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Estudio histórico-artístico de los tejidos de al-Andalus y afines PDF

38 Pages·2009·3.21 MB·Spanish
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Estudio histórico-artístico de los tejidos de al-Andalus y afines CRISTINAPARTEARROYOLACABA Instituto Valencia de Don Juan El motivo de este trabajo, al igual que el de es- lus comienza la historia del tejido de seda, pues ta publicación conjunta, es dar a conocer los las primeras noticias de estas fabricaciones, así datos que se han obtenido de los 22 tejidos como la introducción de la sericultura, la ofre- hispanomusulmanes y afines, que cubren des- cen los cronistas de la España musulmana. de el período de la Córdoba califal, en el si- Posiblemente con ‘Abd al-Rahman I gloX, hasta el final del reino nazarí de Grana- (756-788), primer emir omeya, que estable- da, en el sigloXV. La mayor parte de los ejem- ció su corte en Córdoba y se rodeó de artis- plares se han restaurado en el Instituto del Pa- tas sirios, debió empezar a florecer la manu- trimonio Histórico Español, pero de otros só- factura de la seda. lo se tomaron muestras para el análisis de los Algunos de estos tejidos son fragmentos colorantes utilizados en los tintes y de los liga- que en ocasiones pudieron ser reutilizados, mentos con los que tejieron estas piezas texti- como producto de piezas regaladas por los les. Finalmente, también hemos hecho una musulmanes a los embajadores cristianos o 37 puesta al día del estudio histórico artístico. como botín de guerra al reconquistar los re- Estos ejemplares fueron productos de los yes cristianos las zonas en poder musulmán. talleres de artes suntuarias andalusíes en En ocasiones, se usaron en las iglesias como torno a la corte, como es el caso de la dar al forros de arquetas de reliquias tan en boga tiraz o el taller real de tejidos, aunque a la en la Edad Media. Otros serían adquiridos vez existieron talleres privados para abaste- en el mercado andalusí u otros mercados de cer el comercio de estos ejemplares textiles. lujo de la España cristiana. Estas obras fueron de alta calidad, tanto La mayoría de los tejidos formaron parte técnica como artística, gozando de la misma de indumentaria, tanto religiosa como civil, importancia que otras artes decorativas co- aunque también se usaron como forros de mo los marfiles o la joyería, la taracea o la ataúdes de pino, embelleciéndolos en la loza dorada. Especialmente los diseños de parte interior y exterior. Igualmente se con- tejidos fueron similares a los adornos de las servan almohadones y cojines de los dife- miniaturas de libros. En definitiva, los ele- rentes enterramientos. mentos ornamentales de los tejidos fueron Por la abundancia de ejemplares, simila- constantes en diversos materiales, que en res a estos que estudiamos, en los panteones muchas ocasiones, se tomaron del arte ar- reales y porque aparecen varios tejidos coe- quitectónico. Por otro lado, los regalos de táneos con escudos, tanto de los reyes como los monarcas musulmanes eran frecuente- de la nobleza, debemos pensar que se trata- mente tejidos, junto a las armas y caballos. ba de encargos textiles hechos ex profeso a Con la llegada de los musulmanes a la Pe- los talleres andalusíes, posiblemente priva- nínsula Ibérica y su asentamiento en al-Anda- dos y dedicados al negocio textil. Materias primas textiles: la seda entonces inaccesible por su alto precio, ya que se desconocía el secreto de su obtención, La seda es el filamento que segrega el gusa- es decir, la cría del gusano de seda, o sericul- no Bombyx morio Dud al-qazzy es la mate- tura, y el cultivo de las hojas de los morales. ria prima textil por excelencia para la elabo- El contacto de los musulmanes con los S E N ración de los tejidos artísticos, debido a sus pueblos que conocían la sericultura permitió FI A Y características de brillo, suavidad y finura, a la transmisión del cultivo de la seda en los S U AL la vez que resistencia y especial adaptación países que conquistaron, desde el Mediterrá- D N L-A al tinte. El país originario de la seda es Chi- neo hasta el océano Índico. Asia central, de- A DE na y el comienzo de su cultivo se sitúa en el sempeñó un importante papel transmisor en S O D tercer milenio a. C. En Occidente se intro- el ámbito de las lenguas, las religiones y las EJI S T dujo paulatinamente a través de la ruta de civilizaciones. De esta forma, las conquistas O L E laseda continental, desde Asia central por la musulmanas por el mediterráneo, donde el D CO meseta del Irán, Mesopotamia y la zona del clima era propicio a la cultura de la seda, hi- TI TÍS Éufrates, Alepo y Antioquía. La ruta maríti- zo posible la expansión desde el sur de Siria, R A O ma se hacía desde China, por el océano Ín- Chipre, sur de Ifriqiya, el sudeste de la Pe- C RI Ó dico y el mar Rojo hasta Alejandría. Los dos nínsula Ibérica y Sicilia (Lombard, 1978, T S HI grandes focos industriales se encuentran en págs.85 y 86). O UDI Siria y Egipto, con sus grandes capitales An- Tanto desde el punto de vista técnico co- T S E tioquía y Alejandría. Persia sirvió como país mo artístico, la elaboración de esta fibra tex- intermediario y por ello utilizó la seda antes til constituyó una de las mayores fuentes de 38 que otros países del Imperio romano: cuan- riqueza de la España musulmana, pues gra- do el persa Sapor alcanzó la región de Siria cias al clima templado del sudeste peninsu- en el año 355 y se llevó como botín a los te- lar, que favoreció la sericultura, la seda fue jedores greco-sirios que incrementaron el ar- una de las bases del comercio de al-Andalus, te textil. Por lo tanto, la seda ya era habi- dentro de la Península Ibérica y con los paí- tualmente usada cuando la conquistaron los ses de Europa y el oriente musulmán. musulmanes en 562, poniendo fin a la di- El gusano de seda se alimenta de dos tipos nastía persa Sasánida (226-652), como po- de hojas de moral: de las recogidas del mo- demos ver en los tejidos sasánidas del Mu- ral propiamente dicho o Morus nigra, grue- seo Vaticano, de los siglos VIyVII. sas y duras, o de las hojas de morera o Mo- Con el traslado de la capital del Imperio rus albaque son más pequeñas y blandas. La romano a Constantinopla, el centro de ma- España musulmana sólo conoció la primera yor vitalidad se acerca a Oriente y la utiliza- de las dos especies, según López de Coca ción de la seda importada se incrementa en (1996), y es a raíz de la conquista de Grana- los talleres textiles o gineceos. A mediados del da cuando se intentará introducir la morera. sigloVI, se introdujo la cría del gusano de se- Sin embargo, según García Gómez, los tex- da en Bizancio, en la época del emperador tos árabes citan el árbol de la morera Tut al Justiniano, según el testimonio de Procopio harir, como productor de las hojas utilizadas de Cesarea (De bello gotico, libro IV, cap. en la sericultura andalusí (García Gómez, XVII). Este acontecimiento en el mundo 2001, págs. 430 y 431). La adaptación de textil de Occidente supuso un cambio radi- los morales al terreno, sobre todo en las zo- cal en la producción de piezas de lujo, hasta nas montañosas, va a propiciar que se culti- ven en cualquier espacio, junto a los cami- da». Además, Himyari añade: «La seda pro- nos, acequias, balates e incluso en los corra- cedente del llano de Elvira es la que se di- les de las viviendas campesinas o alquerías. funde por todo el país y se exporta a todos En al-Andalus el moral y la cría del gusa- los lugares. Pues la seda es de mejor calidad no de seda se establecieron en las zonas abri- que la del valle del Nilo, y las cosechas son gadas de Sierra Nevada, es decir, en su cara tan abundantes que sus productos son en- sur, en los valles de las Alpujarras. Lombard viados a los más lejanos países del islam». recoge las noticias de varios autores (Lom- Por ello, Sumaysir, el más célebre poeta bard, 1978, págs. 95 y 96). Allí en las Al- satírico de la España musulmana del si- pujarras fueron instaladas las tribus sirias glo XI, nacido en Elvira, que se había refu- cuando tuvo lugar la inmigración de Balg giado en la corte del almeriense al-Mu’ta- en el año 740. Los sirios de Gund (circuns- sim, ante el cual recitaba poemas antibere- cripción militar) de Damasco se instalaron beres, refiriéndose a ‘Abd Allah, el último en Elvira, en la Vega de Granada. Los del zirí granadino y a las construcciones defen- Gundde Qinnasrin (Siria del norte) en Gai- sivas que estaba haciendo en Granada por yan (Jaén). Los de la región de Homs en temor a los almorávides, le acusa de «gusa- Niebla (Huelva), en el Aljarafe y en Sevilla. no que labra su capullo». Esta metáfora es Éstos fueron los que introdujeron la cría del muy significativa del conocimiento que se gusano de seda y el cultivo de la misma, es tenía de la seda, viniendo de un poeta que decir, la sericultura. había nacido en Elvira, famosa por la cría Las zonas del país regadas por el Alto del gusano de seda. 39 Guadalquivir, protegidas por las barreras El Calendario de Córdoba, en el año 961 montañosas de Sierra Morena y de Sierra (Dozy, Le Calendrier de Cordoue de l’année Nevada, ofrecen un clima templado muy fa- 641, Leyde, 1873, pág. 84) nos da a cono- vorable al cultivo del moral y la crianza del cer las etapas de producción de la seda: en gusano de seda. El «Rawd al mi’tar» en su febrero las mujeres recogen los huevos de las descripción sobre el Sulair oYabal al-Taly, es mariposas del gusano de seda, en marzo los decir, montaña de la nieve o Sierra Nevada, gusanos se reproducen; en mayo y poste- dice que las aldeas de los valles producen en riormente en agosto, los oficiales del Califa abundancia una excelente seda (harir); Wadi requisan la seda para las necesidades del ti- As (Guadix), Basta (Baza), Finyana (Fiñana, raz de palacio. localidad cercana a Almería). Otro autor, ad-Damiri, nos aporta un cu- Por otro lado, Muqaddasi (Muqaddasi, rioso dato: «A menudo el nacimiento de los ed. de Goeje, pág. 235) señala con más pre- gusanos de seda se encuentra un poco retar- cisión la región de «Bayguva», cerca de Jaén. dado. Entonces las mujeres disponen los Idrisi señala que todas las aldeas de la región huevos en bolsas que ellas colocan bajo sus de Jaén «-Gaiyan al-Harir» (Jaén de la se- axilas» (Lombard, 1978, pág. 96, nota 8). da), donde se contaban hasta tres mil alque- La propiedad de los morales estaba muy rías, se dedican al cultivo de la seda y unas repartida y la cosecha de hojas se distribuía seiscientas en las Alpujarras al-Busarat(Idri- proporcionalmente entre los dueños de los si, trad. de Dozy, págs. 209 y 248). árboles. La recolección de las hojas la hacían De Elvira (Granada), dice Yaqut que «en las mujeres de forma colectiva durante el todas sus zonas se cría lino y espléndida se- mes de abril, en todos los lugares donde ha- bía alquerías dedicadas al cultivo de la seda. nerla; entonces empezará a relajarse, la velo- En cuanto a la organización del trabajo en cidad de rotación de las bobinas disminui- época nazarí existían asociaciones o arren- rá, y tomarán el movimiento contrario y se damientos agrícolas para la «cría de la seda» invertirán y se torsionarán en el sentido o xariquerías; el dueño de los morales en- contrario al que seguían hasta ahora. Nadie S E N tregaba al criador un número determinado estará allí para controlarlo y la máquina se FI A Y de huevos o «simiente» de los gusanos de se- irá parando poco a poco de tal forma que S U AL da y le encargaba del cuidado de una serie no quedará nada». D N L-A de árboles; al finalizar la temporada el cria- La transformación de la seda en madejas A DE dor recibía como retribución la cuarta parte se ejecutaba sólo por maestros hiladores S O D de la seda obtenida (López de Coca, 1996). cualificados. Esta situación ya se daba en EJI S T época musulmana y se refuerza después de O L E la conquista. Todavía cuando tuvo lugar la D CO El hilado expulsión masiva de los moriscos en 1571, TI S TÍ en época de Felipe II, hubo exenciones para R A O Debido a la gran producción textil que re- 786 mujeres hiladoras en todo el reino de C RI Ó flejan los historiadores, para abastecer a los Granada. T S HI numerosos talleres se puede pensar que, si el El proceso de molinaje era confiado a O UDI trabajo o el proceso del hilado era manual, personas expertas llamadas naqqad,quienes T S E se realizaría con la ayuda de algún sistema devanaban directamente a partir de los ca- semimecánico que permitiera un molinaje pullos para obtener la seda llamada man- 40 múltiple y produjera unos hilos finos y re- qud, la seda de desecho era hilada por los gulares en su torsión (Saladrigas, 1996). muqasir y denominada muqassar (Saladri- Una vez más, el lenguaje metafórico res- gas, 1996). pecto a lo textil es utilizado para comparar Según el Tt’en-Koing k’ai-wu de Sun Ying el hilado de la seda con la administración de Hsing (1637), un trabajador podía devanar la provincia de Azerbayán que hace el histo- unos 850 gramos por día, trabajando sobre riador Miskawayh en el año 965 (o 421 H.) un promedio de 7 a 10 capullos para obte- en su obra Kitab Tajarib al-Uman:«¿Habéis ner una seda de 20/22 deniers (medida de observado a los que hilan la seda? La torsio- densidad); si la seda estaba destinada a pa- nan por medio de una serie de bobinas que ñuelos, la cantidad se reducía a solamente cuelgan de unos ganchos en una especie de 500 gramos, pues el hilo de seda para este cruces de vidrio». «Sí», respondí yo. «¿No tipo de piezas debía ser más fino. Se calcu- sabéis que todo el trabajo del obrero consis- laba que dos varas y media de seda tejida te en instalar la máquina y en regularla? equivalían a una libra de seda cruda. Después de lo cual es suficiente con contro- Estudios recientes (Morral, 1991) afir- lar los hilos cerca de las bobinas y vigilar el man «que puede considerarse que para la devanado. Nosotros hemos montado con- producción de un kilo de seda hilada con venientemente la máquina, las bobinas gi- hilatura manual, son necesarias, como mí- ran, la seda se torsiona y el molinaje de la nimo, dos jornadas y media». misma se va realizando. Pero si nos aleja- Serrano (1993) analiza varios términos mos, la fuerza de la rotación empieza a de- del diccionario de Ibn Sida y saca algunas bilitarse, pues no habrá nadie para mante- conclusiones, como ejemplo: qazz sería la seda sin devanar; ibrisam, el hilo que se ob- diados de mes en el resto del reino. Cuando tiene del devanado; jazz sería la seda ya hi- era el momento propicio, iban a cualquiera lada pero seda de baja calidad, es decir, de ellas y llevaban consigo al hafiz «que es- aquella que se ha partido su hebra al sacar la tá en el marxamo» entregando luego la seda seda desde el capullo al torno y queda con a un corredor que la ofrecía en almoneda, las uniones de los hilos, resultando una se- cobrando una comisión por ello. da burda, que se solía aprovechar, en ocasio- El poeta al-Rusafi de Valencia, en el si- nes, para formar la urdimbre y en la trama glo XII, debía conocer bien a los sederos o se utilizaba otro material (lana, lino, algo- hiladores de seda y así los describe: «El se- dón, etc.), consiguiéndose un tejido de una dero se parece a la gacela: con su largo cue- textura sólida, gran resistencia, más abriga- llo agyad sostiene la seda en la boca como la do y económico. Finalmente, el término ha- gacela sostiene la rama de ‘arar en la suya». rir se aplica para el tejido cuya trama y ur- Es evidente que la calidad de las madejas dimbre se forman con seda, y también para variaba según su procedencia geográfica. indicar la seda en un sentido genérico, aun- Las de mayor precio eran las producidas en que hay que señalar que el uso del vocablo Almería, Guadix y los distritos alpujarreños harir siempre hace referencia a un tejido de Marchena, Beloduy y Andarax. En un precioso o valioso. nivel intermediario estaba la seda proceden- La seda se hilaba en las zonas rurales (Ló- te del resto de la Alpujarra, Granada y su li- pez de Coca, 1996). Entre los meses de di- toral, Málaga y su Ajarquía, Baza y su hoya, ciembre y abril, cuando los caminos de las valle de Almanzora, Vera y Purchena, y las 41 Alpujarras se encontraban cubiertos de nie- de menor precio eran las que llegaban del ve, sólo llegaba a la capital nazarí una pe- extremo occidental del reino nazarí (López queña cantidad de seda, pero entre los me- de Coca, 1996). ses de junio y septiembre las ciudades reci- En los documentos de la Geniza del Cai- bían los dos tercios de la producción anual. ro se llegan a citar doce tipos diferentes de Luego, en la alcaicería al-qaysariyya los ins- seda, según su calidad y lugar de origen. En pectores yilis comparaban el peso y la cali- al-Andalus se llegaron a conocer más de ca- dad de la seda y vigilaban la regularidad de torce sinónimos para la palabra seda ya en el la venta de almoneda. sigloXI, según el diccionario de Ibn Sida de Los criadores sólo podían vender la cose- Murcia. En aquellos documentos de la Ge- cha de seda, parcial o totalmente, en una de niza aparece al-Andalus como el primer las tres alcaicerías existentes en el reino; las productor de seda ya en el sigloXII. de Granada, Málaga y Almería. La designa- ción de los maestros hiladores que trabaja- ban en el torno corría a cargo del funciona- El oro rio, conocido como hafiz o conservador, y de sus lugartenientes; si aquéllos iniciaban Llamado dahab o tibr se hallaba principal- sus labores sin permiso previo de estos ofi- mente en las arenas auríferas de los ríos Se- ciales, perdían la seda hilada y pagaban su gre, Tajo y Darro, afluente del Genil, en valor al dueño de la misma. Para ello el ha- forma de pepitas u hojas. Según las fuentes fiz debía nombrar cada primero de abril a árabes citadas por Vallvé (1980), el oro roji- los hiladores «en la costa de la mar» y a me- zo del Darro era escaso, aunque de muy buena calidad e incluso se ha calificado por malmente se teñían. Para ello se usaron fór- algún autor como el mejor del mundo. La mulas o recetas transmitidas por los tintore- mayor producción, en forma de hojas, se ros de generación en generación, con secre- obtenía entre el Puente de los Pescadores y tos técnicos sólo por ellos conocidos. La el Puente del Cadí, al pie de la Alhambra, mayoría de esos tintoreros eran judíos que S E N en pleno centro de Granada. monopolizaron este oficio en la Edad Me- FI A Y La producción resultaba insuficiente y dia; esto era frecuente en todas las provin- S U AL por ello era necesario importar el oro del cias del islam, y así lo confirma Benjamín D N L-A África Negra (Ghana). Debió ser muy im- de Tudela en sus viajes por aquellos países A DE portante la cantidad de oro destinada para (siglo XII) (The Itinerary of Benjamin of Tu- S O D realizar los hilos de oro entorchados del ti- dela, Londres, ed. Y trans M. N. Adler, EJI S T raz real. 1907, págs. 9, 18, 25, 27, 28 y 31). Ibn Jal- O L E El oro se utilizó en forma de hilos entor- dun, elogia los tintes de al-Andalus dicien- D CO chados de piel de membrana de intestino de do: «[...] las artes, en España, llegaron todas TI S TÍ buey o de cordero, dorada y cortada en tiras a la perfección gracias a la atención que se R A O estrechísimas de aproximadamente 0,3mm, había puesto en cuidarlas y mejorarlas; tam- C RI Ó que se enrollaban alrededor de un hilo de bién estas artes han dado a la civilización es- T S HI seda llamado alma. A este tipo de hilo se le pañola una tintura tan persistente que no O UDI llamaba oropel en los documentos medieva- desaparecerá más que con ella. Tanto es así T S E les europeos. que el tinte de un tejido, cuando éste ha si- La fabricación del hilo de oro sqalli fue do bien teñido, persiste mientras que dura 42 siempre un negocio honorable y lucrativo el tejido» (Ibn Jaldun, Prolégomènes histori- que debió estar monopolizado por judíos, ques, Serjeant, 1972, pág. 179). pues todavía en Fez en los años 1930 y 1940, Al-Saqatí de Málaga en su tratado de His- se consideraba como uno de los más antiguos ba a finales del sigloXIy sigloXII, dice «Los y más importantes negocios de la comunidad colores solamente brillan cuando se han te- israelita. Un taller de hilador deoro creaba a ñido teniendo en cuenta las necesidades téc- su vez otros oficios: batidores de oro, tirado- nicas del tejido» (Al-Sakati, Un Manuel his- res, cortadores de láminas y gran cantidad de panic de Hisba, ed. de G. S. Coin y Lévi hiladores e hiladores de seda. Provençal, París, 1931, y Serjeant, 1972, pág. 207, nota 9). Las fibras se teñían hiladas en madejas de Los tintes un peso fijo, que se habían introducido pre- viamente en grandes tinas donde se había Los colorantes de estos tejidos, analizados disuelto un mordiente, con el fin de que por químicos del Instituto del Patrimonio captasen mejor los tintes, como alumbre, Histórico han aportado nuevos datos de crémor tártaro, cenizas... enorme importancia para el conocimiento Los colores fundamentales fueron el azul, de este tema. Por ello es interesante contras- el rojo y el amarillo. tar sus resultados con los que aportaban los El azul se obtiene de las hojas de la Isatis historiadores de la España musulmana. tinctoria o hierba pastel. Ibn al-Awwam, la A veces, las fibras textiles se utilizaban llamaba nil al-bustani, el índigo de los jar- aprovechando su color natural, pero nor- dines. El nombre de pastel viene de la pasta que se hace con las hojas para obtener el co- porque no es duradero (Al-Sakati, Un Ma- lorante. Se criaba en varias zonas especial- nuel hispanic de Hisba, ed. de G. S. Coin y mente en Toledo y Granada, se recolectaba Lévi Provençal, París, 1931). en mayo o junio y el producto para el tinte, El amarillo se obtenía de diferentes plan- en forma ya de panes o tortas, se requisaba tas: de los estigmas del azafrán za’faran o para el tiraz en agosto. (Crocus sativus),el de la mejor calidad, pro- El rojo procede de la raíz de la rubia Alfu- cedía de Toledo y Baza; de las flores de la wa o granza, Rubia tinctorum, que daba un gualda (Reseda luteola); de las ramas del color anaranjado, y también del Quermes, agracejo (Berberis vulgaris); de bayas persas; Quirmizo carmesí, que es un parásito llama- y de la cúrcuma (Curcuma longa o warsi,lla- do Coccus illicis(insecto hembra) de las enci- mada también en el mundo musulmán nas, y tiene forma de pequeño grano (del la- «azafrán de las Indias», pues era importado tín granum procede la palabra «grana»). Fue de Asia meridional. De sus raíces trituradas muy famoso el de la zona de Sevilla. Según se obtenía un color amarillo anaranjado. Ibn al-Baitar procede de Asia, Cilicia, pero Por su parte, el negro y el marrón se ob- más especialmente de España (Ibn al-Baitar, tenían de la cáscara de nuez (Junglans nigra) Traité des simples par Ibn el-Beithar, trad. N. y de las raíces de Acoro falso (Iris pseuraco- L. Leclerc, Notes et Extr. de la Bibl. Nat., en rus);los beiges se conseguían a base de tani- Serjeant, 1972, pág. 206, nota 2). nos y el resto de los colores se obtenían Las flores del alazor al-usfuro Carthamus mezclando las citadas materias tintóreas. tinctorius, también llamado azafranillo o El teñido era muy importante para la ca- 43 azafrán bastardo, daban un rojo anaranjado lidad de los productos textiles, por lo que se que tomaban como referencia los poetas: «el promulgaron ordenanzas dirigidas a los tin- sol a su túnica tiñe de rojo alazor». Era fa- toreros. De las ordenanzas del Zoco hablan moso el de Niebla o Sevilla, cuyas flores se al-Saqati de Málaga (siglos XI y XII) (Serje- recogían en junio para el tiraz,según el Ca- ant, 1971) y Ibn ‘Abdun (siglo XII). Se pro- lendario cordobés. hibía el uso de ingredientes fraudulentos La henna al-hinna o alheña, cuyas hojas que, aunque parecieran de buena calidad al trituradas teñían de color rojizo, se utilizó, principio, destruían luego los tejidos o des- además de para teñir los tejidos, para los aparecía su color al transcurrir cierto tiem- pies, las manos y los cabellos grises. Algunos po. Otra de las ordenanzas prohibía a los reyes nazaríes aparecen con sus barbas alhe- tintoreros establecer sus tintorerías dentro ñadas en las pinturas de la Alhambra. El de la ciudad, para evitar así las molestias empleo de la henna en lugar de la granza que producían a los ciudadanos el vertido para obtener el color rojo, se consideraba de aguas coloreadas y el olor de las mismas. fraude, porque el color resultante se altera- El Calendario de Córdoba del año 961 ci- ba con el sol. Se cultivó en Córdoba, Sevilla ta el envío de cartas a los gobernadores para y la Alpujarra, donde los moriscos conti- la recogida de materias tintóreas con las que nuaron sus plantaciones hasta el sigloXVI. abastecer el taller real califal o tiraz. En el Es curioso lo que señala al-Saqatí de Má- mes de mayo, para que requisaran la grana o laga a finales del sigloXIy principios del XII: quermesy en el mes de agosto para la requi- «El muhtashib debe prevenir a los tintoreros sa de la isatis o pastel para el tinte azul. Fi- el teñir rojo con madera de «brasil» bakkam nalmente, en septiembre, se enviaban cartas para la requisa de la rubia o granza, para el butos que la gravaban. Es decir, sobre la ela- tinte rojo. En un calendario popular nazarí boración de madejas y su control posterior del sigloXV, de autor desconocido, se cita la hasta que salen al mercado son los asuntos recogida de la alheña a finales de agosto y la básicos que trata el documento conocido co- cosecha del azafrán en noviembre. mo «Suplicación... sobre el desmar de la se- S E N En los Anales Palatinos de Al-Hakam II, da» y sobre las otras cosas tocantes a ella, que FI A Y traducido por García Gómez, aparecen ya las autoridades mudéjares de Granada y de S U AL nombres de colores de tejidos siguiendo una la Alpujarra, en representación de todo el D N L-A costumbre muy común en todos los textos reino, elevan a los Reyes Católicos, en mar- A DE musulmanes, refiriéndose a los colores de zo de 1497, al estar conformes con lo que S O D cosas concretas como pardo de lenteja o «se acostumbró en tiempos pasados». Es un EJI S T ’adasi; amarillo de membrillo o safaryali; documento sin fecha que recoge el acuerdo O L E amarillo de cúrcuma o warsi;verdoso o roji- alcanzado con los contadores mayores de D CO zo de manzana o tuffahi;otro tipo de verde, cuentas poco después de terminar la guerra. TI S TÍ masanni; azul o violado de turquesa, firuzi; Durante la época del califato, los comer- R A O azul celeste, sama’i;rojo de jacinto, yaquiti;y ciantes de al-Andalus eran en su gran mayo- C RI Ó blanco brillante o zahri. ría agentes mozárabes que comerciaban con T S O HI García Gómez señala, asimismo, la au- la Galia ya desde el siglo IX, y comerciantes UDI sencia del color negro, que debía ser muy judíos que hacían largos viajes al oriente T S E poco usado, posiblemente por tratarse del musulmán y a la Europa cristiana. Al otro color heráldico de los ‘abbasíes de Oriente, lado de las Marcas, los mercaderes mozára- 44 enemigos de los omeyas hispanos. bes y judíos revendían en los reinos cristia- Posteriormente, los moriscos monopoli- nos del norte de la Península Ibérica, sobre zan las labores relacionadas con el tinte de todo en León donde llevaban los productos las madejas, siendo significativo que el ins- de la industria de lujo procedentes del tiraz pector de la corporación de tintoreros con- cordobés y otros de procedencia oriental serve el título islámico de alamín. Cuando que importaba la España musulmana. Fue se llevó a cabo la expulsión de los moriscos especialmente importante la función de- en 1571, es evidente que el oficio de tinto- sempeñada por los comerciantes judíos en la reros, cuyo trabajo «no saben hacer los cris- cuenca mediterránea, especialmente de los tianos viejos», estaba todavía en manos de egipcios en la España musulmana de los si- moriscos y se permite a varios de éstos per- glos XI y XII. Sin embargo, en el reino naza- manecer en la ciudad de Granada. rí el comercio estuvo en manos de musul- manes, sobre todo en el siglo XIV. Dufourcq manifiesta la existencia de un El comercio de la seda comercio activo protagonizado por hombres de negocios y por hombres de estado grana- Según López de Coca (1996), la administra- dinos. En mayo de 1361 hubo una intensa ción y renta de la seda resulta el capítulo me- actividad de comerciantes de Almería en las jor conocido sobre la seda granadina, debido costas andaluzas. En seguida los comercian- al interés que los reyes castellanos tuvieron tes nazaríes tuvieron que hacer frente a la en conservar los viejos usos islámicos, tanto competencia que les hacían los mercaderes en lo que se refiere al control como a los tri- mallorquines y valencianos. A principios del siglo XIV había en Almería una colonia de «bordado». En principio se aplicó para de- mercaderes catalanes. signar mantos con elaborados bordados, es- Los comerciantes italianos apreciaban la pecialmente un tipo de manto con bandas calidad de la seda granadina, que la llama- de escritura bordada para uso de personas ban spagnola, di Málaga, di Almería o mo- regias o de clases sociales altas. Por exten- resche en los documentos italianos del Tre- sión se llamó tiraz también al taller o lugar cento. También se exportaba de Málaga y donde se hacían tales tejidos, que general- de Almería hacia Cádiz, Alicante y Valencia, mente se establecían en los palacios reales y «gran mercado de la seda moresche», la seda cuya producción era casi para uso exclusivo era en gran parte redistribuida. En 1404, del monarca. Posteriormente, la palabra «ti- intermediarios genoveses y valencianos ven- raz» se utilizó para denominar los tejidos derían a los catalanes seda de Almería a con inscripciones en las que se elogiaba buen precio. En 1402, los valencianos ven- unas veces a califas y visires y otras a Allah, dían seda de Granada a las compañías co- o que reproducían pasajes del Corán, inter- merciales de Luca y Florencia. calando en el tejido hilos de oro y plata, o La seda del reino nazarí hacía la compe- simplemente de sedas brillantes en forma de tencia a la seda oriental. Los comerciantes bandas o listas ornamentales. Por otra par- catalanes y valencianos son los que llevarían te, Serjeant dice que el origen del tiraz de- estas sedas nazaríes a Cataluña y Valencia, bió estar en las factorías del Estado de los donde las compraban los pintores de los si- reyes de la Persia sasánida, aunque según glos XIV y XV, representándolas en sus cua- Levi Provençal, era una institución bizanti- 45 dros, como veremos más adelante. na adoptada en Bagdad y extendida luego En época cristiana, en la ciudad de Gra- desde allí a Egipto y más tarde a España. nada son los comerciantes los que promue- ven la industria sedera y concentran en sus Emirato de Córdoba (756-929) manos tanto el comercio de tejidos, como el de madejas o mazos de seda, proporcionan- El poder real se manifiesta en Córdoba co- do a los tejedores la materia prima, e inclu- mo en Bagdad, por la institución de los mo- so les prestaban dinero para que instalasen nopolios del estado: acuñación de moneda sus telares. y mantenimiento de los talleres textiles donde se tejen las preciosas telas que llevan el nombre del soberano reinante. Los histo- El tiraz o taller real riadores de al-Andalus atribuyen esta doble iniciativa a ‘Abd al-Rahman II, cuarto emir Con la llegada de los musulmanes a la Pe- omeya, que gobernó desde 822 hasta 852. nínsula Ibérica y su asentamiento en al-An- Fue su primer director Harith Ibn Bazi. Allí dalus comienza la historia del tejido de seda, se realizaron espléndidos tejidos con el mar- pues las primeras noticias de estas fabrica- chamo (marsam) real. Su importancia den- ciones, así como la introducción de la seri- tro de la corte era tal que el sahib al-tiraz, cultura, nos las ofrecen los cronistas de la esclavo jefe de la manufactura de tejidos España musulmana. real, en la que se fabricaban los magníficos Según la Enciclopedia del islam, «tiraz» es tejidos de seda y oro con inscripciones, era una palabra de origen persa que significaba uno de los funcionarios más relevantes. ‘Abd al-Rahman II quiso crear en Córdo- se describen numerosos pasajes de la vida ba una corte oriental. El músico Ziryab, relacionados con el taller real. que llegó de Bagdad y se estableció en Cór- El Muqtabis del gran historiador cordo- doba hacia 845, trajo consigo las costum- bés narra los sucesos ocurridos en el ámbito bres de los abasidas: nueva música, platos de de la España musulmana entre los años 360 S E N cocina nuevos y nuevas modas. De esta for- y 364 de la Hégira, es decir, entre los años FI A Y ma fueron adoptados tejidos con anchas 971 y 975 de nuestra era, durante el califa- S U AL franjas de imitación persa, mantos de teji- to de al-Hakam II al Mustansir bi-llah. Son D N L-A dos transparentes, así como nuevos hábitos nada más que cinco años, pero son los cin- A DE en el modo de vestir según las estaciones del co años mejor conocidos de nuestra Alta S O D año, llevando en verano los trajes blancos y Edad Media, según García Gómez, traduc- EJI S T de colores en las demás estaciones. tor del manuscrito, propiedad de la Real O L E Suyuti, hablando de ‘Abd al-Rahman II Academia de la Historia. Así, es posible D CO en el año 206 H (821) dice: «En su reino se acercarnos a la interioridad de la vida cor- TI S TÍ introdujo por primera vez el uso de mantos dobesa de aquellos cinco años, como si le- R A O bordados libs mutarraz y se acuñaron los yésemos un periódico actual lleno de he- C RI Ó dirhams hispanos». chos diversos que se cuentan con todo deta- T S HI Ibn Idharí habla de la existencia de talle- lle. Para nosotros es sumamente interesante O UDI res de tiraz cordobeses donde se realizaban encontrarnos en el apartado 78 del titular T S E tejidos que llevaban bordado el nombre del que dice así: «Visita del califa al tiraz: el sá- emir ‘Abd Allah (888-912), manifestación bado día 24 de “du-l-qa’da” de este año 46 de grandeza y poder que fue copiada por el [6de septiembre de 972] fue al califa al-Ha- jefe rebelde de la comarca de Sevilla, Ibra- kam a caballo a la Dar al-tiraz, con objeto him ben Hachchach. de visitarla. Al entrar en ella fue recibido Aunque no han llegado hasta nosotros por los directores administrativos y por los ejemplares de la época emiral, estos tejidos directores de los talleres, que le rindieron el se exportaron a la España cristiana y a los debido acatamiento. El califa les pidió deta- países islámicos y también a Europa, donde lles de su trabajo y les favoreció con sus in- aparecen inventariados en iglesias y catedra- dicaciones [...]». Este relato termina dicien- les. En el Liber Pontificales se citan catorce do que «el camino del califa, a la ida, había tejidos españoles distintos en la época de sido por la Puerta de los Judíos o Bab al-Ya- Gregorio IV, hacia el año 844. En la vida hud [...]», situando de esta manera el lugar del papa León IV, en torno a 855 se elogian donde aparece el tiraz,que sería al nordeste los tejidos españoles y bizantinos, y Anasta- de la ciudad y fuera ya de la medina, según sio el Bibliotecario hace alusión a tejidos de aparece situada dicha Puerta en un plano de seda spaniscum. la Córdoba califal, cerca de la actual Iglesia de San Andrés. El califato de Córdoba (929-1013) Otros apartados de interés para nuestro tema serían el 77, «Ascensos entre los fun- El tiraz de Córdoba tuvo tanta importancia cionarios del tiraz» (septiembre de 972): «En en la actividad palaciega que en los Anales el mes de du-l-qa’da de este año fue ascendi- Palatinos de Al-Hakam II de al-Razí, basa- do ‘Abd Allah ib Ahmad, conocido por Ibn dos a su vez en los Muqtabisde Ibn Hayyan, al-Iflili, al cargo de alamín y al cargo de se-

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tiraz o el taller real de tejidos, aunque a la vez existieron . dado. Entonces las mujeres disponen los huevos en bolsas que ellas colocan bajo sus.
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