ISEGORIA 53 N-2_Maquetación 1 16/11/15 12:50 Página 631 IsEGORÍA. Revista de Filosofía Moral y Política n.º 53, julio-diciembre, 2015, 631-646, Issn: 1130-2097 doi: 10.3989/isegoria.2015.053.09 Falseamiento y consumo de la identidad, de Rousseau a Adorno Distortion and Consumption of Identity, from Rousseau to Adorno ÁLEx MATAs POns universidad de Barcelona REsuMEn.Este artículo analiza cómo los mo- ABsTRACT. This paper examines how produc- delos de producción y de consumo de los años tion and consumption models of the 1920s de- veinte determinaron la obsesión cultural por la termined cultural obsession with authenticity. autenticidad. A partir de los análisis que hicie- From the analysis made by Benjamin, Adorno ron Benjamin, Adorno y Kracauer se analiza el and Kracauer, this article discusses how cultural modo en que la industria cultural favorece la industry fosters aesthetic identification with identificación estética con las estrellas de la the stars of the so-called mass society. next, it conocida como sociedad de masas. A conti- also explores why the origin of this reality is to nuación, se explica por qué el origen de esta re- be found in Rousseau’s literary and political alidad hay que buscarlo en el proyecto literario project and in the way he, while restoring novel y político de Rousseau y en el modo en que in the literary institution, merged moral virtue éste, al mismo tiempo que rehabilita la novela with natural passion. en la institución literaria, asocia virtud moral y pasión natural. Key words: Identity; Authenticity; Critical The- ory; Adorno; Rousseau. Palabras clave: Identidad; Autenticidad; Teoría crítica; Adorno; Rousseau. En los años 20, Charles Lindbergh fue la gran estrella norteamericana. Este joven de Min- nesota fue el primero en cruzar el Atlántico sin escalas. Desde el primer momento de su aterrizaje en París, Lindbergh se vio acosado por miles de fans que buscaban su souve- nir. Hasta entonces se había ganado la vida gracias a vuelos acrobáticos y, sobre todo, al correo postal, pero ahora tiene que acostumbrarse al hecho de que la Oficina de Co- rreos imprime sellos especiales en su honor. Es un piloto excepcional, pero tan sólo es uno de los muchos héroesque en la década de los veinte buscaban la aventura y logra- ron una insólita admiración popular. Aviadores de larga distancia, nadadores, jugadores de béisbol y ciclistas, junto a cantantes y actores, disfrutan y padecen una adoración ge- [Recibido: noviembre 2014 / Aceptado: junio 2015] 631 ISEGORIA 53 N-2_Maquetación 1 16/11/15 12:50 Página 632 Álex Matas Pons neralizada: se les invita a banquetes, aca- dera “fábrica de estrellas”: manufactura la paran las portadas de los tabloides, oyen vida privada de actores y deportistas como hablar de ellos en la radio y leen sobre sus parte de su máscara pública y quienes se vidas en las columnas especiales que les acercan a ellos viven la sensación de estar dedican las revistas de fans. Las estrellas junto a una personalidad sincera y distinta; se convierten rápidamente en mercancías pueden soñar con que su destino personal valiosas a las que bombardear constante- será tan glorioso como el de aquellos junto mente con propuestas lucrativas, que van a los que están; pueden ver cómo su cuerpo desde escribir libros hasta protagonizar pe- se transfigura en el admirado cuerpo único lículas o dar conferencias. El manager del de las estrellas. famoso jugador de béisbol Babe Ruth, por Esto explica, por ejemplo, que todo el ejemplo, anuncia a las estrellas que él re- mundo desee estar junto a Gatsby, la es- presenta del siguiente modo: “Estrellas trellaliteraria creada por Fitzgerald. El na- disponibles para la Aparición Personal, rrador, nick Carraway, oye hablar de Adjuntar a Promocionales, Juegos de Beis- Gatsby por primera vez cuando la famosa bol de Exhibición, Vodevil, Películas Ci- jugadora de golf Jordan Baker le pregunta nematográficas, Radio, y toda clase de por él. sin saberlo, nick ha alquilado una Contratos Comerciales, bajo la adminis- casa junto a la de alguien como Gatsby, a tración de Christy Walsh, 570 seventh quien todos desean. Incluso los famosos, Avenue, nueva York”.1 como Jordan Baker, a quien él ha visto fo- Las estrellasson iconos absolutos de la tografiada en las páginas de las revistas y individualidad ―puesto que han sobresa- sobre cuya vida ha oído hablar por los mu- lido excepcionalmente en algo—, pero en- chos chismes que circulan sobre ella, desea carnan al mismo tiempo la identidad co- estar junto a él. A lo largo del verano que lectiva: todo el mundo desea estar con ellas nick vive en Long Island, junto a la casa y adorar sus cuerpos individuales, disfru- de Gatsby, ve cómo senadores, empresa- tar de su “apariencia personal”, comprar rios y artistas asisten a las multitudinarias los productos que anuncian, imitar sus ges- fiestas que celebra su vecino en una “man- tos y adaptar sus propios cuerpos a la moda sión donde repartía luz de estrellas entre que ellas dictan. La estrellaes, al fin y al polillas que acudían al azar” y cuyas puer- cabo, el cuerpo privado hecho público. Y tas estaban permanentemente abiertas para la industria del entretenimiento americana todo aquel que quisiera presentarse ante un es la primera en interpretar la lógica del extraño. nadie sabe absolutamente nada consumo que guía los pasos de los fans y sobre Gatsby: sobre su identidad real, so- en hacer que el cuerpo público de las es- bre su origen, sobre su trabajo. Circulan in- trellas se ponga en escena como si se tra- finidad de “románticas especulaciones” y tara de un cuerpo privado. sabe cómo sub- algunos sostienen que es sobrino o primo ordinar las cualidades de la actuación del Káiser Guillermo, otros afirman que teatral, musical y atlética a este deseo co- hizo la guerra en el ejército americano, lectivo de cercanía individual. La industria otros dicen saber que estudió en Oxford, se convierte con el tiempo en una verda- otros murmuran que quizás fue espía de los 632 ISEGORÍA, N.º 53, julio-diciembre, 2015, 631-646, ISSN: 1130-2097 doi: 10.3989/isegoria.2015.053.09 ISEGORIA 53 N-2_Maquetación 1 16/11/15 12:50 Página 633 Falseamiento y consumo de la identidad, de Rousseau a Adorno alemanes, alguien dijo que había matado a zar en tiempo récord el Canal de la Man- un hombre, otros conjeturaban que trafi- cha, y los ciclistas y los aviadores, capaces caba con licores…. nick, que tampoco de superar pruebas de resistencia en múl- sabe con certeza nada acerca de él, también tiples tours y raids, los conductores de la siente la dulzura de la tan codiciada sonrisa clásica carrera de 24 horas de Le Mans in- de Gatsby, un hombre capaz de darte a en- tentan cada año cubrir durante la prueba un tender que “creía en ti como tu quisieras número récord de kilómetros. creer en ti mismo”; de garantizarte con su Al mismo tiempo que el coche deviene actitud que “la impresión que tenía de ti era cada vez más imprescindible en ámbitos la que, en tus mejores momentos, espera- instrumentales como la logística o la dis- bas producir”. Él también había sido to- tribución de periódicos o mercancías, la so- cado por la estrellade Gatsby.2 ciedad ve en el automóvil y en las carreras son estrellas como Lindbergh y un pasatiempo moderno particularmente Gatsby las que hacen posible, con su des- tentador. Es Ford, el mayor empresario de lumbrante y excepcional imagen, el nuevo la industria del automóvil, quien mejor orden basado en la promesa de bienestar y ilustra cómo la racionalización del trabajo prosperidad material. Las estrellas del va de la mano de una idéntica racionaliza- mundo del cine y el deporte lubrican el ción de los hábitos de consumo. Como es buen funcionamiento de una industria co- sabido, su hallazgo más determinante es la mercial que persigue incrementar el nú- célebre línea de montaje: un sistema de mero de clientes y consumidores. Empre- producción que se organiza alrededor de sarios y publicistas interpretan una cadena que se mueve lentamente a tra- acertadamente que estos héroes pueden vés de las instalaciones de una fábrica prestarles grandes servicios, puesto que lo mientras que los trabajadores ocupan una que se pretende es que la singular y teme- posición estacionaria, subordinada en todo raria vida heroica de los elegidos sea per- momento al movimiento de la cadena y al cibida como algo asequible y cotidiano; se producto que se mueve por ella. A dife- quiere poner la aventura y el riesgo al al- rencia de la relación que mantiene el arte- cance de la mayoría. En el caso de Charles sano con el producto que elabora, el tra- Lindbergh, no sólo recurre a él la industria bajador de la cadena de montaje repite de aeronáutica, cuando lleva a cabo la regu- forma mecánica una misma operación es- lación mercantil de los cielos de nortea- tandarizada, y la repetición constante de mérica, sino que también recurre a él la in- este mismo gesto físico otorga a su labor dustria del automóvil. Los automóviles una apariencia casi robótica. Los movi- pronto dejan de ser vistos como una reli- mientos del cuerpo del trabajador se adap- quia del pasado que evoca el antiguo aris- tan al movimiento de la cadena y también tocratismo del coche de caballos, para ser al movimiento del resto de los operarios, admirados y deseados según los nuevos formando así parte de una compleja má- códigos de la aventura y el riesgo mercan- quina de producción. En su forma más ex- tilizados. Del mismo modo que había su- trema, esta organización a favor de la ca- cedido con los nadadores, capaces de cru- dena de producción impide que el ISEGORÍA, N.º 53, julio-diciembre, 2015, 631-646, ISSN: 1130-2097 633 doi: 10.3989/isegoria.2015.053.09 ISEGORIA 53 N-2_Maquetación 1 16/11/15 12:50 Página 634 Álex Matas Pons trabajador pueda distraerse en ningún mo- líticos. La misma experiencia sensorial del mento. Acciones como fumar o sentarse trabajo fabril en cadena la viven indistin- son absolutamente inviables, salvo si se tamente los trabajadores socialistas y los llevan a cabo durante los pocos minutos re- trabajadores del capitalismo occidental. servados para el descanso. Otra cosa es que los poderes de unos y Es gracias a la cadena de montaje que otros regímenes políticos idearan argu- Ford pudo fabricar y comercializar con mentos diferentes ─incluso opuestos, en éxito el más famoso de sus automóviles: el apariencia─ para minimizar los efectos de Modelo T. si hasta entonces la producción la alienación de los trabajadores respecto de coches se había orientado fundamen- de los productos que fabrican. Ford debe talmente hacia un mercado restringido, ser interpretado como el productor ejem- puesto que el consumidor podía elegir en- plar en este mercado general del régimen tre modelos prácticamente individualiza- económico de la industrialización. Por dos, Ford dio con el modo de producir en esto, la demanda de un bien de consumo serie un coche común, que se integraría como el Modelo T en norteamérica no se paulatinamente en la vida cotidiana de los distingue en nada de la demanda rusa del ciudadanos. La producción del Modelo T tractor Fordson, el bien de consumo más creció durante la década de 1910 a un ritmo codiciado por los campesinos soviéticos. vertiginoso. Cada año prácticamente se fa- Las autoridades soviéticas no creían estar bricaba el doble de coches que el anterior cayendo en ninguna contradicción cuando y en 1920 la producción anual era ya su- importaban los productos fabricados por su perior al millón de coches. Fue así como rival político, ni tampoco cuando sus in- Ford consolidó su imperio industrial, com- genieros visitaban la compañía Albert puesto ya en aquellos años por más de cin- Kahn, que había sido el encargado de cons- cuenta fábricas en seis continentes y por truir en Detroit la planta de Henry Ford y más de 200.000 trabajadores. Ford había de otros grandes industriales norteameri- dado con el modo de optimizar el sistema canos del motor. Tampoco entendieron que concebido a finales del siglo xIx por Fre- fuera contradictorio encargar a Ford el di- derick Winslow Taylor, que concibió de seño de una cadena de montaje para la forma prematura la organización científica Planta de Automóviles Gorki o convertirlo del trabajo y estudió el cuerpo humano con en su asesor técnico y principal proveedor el fin de producir a mayor velocidad y con de recambios. Gracias a todo esto Ford la máxima eficacia. consiguió eludir los rigores de los años de Taylor, primero, y Ford, después, tratan la Gran Depresión3. el cuerpo de los trabajadores como má- La tecnología industrial socialista co- quinas, pero no son innovaciones indus- piaba descaradamente las formas del des- triales estrictamente restringidas a la órbita arrollo capitalista, pero no los argumentos del capitalismo occidental, sino que su im- con que legitimar la mecanización del plantación se desarrolla con éxito en el cuerpo. según se lee en los textos funda- conjunto de la modernización industrial, cionales escritos por Marx y Engels, el cualesquiera que fueran los regímenes po- marxismo argumenta al principio a favor 634 ISEGORÍA, N.º 53, julio-diciembre, 2015, 631-646, ISSN: 1130-2097 doi: 10.3989/isegoria.2015.053.09 ISEGORIA 53 N-2_Maquetación 1 16/11/15 12:50 Página 635 Falseamiento y consumo de la identidad, de Rousseau a Adorno de una aristocracia obrera y engalana a los mente al extraer en un solo turno 102 to- trabajadores con virtudes simbólicas tra- neladas de carbón, catorce veces la parte dicionalmente reservadas para las clases que le correspondía. Al igual que aviado- superiores. Los obreros se sobrepondrían a res, ciclistas, nadadores y conductores, el la alienación del capital y facilitarían el ad- trabajador stajanov también había batido venimiento de una benéfica sociedad sin un récord y había llevado su cuerpo hasta clases gracias a su voluntad de ejercer el los límites de la resistencia humana. Al poder político y a su coraje militar4. sin cabo de unos años, más de la mitad de los embargo, a lo largo del siglo xx, con la trabajadores de la unión soviética se ha- irrupción de la industria pesada, las auto- bían hecho ya “estajanovistas” y formaban ridades soviéticas asumirían que la ver- parte de un cuerpo colectivo capaz de fa- sión clásica del marxismo se ha vuelto gocitar la individualidad. un único cuerpo cada vez más improbable. Entre otras co- que, entre otros beneficios, disfrutaba del sas, porque la posición de los obreros re- honor de conocer en persona al mismí- quiere de una menor cualificación y se simo stalin, el ídolo que regalaba sonrisas hace muy difícil adherirse a aquel modelo de dicha y un fuerte apretón de manos. que brindaba el hábil y diestro artesano y Para el capitalismo occidental, en cam- hallar, como él, la realización personal me- bio, aunque dependiente de un mismo ré- diante el control que ejerce sobre su propio gimen industrial, los costes de la vida la- trabajo. En la unión soviética, en conse- boral resultan innegables y no se disimula cuencia, se proclama que la realización la idea de que el trabajador padece un rí- del sueño comunitario se ha hecho ya efec- gido control de sus movimientos por parte tiva y los obreros, con sus sublimados rit- de la maquinaria. La utopía capitalista mos mecanizados del trabajo, son los agen- adopta la forma de la compensación y Ford tes eficaces de la fabricación de este sueño. minimiza la alienación de sus trabajadores La correa transportadora de Ford, más que en sus fábricas alegando que es precisa- el modelo de la fábrica, es el modelo de la mente gracias a la cadena de montaje que sociedad en su conjunto, y ya no se hace estos mismo trabajadores incrementan sus necesaria ninguna retirada al ámbito pri- posibilidades de adquirir uno de los auto- vado y doméstico, pues el cumplimiento móviles que producen. Lo que les roba personal se ha hecho posible gracias a la como productores se lo devuelve como vida colectiva. consumidores. Así, llenándoles los bolsi- Esta clase de afirmaciones utópicas llos con sueldos más elevados, les permite pretenden desmentir la supuesta aliena- acceder a la benéfica existencia consu- ción de los trabajadores socialistas, sobre mista al mismo tiempo que garantiza la todo a partir de la década de los 30, cuando expansión continua del mercado que tanto el estajanovismo rebasa al taylorismo y se le interesa. Es así como, además del coche, convierte definitivamente en el modelo de proliferan una enorme cantidad de artícu- trabajo soviético. Aleksei stajanov fue la los de consumo, entre los que siempre tu- estrella: el minero que en 1934 mejora el vieron prioridad los específicamente rela- ritmo de trabajo establecido científica- cionados con el hogar: planchas eléctricas, ISEGORÍA, N.º 53, julio-diciembre, 2015, 631-646, ISSN: 1130-2097 635 doi: 10.3989/isegoria.2015.053.09 ISEGORIA 53 N-2_Maquetación 1 16/11/15 12:50 Página 636 Álex Matas Pons máquinas de coser, frigoríficos, lavadoras “auténtico” –de lo “genuino”, “existen- y, al fin, la propia electricidad. El hogar in- cial” u “originario”–, coincidiendo con los dustrializado es el correlato evidente de la años del auge y la consolidación del fas- utopía de la compensación, según la cual la cismo nacionalsocialista, que tanto agradó prevención contra la alienación la procura a Ford y a Lindbergh, simpatizantes ambos una “realización personal” cuyo cumpli- de Hitler y condecorados, también ambos, miento atañe a la vida íntima y doméstica. por Goering. Es durante esos años cuando El hogar es el espacio de la individualidad. la proclama política y la propaganda ideo- El éxito de Ford y sus medidas para ra- lógica seducen con la idea de la suprema- cionalizar el trabajo tiene tanto que ver cía de lo original frente a lo derivado, aun- con la uniformización de los mecanismos que en realidad sea un argumento que de producción como con la uniformiza- esconda la voluntad de unos de legitimarse ción del gusto de los consumidores por lo socialmente frente a otros, de preservar excepcional. se mantuvo viva aquella sen- los derechos de lo autóctono frente a los sación de los antiguos consumidores de derechos de los que han recién llegado: el coches de estar comprando un producto que estaba primero es el que más derecho individualizado. A pesar de la fabricación tiene. La producción industrial en masa en serie de los coches, los consumidores no puede desligarse de esta “fetichización seguían disfrutando del placer de poseer de la autenticidad” por la que individuos de algo distinguido y personal. Algo útil, sin “esencia propia” se engañan creyéndose duda, pero también exuberante y esplén- partícipes de una cultura exquisita. La dido. Empresarios y publicistas persiguen “jerga de lo auténtico” toma prestadas ex- la colaboración de las estrellas porque va- presiones de la industria artesanal y alude lidan este gusto por lo excepcional y por lo una y otra vez a aquella nota “personal” “auténtico”; porque saben que lo que se propia de lo no reproducible y, por lo tanto, compra en realidad al adquirir lo “original” de objetos que supuestamente están al mar- e “inimitable” es la distinción personal y gen del nuevo contexto estandarizado de la no un simple producto. Lo paradójico, se- absoluta intercambiabilidad de mercancías gún explica Adorno, es que el valor de lo fabricadas en serie. “auténtico” es en última instancia una fun- Aunque Adorno escribe acerca de esta ción de la reproductibilidad técnica5. no es “jerga de la autenticidad” el año 1963, ya un valor en sí mismo, sino una cualidad había ensayado mucho antes una primera que reside en la posibilidad de su repro- versión de este análisis cultural de la pro- ducción; la reproducción no roba autenti- ducción industrial en masa. Lo había hecho cidad sino que la crea: la que anima la fan- en 1945, en uno de los aforismos de la tasía de lo “originario” y lo “inimitable” es “Dialéctica negativa”: “la prueba del oro”. la copia en serie que se fabrica en las líneas Allí ya sugería que lo “auténtico” nace de montaje. como valor cuando la ofuscación burguesa Tal y como lo entiende Adorno, es en ante el proceso de intercambio convierte a Europa, durante los años de la República la mercancía en lo auténtico, como sucede de Weimar, cuando se gestó esta jerga de lo precisamente con el oro. La autenticidad 636 ISEGORÍA, N.º 53, julio-diciembre, 2015, 631-646, ISSN: 1130-2097 doi: 10.3989/isegoria.2015.053.09 ISEGORIA 53 N-2_Maquetación 1 16/11/15 12:50 Página 637 Falseamiento y consumo de la identidad, de Rousseau a Adorno abstracta de los quilates se convierte en fe- sonalidad, que hace ya mucho tiempo que tiche, y se piensa que su valor es el sustrato consiste solamente en la magia desme- cuando en realidad no tiene ningún valor drada de su carácter de pura mercancía. en sí y es sólo expresión de esta intercam- La “personalidad”, que equivale a una biabilidad omnipresente de las cosas que pretendida identidad auténtica con la que pretende negar. Los que creen en el valor se quiere estar a salvo de los falsos valores intrínseco del oro confían en poder aislar y que rigen el orden de lo social, dicta la cre- preservar un valor absoluto, anterior al ciente psicologización del siglo xx. se principio del intercambio y al margen de la propaga eficazmente una filosofía de la circulación. Creen que han hallado en este interioridad, apegada a lemas rousseau- valor un antídoto contra un régimen que nianos, que invita a la inmersión en la pro- ellos dicen es “inauténtico”, pero en reali- pia interioridad, al ensimismamiento, al dad no hacen más que contribuir a lo que hacer de sí mismo el hogar definitivo, in- tratan de resistir6. Adorno en este diagnós- expugnable a la mentira o la hipocresía tico no está en absoluto lejos de Walter propias del mundo social. se convierte en Benjamin, aunque lo habitual sea oponer a moneda corriente la idea de que existe un ambos autores en función del supuesto op- ego, biológico o sentimental, anterior a lo timismo del segundo con respecto a las social, que actuaría como antídoto de la in- inevitables consecuencias políticas que se tercambiabilidad. sin embargo, tal y como desprenderían del progreso tecnológico.7 se lee en el aforismo de Adorno acerca de Al contrario, el ataque a la genuinidad “la prueba del oro”, esta identidad autén- contenido en el aforismo y en La jerga de tica es en realidad un fetiche que expresa la autenticidad se inspira en el conocido también el triunfo último del principio ensayo de Benjamin acerca de la obra de mismo de la intercambiabilidad. Es otra arte en la era de la reproductibilidad téc- vez Gatsby, ajeno a la ficción de la auten- nica, donde afirmaba que por primera vez ticidad, quien mejor pone en cuestión, con la obra de arte estaba en disposición de su juego de imposturas, la idea de una hu- emanciparse “de su existir parasitario en el manidad esencial que permanece oculta seno de lo ritual”. Hasta entonces, el modo tras las apariencias, y es quien mejor ilus- aurático de existencia de la obra de arte no tra cómo en realidad el “hombre se hace quedaba nunca desligado de su función ri- verdaderamente hombre sólo cuando imita tual –su valor de culto, mágico o religioso- a otros hombres”9. no sólo porque el yo en cuyo seno tuvo su valor de uso origi- privado esté engranado siempre en lo so- nario8. Pero por muy revolucionarios que cial, sino porque le debe literalmente su fueran los medios de la reproducción, en existencia10.si Gatsby encarna la identidad aquel ensayo Benjamin advertía que el ca- real del individuo es en gran medida por su pital cinematográfico respondería con la condición de actor: no es el trasunto de na- “fabricación de estrellas”; con la “cons- die que finja circunstancialmente ser otro, trucción artificial de la personality fuera sino que es un actor porque es siempre del estudio: el culto a las estrellas con- otro. Él medra gracias al reconocimiento serva aquella magia, emanación de la per- social que le otorgan las conjeturas de los ISEGORÍA, N.º 53, julio-diciembre, 2015, 631-646, ISSN: 1130-2097 637 doi: 10.3989/isegoria.2015.053.09 ISEGORIA 53 N-2_Maquetación 1 16/11/15 12:50 Página 638 Álex Matas Pons demás, y esto lo convierte en algo más el descanso. sus cuerpos, como el de los que un mero arribista que se desenmasca- operarios que trabajan en la cadena de rará una vez haya conseguido su logro. Es montaje, están unidos también a una má- alguien que disfruta de la impersonalidad quina. Aunque la máquina de escribir que de manifestarse como él mismosin alber- emplea la secretaria, por poner otro ejem- gar ninguna esperanza redentora de ver al- plo, no disponga el ritmo de los movi- gún día suprimida su condición alienada de mientos de su cuerpo, su actividad sí viene ser siempre otro. determinada por una voz externa y el do- La racionalización del trabajo, que con- cumento textual que elabora es el producto lleva la compulsión hacia lo “auténtico”, va impersonal de la máquina que maneja. mucho más allá del restringido ámbito fa- Ciertamente, ni los empleados ni los bril, pues el ordenamiento planificado con funcionarios realizan trabajos físicamente tal de incrementar la productividad y la ca- pesados y, a diferencia de los obreros, ocu- lidad obedece a un diseño que alcanza al fi- pan oficinas o lugares confortables y cáli- nal todos los ámbitos de la existencia hu- dos. En su conocido estudio publicado a fi- mana. Por ejemplo, en un artículo nales de los años treinta, siegfried publicado en los años veinte en la revista de Kracauer explicó que en Alemania el co- la “unión alemana de funcionarios banca- lectivo en expansión de los empleadosha- rios” se negaba que la mecanización del bía quintuplicado su número a lo largo de trabajo de oficina entrañara el peligro de la los años veinte mientras que el de los obre- deshumanización, ya que la utilización de ros tan sólo lo había duplicado. La meca- la máquina demanda la entera cooperación nización de la producción industrial con- “espiritual” del ser humano11. se trataba llevó una mayor organización en todo el otra vez de minimizar los efectos de la de- sistema económico, y se racionalizó tam- pendencia de los trabajadores respecto a las bién la contabilidad del capital. La enorme máquinas, pero en este caso lo significativo cantidad de nuevos trámites administrati- es que el artículo se refiere a la mecaniza- vos y comerciales recayó sobre el grupo de ción del trabajo de los bancarios, y no de empleados y funcionarios, que se encar- los obreros. El autor del artículo podría ha- gaba de la gestión de catálogos, facturas, berse referido también, con el mismo ar- hojas de pedido, formularios de aviso, etc. gumento, al trabajo realizado por secreta- Los empleadosno sienten en absoluto que rias, telefonistas, oficinistas o vendedores. formen parte del mismo grupo que com- sin embargo, el trabajo intelectual sí ha ponen los trabajadores de la industria, sido sustituido también por la labor mecá- pues, para empezar, reciben un salario nica. Es el caso, por ejemplo, de las mu- mensual, y no semanal como los obreros. chachas que, gracias a la maquinaria Po- Al igual que sucedía con los trabajadores wers o Hollerith, perforan tarjetas cuando de la industria que desempeñan labores llevan a cabo registros contables para fines técnicas, que no sienten pertenecer al estadísticos. se distribuyen simétricamente mismo grupo que los comerciales, los em- en salas de máquinas y siguen un horario pleados tampoco creen formar parte del que prevé incluso los lapsos de tiempo para mismo colectivo que el de los trabajadores 638 ISEGORÍA, N.º 53, julio-diciembre, 2015, 631-646, ISSN: 1130-2097 doi: 10.3989/isegoria.2015.053.09 ISEGORIA 53 N-2_Maquetación 1 16/11/15 12:50 Página 639 Falseamiento y consumo de la identidad, de Rousseau a Adorno industriales, ya que, rodeados de sus sím- habita13. bolos de estatus, hacen todo lo posible para se ha sellado una alianza histórica en alejar de ellos un sistema cuyas institucio- que moda y economía se benefician mu- nes, según su punto de vista, absorben la tuamente. Y se manifiesta con total clari- individualidad. Los empleados y las em- dad cuando los compradores, sobre todo pleadas se sienten exentos de esta condena ellas, se precipitan hacia la adquisición de a la anonimia que padecen los obreros; productos de belleza y, sobre todo ellos, creen poseer una mayor capacidad de de- hacia la práctica compulsiva del deporte: cisión en sus trabajos y una mayor remu- unas y otros pretenden de este modo no neración, pero la realidad de sus trabajos convertirse también ellos en piezas obso- tampoco dista tanto de la de los trabajado- letas e intercambiables del sistema mecá- res industriales. nico de producción, sino elementos únicos En su tiempo libre los empleados con- e insustituibles. En el fondo, sin embargo, tratan los servicios de otros empleados y no hacen más que confirmar la instaura- hacen todo lo posible para que el recono- ción de un régimen económico orientado cimiento social enmascare su situación ya definitivamente hacia la producción de económica real. Querrían fundar su exis- necesidades de consumo, donde la dupli- tencia, pretendidamente burguesa, en de- cación de realidades virtuales mediante las talles insignificantes de sus vidas, como imágenes que circulan publicadas en re- demuestra la ingenua respuesta de una em- vistas o reproducidas en películas consigue pleada de Berlín cuando Kracauer le pre- que se experimenten de verdad las fantas- gunta acerca de su vida en la oficina: magorías materiales. “¡Pero si todo se encuentra ya en las no- En este mundo de imágenes en circu- velas!”12 uno se siente realmente vivo lación, los escritores son estrellas también. cuando su existencia se parece a la de las son fotografiados y filmados cuando cele- películas, a la imagen que le devuelven de bran sus fiestas donde corre el licor en un uno mismo las revistas y la propaganda. ambiente de libertad sexual que nada tiene Para sentirse vivos, por lo tanto, los em- que ver con el mundo hipócrita y refinado pleados y las empleadas deben procurarse de esos “malditos puritanos” de los que ha- una imagen exuberantemente positiva y bla Hemingway. no es casualidad que compran la ropa que les sugieren las re- Fitzgerald, el creador de Gatsby,y su es- vistas de moda, que les ayudan a soñar posa Zelda frecuenten la misma casa con el cambio de estatus. Comprometidos donde Charles Lindbergh escribe su auto- con la belleza y la felicidad, y asustados biografía, We: la Falise, una mansión estilo por la amenaza que supone el hombre sin francés que la familia Guggenheim poseía rostro que para ellos representa el obrero, en Long Island, enormemente popular en- se refugian en sus casas de ensueño que, tre la gente de Broadway y el mundo de las aunque producidas en serie, cada uno artes en general. Del mismo modo circulan adorna con toda clase de lujos superficia- las imágenes de Hemingway, de tez bron- les y signos de distinción. Es así cómo se ceada y sonrisa de estrella de cine, mien- confiere un halo de singularidad al que la tras muestra el enorme pez espada pes- ISEGORÍA, N.º 53, julio-diciembre, 2015, 631-646, ISSN: 1130-2097 639 doi: 10.3989/isegoria.2015.053.09 ISEGORIA 53 N-2_Maquetación 1 16/11/15 12:50 Página 640 Álex Matas Pons cado en Cayo Hueso, mientras asiste a una con las tierras y los hombres con los que corrida de toros o mientras posa junto a sus entran en contacto. En su afán por ser tam- trofeos de caza mayor. ningún escritor bién ellos protagonistas de una experiencia mostró tanto empeño como Hemingway en “auténtica” y “original”, como la de los construirse una personalidad pública, y escritores cuya imagen contemplan en las ninguno sacó tanto rédito como él al ex- revistas, obligan a las sociedades que visi- plotarla. Como escribió Edmund Wilson, tan a convertirse en una imagen romántica Hemingway parecía necesitar “al menos a que pueda ser consumida. La progresiva una persona que ejerciera de público, que democratización del turismo ha hecho po- lo apreciara y lo aplaudiera”14. sible al fin que todos puedan ir ya lejos en Todo sugiere que la distinción –la per- busca del “origen”, pero los miles de mi- sonalidad y el carácter singular– está al al- llones anuales del negocio organizado al- cance de cualquiera15y los escritores des- rededor de este anhelo obligan a las pobla- empeñan también un papel principal en ciones que son visitadas a mantenerse este proceso histórico. Así se explica tam- “típicas”. “Típicas” no como la tradición bién que Le Figaro vendiera en los años que se conserva, sino como la “autentici- cincuenta unos reportajes donde se veía a dad” que sirve para agradar al turismo co- diferentes escritores franceses disfrutando mún, siempre en busca de saciar su sed de de sus vacaciones, mientras exhibían su “origen”.17 condición prosaica al contemplar paisajes si los escritores pueden ser admirados o leer relajadamente: confirmaban así que como estrellas es sin duda porque su con- la vocación artística de los hombres de “es- dición social cambió de forma radical a lo píritu” ni se detiene ni se degrada durante largo del siglo xVIII. Fue Rousseau, sin las vacaciones. Como explicó Roland Bar- duda, uno de los agentes más activos de thes en sus Mitologías, lo banal del entre- una transformación que convirtió a los au- tenimiento se presenta como compatible tores en figuras públicas capaces de redi- con el prestigio de estos hombres fotogra- mir a los ciudadanos de un ambiente de co- fiados, cuyo hábito aristocrático inyecta en rrupción social. Precisamente, Rousseau todas las actividades, incluso las más ni- inauguró su próspera carrera literaria con mias, una expresión de carácter y de rango una advertencia contra las nefastas conse- elevado16. La sociedad concede un carácter cuencias que se derivarían de seguir el excepcional a estos distinguidos escrito- ejemplo de los escritores. Esta advertencia res, pero al mismo tiempo se dota a ella la da en 1750, cuando en su famoso dis- misma de una oportunidad para gozar tam- curso ante la Academia de Dijon habla de bién de esta singularidad ficticia: al igual la calidad corruptora de las “ciencias” y las que los escritores en sus vacaciones, ellos “artes”. Argumenta que el escritor, con su también se dirigen hacia los monumentos deseo por gustar y merecer la aprobación ya consagrados por las guías y conciben los de todos, resume ejemplarmente la false- países que visitan y sus paisajes como me- dad inherente a la vida social. Es el agente ros almacenes de reconfortantes mercan- primero de la corrupción en la medida en cías que nada tienen que ver en realidad que su labor se explica por el deseo de 640 ISEGORÍA, N.º 53, julio-diciembre, 2015, 631-646, ISSN: 1130-2097 doi: 10.3989/isegoria.2015.053.09
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