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Expectativas de Autoeficacia y Actitud Prosocial Asociadas a Participación Ciudadana en Jóvenes ... PDF

14 Pages·2008·0.53 MB·Spanish
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PSYKHE Copyright 2004 by Psykhe 2004, Vol.13, N” 2, 85-98 ISSN 0717-0297 Expectativas de Autoeficacia y Actitud Prosocial Asociadas a Participaci(cid:243)n Ciudadana en J(cid:243)venes Self-efficacy Beliefs and Prosocial Attitude as Correlates of Social Involvement in Youth Elda VelÆsquez, M. Loreto Mart(cid:237)nez y Patricio Cumsille Pontificia Universidad Cat(cid:243)lica de Chile Se estudiaron las diferencias en la cantidad y tipo de participaci(cid:243)n entre j(cid:243)venes de ambos sexos y, c(cid:243)mo estas diferencias inciden en las expectativas de autoeficacia y la actitud prosocial a futuro. La muestra estuvo constitui- da por 1900 j(cid:243)venes, estudiantes de enseæanza media de tres comunas de la Regi(cid:243)n Metropolitana. A travØs de pruebas no paramØtricas y anÆlisis de regresi(cid:243)n lineal se examinaron: a) las diferencias existentes entre ambos sexos en la cantidad de actividades de participaci(cid:243)n; b) las relaciones existentes entre el sexo de los participantes y su participaci(cid:243)n en actividades de tipo prosocial y activista, y c) la asociaci(cid:243)n entre tipos de participaci(cid:243)n social y las expectativas de autoeficacia y actitud prosocial de los adolescentes. Los resultados indicaron que las mujeres participan mÆs que los hombres. El sexo de los j(cid:243)venes es una variable predictora de la actitud prosocial a futuro, pero no predice expectativas de autoeficacia. La participaci(cid:243)n social se asocia positivamente a las expectativas de autoeficacia, como tambiØn a la actitud prosocial. Se discuten las implicancias de los hallazgos desde la perspectiva de las pol(cid:237)ticas de juventud y la igualdad de gØnero. This study examined gender differences in levels and type of social involvement, as well as the associations between social involvement, self-efficacy and prosocial attitudes in Chilean adolescents. The sample consisted of 1900 adolescents drawn from private and municipal schools in metropolitan Santiago. Significant gender differences in levels of social participation were found with females reporting more involvement than males. In addition, females reported higher levels of prosocial involvement than males. Regression analyses yielded a significant positive association between social participation and self-efficacy beliefs. Similarly, social involvement was positively associated with prosocial attitude. Findings are discussed in light of their implications for youth social policy and gender equality. Introducci(cid:243)n sus necesidades y valores. Finalmente, la participa- ci(cid:243)n social aumenta los sentimientos de eficacia y La participaci(cid:243)n social genera el potencial para responsabilidad y disminuye los sentimientos de que las instituciones, los contextos escolares, del alineaci(cid:243)n y anonimato (Wandersman & Florin, 2000). barrio y de la comunidad sean responsivos a las Como otras actividades sociales, la participaci(cid:243)n necesidades de las personas y de las familias. Entre estÆ influenciada por la socializaci(cid:243)n de gØnero. Por los beneficios de la participaci(cid:243)n ciudadana se ha ejemplo, en relaci(cid:243)n al tipo de organizaciones en las notado que mejora la calidad de los entornos y de que se participa, las alternativas mÆs frecuentes para los programas pues los participantes contribuyen cada gØnero son las organizaciones sociales para con su conocimiento. Asimismo, la participaci(cid:243)n las mujeres y las deportivas para los hombres. En acrecienta los sentimientos de control sobre el am- este sentido, los diferentes patrones de socializa- biente (Florin & Wandersman, 1988) y ayuda a las ci(cid:243)n a los que son expuestos hombres y mujeres, personas a desarrollar planes que calzan mejor con presentan condicionantes, tales como permisos, tiempo disponible e incompatibilidad de roles Elda VelÆsquez, Loreto Mart(cid:237)nez y Patricio Cumsille, Es- (Sabatini, 1995), que van situando a la mujer joven cuela de Psicolog(cid:237)a. en una posici(cid:243)n, donde la participaci(cid:243)n toma mati- La correspondencia relativa a este art(cid:237)culo deberÆ ser diri- gida a Elda VelÆsquez, Escuela de Psicolog(cid:237)a, Pontificia ces particulares. Universidad Cat(cid:243)lica de Chile, Avda. Vicuæa Mackenna Conocer los patrones de participaci(cid:243)n, los con- 4836, Santiago, Chile. E-mail: [email protected] textos o lugares en que Østa se lleva a cabo, como La elaboraci(cid:243)n de este art(cid:237)culo fue posible gracias al tambiØn el tipo de organizaciones en que las mujeres financiamiento otorgado por el Fondo Nacional de Desa- rrollo Cient(cid:237)fico y Tecnol(cid:243)gico (FONDECYT), a travØs j(cid:243)venes se involucran y sus diferencias con las que del proyecto N” 1010934 a la segunda autora. convocan a los hombres j(cid:243)venes resulta relevante 86 VEL`SQUEZ, MART˝NEZ Y CUMSILLE al momento de evaluar los beneficios que la partici- mÆs(cid:142) (p. 228). La consolidaci(cid:243)n de la identidad se paci(cid:243)n conlleva para cada gØnero. transforma en el centro de las tareas evolutivas en El reporte de participaci(cid:243)n de las mujeres en or- esta etapa. La relevancia de esta tarea del desarrollo ganizaciones sociales, tiende a aumentar sistemÆti- queda evidenciada en las investigaciones que han camente hacia la edad adulta, por tanto, es necesa- argumentado que la personalidad adulta estÆ rio conocer las oportunidades de participaci(cid:243)n que influenciada en gran medida por la manera en que pueden ser propiciadas o reconocidas para las mu- las personas resuelven sus problemas durante este jeres j(cid:243)venes. En cuanto a lo primero, para la puesta periodo (Stewart & Healy, 1989). en marcha de ciertas habilidades asociadas con la En consecuencia con lo anterior, desde el enfo- participaci(cid:243)n (e.g., pensamiento cr(cid:237)tico, liderazgo) que ecol(cid:243)gico (Bronfenbrenner, 1979), se concibe a generalmente existe primero un proceso de aprendi- la persona en desarrollo, en constante interacci(cid:243)n zaje de dichas habilidades, por lo tanto, conocer las con su ambiente. Desde esta perspectiva, el desa- diferencias de participaci(cid:243)n entre los segmentos j(cid:243)- rrollo es un cambio perdurable en el modo en que venes y adultos ayudarÆ a comprender el desarrollo una persona percibe su ambiente y se relaciona con de estas habilidades. Øl. As(cid:237), las caracter(cid:237)sticas de los entornos en que los Te(cid:243)rica y emp(cid:237)ricamente la participaci(cid:243)n social se j(cid:243)venes se desenvuelven cobran relevancia para su asocia al desarrollo de habilidades (cid:133)e.g., empodera- desarrollo. miento, pensamiento cr(cid:237)tico, sentimiento de auto- Los contextos y las experiencias derivadas de eficacia y desarrollo de identidad entre otras caracte- los diversos roles permitirÆn al joven, identificarse r(cid:237)sticas(cid:133) (Terry, 2001; Thomas, 2000; Zimmerman & con los valores comunes, favoreciendo la construc- Rappaport, 1998). En consecuencia, si las mujeres j(cid:243)- ci(cid:243)n de aspectos sociales de su identidad (Hart, venes participan menos, tal como se reporta en estu- Atkins & Ford, 1998). En s(cid:237)ntesis, las caracter(cid:237)sticas dios nacionales (INJUV, 2001) sus oportunidades de personales de los adolescentes en conjunci(cid:243)n con desarrollar estas habilidades a travØs de la participa- las oportunidades del entorno para la exploraci(cid:243)n ci(cid:243)n ser(cid:237)an menores. de acci(cid:243)n prosocial influencian el desarrollo de la En funci(cid:243)n de la literatura consultada, el presen- identidad moral y, a su vez, incrementan el capital te estudio se ha planteado como objetivo general social en las comunidades (Hart et al., 1998). identificar si existen diferencias en la cantidad y tipo Es la interacci(cid:243)n con el entorno la que brinda a de participaci(cid:243)n, ademÆs de describir c(cid:243)mo estas los y las j(cid:243)venes diferentes formas de participar. Es diferencias de participaci(cid:243)n de hombres y mujeres decir, la participaci(cid:243)n puede darse cuando confluye j(cid:243)venes inciden en el desarrollo de expectativas de tanto la capacidad de participar como las oportuni- autoeficacia y las conductas prosociales a futuro. dades existentes. Las oportunidades del entorno debieran incorporarse al momento de diseæar pol(cid:237)ti- Antecedentes cas pœblicas de manera que permitan el adecuado ejercicio de la capacidad de participaci(cid:243)n a los j(cid:243)ve- nes, al mismo tiempo que los j(cid:243)venes contribuirÆn Juventud y Participaci(cid:243)n con sus capacidades al incorporarse en esa acci(cid:243)n Desde la dØcada de los 50, se han definido metas colectiva (Hart et al., 1998; Palma, 1998). Las posibi- sobresalientes de la etapa adolescente, destacÆn- lidades que las sociedades democrÆticas ofrecen para dose los esfuerzos por lograr independencia de los la participaci(cid:243)n, debate y para el desarrollo de cono- padres, adquirir las aptitudes sociales que se requie- cimiento, habilidades, disposiciones c(cid:237)vicas y pen- ren de todo adulto; lograr un sentido de s(cid:237) mismo; samiento cr(cid:237)tico (Branson & Quigley, 1998; Flanagan, desarrollar habilidades acadØmicas y vocacionales; Bowes, Jonsson, Csapo & Sheblanova, 1998) en los adaptarse a los cambios f(cid:237)sicos y la asimilaci(cid:243)n de j(cid:243)venes, se constituyen en una de las modalidades un conjunto de normas y valores (McKinney, de promoci(cid:243)n del desarrollo juvenil. Fitzgerald & Strommen, 1998). Sin embargo, el fen(cid:243)- meno que mÆs caracteriza esta etapa es el estableci- Mujeres y Participaci(cid:243)n miento de la identidad. Para Erikson (1950), la identi- dad equivale a (cid:141)la confianza intensificada de que la El anÆlisis del estado de la participaci(cid:243)n de las realidad y continuidad internas que se han prepara- mujeres en Chile debe realizarse tomando en cuenta do en el pasado, corresponden a la realidad y conti- las diferentes realidades de Østas, dependiendo de nuidad de significado que uno tiene para los de- los estratos socioecon(cid:243)micos y culturales en que se PARTICIPACI(cid:211)N EN J(cid:211)VENES 87 desenvuelven y por supuesto el grupo etÆreo al que dictaduras en diversos pa(cid:237)ses. En estas condicio- pertenecen. nes, las mujeres lideran movimientos de derechos En Chile, el 50.7% de la poblaci(cid:243)n estÆ constitui- humanos y de bœsqueda de familiares desapareci- da por mujeres, de las cuales, el 23% tienen entre 15 dos debido al accionar de las dictaduras (ValdØs & y 29 aæos, es decir, son mujeres j(cid:243)venes de acuerdo Weinstein, 1993). a las pol(cid:237)ticas nacionales (INE, 2003). Por otra parte, una de las caracter(cid:237)sticas de la par- El estudio de la participaci(cid:243)n de las mujeres, ob- ticipaci(cid:243)n de las mujeres, ha sido el involucramiento viamente debe hacerse desde una perspectiva de en actividades asociadas con labores del hogar o aque- gØnero, lo que requiere ser contextualizado hist(cid:243)ri- llas que tienen un carÆcter de cuidado hacia otros, en camente desde su surgimiento en la dØcada de los contraposici(cid:243)n con las caracter(cid:237)sticas de la participa- aæos setenta, momento en el cual la igualdad de gØ- ci(cid:243)n masculina mÆs asociadas a lo pœblico (Sabatini, nero se incorpora a la discusi(cid:243)n en Æmbitos acadØ- 1995; Serrano, Raczinski & Rojas, 1999). micos y pol(cid:237)ticos. La primera forma de estudio estÆ En sus estudios sobre el desarrollo de las muje- orientada al problema de la invisibilidad y subordi- res, Gilligan (1985) describe las diferencias de pers- naci(cid:243)n de las mujeres y, consecuentemente, se tor- pectivas en el desarrollo moral de hombres y muje- na necesario hacerlas (cid:141)visibles(cid:142), otorgar existencia res. Sus observaciones permiten entender la inci- social como requisito esencial para su autovaloraci(cid:243)n dencia de la socializaci(cid:243)n de gØnero en la construc- y reinvindicaci(cid:243)n de su condici(cid:243)n (Jelin & ValdØs, ci(cid:243)n de ciudadan(cid:237)a y la participaci(cid:243)n social y pol(cid:237)ti- 1999). ca. La autora cuestiona los resultados obtenidos por Posteriormente, el eje de estudio se orienta, por Kohlberg, sosteniendo que resulta inadecuado eva- una parte, a la bœsqueda de reconocimiento del rol luar con un œnico estÆndar la forma c(cid:243)mo mujeres y de las mujeres y la lucha por mejores condiciones hombres actœan frente a determinadas situaciones para llevar a cabo las labores ligadas a la tradicional morales. Gilligan (1985) postula la existencia de dos divisi(cid:243)n de labores entre gØneros y por otra a trans- modalidades de Øtica: a) la Øtica de la justicia y b) la formar esas condiciones. Esto se debe principalmente Øtica del cuidado. La primera estÆ basada en el res- a la integraci(cid:243)n de la mujer a la fuerza de trabajo en peto de los derechos formales, en una considera- AmØrica Latina (ValdØs, 1995, en Jelin & ValdØs, ci(cid:243)n del individuo como un ser responsable y dife- 1999), en condiciones donde la divisi(cid:243)n sexual del renciado dentro su entorno, y en la aplicaci(cid:243)n de trabajo tienen caracter(cid:237)sticas que la definen como reglas y procedimientos objetivos e imparciales, que opresora, que mantiene la subordinaci(cid:243)n de las mu- llevan a lograr resultados justos. La Øtica del cuida- jeres y les resta autonom(cid:237)a, planteÆndose como al- do se caracteriza por una predisposici(cid:243)n a formular ternativa el cambio del patriarcado como sistema juicios morales considerando la situaci(cid:243)n en que se social (ValdØs, 1990). encuentran las personas, ve el mundo como una red Jelin (1987, en Jelin & ValdØs, 1999) plantea que de relaciones y enfatiza la responsabilidad por los son las mujeres las que promovieron la organizaci(cid:243)n otros como un principio central de la conducta so- comunitaria y autogestionaria de los servicios pœ- cial. En s(cid:237)ntesis, la Øtica del cuidado considera que blicos. Pese a tener una proporci(cid:243)n alta de participa- la aplicaci(cid:243)n de reglas o leyes no es suficiente para ci(cid:243)n en estas organizaciones, las mujeres continœan enfrentar los conflictos sociales, sino que es nece- siendo invisibles para la sociedad en su conjunto. sario tambiØn asumir una responsabilidad activa por Sus formas propias de participaci(cid:243)n son considera- los demÆs. Lo anterior, puede vincularse a las for- das una forma de reforzar la condici(cid:243)n de subordi- mas de participaci(cid:243)n en las que se involucran los naci(cid:243)n, en tanto las labores que desarrollan en el j(cid:243)venes, pudiendo ser posible a su vez, hipotetizar trabajo comunitario son una extensi(cid:243)n de las labo- dos tipos de participaci(cid:243)n cada uno relacionado a res domØsticas (cid:133)e.g., a ollas comunes, comedores las modalidades de Øtica postuladas por Gilligan, esto colectivos, salas cunas y jardines infantiles comuni- es, participaci(cid:243)n de tipo prosocial, asociado a la Øti- tarios(cid:133) lo que constituye una de las caracter(cid:237)sticas ca del cuidado y la participaci(cid:243)n activista, ligada a la de la participaci(cid:243)n de las mujeres durante las dØca- Øtica del derecho. das de los setenta y ochenta (Jelin & ValdØs, 1999). En la perspectiva de Kohlberg, si la Øtica de la No obstante lo anterior, existe otro hito en la par- justicia es el punto mÆs alto de la formaci(cid:243)n moral de ticipaci(cid:243)n de las mujeres en Chile y tambiØn en AmØ- las personas, entonces, la Øtica del cuidado represen- rica Latina durante el mismo per(cid:237)odo, mediado por la tar(cid:237)a un desarrollo menos avanzado, ser(cid:237)a s(cid:243)lo aplica- precariedad de las democracias y la presencia de ble a los Æmbitos familiares o privados pero no a los 88 VEL`SQUEZ, MART˝NEZ Y CUMSILLE pœblicos. BasÆndose en los resultados de sus inves- La igualdad de oportunidades para participar, tigaciones, Gilligan cuestiona que las teor(cid:237)as sobre el encuentra sustento en los hallazgos de diferentes comportamiento humano sigan considerando la con- estudios que dan cuenta de los beneficios de la par- ducta masculina protot(cid:237)pica como el estÆndar de me- ticipaci(cid:243)n, tales como el desarrollo de empodera- dida. Con este sesgo, las caracter(cid:237)sticas (cid:141)femeninas(cid:142) miento psicol(cid:243)gico, la identificaci(cid:243)n de recursos pro- ya sea son invisibles en el discurso te(cid:243)rico, o apare- pios y del entorno, el desarrollo de estrategias para cen como defecto, inferioridad o carencia. lograr metas y por ende mayores competencias, ma- Diversos trabajos han cuestionado las interpreta- yor sentido de responsabilidad y de control, asocia- ciones de esta investigadora debido a que, al diferen- dos a la percepci(cid:243)n de autoeficacia, satisfacci(cid:243)n de ciar tan netamente a varones y mujeres, tiende hacia necesidades, conocimiento c(cid:237)vico, mayor grado de el esencialismo y a la generalizaci(cid:243)n. En consecuen- responsabilidad (Branson & Quigley, 1998; Florin & cia, y mÆs allÆ de sus prop(cid:243)sitos, este discurso ser(cid:237)a Wandersman, 1988; Prestby, Wandersman, Florin, funcional a la perpetuaci(cid:243)n de las diferencias de gØ- Rich & Chavis, 1990; Terry, 2001; Zimmerman & nero ya que no da respuestas pol(cid:237)ticas a las limitacio- Rappaport, 1998). nes para la participaci(cid:243)n femenina en la esfera pœblica A travØs del fomento de la participaci(cid:243)n se in- (Mar(cid:237)n, 1993). La explicaci(cid:243)n de Gilligan sobre la con- vierte en el capital social (Hart et al., 1998). Se re- cepci(cid:243)n del yo de las mujeres favorecer(cid:237)a la conclu- quiere entonces generar actividades motivadoras, si(cid:243)n de que ellas son las mejores (cid:141)cuidadoras(cid:142) casi especialmente en j(cid:243)venes, ya que se ha demostrado por de naturaleza, dejando de lado las diferencias en que conexiones tempranas con pares en actividades la posici(cid:243)n social y en el acceso al poder que facilitan extracurriculares, participaci(cid:243)n religiosa, entre otras, que se desarrollen ciertos rasgos mÆs que otros. son un predictor significativo de involucramiento Sin embargo, tambiØn cabe otra lectura de sus c(cid:237)vico en la adultez (Hart et al., 1998; Smith, 1999). ideas. Podr(cid:237)a pensarse que su anÆlisis contribuye a Estudios realizados con mujeres han demostra- una revisi(cid:243)n necesaria del marco Øtico predominan- do que la falta de participaci(cid:243)n, de ocupaci(cid:243)n de te, al tiempo que sugiere un camino para la construc- espacios y por ende la disminuci(cid:243)n de redes, estÆ ci(cid:243)n de una nueva Øtica universal que abarque el asociada a bajo empoderamiento, contribuyendo a modelo de la justicia (reciprocidad, contrato) y tam- que las mujeres sean mÆs propensas a una serie de biØn el del cuidado (trabajo voluntario, caridad, res- riesgos, fruto de las desiguales relaciones de poder ponsabilidad, solidaridad), una visi(cid:243)n de la socie- que establecen (Jenkins, 2000). Estos antecedentes dad en la cual mujeres y varones compartan tareas, resultan relevantes de considerar a la luz de los ha- responsabilidades, derechos, y protagonismo llazgos previos (INJUV, 2001) que informan de una (Mar(cid:237)n, 1993). menor participaci(cid:243)n de las mujeres j(cid:243)venes en rela- Esta l(cid:237)nea de pensamiento la encontramos tam- ci(cid:243)n a la de sus pares varones. En este contexto, las biØn en quienes proponen como norte del cambio mujeres j(cid:243)venes tendr(cid:237)an menor oportunidad de de- Øtico la construcci(cid:243)n de una (cid:141)sociedad del cuida- sarrollar un mayor nivel de empoderamiento psico- do(cid:142). En ella los miembros de la comunidad no s(cid:243)lo l(cid:243)gico, de aumentar su percepci(cid:243)n de autoeficacia y deber(cid:237)an gozar de derechos, sino tambiØn asumir menores posibilidades de involucramiento c(cid:237)vico o obligaciones por el bienestar colectivo. La respon- prosocial en la adultez, ademÆs de los beneficios sabilidad de todos y cada uno de los sujetos hacia que Østo implica en su desarrollo. las familias, las comunidades y el medio ambiente, se conciben como un aspecto fundamental de la ciu- Expectativas de Autoeficacia y Participaci(cid:243)n dadan(cid:237)a, una inversi(cid:243)n social que fortalece la capa- cidad de la comunidad para asegurar el desarrollo La autoeficiacia es el conjunto de creencias en sustentable. las propias capacidades para organizar y ejecutar Si bien en el actual contexto global estas pro- los cursos de acci(cid:243)n requeridos para producir deter- puestas podr(cid:237)an ser vistas como expresiones ret(cid:243)ri- minados logros o resultados (Bandura, 1997). Para cas, manifestaciones de buenos deseos con escasa Bandura (1977) las creencias que una persona tiene viabilidad, tienen al menos el interØs de iluminar y juegan un rol esencial en las motivaciones de Østa. revalorizar como referentes Øticos deseables para el En este sentido, la autoeficacia se refiere a la con- conjunto, atributos y relaciones que fueron asigna- fianza que tiene una persona de que cuenta con la dos a las mujeres y encapsulados en sus Æmbitos capacidad para hacer las actividades que emprende. mÆs espec(cid:237)ficos como el hogar. Los juicios que la persona hace acerca de su auto- PARTICIPACI(cid:211)N EN J(cid:211)VENES 89 eficacia son espec(cid:237)ficos a las tareas y a las situacio- Las hip(cid:243)tesis generales de la presente investi- nes en que se involucra, y las personas las utilizan gaci(cid:243)n son, en primer lugar que no hay diferencias para referirse a algœn tipo de meta o tarea a lograr. En significativas en los porcentajes de participaci(cid:243)n el contexto de la presente investigaci(cid:243)n, Østo impli- ciudadana de j(cid:243)venes hombres y mujeres. En se- ca que las metas planteadas por los j(cid:243)venes en acti- gundo lugar, se plantea que existen diferencias en el vidades de participaci(cid:243)n que benefician a su comu- tipo de actividades de participaci(cid:243)n ciudadana en- nidad estar(cid:237)an estrechamente ligadas a su percep- tre hombres y mujeres, lo que a su vez incide de ci(cid:243)n de autoeficacia. manera diferente en su desarrollo psicosocial. De acuerdo a Bandura (1997), existen cuatro fuen- Es posible hipotetizar: a) que no existen diferen- tes de las cuales se derivan los pensamientos de cias significativas en cuanto a la cantidad de partici- autoeficacia: a) las experiencias de Øxito, que son el paci(cid:243)n de hombres y mujeres; b) que hombres y resultado de las tareas realizadas y a su vez la fuente de mujeres difieren en el tipo de participaci(cid:243)n que eli- mayor influencia; b) las experiencias vicarias o efectos gen, siendo la participaci(cid:243)n prosocial mayor en mu- producidos al observar las acciones de los demÆs; c) la jeres y la participaci(cid:243)n activista mayor en los hom- persuasi(cid:243)n social, que implica la exposici(cid:243)n a los jui- bres; y c) las expectativas de autoeficacia estÆn aso- cios verbales de los demÆs y aunque es una fuente ciadas a la participaci(cid:243)n prosocial y la actitud dØbil de informaci(cid:243)n sobre la autoeficacia, puede jugar prosocial a futuro estÆ asociada a la participaci(cid:243)n un rol importante en el desarrollo de las creencias de prosocial. una persona; y, finalmente, d) los estados emocionales y fisiol(cid:243)gicos como la ansiedad, el estrØs, la excitaci(cid:243)n MØtodo y la fatiga, que tambiØn proporcionan informaci(cid:243)n so- bre la creencia de la propia eficacia. Participantes Las investigaciones que relacionan la autoefi- cacia con la participaci(cid:243)n en la juventud, dan cuenta La muestra estuvo constituida por 1900 j(cid:243)venes estu- diantes de enseæanza media de la Regi(cid:243)n Metropolitana (1039 de la importancia de la participaci(cid:243)n como fuente de mujeres y 861 hombres). Al momento de la evaluaci(cid:243)n, los interacciones que permite el desarrollo de habilida- participantes cursaban 1” a 4” medio en establecimientos des de los y las j(cid:243)venes, permite la acumulaci(cid:243)n de educacionales de tipo municipalizado, particular subvencio- capital social y, por lo tanto, favorece la proyecci(cid:243)n nado y particular pagado. Los establecimientos donde se realiz(cid:243) la investigaci(cid:243)n de los j(cid:243)venes como ciudadanos activos en sus co- estÆn ubicados en las comunas de La Florida, Macul y (cid:209)uæoa. munidades. Sin embargo, dado que la literatura exis- La edad de los participantes fluctu(cid:243) entre los 14 y 20 aæos, tente estudia estos elementos en forma separada o con un promedio de 15.9 aæos para las mujeres (SD = 1.3) y aquellas que indagan en la conformaci(cid:243)n de capital 16 aæos para los hombres (SD = 1.4). La muestra total tiene un promedio de edad de 16 aæos (SD = 1.3). social han sido realizadas en el extranjero se plantea la necesidad de analizar estas relaciones en j(cid:243)venes Instrumentos chilenos. Entre las preguntas que gu(cid:237)an este estu- dio se plantean ¿participan menos las j(cid:243)venes?, ¿par- Escala de Responsabilidad Social y Participaci(cid:243)n en ticipan de un modo diferente?, ¿c(cid:243)mo se relacionan Actividades C(cid:237)vicas (Pancer, Pratts & Hunsberger, 2000): estas diferencias en la participaci(cid:243)n con las expecta- Mide la frecuencia de involucramiento en actividades de bien comœn por lo menos una vez en los œltimos seis meses. tivas de autoeficacia y la actitud prosocial a futuro? Consta de ocho itemes, donde el mayor puntaje indica Resulta especialmente importante conocer cuÆ- mayor frecuencia de involucramiento. A su vez, esta variable les experiencias de participaci(cid:243)n se asocian efecti- se divide en dos tipos de participaci(cid:243)n, a saber: vamente al desarrollo de los j(cid:243)venes. AdemÆs, si Participaci(cid:243)n prosocial: Incluye la participaci(cid:243)n en ac- tividades de tipo solidario y/o beneficencia. Por ejemplo: consideramos que la participaci(cid:243)n tiene una serie de (cid:141)¿Has participado o ayudado a una organizaci(cid:243)n de cari- beneficios descritos ampliamente en la literatura, dad?(cid:142). sumado a la necesidad de contar con ciudadanos Participaci(cid:243)n activista: Esta participaci(cid:243)n se orienta a con predisposici(cid:243)n y preocupaci(cid:243)n por mantener actividades que tiene en comœn la lucha por determinadas causas, orientadas por la Øtica del derecho. Por ejemplo: conductas y actitudes prosociales a futuro, cabe (cid:141)¿Has ayudado o participado en alguna organizaci(cid:243)n que se entonces preguntarnos si la participaci(cid:243)n por s(cid:237) sola preocupa del medio ambiente?(cid:142). es necesaria para mejorar estas condiciones y a la Escala de Autoeficacia: Consta de seis itemes que mi- vez poder conocer si existe influencia de algœn tipo den las expectativas de Øxito en la resoluci(cid:243)n de problemas y habilidad para persistir ante hechos adversos. Los itemes espec(cid:237)fico de participaci(cid:243)n que contribuya en ma- utilizados son una adaptaci(cid:243)n de la escala de Sherer, Maddux, yor medida a la orientaci(cid:243)n hacia otros. Mercadante, Prentice-Dunn, Jacobs & Rogers (1982). Se 90 VEL`SQUEZ, MART˝NEZ Y CUMSILLE present(cid:243) a los j(cid:243)venes una serie de afirmaciones, por ejem- rios para las pruebas planificadas, posteriormente se realiz(cid:243) plo: (cid:141)Cuando hago planes, sØ que puedo hacerlos funcionar(cid:142), un anÆlisis factorial de las escalas, para conocer la validez y a las que los estudiantes respondieron (cid:141)Muy en desacuerdo(cid:142) confiabilidad de Østas. Luego se contrastaron las hip(cid:243)tesis (1), (cid:141)En desacuerdo(cid:142) (2), (cid:141)No estoy seguro(cid:142) (3), (cid:141)De acuer- utilizando U de Mann-Whitney y regresiones lineales. do(cid:142) (4), (cid:141)Muy de acuerdo(cid:142) (5), marcando el nœmero que corresponde al grado en que cada una de ellas les describ(cid:237)a. Resultados Como indicador, se consider(cid:243) que a mayor puntaje, mayor expectativa de autoeficacia. Los promedios y las desviaciones estÆndar de las Escala de Actitud Prosocial a Futuro: Mide la tendencia a evaluar de manera favorable situaciones que estÆn definidas variables en estudio, se presentan en la Tabla 1. como de beneficio para la sociedad u otras personas. Consta de cinco itemes, donde una alta puntuaci(cid:243)n indica una acti- AnÆlisis de Validez y Confiabilidad de las Escalas tud mÆs favorable a involucrarse en actividades que benefi- cien a la comunidad. A los participantes se les pregunt(cid:243) por el grado de importancia que asignan en su vida y en su futuro En el caso de la Escala de Participaci(cid:243)n, primero a cada una de las metas de esta escala, por ejemplo: (cid:141)Ayudar se utiliz(cid:243) un anÆlisis factorial exploratorio para de- a mi comunidad(cid:142). Las respuestas se distribuyen en (cid:141)No es terminar el nœmero de factores que la compon(cid:237)an. En importante(cid:142), (cid:141)Algo importante(cid:142), (cid:141)Importante(cid:142) y (cid:141)Muy el resto de las escalas, dado que se utiliz(cid:243) instru- importante(cid:142). mentos que fueron considerados previamente en una aplicaci(cid:243)n piloto del proyecto en el cual se enmarca Procedimiento esta investigaci(cid:243)n y dada la literatura existente, se Los adolescentes fueron contactados en sus colegios. La realiz(cid:243) s(cid:243)lo anÆlisis factorial confirmatorio, a travØs invitaci(cid:243)n a participar enfatiz(cid:243) el carÆcter voluntario de del programa AMOS. Debido a que no se cumple el Østa y un porcentaje alt(cid:237)simo de j(cid:243)venes estuvieron dispues- supuesto de normalidad (Hair, Anderson, Tatham & tos a participar voluntariamente. El procedimiento aplica- do, llevado a cabo por psic(cid:243)logos y estudiantes de los œltimos Black, 1999), para la estimaci(cid:243)n de los parÆmetros, aæos de Psicolog(cid:237)a, resguard(cid:243) la confidencialidad y el bienes- verificaci(cid:243)n y ajuste del modelo se emple(cid:243) el mØto- tar de los participantes. Se obtuvo un consentimiento escri- do de m(cid:237)nimos cuadrados generalizados (GLS). to de los j(cid:243)venes, quienes respondieron un cuestionario, de En todas las escalas, los itemes que presentaban aproximadamente 60 minutos de duraci(cid:243)n, en el mismo es- tablecimiento educacional. bajas cargas factoriales fueron eliminados. Las estrategias de anÆlisis apuntaron a obtener informa- Escala de Participaci(cid:243)n. Los itemes fueron ana- ci(cid:243)n respecto de las diferencias existentes entre el grupo de lizados utilizando en primera instancia anÆlisis hombres y de mujeres y las relaciones existentes entre las factorial exploratorio, con el mØtodo de extracci(cid:243)n variables medidas. Inicialmente se realiz(cid:243) el anÆlisis descrip- tivo de las variables y verificaci(cid:243)n de los supuestos necesa- de ejes principales y rotaci(cid:243)n Promax. En la Tabla 2 se muestran los tamaæos de las medidas resultantes. Tabla 1 Las medidas fueron sometidas a anÆlisis factorial Promedios y desviaciones estÆndar en las dimen- confirmatorio. Se postul(cid:243) la existencia de dos siones evaluadas constructos diferentes, pero correlacionados entre s(cid:237): participaci(cid:243)n prosocial y participaci(cid:243)n activista. Mujeres Hombres Total Una vez ejecutado el anÆlisis se verific(cid:243) la au- Participaci(cid:243)n Prosocial sencia de problemas de identificaci(cid:243)n (Hair et al., x 1.96 1.77 1.88 1999), descartÆndose la existencia de errores estÆndar DS 0.67 0.61 0.65 muy elevados, incapacidad del programa de invertir N 1037 860 1897 la matriz, estimaciones imposibles, correlaciones ele- Participaci(cid:243)n Activista vadas entre los coeficientes. x 1.35 1.35 1.35 De acuerdo al anÆlisis factorial, la escala tiene un DS 0.50 0.49 0.49 buen nivel de confiabilidad, presentando cada (cid:237)tem N 1034 860 1894 cargas de regresi(cid:243)n altas, con un nivel de homoge- Autoeficacia neidad aceptable para cada una de las escalas. La x 3.91 3.91 3.91 Tabla 3 resume los resultados para el modelo de DS 0.63 0.64 0.63 medici(cid:243)n, errores de estimaci(cid:243)n y cargas de regre- N 1003 813 1816 si(cid:243)n. GrÆficamente el modelo tiene la forma que se Actitud Prosocial a futuro presenta en la Figura 1. x 2.82 2.72 2.78 En relaci(cid:243)n con las medidas de ajuste absoluto, DS 0.69 0.70 0.70 el modelo presenta un valor para el estad(cid:237)stico chi- 2 N 1031 851 1882 cuadrado (X = 119.46; gl = 19) con un nivel de PARTICIPACI(cid:211)N EN J(cid:211)VENES 91 Tabla 2 ParÆmetros estimados para modelo (cid:141)Participaci(cid:243)n(cid:142) ParÆmetro estimado Error estÆndar C.R. Prosocial Visitar enfermos 0.514 0.022 23.08 Grupos iglesia 0.364 0.025 11.72 Organizaci(cid:243)n caridad 0.599 0.021 16.13 Ayudar a amigos 0.550 0.022 15.58 Visitar gente pobre 0.720 0.019 17.32 Activista Marchas 0.307 0.032 8.07 Medio ambiente 0.629 0.041 8.07 Pol(cid:237)tica 0.322 0.032 7.26 e 1 e 2 e 3 e 6 e 11 0.02 0.03 0.02 0.02 0.01 Visita Grupos Organizaci(cid:243)n Ayuda a Visita gente enfermos Iglesia de caridad amigos pobre 0.51 0.36 0.59 0.55 0.72 Participaci(cid:243)n Prosocial 0.63 Participaci(cid:243)n Activista 0.31 0.63 0.32 Medio Marchas Pol(cid:237)tica Ambiente 0.03 0.04 0.03 e 7 e 9 e 12 Figura 1. Modelo de medici(cid:243)n para variable participaci(cid:243)n. significancia bajo 0.05 (p = 0.00). Sin embargo, en el factorial confirmatorio, por lo que no resulta un buen caso de las escalas utilizadas en el estudio, debe (cid:237)ndice de ajuste en este caso. Debido a esto, se eva- considerarse que este valor es sensible a los tama- luaron otros (cid:237)ndices, como el (cid:237)ndice de bondad del æos muestrales y al supuesto de normalidad, lo que ajuste (AGFI = 0.96) que en este caso tiene un valor implica que ante muestras grandes el valor de este alto y por ende indicativo de un buen ajuste. Final- estad(cid:237)stico generalmente resulta significativo, situa- mente los (cid:237)ndices RMSR = 0.045 y RMSEA = 0.053, ci(cid:243)n que no es deseable en el caso de anÆlisis indican que la correlaci(cid:243)n residual media estÆ den- 92 VEL`SQUEZ, MART˝NEZ Y CUMSILLE tro de los parÆmetros aceptables y corrobora un buen Los (cid:237)ndices de ajuste comparativo, que evalœan el nivel de ajuste considerando ademÆs la parsimonia ajuste incremental del modelo comparado con el (cid:141)mo- del modelo, respectivamente. delo nulo(cid:142), dan cuenta de valores altos, cercanos a 1 Los (cid:237)ndices de ajuste comparativo, que evalœan el (IFI = 0.99 y CFI = 0.99) lo que implica que existe un ajuste incremental del modelo comparado con el (cid:141)mo- buen ajuste entre el modelo estimado y el modelo nulo delo nulo(cid:142), dan cuenta de valores altos, cercanos a 1 o independiente, es decir, el modelo propuesto refleja (IFI = 0.99 y CFI = 0.96), lo que implica que existe un en gran medida la informaci(cid:243)n contenida en los datos. buen ajuste entre el modelo estimado y el modelo nulo Dado que las diferencias de gØnero son un punto o independiente, es decir, el modelo propuesto refleja importante para este estudio, se contrast(cid:243) el mismo en gran medida la informaci(cid:243)n contenida en los datos. modelo de acuerdo al sexo de los participantes. En el Posteriormente, se realiz(cid:243) el mismo anÆlisis pero caso del grupo compuesto s(cid:243)lo por mujeres, el nivel para cada sexo en forma separada. En el grupo com- de ajuste absoluto se mantiene en un valor bastante puesto s(cid:243)lo por mujeres, el nivel de ajuste absoluto aceptable, RMSEA = 0.045, con un (cid:237)ndice de ajuste 2 se mantiene en un valor similar (RMSEA = 0.06), con comparativo (CFI) igual a 0.995 (X = 43.64; gl = 9; p un (cid:237)ndice de ajuste no normalizado alto (NNFI = = 0.00), lo que implica que al considerar s(cid:243)lo a las 0.990) y un (cid:237)ndice de ajuste comparativo alto (CFI = mujeres en el anÆlisis, el modelo tiene las mismas ca- 2 0.995) (X =148.68; gl = 19; p = 0.00), lo que implica racter(cid:237)sticas de ajuste que presenta al considerar la que al considerar s(cid:243)lo a las mujeres en el anÆlisis, el muestra en forma global. En el caso de los hombres, el modelo mantiene altos (cid:237)ndices de ajuste. nivel de ajuste absoluto estÆ dentro de los parÆmetros 2 En el caso de los hombres, el nivel de ajuste ab- que lo consideran como bueno (RMSEA= 0.046; X = soluto estÆ dentro de los parÆmetros que lo consi- 45.38; gl = 9; p = 0.00), tambiØn el (cid:237)ndice de ajuste 2 deran como bueno (RMSEA = 0.060; X = 150.79; gl comparativo se encuentra en un rango que lo clasifi- = 19; p = 0.00), tambiØn el (cid:237)ndice de ajuste no norma- ca como bueno (CFI = 0.995), lo que da cuenta de una lizado se encuentra en un rango que lo clasifica como estructura igual a la que presenta el grupo de mujeres bueno (NNFI = 0.99), al igual que el (cid:237)ndice de ajuste y la muestra en general. Los (cid:237)ndices de ajuste absolu- comparativo (CFI = 0.995), lo que da cuenta de una to y de ajuste comparativo son idØnticos para ambos estructura igual a la que presenta el grupo de muje- grupos (NNFI = 0.998 y CFI = 0.999). res y la muestra en general. En resumen, las diversas medidas globales de En resumen, las diversas medidas globales de calidad del ajuste, aportan evidencias suficientes calidad del ajuste, aportan evidencias suficientes para considerar los resultados del modelo como una para considerar los resultados del modelo como una aceptable representaci(cid:243)n del constructo (cid:141)expectati- aceptable representaci(cid:243)n de los constructos supues- vas de autoeficacia(cid:142). En la Figura 2 se presenta la tos, que consideran la existencia de dos tipos de representaci(cid:243)n grÆfica del modelo. participaci(cid:243)n: (cid:141)activista(cid:142) y (cid:141)prosocial(cid:142). AnÆlisis factorial de la Escala de Actitud AnÆlisis factorial de la Escala de Expectativas Prosocial a Futuro. La tercera escala a analizar fue la de Autoeficacia. De acuerdo al anÆlisis factorial, la escala (cid:141)actitud prosocial a futuro(cid:142), constituida por escala tiene un nivel de confiabilidad de 0.7, presen- cinco (cid:237)temes. Al igual que en las escalas anteriores, al tando cada (cid:237)tem cargas de regresi(cid:243)n altas, con un realizar el anÆlisis se consider(cid:243) el mØtodo GLS debido nivel de homogeneidad aceptable al interior de la es- a que los datos violan el supuesto de distribuci(cid:243)n cala. normal. De acuerdo al anÆlisis factorial, la escala tiene En relaci(cid:243)n con las medidas de ajuste absoluto, el un buen nivel de confiabilidad, presentando cada (cid:237)tem modelo presenta un valor para el estad(cid:237)stico chi-cua- cargas de regresi(cid:243)n altas, con un nivel de homoge- 2 drado (X = 39.14; gl = 9) con un nivel de significancia neidad aceptable para cada una de las escalas. bajo 0.05 (p = 0.000). Por el tamaæo de la muestra, se El modelo presenta un valor para el estad(cid:237)stico 2 chequearon otros (cid:237)ndices, como el (cid:237)ndice de bondad chi-cuadrado alto (X = 406.09; gl = 5) con un nivel del ajuste (AGFI = 0.98) que en este caso tiene un de significancia bajo 0.05 (p = 0.000). Al igual que valor considerado bastante alto y por ende de un con las variables anteriores, el estad(cid:237)stico es sensi- buen ajuste. Finalmente los (cid:237)ndices RMSR = 0.023 y ble a los tamaæos muestrales y al supuesto de nor- RMSEA = 0.042 indican que la correlaci(cid:243)n residual malidad, que tampoco se cumple, por lo que el valor media estÆ dentro de los parÆmetros aceptables y co- que arroja da cuenta de un mal ajuste. Al chequear rrobora un buen nivel de ajuste considerando ade- otros (cid:237)ndices, como el (cid:237)ndice de bondad del ajuste mÆs la parsimonia del modelo, respectivamente. (GFI = 0.94), Øste es alto y por ende de un buen PARTICIPACI(cid:211)N EN J(cid:211)VENES 93 0.05 Resultar bien e 1 0.58 0.06 Focalizar tarea e 2 0.50 0.06 0.33 Fijo metas e 3 Autoeficacia 0.71 0.05 Ser existoso e 4 0.73 0.05 0.53 Planes e 5 0.05 Dificultades e 6 Figura 2. Modelo de medici(cid:243)n para expectativas de autoeficacia. e e e e e 1 2 3 6 5 Ayudar a Ayudar a Conservar el Ayudar a la Servir al Pa(cid:237)s Pobres Discapacitados Planeta Comunidad 0.90 0.92 0.59 0.50 0.67 Actitud Prosocial a Futuro Figura 3. Modelo de medici(cid:243)n para variable actitud prosocial a futuro. ajuste. Sin embargo, el (cid:237)ndice RMSR = 0.11 y el escala completa sin dividir la participaci(cid:243)n de acuer- RMSEA = 0.17 dan cuenta de problemas en el ajuste. do a los tipos de participaci(cid:243)n propuestos. Dado que, Los (cid:237)ndices de ajuste comparativo, que evalœan como se seæal(cid:243) anteriormente, el supuesto de norma- el ajuste incremental del modelo comparado con el lidad no se cumple en la distribuci(cid:243)n para la variable (cid:141)modelo nulo(cid:142), dan cuenta de valores altos, cerca- participaci(cid:243)n, se opt(cid:243) por una prueba no parÆmetrica nos a 1 (IFI = 0.98 y CFI = 0.98) lo que implica que (Siegel, 1995). Los resultados del anÆlisis indican que, existe un buen ajuste entre el modelo estimado y el es mayor la participaci(cid:243)n en el grupo de las mujeres modelo nulo o independiente, es decir, el modelo j(cid:243)venes que la de los hombres j(cid:243)venes (p = 0.000). propuesto refleja en gran medida la informaci(cid:243)n con- En relaci(cid:243)n a la existencia de diferencias signifi- tenida en los datos. cativas en relaci(cid:243)n a la participaci(cid:243)n prosocial de ambos grupos, se puede verificar que existen dife- rencias significativas entre hombres y mujeres en AnÆlisis de Variables relaci(cid:243)n con la participaci(cid:243)n prosocial, siendo Østa Para identificar la existencia de diferencias en rela- mayor en las mujeres (p = 0.000). ci(cid:243)n a la cantidad de participaci(cid:243)n, se consider(cid:243) el En el caso de la participaci(cid:243)n activista, los resul- constructo participaci(cid:243)n en forma global, es decir, la tados obtenidos indican que no existen diferencias 94 VEL`SQUEZ, MART˝NEZ Y CUMSILLE significativas en torno a la cantidad de participaci(cid:243)n La edad es una variable que aporta a la predic- de hombres y mujeres j(cid:243)venes en actividades de ci(cid:243)n de la actitud prosocial a futuro en presencia de tipo activista (p = 0.032). las variables participaci(cid:243)n prosocial y activista, dado 2 Para contrastar la relaci(cid:243)n entre el tipo de parti- que hace que el R disminuya a 0.10. Esto tambiØn se cipaci(cid:243)n social y las expectativas de autoeficacia el puede corroborar dado que el estad(cid:237)stico de cambio cÆlculo de la ecuaci(cid:243)n de regresi(cid:243)n para el modelo cae al ingresar edad en el modelo (F = 2.2; p = 0.135). que contempla todos los predictores, arroja un valor Al considerar el modelo que contiene todos los 2 para R equivalente a 0.027, es decir, se explica el 3% predictores, el porcentaje de varianza explicada es de la varianza del modelo. El aporte de la variable del 12%. edad es m(cid:237)nimo en comparaci(cid:243)n al aporte del ingre- so de los tipos de participaci(cid:243)n y sexo. Discusi(cid:243)n Al considerar el anÆlisis de varianza Østos resul- tan significativos, salvo para el modelo 1, que consi- El objetivo de la presente investigaci(cid:243)n fue des- dera s(cid:243)lo sexo como predictor. Para el modelo que cribir las diferencias en la cantidad y tipo de partici- contiene como predictores sexo y tipos de participa- paci(cid:243)n entre hombres y mujeres, como tambiØn eva- ci(cid:243)n, el ANOVA resulta significativo con F obs = luar la relaci(cid:243)n entre participaci(cid:243)n social y expectati- 16.07 (p = 0.00); para 3 y 1810 grados de libertad. vas de autoeficacia y actitud prosocial en j(cid:243)venes. Para el modelo que contiene como predictores sexo, Los hallazgos seæalan que, contrario a lo plan- tipos de participaci(cid:243)n y edad el ANOVA tambiØn re- teado en parte de la literatura, al analizar la participa- sulta significativo con F obs = 12.62 (p = 0.00); para ci(cid:243)n en forma global, existen diferencias en cuanto a 4 y 1810 grados de libertad. la cantidad de participaci(cid:243)n entre hombres y muje- El modelo que contempla todos los predictores res, con una mayor participaci(cid:243)n de estas œltimas. tiene una varianza explicada mayor que el resto. En Al comparar los tipos de participaci(cid:243)n se observa la Tabla 3 se muestran los valores beta para cada que en relaci(cid:243)n a la participaci(cid:243)n prosocial existen variable. diferencias significativas de acuerdo al gØnero sien- do Østa mayor en las mujeres. Por otra parte, la rela- Tabla 3 ci(cid:243)n existente entre tipos de participaci(cid:243)n y expec- Coeficientes de anÆlisis de regresi(cid:243)n de expectativas tativas de autoeficacia, permite predecir esta œltima de autoeficacia a travØs de los tipos de participaci(cid:243)n siendo mÆs Variables Beta p importante el cambio experimentado a travØs de la participaci(cid:243)n prosocial. Sin embargo, esto no ocurre Sexo 0.002 .918 en relaci(cid:243)n al sexo de los y las j(cid:243)venes. En cuanto a Sexo 0.022 .342 la relaci(cid:243)n entre los tipos de participaci(cid:243)n y la acti- Participaci(cid:243)n Prosocial 0.145 .000 tud prosocial a futuro tambiØn es posible predecirla Participaci(cid:243)n Activista 0.047 .052 a travØs de los diferentes tipos de participaci(cid:243)n. Sexo 0.021 .367 A continuaci(cid:243)n se discute cada uno de los ha- Participaci(cid:243)n Prosocial 0.143 .000 llazgos e hip(cid:243)tesis contrastadas en el estudio. Participaci(cid:243)n Activista 0.047 .052 Edad 0.035 .135 Tipos de Participaci(cid:243)n Finalmente, al indagar acerca de la relaci(cid:243)n exis- Los resultados muestran que es posible identifi- tente entre los tipos de participaci(cid:243)n y la actitud car dos tipos de participaci(cid:243)n, diferentes entre s(cid:237) prosocial que pueden desarrollar a futuro los j(cid:243)ve- pero correlacionados, la participaci(cid:243)n prosocial y la nes, se verific(cid:243) que, en general la correlaci(cid:243)n entre participaci(cid:243)n activista. los tipos de participaci(cid:243)n es menor entre s(cid:237) que en- Desde la perspectiva de gØnero, se encontr(cid:243) evi- tre los diferentes tipos de participaci(cid:243)n y la actitud dencia para plantear estos dos tipos de participaci(cid:243)n, prosocial a futuro. donde la participaci(cid:243)n prosocial responde a la Øtica Al observar las ecuaciones de regresi(cid:243)n de cada de cuidado, y la participaci(cid:243)n activista que responde- modelo, es posible observar que para el modelo que r(cid:237)a a la Øtica del derecho (Gilligan, 1985), asociadas a la considera como œnico predictor a la variable sexo el 2 socializaci(cid:243)n femenina y masculina respectivamente. R es igual a 0.006, y al incorporar las variables par- 2 Este hallazgo es el elemento inicial para continuar ticipaci(cid:243)n prosocial y participaci(cid:243)n activista, el R con las posteriores hip(cid:243)tesis de investigaci(cid:243)n, ya que se ajusta en 0.11.

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Expectativas de Autoeficacia y Actitud Prosocial Asociadas a Participación Ciudadana en Jóvenes. Self-efficacy Beliefs and Prosocial Attitude as Correlates of Social Involvement in Youth. Elda Velásquez, M. Loreto Martínez y Patricio Cumsille. Pontificia Universidad Católica de Chile. Se estud
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