Millán Puelles. A partir de una nómicas y empresariales, en las ciencias polí- C ALEJO G. SISON FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA I. METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ECONÓMICA 6 ticas y sociales, así como para los profesionales reducción de la filosofía de la ciencia a una 6 4 de la empresa en general. pura metodología. 38 º Tan amplia es la aceptación del primero que N PRIMERA PARTE: ya se considera como un hecho, y en cuanto O tal, ni siquiera se cuestiona: la filosofía de la LA FILOSOFIA DE LA ECONOMIA COMO M ciencia es la nueva “filosofía primera” (el METODOLOGIA DE LA CIENCIA S papel que tradicionalmente desempeñaba la I ECONOMICA metafísica), capaz de dar razón cumplida no N sólo de todas las demás ciencias humanas sino A 1. LA PERSPECTIVA ANGLOAMERICANA también de sí misma. En cierto sentido, no es M más que una de las secuelas del llamado “giro La respuesta angloamericana a la pregunta U copernicano” en la filosofía moderna, por H de qué es la “filosofía de la economía” se ha medio del cual la certeza en el conocimiento fraguado casi exclusivamente en términos de Y empieza a cobrar mayor importancia que la una “metodología de la ciencia económica”, misma realidad, o la verdad (ya no como “ade- A en una investigación de cómo los economistas cuación” sino como “correspondencia”) de S explican los diferentes fenómenos de los que E nuestro conocimiento acerca de ella. Bajo el su disciplina se apropia. Puesto que la “meto- R rótulo de una “filosofía de la ciencia” deberían dología” generalmente se asocia con la “filo- P incluirse la “epistemología”, la “gnoseología”, M sofía de la ciencia”, cabe inferir que para los la “crítica”, la “teoría del conocimiento” y la estudiosos ingleses y norteamericanos la filo- E “teoría de la ciencia”: son indagaciones sobre sofía de la economía consiste, fundamental- S cómo conocemos lo que conocemos y la fiabi- mente, en la filosofía de la ciencia aplicada al O lidad que merece nuestro conocimiento, en el saber económico. N supuesto necesario de que -claro está- tanto R Hay por lo menos un par de implícitos en la nosotros como el mundo exterior existimos, al E postura respecto a la filosofía de la economía menos en cuanto cognoscentes y lo cognos- D que se acaba de exponer. En primer lugar está cible. (Por lo que se refiere a la existencia real, A la disolución tácita de toda la filosofía en la independiente del pensamiento, de las cosas U filosofía de la ciencia, y en segundo lugar, la se guarda un cauteloso sigilo o se mantiene C ALEJO G. SISON FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA I. METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ECONÓMICA 6 una indespejable duda o se queda en la sus- hipótesis de que el todo -las magnitudes eco- 7 4 pensión de juicio, la epoché). nómicas agregadas- no es más que la suma de 38 º La reducción ulterior de la filosofía de la sus partes. Por otro lado están los macroeco- N nomistas que niegan el principio anterior- ciencia a la metodología obedece, igualmente, mente enunciado y se dedican a estudiar O a una fuerte tendencia de vaciar la ciencia de estructuras económicas enteras. Y en medio, M todo contenido empírico, conservando sólo los encontramos a los politólogos-economistas S elementos puramente formales: así, por que investigan los diversos supersistemas eco- I ejemplo, el empeño popperiano de buscar una N nómicopolíticos, casi siempre bajo el signo de “lógica de la razón científica” al margen prác- A alguna ideología; los empresarios, que ticamente del objeto sobre el cual las proposi- M padecen una desconfianza endémica hacia los ciones científicas versan. Lo que más prima en U economistas por ser éstos unos teóricos o unos el trabajo de un científico es el descubrimiento H intervencionistas; los sociólogos e ingenieros de un método, procedimiento o algoritmo sociales, cuyo propósito es el de transformar la Y infalible -y si fuera posible, también universal- para hacer progresar su disciplina, superando sociedad preferentemente por medio de las A los errores y las inexactitudes al relegarlos al instituciones económicas; los económetras y S pasado. matemáticos que elaboran modelos cada vez E más sofisticados no sólo interpretativos sino R El premio Nobel de economía y autor de la P también -según ellos- configuradores de la obra clásica An Essay on the Nature and Signi- M realidad económica; y la última generación de ficance of Economic Science (1935), Lionel E los historiadores de la economía, los “clió- Robbins, había comentado alguna vez acerca metras”, que se empeñan en hacer de la eco- S de los miembros de su gremio: “Todos nomía la ciencia social más avanzada sir- O hablamos de lo mismo, pero todavía no nos viéndose conjuntamente de la estadística, la N hemos puesto de acuerdo sobre qué estamos R teoría económica y la sociología en sus recons- hablando.” Su afirmación hoy en día aún goza E trucciones históricas... de máxima vigencia: Tot capita quot sen- D tentiae. Por un lado, tenemos a los microeco- Que la situación actual de la ciencia eco- A nomistas que tratan de productores, consumi- nómica sea la de una auténtica torre de Babel, U dores y mercados individuales y teorizan en la desde luego, no es nada deseable. Exige, más C ALEJO G. SISON FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA I. METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ECONÓMICA 6 bien, una cierta clarificación y ordenación de sea Mark Blaug. Su libro The methodology of 8 4 sus conceptos básicos -lo cual, es una función economics (2nd edition, 38 º eminentemente filosófica-. Habría que fijar, en 1992) es un punto de referencia obligatorio N primer lugar, el valor semántico de las palabras para cualquiera que desea iniciarse en esta dis- que se emplean y los parámetros en los cuales O ciplina. En dicha obra afirma inequívocamente ese valor se mantiene. En segundo lugar, M que en la metodología no se trata sólo de los habría que establecer la recta ordenación de S “métodos de investigación”, sino ante todo, estos elementos “atómicos”; o sea, determinar I de la relación de los conceptos y las proposi- N su uso apropiado: ¿con qué otros elementos se ciones con el mundo real. Estudia las vías por A pueden unir o separar para formar proposi- las cuales los economistas justifican sus teorías, M ciones significativas? Además, no todas las pro- así como las razones que ofrecen, al decan- U posiciones gramaticalmente correctas tienen el tarse por una teoría en lugar de otra. Una con- H mismo valor de verdad ni el mismo grado de dición de posibilidad para semejantes asertos validez. Por un lado, están los axiomas que son Y es que se reconozca la distinción entre el len- los primeros principios indemostrables, nece- guaje, por una parte, y el mundo real, por A sarios para cualquier ciencia. Y por otro, están otra. S los postulados -las proposiciones ya demos- E Pertenecen al ámbito del “lenguaje” todos tradas- y las hipótesis -las proposiciones aún R los elementos utilizados en el discurso eco- P por demostrar-. Por último, también es nómico tales como los conceptos, los axiomas, M menester indicar cuáles son las reglas de los postulados, los teoremas, las conclusiones E deducción aceptables, es decir, las normas que particulares, las leyes universales, los modelos, nos permiten pasar de una proposición a otra S los paradigmas, los programas de investi- sin pérdida de verdad o de certeza. Estas son O gación, etc. Ciertamente, estos elementos del las primeras tareas que a la filosofía de la eco- N lenguaje científico no son homogéneos ni R nomía, tomada como filosofía de la ciencia poseen la misma extensión ni el mismo grado E aplicada a la economía o metodología de la de exactitud. Las reglas son meros procedi- D ciencia económica, le vamos a encomendar. mientos o normas de operación convencio- A Probablemente la figura más señera entre nales adoptadas por las personas para alcanzar U los filósofos de la economía angloamericanos determinados objetivos (e.g. las ecuaciones C ALEJO G. SISON FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA I. METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ECONÓMICA 6 que se utilizan para determinar el PIB o el discurso científico. Además de diferenciar 9 4 interés compuesto de un préstamo). Una ten- estos dos ámbitos igualmente se presupone 38 º dencia indica la marcha general -de aumento algún tipo de conexión entre ellos -o al menos, N o de disminución- del valor de una propiedad se procede como si la hubieraporque de otra de una cosa en el curso del tiempo. (Quizás forma, no sería en absoluto factible desarrollar O muchas de las ahora llamadas “leyes” de la la ciencia económica. Por último, también se M economía neo-clásica como la “ley de los ren- requiere una especie de criterio según el cual S dimientos decrecientes”, la “ley de la se decide que una teoría es mejor o peor, más I N demanda”, o la “ley de Engel” sobre la asig- o menos acertada, más o menos ajustada a la A nación de la renta a los consumos, en realidad, realidad económica que otra. M no sean más que meras tendencias.) Se ¿Cómo debe ser la conexión que establece la U conocen las tendencias de las magnitudes eco- ciencia económica entre el lenguaje y el H nómicas mediante técnicas estadísticas apli- mundo real? Daniel Hausman (The Philosophy cadas a la historia de un particular comporta- Y of Economics, 1984) señala dos alternativas miento económico. Las leyes son propiedades aceptables. La primera es la “realista” donde A permanentes de cosas en unas condiciones la ciencia alcanza o descubre verdades acerca S bien definidas, y como tales, pueden conside- E del mundo, no sólo en el sentido de proposi- rarse como el “producto acabado” principal de R ciones analíticas, puramente formales y nocon- P las ciencias. Un modelo consiste en la represen- tradictorias, sino también como explicaciones M tación idealizada o simplificada de unos de los diversos fenómenos, en este caso, eco- E objetos científicos y por eso, no puede generar nómicos. La segunda es la “instrumentalista”, propiamente leyes. Y finalmente, una teoría es S en la que lo único que se exige de una ciencia un sistema de proposiciones unidas por una O es que proporcione herramientas para hacer relación de deducibilidad y unos presupuestos N predicciones útiles y fidedignas. No importa R o premisas comunes. tanto que las teorías sean ni formal ni mate- E Por el “mundo real” se entiende la fuente rialmente (que “correspondan” a la realidad) D de las evidencias empíricas, las referencias con verdaderas como que sean prácticas; o sea, que A las que se cotejan la verdad y la falsedad, la funcionen. La astronomía ptolemaica, por U validez y la imposibilidad de los elementos del ejemplo, seguiría siendo científicamente ver- C ALEJO G. SISON FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA I. METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ECONÓMICA 6 dadera -a pesar de su geocentrismo- según la la ciencia económica?, ¿cómo se accede a ella?, 10 4 actitud instrumentalista, debido a su utilidad ¿cuál es el estatuto de sus principios y leyes?, 38 para el propósito de la navegación marítima. ¿cómo se contrasta la validez de estas º N normas?, ¿es la economía una ciencia natural En ambas posturas podemos ver reflejadas o una ciencia social?, ¿acaso es un saber pura- O las principales tendencias entre la gente que mente formal, afín a la lógica y a las matemá- M elabora la ciencia económica. Hay quienes se ticas?, etc... S limitan a diseñar constructos teóricos, analí- I ticos y formales, sin apenas tener en cuenta Después de haber visto la aproximación N para nada los acontecimientos. Otros no se angloamericana típica a la filosofía de la eco- A contentan simplemente con proponer teorías nomía que la vincula sólidamente con la filo- M elegantes, sino que también procuran que esas sofía de la ciencia, nos conviene ahora hacer U teorías estén refrendadas por los aconteci- un breve repaso de la historia de esta segunda H mientos pasados y que sirvan de pronóstico disciplina. Y para los futuros. Sin embargo, si se les pre- gunta exactamente por la relación entre sus A 2. LA FILOSOFIA DE LA CIENCIA tesis y los hechos, no suelen dar razones muy S MODERNA convincentes. Justamente por esta dificultad E R intrínseca de explicar la conexión entre los pos- ¿Qué es la filosofía de la ciencia P tulados científicos y los hechos, muchos aban- “moderna”? Dado que lo “moderno” en con- M donan casi por completo cualquier interés por traposición a lo “clásico” responde más a una E los anteriores refugiándose en una actitud actitud que a una época histórica, empeza- pragmática. S remos por su caracterización conceptual. O Hausman en su exposición igualmente alude Según Blaug (1992), la filosofía de la ciencia N a otro tipo de cuestiones en las que se cen- moderna se distingue de la clásica por constar R traba la filosofía de la ciencia tradicional. Se de un análisis puramente lógico de la E replantea el modelo de ciencia al que efectiva- estructura formal de las teorías científicas -de D mente corresponde la ciencia económica y sus aquello que constituye el “buen quehacer A métodos apropiados: ¿qué parte o dimensión científico”- sin preocuparse apenas para nada U de la realidad humana constituye el objeto de por el contenido material de las mismas. No se C

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