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Fiestas cívicas: de San Martín a Gamarra. La peruanidad en construcción PDF

146 Pages·2012·7.08 MB·Spanish
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MARÍA BELÉN SORIA CASAVERDE FIESTAS CÍVICAS: de San Martín a Gamarra. La Peruanidad en construcción. HISTORIA Seminario de Historia Rural Andina Fondo Editorial UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS ISBN: 978-9972-231 -75-9 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2012-12250 Primera edición Lima-2012 © Fiestas Cívicas: de San Martín a Gamarra. La peruanidaó en construcción María Belén Soria Casaverde © Fondo Editorial-UNMSM © Io edición Seminario de Historia Rural Andina-UNMSM Tiraje; 50 ejemplares QUEDA PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL SIN PERMISO DEL AUTOR La universidad es (o quepuóíka Centro de Producción Fondo Editorial UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS Calle Germán Amézaga s/n. Pabellón de la Biblioteca Central 4to. piso - Ciudad Universitaria Lima - Perú Correo electrónico: [email protected] Página web: http://www.unmsrn.edu.pe/fondoeditorial/ Blog: http://unmsmnoticiasfondoeditorial.biogspot.com/ Directora: Emma Patricia Victorio Cánovas Seminario de Historia Rural Andina Jr. Andahuaylas 348, Lima I Telf. (51-1) 619-7000 anexo 6158 Correo electrónico: [email protected] Página web: http://www.unmsm.edu.pe/shrural/ Director: Emilio Augusto Rosario Pacahuaía Corrección de estilo: Yolanda Sosa Gómez Diagramación y edición de texto: Yolanda Candía Quispe Carátula: Desfile marcial en la Plaza de Acho, al frente el estrado presidencial. Yale University Art Gallery Contracarátula: Música marcial en el Perú. Dibujo Geo W. Carletow Lima - Perú El Fondo Editorial de ¡a UNMSM es una entidad sin fines de lucro, cuyos textos son empleados como materiales de enseñanza. índice INTRODUCCIÓN 5 Capítulo I FIESTAS CÍVICAS LIBERTARIAS (1821-1829) 11 1.1. San Martín y el civismo en construcción 12 1.2. Las alegorías incas en la retórica e iconografía 30 1.3. Extravío del civismo y desmoralización 33 1.4. Bolívar y el colombianismo en posesión 40 1.5. Recompensas y homenaj es 49 1.6. Reajuste del calendario cívico festivo 53 1.7. San Simón y el civismo de incienso y adulación 56 1.8. Entre el bolivarismo y el nacionalismo 65 Capítulo II FIESTAS CÍVICAS AUTORITARIAS (1830-1844) 71 2.1. La Mar y la efímera austeridad festiva 73 2.2. El autoritarismo festivo de Gamarra y las exequias de Simón Bolívar 77 2.3. Debilitamiento de la peruanidad. ¿Egoísmo y patria significan una misma cosa? 80 2.4. La defensa de la nacionalidad y las pugnas entre liberales y constitucionalistas y militares conservadores 83 2.5. Orbegoso y la conspiración parricida de Gamarra 89 2.6. La guerra caudillista y el nacionalismo de Salaverry 94 2.7. Santa Cruz y la confederación peruano boliviana 106 2.8. Intervención chilena en contra de la Confederación 111 2.9. Gamarra y la reivindicación del nacionalismo con Salaverry 113 2.10. El fantasma santacrucino y el ocaso de Gamarra 125 CONCLUSIONES 131 BIBLIOHEMEROGRAFÍA 139 In troducción La sustitución del régimen monárquico por el sistema republicano vino acompañada de reformulaciones en cuanto al contenido simbólico y ritualidad de las fiestas cívicas. Los nuevos ideales y alegorías de la Revolución Francesa contribuyeron a proporcionar un nuevo concepto de civismo, libertad y Patria. En un primer momento, el fervor patriótico de las ñamantes fiestas revolucionarias, pretendieron restringirse al ámbito cívico vaciándose de contenidos religiosos o tradicionales, sin lograrlo completamente. La joven república utilizó en beneficio propio el aparato festivo de la colonia, por ello, frecuentemente los gobernantes convirtieron esos dispendiosos regocijos colectivos en gozosa celebración de su propio poder personalista, con el ánimo de persuadir al pueblo de que le prestase sumisión y lealtad. En dicho esfuerzo histriónico, los dirigentes republicanos acostumbraron reproducir modelos estatuidos y consolidados en Europa durante siglos a través de una amplia y persistente tradición de festejos públicos. En dichos escenarios el poderío caudillista daba pábulo a espectáculos populares masivos y multigenéricas expresiones de arte transitorio. El consumo de la parafernalia litúrgica, compuesta por arcos, altares, ñores, incienso e imágenes de los líderes fue un fenómeno que posibilitaba la deificación de éstos y, por tanto, servían como mecanismos de coerción de las comunidades urbanas y rurales. No en vano, la entrada triunfal de los caudillos en Lima coronaba la apoteosis popular de las revoluciones decimonónicas. Los caudillos Luis de Orbegoso y Manuel Ignacio de Vivanco, protagonizaron en 1835 y 1844 dos de las más memorables procesiones cívicas en Lima. El primero ingresó a Lima para imponer el orden alterado por los montoneros, siendo recibido por el pueblo "con demostraciones que no había empleado para la entrada de sus libertadores" 1. El segundo recorrió toda la costa desde Arequipa hasta Lima, en un movimiento que Rufino Echenique calificó entonces como la "campaña de flores" 2. Las fiestas cívicas también tuvieron espacios reservados y excluyentes de las clases populares. El animus jocandi de las élites se manifestaba de manera exquisita en los bailes (oficiales y particulares), los banquetes, saraos, brindis y recepciones oficiales. Esos actos cívicos eran básicamente de dos tipos: los de carácter ordinario, que estaban contemplados en el calendario oficial, y aquellos extraordinarios, destinados a celebrar acontecimientos inesperados, como victorias y batallas militares, firmas de acuerdos de Paz, restablecimiento del orden, natalicio o fallecimiento de un caudillo, etc.3. Ambos, pero sobre todo estos últimos, fueron útiles para la fundamentación del contenido cívico de la "cultura oficial". 1 Bilbao 1867, p. 336. 2 Echenique 1952, tomo I, p. 124. 3 Un caso particular sucedió durante los años de la Confederación peruano-boliviana (1836- 1839) cuando la Asamblea de Sicuani decidió darle al boliviano Andrés de Santa Cruz el título t de Invicto Pacificador, erigirle "una estatua sobre un arco de triunfo, colocar sus retratos en las salas de gobierno, de congresos y tribunales, acuñar medallas con su busto [y] convertir su natalicio en día de fiesta cívica". Sotomayor 1896, p. 12. Los caudillos que tuvieron mayor predisposición para organizar estas ceremonias cívicas elitistas fueron Antonio Gutiérrez de la Fuente, Rufino Echenique y Ramón Castilla. Este último, el 9 de diciembre de 1846 conmemoró el aniversario de la victoria de Ayacucho con un suntuoso banquete, que reunió a los principales funcionarios de Estado y el cuerpo diplomático extranjero. Para dejar en evidencia el contenido cívico de la reunión, el único brindis que hizo el presidente Castilla fue ofrecido "a la independencia del Perú y la buena armonía con las otras naciones del viejo y nuevo mundo" 4. Las fiestas y celebraciones públicas estaban controladas y reguladas por las instituciones del Estado, y las preferencias de unas sobre otras respondían al interés de los grupos de turno en el poder. No obstante, el jubileo y las críticas, atestiguadas en numerosos artículos de los diarios decimonónicos, indican el grado y carácter adquiridos por los nuevos valores republicanos de civismo, libertad, Patria y ciudadanía. En ese contexto, las fiestas consagradas a la jura de la Constitución reafirmaban el compromiso colectivo de autoridades y pueblo por transitar un camino común, si bien ese fervor colectivo podía desintegrarse rápidamente. Por ejemplo, el 9 de diciembre de 1826, fue jurada la Constitución Vitalicia, que estaba "vaciada sobre el molde de la de Bolivia", en medio de "fiestas y regocijos públicos en demostración del contento que abrigaban los peruanos"5. Poco después, el 11 de junio de 1827, con el mismo entusiasmo se la declaraba nula restableciendo la vigencia de su homologa de 1823. De otro lado, muchas veces los textos constitucionales despertaban la disconformidad de los sectores conservadores, cuyas acciones perturbaban el sentimiento cívico 4 Witt 1992, volumen 2, p. 226. 5 "Perú", en Gaceta de Colombia, 4 de marzo de 1827. básicamente secular, supeditándolo a la defensa de tradiciones religiosas o fueros eclesiásticos contrarios al republicanismo. Para analizar la construcción cívica festiva es importante rastrear la mentalidad y los discursos ideológicos de los actores políticos, a fin de conocer los referentes tomados como modelos de patriotismo y cómo se deseaba extenderlos o implantarlos en la cultura política existente. En este trabajo intentaremos identificar los cambios en los patrones festivos republicanos, a partir de la información registrada en los decretos y normas legales, complementándola con la perspectiva de quienes vieron o participaron en dichas ceremonias y dejaron testimonios en crónicas periodísticas, relatos de viajeros o diarios personales. En cualquier caso, enfocaremos la particularidad de los actores sociales, la incorporación de los nuevos valores cívicos en las relaciones colectivas, y el marco institucional en que fueron creadas las fiestas cívicas, como elemento fundamental de la tradición republicana 6. Consideramos importante estudiar la reelaboración de formas escenográficas, por parte de quienes debían cimentar el vínculo patriótico en las fiestas cívicas. Igualmente conviene determinar aquellos hechos y personajes históricos más recurrentes dentro del discurso oficial, y que eran recordados y/o celebrados en las festividades poscoloniales. Estos elementos se articulaban en ambientes públicos donde era homenajeada la nueva experiencia de peruanidad. A fin de lograr estos objetivos, hemos dividido el trabajo en dos capítulos, que coinciden con la propuesta de periodización planteada para este tema. En 6 Las primeras autoridades nacionales se propusieron crear un espacio cívico autónomo, parcialmente liberado de la sujeción corporativa. En dicho plano resultaba más viable escenificar la identidad republicana conforme a los ideales del liberalismo y patriotismo cívicos. Lempériere, Annick. "De la república corporativa a la nación moderna. México (1821-1860)", en Annino y Guerra (coordinadores) 2003, p. 337. primer lugar, distinguirnos los años de las fiestas cívicas libertarias (1821-1829), en los cuales el espíritu cívico patriota surge con la declaración de la independencia peruana y se consolida bajo la protección y tutela del Ejército Libertador bajo la consigna "Somos libres: Debes tú serlo también". En esa coyuntura, aún se mantienen imprecisos los conceptos de Patria y Libertad, y predomina el civismo americano o federal sobre el civismo nacional. Circula entonces de manera espontánea entre la opinión pública un sentimiento de peruanidad refractario por lo hispano e incluso anticolombiano. El segundo capítulo aborda las fiestas cívicas autoritarias (1830-1844), marcadas éstas por el deseo de preservar los lazos de identidad personificados por los caudillos, e incentivar las expresiones cívicas en medio del surgimiento de partidos, ideologías, intereses regionales y de la lucha frontal contra la anarquía.

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