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Estrés y procesos cognitivos PDF

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Estrés y Proceso Cognitivos. Richard Lazarus Autor: Capitulo- 1."El concepto del Estrés en la Biología." Hoy en día es inevitable que todo lector asiduo de temas relacionados con la biología o la sociología se encuentre con el término estrés. El concepto se discute todavía de forma mas amplia en aquellos campos dedicados al cuidado de la salud, y lo encontramos también en economía, política, negocios y educación. A nivel popular nos vemos inundados con mensajes sobre como podemos prevenir, dominar e incluso eliminar el estrés. Nadie puede decir con certeza la razón por la que el estrés ha suscitado un interés tan amplio en la opinión pública. Hasta cierto punto es lógico atribuirlo a la rapidez con que cambia la sociedad (P.C.; Toffler,1970),a la creciente anomía de una sociedad industrial en la que hemos perdido algo de nuestro sentido de identidad, de nuestras raíces y significaciones tradicionales (Tuchman,1978) o a la cada vez mayor opulencia que permite a muchas personas liberarse de la preocupación por la supervivencia y dirigir la atención hacia la búsqueda de una mayor calidad de vida. Las cuestiones en torno al concepto de estrés, no son en absoluto nuevas; Cofer y Appley(1964) señalaron sabiamente, hace algunos años que el término estrés... se había casi apropiado de un campo previamente compartido por varios conceptos... (p.441) incluidos la ansiedad, los conflictos, la frustración,los trastornos emocionales, los traumas, la alineación y la anomía. Cofer y Appley añadieron: Es como si cuando la palabra estrés se puso en boga, cada investigador que estaba trabajando con un concepto que consideraba estrechamente relacionado, sustituyera la palabra estrés... y continuará en su misma línea de investigación (p.449) UN POCO DE HISTORIA. Como muchas otras palabras, el término estrés es anterior a su uso sistemático o científico. Fué utilizado ya en el siglo XIV para expresar dureza, tensión, adversidad, o aflicción(cf.Lums- den,1981). A finales del siglo XVIII Hocke(citado en Hinkle, 1973,1977) utilizó la palabra en el contexto de la física, aunque este uso no se sistematizó hasta principio del siglo XIX. Se definió la palabra load como una fuerza extraña; estrés hace referencia de la acción de una fuerza extraña(load) que tiende a distorsionarlo; y strain era la deformación o distorsión sufrida por el objeto (Hinkle,1977). Los conceptos de estrés y strain persistieron en la medicina del siglo XIX, y fueron concebidos como antecedentes de la pérdida de salud.Como ejemplo de ello ,Hinkle(1977) cita los comentarios de Sr.Willian Osler sobre el prototipo de hombre de negocios judío: Viviendo una vida intensa,absorvido por su trabajo, dedicado a sus placeres, apasionadamente dedicado a su casa, la energía nerviosa del judío, se ve tensada al máximo y su sistema nervioso esta sujeto a ese estrés y strain que parece jugar un papel básico en tantos casos de angina de pecho. Esta es, en efecto, una antigua versión del concepto actual del patrón A de conducta -dicho sea de paso, difícilmente limitable a ningún grupo étnico con especial vulnerabilidad a padecer enferme- dades cardiovasculares, algunos años después, Walter Cannon(1932) quien imprimió vitalidad a las investigaciones del momento sobre psicología de la emoción, consideró el estrés como una perturbación de la homeostasis ante situaciones de frío, falta de oxígeno, descenso de la glicemia, etc. Aunque utilizó el término un poco por casualidad, habló de que sus sujetos se hallaban " bajo estrés" y dio a entender que el grado de estrés podía medirse. En 1936 Hans Selye utilizó el término estrés en un sentido técnico muy especial, definiendo con él un conjunto coordinado de reacciones ante cualquier forma de estímulo nocivo (incluidas las amenazas psicológicas); una reacción que él llamó Síndrome de Adaptación General. En efecto, el estrés no era una demanda ambiental (a la cual Selye llamó estresor), sino un grupo universal de reacciones orgánicas y de procesos originados como respuesta a tal demanda. A principios de los años cincuenta Selye publicó un manual Repport of Stress (1950,1951,1956) sobre lo que habían sido sus investigaciones. En 1956, este trabajo fue incluido en un importante libro titulado The Stress of Life. En esos momentos la literatura sobre la psicología del estrés había llegado ya a las casi 6,000 publicaciones al año (Appley y Trumbull, 1967). Una solicitud hecha por Selye a la American Psychological Association en 1955, ayudó también a extender el interés por el concepto de la fisiología a la psicología y demás ciencias de la conducta. Aunque el enorme volumen de trabajos sobre secreciones hormonales ante el estrés que se derivaron del trabajo de Selye tuvieron implicaciones obvias en los niveles sociológicos y psicológicos de análisis, en realidad no clarifi- caron los procesos posteriores. No obstante el trabajo de Selye ha jugado un papel importante en la reciente extensión del interés por el estrés. Hinkle(1977) también concede un importante papel en la evolución del concepto en medicina a Harold C. Wolff, quién escribió sobre el estrés y la enfermedad en los años 1940 y 1950 (p.e., Wolff,1953). Como Selye y Cannon, quienes concibieron al estrés como una reacción del organismo acosado por las demandas del entorno y los agentes nocivos, Wolff parece haber considerado el estrés como una reacción del organismo, aunque nunca trató de definirlo de modo sistemático, como hiciera Selye. Escribió (tal como se cita en Hinkle, 1973 p,3): He utilizado al palabra (estrés) en biología, para indicar aquel estado que se produce en un ser viviente, como resultado de la interacción del organismo con estímulos o circunstancias nocivas, es un estado dinámico del organismo, no un estímulo, ataque, carga, símbolo, peso, ni aspecto alguno del entorno interno,externo, social, ni de ninguna otra clase. Este énfasis dado por Wolff al estado dinámico supone la adaptación a las demandas y por Selye al modelo de respuestas fisiológico coordinada, es importante por varias razones. Primero, el término estrés,tal como se utiliza en la física,hace referncia a un cuerpo inactivo o pasivo,que es deformado (strained) por fuerzas ambientales. Sin embargo, al usarlo en el campo de la biología, el estrés indica un proceso activo de resistencia, concepto derivado del fisiólogo francés Claude Bernard (1815-1877) y basado en sus descubrimientos sobre las funciones de almacenamiento de glucosa del hígado y que indica que el cuerpo vivo se encarga de realizar esfuerzos adaptativos iniciales para el mantenimiento o devolucion del equilibrio. Segundo, el estrés como proceso biológico de defensa ofrece una interesante analogía con el proceso psicológico que mas tarde llamaremos " afrontamiento" en el que el individuo se esfuerza por hacer frente al estrés psicológico. Tercero, el concepto de estado dinámico señala hacia importantes aspectos de los procesos de estrés que pueden de otro modo perderse, tales como los recursos necesarios para el afrontamiento, su costo, incluyendo enfermedad y agotamiento y sus beneficios, incluyendo aumento de la competencia y el gozo por el triunfo frente a la adversidad. Finalmente, cuando uno mira al estrés como un estado dinámico, dirige la atención hacia la actual relación entre el organismo y el entorno, la interacción y el feedback. Con una formulación dinámica, corremos menor riesgo de realizar definiciones incompletas inadecuadas, basadas sólamente, en lo que ocurre dentro del individuo. Debemos analizar también lo que ocurría en este mismo período de tiempo en el campo de la sociología y la psicología. Los sociólogos Marx, Weber y Durkhein escribieron extensamente sobre "alienación". Durkhein (1893), como una condición de anomía que aparece cuando el individuo experimenta la falta o la pérdida de normas adecuadas que guíen sus esfuerzos por alcanzar las metas socialmente predeterminadas. Hablar de impotencia, falta de sentido, aislamiento y alejamiento de uno mismo, con lo que Seeman (1959, 1971) se refiere a las cinco variantes del concepto de alienación es situar claramente la alienación es situar claramente la alienación bajo la rúbrica general del estres. Los sociólogos mas contemporáneos han tendido a preferir el término strain en lugar de estres, utilizándolo para describir formas de distorsión o desorganización del mismo modo que Wolff consideró el estrés en un individuo como un estado perturbado del cuerpo. Consideran que tumultos, pánicos y otros trastornos sociales como incidencia elevada del suicidio, crimen y enfermedad mental son consecuencias del estrés a nivel social: se refiere mas bien a fenómenos de grupo que a fenómenos a nivel psicológico individual. Sin embargo, a menudo se da una sobreposición de los conceptos en ambos campos, el sociológico y el psicológico. Tal sobreposición se halla reflejado en el análisis sociológico de Smelser (1963) sobre conducta colectiva (pánicos,tumultos,etc) y en la literatura existente sobre imvestigaciones en desastres naturales (Baker y Chapman, 1962;Grosser, Wechsler y Greenbladt, 1964). Otros ejemplos incluyen el estudio de Lucas (1969) sobre un accidente ocurrido en una mina de carbón, los estudios de Mechanic (1978) sobre el afrontamiento por parte de los estudiantes del estrés que comportan los exámenes, el estudio de Radloff y Helmreich (1968) sobre el conjunto de efectos del estrés que se desarrolla al trabajar y vivir cajo el agua y los estudios sobre estrés organizacional (Kahn, Wolfe, Quinn, Snoel y Rosenthal, 1964) El límite entre el pensamiento sociológico y el psicológico se hace muy difícil de determinar en estos ejemplos. Además, la terminología utilizada es caótica , siendo el estrés unas veces el estimulo y otras las respuesta. Cualquiera que sea el lenguaje empleado, tal investigación cae, seguramente, dentro del campo del estrés y es parte de su historia reciente. En la vertiente psicologica estrictamente individual, el estrés fue sobreentendida durante mucho tiempo como una estructura organizadora para pensar sobre psicopatología, sobre todo en las teorizaciones de Freud y de autores posteriores orientados en la teorias psicodinámicas. Sin embargo, se utilizó el término ansiedad en lugar de estrés. La palabra estrés no apareció en el índice de Psychological Abstracts hasta 1944. Freud dió a la ansiedad un papel central en la psicopatología. El bloque o retraso en la descarga instintiva o en la gratificación se traduce en una sintomatología determinada. En posteriores formulaciones freudianas, la ansiedad secundaria de conflictos, sirvió como señal de peligro para poner en marcha los mecanismos de defensa, entendidos como formas insatisfactorias de afrontamiento que producían modelos de sintomatología, cuyas características dependían del tipo de defensa. Una formulación similar, dominante en la psicología americana durante muchas décadas, fue la teoría del aprendizaje por reforzamiento de Hull (1943) y Spence (1956). La ansiedad fue considerada como una básica respuesta condicionada que llevaba a la aparición de hábitos inútiles (patológicos) de reducción de la ansiedad Dollar y Miller,1950). En la primera mitad del siglo XX este concepto de ansiedad tuvo una gran influencia en las investigaciones y en el pensamiento en el campo de la psicología. Los escritos existenciales sobre la ansiedad de Kierkegaard y otros fueron popularizados en los Estados Unidos por Rollo May(1950, 1958). Si se reconoce que hay una gran sobreposición entre el concepto de ansiedad y estrés y no se considera necesario precisar que término es el utilizado, podría decirse que el punto de vista dominante de la psicopatología así formulada, fue el de que ésta era producto del estrés. Las investigaciones empíricas sobre ansiedad, recibieron un impulso a principios de los años cincuenta con la publicación de una escala para la medición de la ansiedad como rasgo (Taylor, 1953.) La escala generó una gran cantidad de investigaciones sobre el papel de la ansiedad en el aprendizaje, la memorización, la percepción y el rendimiento, partiendo la mayoría del punto de vista de la ansiedad como "drive" (Spence y Spence, 1966) o como fuente de interferencia en la actividad cognitiva. Gran parte de estas investigaciones fueron revisadas en un libro editado por Spielberger (1966). Los libros continuan apareciendo con títulos en los que el término ansiedad sustituye al de estrés, o bien se utilizan ambos términos, reflejando la tendencia a confundirlos. La Segunda guera mundial tuvo un efecto movilizador en las teorias e investigaciones sobre el estrés. Una de las primeras aplicaciones psicológicas del término etrés se encuentra en un libro sobre la guera escrito por Grinker y Spiegel(1945) titulado "Men under Stréss". A los militares les interesaba conocer el efecto del estrés sobre el rendimiento en el combate; éste podia aumentar la vulnerabilidad de los soldados a las lesiones o la muerte y debilitar el potencial de acción efectivo de combate de un grupo. Por ejemplo, observaron que los soldados quedan inmovilizados o paralizados en momentos críticos en los que eran sometidos al fuego del enemigo o enviados a misiones de bombardeo, de manera que los soldados sometidos a esas condiciones se veían abocados muchas veces a depresiones de tipo neurótico o psicotiforme. Con la llegada de la guerra de Corea, se hicieron nuevos y diversos estudios dirigidos a averiguar el efecto del estrés sobre la secreción de hormonas adrenocorticales y sobre el rendimiento del individuo.Algunos de los últimos estudios se realizaron con vista a desarollar los principios necesarios para seleccionar el personal menos vulnerable en combate y otros para realizar las investigaciones necesarias para consegir un mayor rendimiento bajo condiciones de estrés. La guerra de Vietnan también constribuyó a la investigación sobre el estrés en el combate y sus consecuencias psicológicas y fisiológicas (c.f. Bourne, 1969), bajo la influencia de la obra de Selye. Igualmente relacionados con el estrés son los libros que se escribieron sobre el impacto de las bombas sobre el ánimo y el funcionamiento de la civilización (Freud y Burlingham,1943; Janis, 1951) la supervivencia en tiempos de guerra (Von Greyerz, 1962) y sobre los campos de concentración. Un acontecimiento importante en la popularización del término estrés fue la publicación de Janis (1958) de un estudio intensivo de un paciente bajo tratamiento psicoanalítico, sometido a la amenaza de una intervención quirúrgica. Este hecho se vió seguido de un número creciente de libros dedicados también a la sistematización de la teoría y la metodología del estrés. Son ejemplos de estos libros los escritos por McGrath (1979), y Levine y Scotch (1979, y Levine y Scotch(1970). Un acontecimiento importante en la popularización del término estrés fue la publicación de Janis (1958) de un estudio intensivo de un paciente bajo tratamiento psicoanalítico, sometido a la amenaza de una intervención quirúrgica. Este hecho se vió seguido de un número creciente de libros dedicados tambien a la sistematización de la teoría y metodología del estrés. Son ejemplos de estos libros los escritos por McGrath (1979), y Levien y Scotch (1970). A partir de la década de los sesenta se ha ido aceptando progresivamente la idea de que si bien, el estrés es un aspecto inevitable de la condición humana, su afrontamiento establece grandes diferen- cias en cuanto a la adaptación como resultado final. En "Psychological Stréss and Coping Process" (Lazarus,1966), el interes por el estrés en si mismo, se desplaza en cierta medida hacia el afronta- miento. Sin embargo, aparte de los conceptos populares, aunque cada vez hay mas estudios sobre el afrontamiento, existen pocos trabajos , todavia, dedicados al tema en profundidad, Son ejemplos Coelho, Hamburg y Adams (1974), Haan (1977), Honovtz (1976),Meninger (1963), Vaillant (1977), Levinson, Darrow, Klein, Levison y Mckee(1978), Lazarus y Launier(1978), Murphy y Moriarty(1976), Pearlin y Schooler(1978), Folknan y Lazarus(1978), Lazarus y Folkman (1984) y algunas antologías sobre afrontamiento de diversas formas del estrés vital (cf.Monat y Lazarus (1977), Moos (1977). Modernos Acontecimientos. Cinco hechos relativamente reciente han estimulado también el interés por el estrés y su afrontamiento: la preocupación por las diferencias individuales, el resurgimiento del interés en materia psicomática, el desarrollo de una terapia conductual dirigida al tratamiento y prevención de la enfermedad y de estilos de vida con elevado riesgo para la salud, el crecimiento de una perspectiva experimental del curso de la vida y una preocupación cada vez mayor por el papel del entorno en los problemas del hombre. Examinaremos cada uno de ellos brevemente. El interés por las diferencias individuales derivo de las investigaciones realizadas sobre los efectos del estrés en el rendimiento como consecuencia de la segunda guerra mundial y de la guerra de Corea. Este problema que, obviamente, era importante tanto para el personal militar como para el civil, dirigió durante los años cincuenta, cientos de laboratorios y experimentos en el campo (véase Lazarus, 1966, para reseñas). El punto de vista dominante había sido del todo simplista: el estrés o la ansiedad dan como un resultado un deterioro en el rendimiento, bien por excesivo aumento de la tensión o como consecuencia de crear interferencia o distracción. Los psicológos encargados de las investigaciones del momento citaban con frecuencia una ley universal planteada por Yerkes y Dodson (1908) - La llamada curva de la U invertida- segun la cual, incrementos de arousal o de tensión mejoraban el rendimiento hasta llegar a cierto nivel, a partir del cual aumenta la desorganización dando como resultado una disminución del rendimiento. Sin embargo, se hizo cada vez mas evidente que existían importantes diferencias individuales a la hora de responder ante el estrés: el rendimiento no aumentaba ni disminuía de forma uniforme. Lazarus y Erikson(1952), estudiando la efectividad en la realización de tareas, teniéndose en cuenta esta ley, encontraron una diferenciación muy alta: algunos sujetos rendian mucho mejor y otros mucho peor en situaciones de estrés. Este y otros estudios pusieron de manifiesto que no se podía predecir el rendimiento por simple diferencia a los estímulos estresantes y que para pronosticar el resultado era necesario tomar en cuenta los procesos psicológicos responsables de las diferencias individuales en la reacción. Así, por ejemplo, los sujetos podian diferir en su nivel óptimo de arousal o en la forma de evaluar el estímulo estresante o de afrontar sus demandas. La importancia de factores personales tales como la motivación y el afrontamiento (cf.Lazarus,Deese, Osler, 1952) se hizo cada vez mas clara e indujo cambios en la formulación del problema del estrés. Por ejemplo, muchos investigadores (p.e. Sarason,1960,1972, 1975) empezaron a considerar los posibles efectos de las variables mediadoras o moderadoras, así como sus interaciones. Como la definición del problema se había desplazado hacia los factores personales y procesos que intervenían entre las demandas estresantes del entorno y los resultados emocionales y de aprendizaje a corto plazo, los estudios sobre el rendimiento bajo el efecto del estrés fueron en gran parte sustituidos por estudios de procesos relacionados con éste (p.e.,valoración cognitiva y afrontamiento) que pudieran aplicar las diferencias halladas en las reacciones del sujeto. Al igual que el problema original, los efectos de estrés sobre el rendimiento del individuo no han sido abandonados como objeto de estudio e investigación. Por ejemplo, en una revisión analítica de las investigaciones actuales sobre el estrés y la fatiga en el rendimiento humano. Schonplug (1983) y sus colegas nos devuelven variables y conceptos tan familiares como el de presión atmosférica y los efectos del ruido sobre la fatiga y la eficacia en la resolución de problemas. Sim embargo, todo ello dentro de una tendencia nueva en la que los conceptos cognitivos, motivacional y afrontamiento han sido ensamblados en el concepto inicial de efectividad en el rendimiento. Esto hace que los importantes conceptos de estrés y rendimiemto sigan vivos incluso de modo que se ve favorecida la investigación sobre diferencias individuales. La medicina psicosamática apareció hace cincuenta años (Lipowski, 1977), sufriendo posteriormente un espectacular ocaso que ha durado hasta hace muy poco. Las razones que explican esta devaluación son complejas pero, entre ellas, puede incluirse el hecho de haber fundamentado con pocos datos la idea excesivamente simplista de que varios tipos de enfermedad, tales como la úlcera y collitis, podían explicarse sobre la base de formas especiales de procedimientos psicodinamicos. Como consecuencia se intentó -con poca fortuna- utilizar las formulaciones psicodinámicas para identificar una "personalidad ulcerosa" (Alexander,1950), una "personalidad colítica" una "personalidad migrañosa", etc. Durante los pasados veinte años, los conceptos psicoanalíticos tradicionales han perdido influencia y se ha dado una mayor importancia al papel de los factores ambientales en la aparición de la enfermedad. Como resultado, la medicina psicosomática en la que se había puesto un énfasis intraspsíquico, sufrió una crisis de confianza. El renacimiento del interés hasta el nivel actual ha sido promovido por varios cambios habidos en la forma de considerar el estrés y la enfermedad. Ha sido contribución importante el trabajo de Selye, el cual apoyó de forma importante la convicción general de que los factores sociales y psicológicos son realmente importantes en la salud y la enfermedad. Por otro lado, la psicofisiología y la medicina han variado su punto de vista de que la enfermedad es, estrictamente, el resultado de la acción de un agente externo-bacteria, virus o accidente- traumatico sobre el organismo: se acepta la idea de que la vulnerabilidad hacia la enfermedad o "resistencia al huesped" es también un factor importante. Los avances en las investigaciones sobre estrés y los efectos de las hormonas sobre los tejidos (Mason, 1971, 1974,1975, b,c; Mason et. al.1976 ), han hecho que el concepto de vulnerabilidad sea aceptado por muchos de aquellos recelosos de las formulaciones psicodinámicas tradicionales. Por tanto el pensamiento psicosomá- tico actual se encuentra fuertemente embebido en la teoría de investigación sobre estrés y parece haber recibido un mayor impulso y vitalidad debidos, en parte, a este acercamiento mas amplio e interdisciplinario. Hay un buen número de libros que tratan sobre medicina psicosomática o conductual, entre los que se hallan los de Weiner (1977), Weiss, Herder Fox (1979) y Norton (1982), que testimonian este resurgimiento de interés, el libro de Ader (1981) sobre el relativamente nuevo campo de la psicoinmunología y el volumen de Stone Cohen y Adler (1979) sobre psicología de la salud. Como observación hecha de paso, podríamos mencionar el hecho de que el interés en la respuesta inmunitaria como factor que interviene en toda clase de enfermedad, no es en absoluto nuevo, si bien ha adquirido un importante ímpetu en los últimos años. Ampliar el concepto de psicosomático desde un grupo específico de dolencias, tales como úlcera e hipertensión, hasta el concepto general de que toda enfermedad podría tener una etiología psicosocial dentro de un sistema multicausal (cf. Weiss, 1977) ha estimulado la consideración de la respuesta inmune como posible factor incluso en la aparición de procesos neoplásicos, trastornos sumamente alejados del significado original de psicosomático. Es de esperar que en los próximos años haya un aumento en la investigación de carácter multidisciplinario, sobre los procesos inmunes y los factores psicológicos y sociales que intervienen. Todavía mayor evidencia de la creciente importancia que se está otorgando a los factores psicológicos en el proceso de enfermar, se desprende de la decisión de la American Psychological Association de formar la Division of Health Psychology (División 38) y de la publicación de revistas como Health Psychology, The Journal of Behavioral Medicine, Psychophisiology, The Journal of Human Stress, The British Journal of Medical Psychology, Psychological Medicine, The Journal of Psychosomatic Research y el Journal of Health and Social Behavior, además de la antigua Psychosomatic Medicine. Así mismo, diversas revistas especializadas en otros temas (p.e. relacionadas con biofeedback o tratamiento), contienen trabajos de investigación al respecto y otras revistas relacionadas más directamente con el tema (p.e. The Journal of Personality and Social Psychology, The British journal of Clinical Psychology) han empezado a publicar también diversos estudios que se centran en temas psicosomáticos o relacionados con la salud. La Terapia Conductual ha emergido también en los últimos años como una alternativa a la terapia psicodinámica tradicional. Al principio, su punto de mira fue rebuscadamente científico, positivista y limitado, centrado alrededor del condicionamiento clásico y operante y radicalmente disociado del pensamiento psicianalítico. Más tarde, comenzó a desarrollar una mayor flexibilidad y a concebir en su interior el movimiento de terapia cognitiva (p.e. Ellis, 1962; Ellis y Grieger, 1977), el cual considera como factores principales en la psicipatología y en el éxito en el afrontamiento, la forma en que el individuo interpreta sus experiencias y se centra en las intervenciones necesarias para modificar los pensamientos, y con ello, los sentimientos y los actos. Cada vez un mayor número de terapeutas conductistas dedicados a la terapia cognitiva ven su trabajo como la base para el acercamiento entre la corriente conductista y la psicodinámica (p.e., Goldfried, 1979; A. Lazarus, 1979; Lazarus, 1980; Mahoney, 1980; Wachter, 1980). Esto los ha llevado hasta el terreno del estrés tal como es visto por Meichenbaum (1977) en sus intervenciones en afrontamiento cognitivo, por Meichenbaum y Novaco (1978) en su uso del concepto de "inoculación contra el stress" -según el cual, el individuo es entrenado para afrontar las situaciones estresantes- y por Beck (1976) en su tratamiento de la depresión. Un cuarto factor que ha contribuído en el aumento del interés por el estrés, afrontamiento y adaptación, ha sido la mayor atención prestada de forma coincidente a la psicología evolutiva. La psicología del desarrollo se ha centrado tradicionalmente en la infancia y en la adolescencia. En los años 60, estimulado en parte por el marcado incremento de personas que llegaban a la vejez, apareció un nuevo interés hacia los adultos y sus problemas. Los escritos de Erikson (1963) ayudaron a que la psicología pasara de un interés freudiano por los primeros años de la vida y por la resolución del complejo de Edipo en la adolescencia, al convencimiento de que las transformaciones psicológicas mayores tienen lugar en la edad adulta, e incluso más tarde. La psicología evolutiva se convirtió en un campo dedicado a cambiar el curso de la vida. A nivel popular, el libro "Passages", de Gail Sheely (1976) hizo que aumentara el interés por los cambios que experimenta el adulto. Este autor tomó prestado el trabajo de Levinson y sus colaboradores (p.e. Levinson et. al, 1878) más erudito y sistemático, sobre las transiciones y crisis de la edad media de la vida. Los escritos de Neugarten (1968a,b), Lowenthal (1977); Lowenthal, Thurnher y Chiriboga (1975) y Vaillant(1977) también reflejaron y contribuyeron al aumento del interés por el desarrollo de adulto. Al mismo tiempo, las repercusiones políticas y sociales de una población vieja se materializaron en la formación del National Institute of Aging y en un cambio en la dirección de los trabajos de investigación, ahora dirigidos a los problemas de la vejez. Uno de los temas centrales expresados en esta nueva literatura es el del estrés de las transiciones y de los cambios sociales y el de cómo se afrontan. Existe, por ejemplo, un gran interés por el síndrome del nido vacío, las crisis de mitad de la vida, por el estado de viudedad y por la situación de jubilación. Al mismo tiempo, no ha habido mayor interés que el que existe actualmente por el desarrollo emocional del niño y por los medios por los que llega a entender el significado personal de las reacciones sociales y de las interacciones. Tanto si lo que interesa son los aspectos evolutivos del adulto o bien los del niño, los planteamientos giran normalmente alrededor del estrés, el afrontamiento y la adaptación. Un último factor que contribuye a este acrecentado interés por los temas de estrés y afrontamiento sería la atención prestada a los aspectos ambientales y socioecológico en el terreno de la investi- gación y del estudio de la conducta. La psicología clinica y la psiquiatria han empezado a prestar atención a los aspectos ambientales y apartarse del énfasis estrictamente instrapsíquico otorgado a los procesos explicativos de la psicopatología, según el cual estos procesos residian de forma primaria dentro del individuo. En general, el pensamiento psicológico ha girado en la misma dirección es decir, presta una mayor atención a los entornos en que vive el individuo. La psicología ambiental (o ecología social) se ha visto favorecida por el auge de la etología como ciencia naturalista. Como vinieron a demostrar los modernos estudios etológicos, las Ciencias Sociales adolecían de un entendimiento suficiente de los hábitos naturales del ser humano. El estrés depende, en parte, de las demandas sociales y físicas del entorno (Altman, Wohlwill, 1977; Proshansky, Ittelson y Rivlin, 1970; Stokols, 1977). Las limitaciones ambientales y los recursos (Klausner, 1971) de los que dependen las posibilidades de afrontamiento, son también factores importantes. Por consiguiente, la llegada de una ciencia, que se ocupa del entorno, aporta a la teoría e investigación del estrés una amplia perspectiva así como nuevos adeptos. EL CONCEPTO DE ESTRES. No todos los interesados en temas relacionados con el estrés se muestran optimistas con respecto al valor del término. Por ejemplo, el cuadro médico de un Instituto de Medicina (Elliot y Eisdorfer, 1982) declara: "después de 35 años, nadie ha sido capaz de formular una definición de estrés que satisfaga a la mayoría de los investigadores del tema..."(p. 11). En un discurso presidencial en la American Psychosomatic Society, Ader(1980) es todavía mas duro en su crítica al respecto: Para nuestros propósitos (...) hay pocos valores heurísticos en el concepto de estrés. La palabra ha acabado por utilizarse (implícitamente por lo menos) como una explicación dada a estados psicofisiológicos alterados. Dado que hechos fundamentales distintos tienen aspectos conductuales y fisiológicos, que dependen de la estimulación a la que el individuo se ha expuesto y de la respuesta que el experimentador quiera medir, la etiqueta exclusiva "estrés" contribuye poco al análisis de los mecanismos que pueden subyacer a, o determinar la respuesta del organismo. De hecho tal etiqueteado descriptivo mas que explicativo, puede impedir actualmente los avances conceptuales y empíricos por su asunción implícita de una equivalencia de estímulos, favoreciendo la búsqueda reduccionista de explicaciones sencillas de causa única (p. 312). En 1966 Lazarus sugirió que el estrés fuera tratado como un concepto organizador utilizado para entender un amplio grupo de fenómenos de gran importancia en la adaptación humana y animal. Por tanto, no se considera al estrés como una variable, sino como una rúbrica de distintas variables y procesos. Creemos que ésta es, todavía, la aproximación mas útil a tener en cuenta. Sin embargo, incumbe a aquellos que utilizan este planteamiento adoptar una estructura teórica sistemática para examinar el concepto a los múltiples niveles de análisis y para especificar los antecedentes, procesos y resultados relevantes para los fenómenos de estrés y para el confuso y proteico concepto de estrés. Este es en efecto, el propósito de este libro. Algunos investigadores y escritores sobre el tema han mostrado su preocupación por la tendencia a extender el concepto de estrés a todas aquellas actividades consideradas normalmente bajo la perspectiva de adaptación. Sin embargo, mucha gente, para adaptarse, pasa por procesos cognitivos, acciones específicas y estilos de vida de forma rutinaria y automática, no significando para ellos, necesariamente, estrés. Si vamos a considerar el estrés como un concepto genérico, debemos delimitar su esfera de significado, de otro modo representará todo aquello que se pueda incluir en el concepto de adaptación. Mas adelante, propondremos cual ha de ser esa esfera de significado, después de haber considerado tres orientaciones definitorias clásicas: la definición de estímulos, de respuesta y de relaciones. DEFINICIONES DE ESTIMULOS Y RESPUESTAS. Al entrar en contacto con las tradiciones psicológicas, pertenecientes al pasado mas reciente, que retratan a los hombres y los animales como reactivos a estimulación (Psicología del paradigma S- R), la definición del estrés mas común, adoptada por los psicólogos, ha sido la de que se trata de un estímulo. Los estímulos generadores de estrés se consideran generalmente como acontecimientos con los que tropieza el sujeto. Las definiciones de estímulo incluyen también determinadas condiciones originadas en el interior de un individuo, como por ejemplo la actividad o la apetencia sexual las cuales se basan en estados hormonales y estímulos originados a partir de características neurológicas determinadas, como dice White (1959). ¿Qué clase de acontecimientos se citan de forma típica como estímulos inductores de estrés, o según el concepto de Selye "estresores"? Lazarus y Cohen (1977) hablan de tres tipos de acontecimientos: cambios mayores (a menudo se refieren a cataclismos y afectan a un gran número de personas), cambios mayores que afectan sólo a una persona o a unas pocas y, en tercer lugar, los ajetreos diarios. En lo que respecta a los primeros, ciertos fenómenos del tipo de los cataclismos son considerados como estresantes de forma universal y situados fuera de cualquier tipo de control. Se incluyen en este grupo los desastres naturales, las catástrofes producidas por el hombre, tales como la guerra, el encarcelamiento, el desarraigo y la readaptación consiguiente. Se trata de hechos que pueden ser prolongados (p.e. encarcelamiento) o que pueden ocurrir de forma sumamente rápida (temblores de tierra, huracanes), aunque el efecto físico y psicológico producido por el mas breve desastre puede extenderse en el tiempo de forma prolongada. Los cataclismos y demás desastres pueden afectar también a una sola persona o a un número relativamente bajo de ellas, pero el número de afectados no altera de forma significativa la capacidad perturbadora de tales acontecimientos. Los acontecimientos estresantes pueden hallarse fuera del control del individuo, como es el caso de la muerte de un ser querido (Bowlby, 1961; Lindemann, 1944; Parkes, 1972), una amenaza a la

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