Progresa Programa de Educación, Salud y Alimentación Más oportunidades para las familias pobres Evaluación de Resultados del Programa de Educación, Salud y Alimentación nn nn ASPECTOS OPERATIVOS DEL PROGRAMA 2000 Índice Presentación ....................................................................................... i Evolución operativa de Progresa 1997-2000. ......................................................................................... 1 Evaluación de operaciones de Progresa desde la perspectiva de los beneficiarios, las promotoras, directores de escuela y personal de salud. Michelle Adato, David Coady y Marie Ruel .................................................39 Cumplimiento de la corresponsabilidad de la asistencia a los servicios de salud de los hogares beneficiarios de Progresa. ......................................................................................337 Avance en el acceso a los puntos de entrega de apoyos de Progresa. ......................................................................353 Presentación La evaluación de los impactos de las acciones de política social reviste especial importancia para contar con elementos objetivos que permitan mejorar los instrumentos a través de los que se desarrollan dichas acciones, introducir los ajustes necesarios para su mejor operación, y garantizar el máximo beneficio a la población. En la evaluación del Programa de Educación, Salud y Alimentación, Progresa, se persiguen diversos propósitos para verificar cómo se cumplen los objetivos del Programa de ofrecer a las familias en condición de pobreza genuinas oportunidades para afrontar y superar su condición, y establecer las bases para que dicho cambio sea sostenido, con resultados de corto plazo y entre generaciones. Así, se busca medir y cuantificar el nivel y dirección de los impactos en las tres áreas en que se desarrollan las acciones integradas de Progresa, educación, salud y alimentación, reconocer la dinámica de consolidación de estos impactos, e identificar las interrelaciones que se potencian entre sí. La evaluación de Progresa fue concebida y puesta en marcha desde el inicio de las actividades del Programa, para estar en condiciones de informar y dar cuenta, con absoluto rigor, transparencia y utilizando procedimientos robustos y objetivos, de sus efectos en las condiciones de vida de las familias que participan en el Programa. En este sentido, se reconoce que a diferencia de la mayoría de los programas sociales de gran escala implementados en países tanto desarrollados como en vías de desarrollo, se ha dado especial atención en que el diseño de evaluación tenga la mayor solidez posible. La fortaleza del modelo de evaluación de Progresa se deriva de que permite observar a un grupo de hogares que se asemejen a los hogares beneficiarios en todos los aspectos posibles, pero que no reciben los apoyos del Programa; de que se han recolectado observaciones repetidas de las familias y sus miembros antes y después del inicio de la operación del Programa; y de que se emplean modernas aproximaciones analíticas para determinar si Progresa tiene impacto. Los criterios metodológicos utilizados tienen el fin de permitir llevar a cabo la compleja tarea de identificar con precisión los cambios que efectivamente pueden atribuirse a las acciones emprendidas, y no confundirlos con efectos concomitantes ajenos. Estudiar procesos en que intervienen variadas respuestas personales, familiares y sociales, como ocurre por necesidad en un programa como Progresa, que se dirige hacia áreas clave del desarrollo de las personas, implica severas complicaciones de medición y comparabilidad. El aspecto básico es poder determinar, en ausencia del Programa, cuál es el estado que guarda una condición social específica en un grupo de población, y cuáles son los cambios que son atribuibles a sus acciones después de que éste realiza sus intervenciones. i Este documento reúne diversos análisis sobre los resultados e impactos de Progresa, que son producto de estudios independientes por parte de prestigiados académicos. En especial destaca la colaboración del equipo de trabajo del Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias, IFPRI, especializado en políticas públicas de superación de la pobreza. Otras instituciones académicas que han participado en los trabajos de evaluación son el Instituto Nacional de Salud Pública y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). Además, se incluyen trabajos realizados por personal de la Coordinación Nacional de Progresa, con la asesoría del IFPRI. Algunos de los trabajos tienen el objetivo de ofrecer a los lectores información contextual necesaria para comprender los resultados alcanzados por el Programa. Los temas tratados en el proyecto de evaluación de Progresa son muy diversos: entre otros se han estudiado los impactos sobre la inscripción, permanencia y rendimiento escolar de los niños; la demanda de los servicios y la condición de salud de niños y adultos; la atención prenatal, la fecundidad y la lactancia; el estado nutricional de los niños y las mujeres embarazadas; el consumo y la asignación intrahogareña de los recursos; las relaciones comunitarias y la integración social; la participación económica de los integrantes del hogar; el estatus de la mujer y las relaciones dentro del hogar; así como el costo-efectividad de las acciones del Programa, para poder realizar análisis prospectivos de Progresa. La recolección, procesamiento y análisis de los datos para la evaluación son procesos que requieren de un periodo de preparación y estudio. El proyecto de evaluación de Progresa tiene ya más de dos años y medio en marcha, y se espera que los resultados que se presentan en éste y otros volúmenes similares, así como la experiencia obtenida, favorezcan que la evaluación se constituya en un elemento indispensable de la política social. En este volumen se presentan diversos estudios relacionados con los procesos de operación de Progresa. En primer lugar, se exponen las principales características de la evolución operativa que ha experimentado el Programa, para que los lectores tengan una exposición detallada de las adecuaciones que se han realizado en los procesos de trabajo del Programa y las razones de las mismas. El segundo trabajo resume una extensa evaluación sobre la eficiencia operacional de Progresa, que se llevó a cabo debido a que su operación puede afectar el impacto esperado de las acciones del Programa. Para ello se emplearon datos tanto cuantitativos como cualitativos. Los primeros incluyeron observaciones repetidas de los hogares beneficiarios, las escuelas y las unidades de salud. Los datos cualitativos se obtuvieron mediante entrevistas semiestructuradas a los proveedores de servicios de salud y educación que participan en el Programa, así como en sesiones de grupos de enfoque con las promotoras de Progresa, con beneficiarias y con población no beneficiaria. ii La incorporación de estudios cualitativos amplía el campo de investigación, al incluir preguntas y temas que quizá no se habían considerado originalmente en el diseño de evaluación. Además, la riqueza de los informes cualitativos permite que se adquieran conocimientos adicionales, así como nuevas explicaciones e interpretaciones más detalladas sobre los resultados del Programa y su dinámica operativa. Progresa ha mostrado su viabilidad. Las lecciones obtenidas indican que se tiene en marcha una estrategia integral de desarrollo de las capacidades de las personas y de alivio a la pobreza extrema, que no es paternalista, que se dirige a las zonas de mayor marginación, en donde se han alcanzado resultados favorables. Estos muestran que a tres años de su inicio, Progresa ha apoyado a los niños de escasos recursos de las comunidades rurales para que permanezcan por más tiempo en la escuela, tengan mejor alimentación, reciban atención médica más frecuentemente y, en resumen, tengan mayor confianza en un mejor futuro. Las acciones de Progresa han propiciado que se rompa la transmisión intergeneracional de la pobreza. Pero debe considerarse que el Programa todavía se encuentra en su etapa inicial y que probablemente muchos de sus impactos únicamente se manifiesten en el futuro. Sólo la continuidad de la evaluación en el mediano y largo plazo del impacto de Progresa en la vida de las familias de escasos recursos permitirá determinar si el círculo vicioso de la pobreza y su transmisión intergeneracional ha sido interrumpido. Dr. Carlos M. Jarque Uribe Secretario de Desarrollo Social y Presidente del Consejo de la Coordinación Nacional del Programa de Educación, Salud y Alimentación iii Evolución operativa de Progresa 1997-2000 o* * Documento preparado por Eric Quijano, Celia Solís, Enrique Huerta y José Carlos Rocha. Las opiniones y puntos de vista aquí expresados son responsabilidad única y exclusiva de los autores. Presentación E l Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa), en el marco de la política social para el alivio a la pobreza impulsada por el Ejecutivo Federal, ha logrado que 2.6 millones de familias mexicanas reciban hoy un conjunto de servicios de educación, salud y alimentación fundamentales para el desarrollo de sus capacidades. Estas familias viven en 53 mil localidades rurales de las regiones de menor desarrollo relativo en el país. El conjunto de beneficios que reciben estas familias son: la prestación del paquete básico de servicios de salud, sesiones educativas para el cuidado de la salud, suplementos alimenticios para mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, para los niños menores de dos años y aquellos con algún grado de desnutrición menores de cinco años, apoyos monetarios para alimentación, paquetes de útiles escolares y becas. Todo esto está destinado para que las familias en condición de pobreza extrema puedan mejorar su consumo alimentario y sus condiciones de vida en general, adquirir ropa y calzado para que los menores beneficiados asistan a la escuela. Este es un esfuerzo de gran magnitud, cuyos resultados son producto de una labor de coordinación entre dependencias federales y estatales de la Secretaria de Salud, IMSS-Solidaridad, la Secretaría de Educación Pública y de la Secretaría de Desarrollo Social, como instancia responsable de la planeación, ejecución y evaluación del Programa. La experiencia durante estos tres años ha mostrado los esfuerzos conjuntos sectoriales y de los tres órdenes de Gobierno, federal, estatal y municipal, para poner en marcha una estrategia integral de desarrollo de las capacidades de las personas en condición de pobreza extrema, focalizada en las zonas de mayor marginación. Esta labor ha implicado una compleja operación, cuyas experiencias y los avances más significativos se describen en este documento. Progresa constituye un esfuerzo para ampliar las oportunidades de las familias mexicanas que viven en condiciones de pobreza extrema en el medio rural. Su propósito fundamental es atender de manera simultánea y continua las necesidades básicas de estas familias para que puedan desarrollar sus capacidades e insertarse productivamente en la sociedad. Para brindar sus apoyos, Progresa se basa en las siguientes orientaciones: • Se concentra en la familia, a quien se otorga directamente los apoyos. 3 • Tiene un enfoque integral, pues al proporcionar de manera conjunta e interactuante educación, salud y alimentación, tiene mayor impacto para lograr el objetivo de desarrollar las capacidades y potencialidades de las personas. • Brinda ayuda estructural, al facilitar a personas y familias el acceso a bienes y servicios que les permiten adquirir habilidades y aptitudes necesarias para que, mediante su esfuerzo personal, alcancen una vida autosuficiente. • Opera con un enfoque de género, ya que procura reducir las disparidades entre hombres y mujeres, que casi siempre se han traducido en mayores desventajas para ellas. • Fomenta la corresponsabilidad de los padres, al establecer como requisito su participación activa en el cuidado de la salud, la nutrición y la educación de sus hijos. • Focaliza su apoyo a las familias más necesitadas. • Realiza la selección de beneficiarios con transparencia y objetividad. Primero, se determinan las localidades con mayor marginación y el grado de acceso de su población a servicios de educación básica y salud, posteriormente, se obtiene información socioeconómica de cada hogar para identificar a las familias con mayores necesidades. Una vez hecha esta identificación, la relación de hogares se presenta a las comunidades en asamblea para que, en su caso, emitan opiniones sobre la lista definitiva de familias beneficiarias. • Fomenta el apoyo comunitario y de las autoridades locales. El compromiso que establece Progresa se hace con cada una de las familias beneficiarias, aunque reconoce la participación corresponsable de las comunidades donde opera, con pleno respeto a su pluralidad y sus particularidades culturales. • Se basa en una estrecha coordinación entre los tres órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal, lo cual asegura su eficiente operación. • Propicia la complementariedad con otros programas que desarrollan infraestructura social en las localidades y regiones donde opera. Progresa se integra con tres componentes estrechamente vinculados entre sí, y que operan de la siguiente manera: • Becas educativas y apoyos para la adquisición de útiles escolares. Las becas y apoyos tienen como propósito fomentar la inscripción escolar, la asistencia regular y la permanencia de los niños en la educación básica, así como 4 estimular a los padres a que colaboren para mejorar el aprovechamiento escolar de sus hijos. • Paquete básico de servicios de salud para todos los miembros de la familia. Se fomenta un cambio en la orientación y utilización de estos servicios hacia una actitud preventiva, mediante el autocuidado de la salud y una adecuada vigilancia de la nutrición familiar. • Apoyos para mejorar el consumo alimenticio y el estado nutricional. Los beneficios consisten en apoyos monetarios para la alimentación de la familia, así como suplementos alimenticios dirigidos a los niños, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia. Los apoyos económicos se entregan directamente a las madres de familia, ya que se reconoce que son ellas quienes hacen el mejor uso de los beneficios. El monto de los apoyos monetarios se actualiza semestralmente, de acuerdo con el Indice Nacional de Precios al Consumidor, a fin de que no pierdan su poder adquisitivo. La entrega de las becas educativas para cada familia está vinculada a la asistencia regular de los niños a la escuela, de manera que la ausencia a clases en forma injustificada en 4 ó más días hábiles de un mes, implica la suspensión de la beca correspondiente a ese mes. El apoyo monetario por concepto de alimentación está vinculado a que los integrantes de las familias cumplan con un esquema de asistencia programada a los servicios y las sesiones educativas para la salud. Tanto la asistencia a la escuela como a las unidades de salud se verifica mensualmente de manera individual para cada una de las familias y los estudiantes, y de ello depende el suministro de los apoyos monetarios. Las becas tienen dos características importantes: • Los apoyos se incrementan a medida que los niños avanzan de grado escolar. • Hay una diferenciación por sexo en el nivel de secundaria, donde las becas para las niñas son ligeramente mayores que las de los niños, con el propósito de contrarrestar el elevado índice de deserción escolar que existe entre las niñas del medio rural. 5
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