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Esquema de etnología de los fang ntumu de la Guinea Española. PDF

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INSTITUTO DE ESTUDIOS AFRICANOS ESQUEMA DE ETNOLOGIA DE LOS FANG NTUMU DE LA GUINEA ESPAÑOLA AUGUSTO PANYELLA CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS MADRID 1959 Introducción a la Etnología Humanística Conferencia pronunciada en la Cátedra de Historia Primitiva del Hombre, de la Universidad de Madrid La Etnología es una ciencia nueva en nuestras universidades y por ello y en razón de su naturaleza humanística es comprensible que haya propuesto como tema inicial del cursillo una introducción a nuestra ciencia, la Antropología cultural, calificándola, ya de entrada, de hu manística. Cuando un universitario penetra en el recinto de una ciencia del hombre, casi por primera vez, y ya en posesión de conocimientos y aun experiencias sobre el "ser cultural", el microcosmos, o sea el hombre, necesita hacer un examen de conciencia para no desorientarse en este quehacer tan emocionante como es el develar una ciencia cuyo objeto es el propio ser humano, uno de cuyos ejemplares será pues sujeto de la experiencia que representa el aprendizaje de una ciencia. Primer problema.-De nuestra meditación se desprende la idea de que la Etnología es una ciencia cuyo primer gran problema será qué se:=t el hombre y qué sea la cultura. o más precisivamente, cuáles son las premisas teóricas, las que contienen los conceptos de hombre, cul tura, sociedad, economía, antropobiología, mentalidad, subconsciente o instintos, que vamos a aceptar. O sea que la "Antropología cultural", denominación ampliamente aceptada de Etnología, es una ciencia de amplias bases teóricas, en cuyo conocimiento no podemos adentrarnos sin una plena conciencia de que las diversidades de escuela no son puramente diferencias entre 'maestros_. temas o métodos, sino que tienen en gran parte su origen en las distintas concepciones que del hombre y sus obras han elaborado o adaptado estas mismas escuelas. AUGUSTO PA!'YELL.-\ Antropología.-Si examinamos con cierto detalle el término "Antro pología", el estudio del hombre, nos aparecerá con más relieve este pro blema de "fundamentación". En primer lugar encontraremos varia~ ciencias que reciben el nombre de Antropología. Antropología filosófica.-En escala jerárquica la superior es la An tropología filosófica, una de las ciencias de la frondosa enciclopedia filosófica, que tiene por objeto de estudio un solo ser, el ser llamado hombre, íntegramente considerado, en la unidad de su polifacetismo. La Antropología filosófica tiene pues por tema el hombre. Creo ne cesario decir que no existe ningún tratado de Antropología filosófica que haya logrado reducir el hombre a su esencia, a no ser por vía de una escuela determinada, y por tanto ninguna antropología puede lo grar alcanzar el centro en el que convergen los rasgos de todos los pueblos y culturas, pero a pesar de ello, el estudio filosófico del "An thror-os", es necesario para adentrarnos en el difícil camino del cono cimlPnto del ser que estudia nuestra disciplina. La antología de Marías sobre este tema ayuda a formarse una idea de lo que escribieron sobre el hombre los pensadores occidentales. El misJPo florilegio, ampliado a los pensadores del gran mundo musulmán, del mduísmo y budismo, y a los sabios mayas, polinesios, bantús o es quimales, así como a los pensadores espontáneos, a los hombres letra dos o analfabetos que meditan sobre sí mismos y los hombres que les rodean. el mundo y Dios daría un resultado sorprendente; recibiríamos la impresión de haber ensanchado los límites de la Humanidad. Antropobiología.-La segunda ciencia que tiene por nombre "An tropología" es la denominada Antropología física o más exactamente Antropobiología, el estudio del hombre como ser vivo. El gran avance técnico de las ciencias biológicas ha permitido la especialización d(• los <=~ntropólogos y aún la ultraespecialización de éstos. La escuela de BarcElona ha tendido a ello, de tal manera que tenemos un raciólog<•. el profesor Alcobé, un paleoantropólogo, el Dr. :F"uster, un antropoge netista, el Dr. Prevosti, y un especialista en el estudio de las líneas dern,opapilares del hombre, el Dr. Pons. Su trabajo, desarrollado en amical colaboración, va dando vida en la Universidad y en el C. S. I. C. a una frondosa rama de la biología del hombre, tan necesaria al etnó logo. Etnología.-La tercera ciencia antropológica es la Etnología o An tropología cultural. Esta doble denominación tiene escasísima impor tancia doctrinal o metodológica, aunque en' los países de lengua anglo· sajo¡¡a es bastante común unir las dos antropologías, la biológica y la cultural en un mismo plan de estudio, y aun unirle la parte social de la Etnología, bajo el nombre de Antropología social. !NTRODUCC!ON A !.A ETNOLOGIA lll."~IA:-\ISTIL\ Estoy mostrando mi afición a la palabra antropología, pero voy a in dicar la razón de evitar el abandono de la menos bella palabra "etno logía", a causa. de que en nuestra lengua el doble significado gentilicio y locativo de la palabra "pueblo", puede inducir a equívocos. En griego, ethnos tiene únicamente significado gentilicio, designa sólo raza, nación, pueblo o tribu, en el sentido necesariamente impre ciso de grupo humano unido por una serie de lazos biológicos, políticos, culturales y religiosos, no siempre uniformes ni totalmente coincidentes. Montandon intentó introducir el neologismo etnia para designar este concepto típicamente "etnológico", tan necesario para Jos pueblos primitivos y exóticos y que él mismo aplicó a Francia en su libro l'Ethnie fran¡;aise. Antropología cultural.-En la Antropología cultural, visto ya el hombre como ser específico, como ser vivo, y como ser "étnico", esto es "formado" en el seno de una convivencia de una familia-o menos aún de un "fragmento" de familia-, de una horda, clan, tribu o pue blo, debemos pasar al arduo problema de la cultura. f'ara algunos autores como Cassirer, la cultura es tan específicamen te humana, que la Antropología filosófica es principalmente "una teo ría de la cultura". Herskovits, con una sencillez cargada de contenido presenta "el Hombre y sus obras", lo humano, o sea aproximadamen te "lo que en el medio es debido al hombre". No vamos a filosofar sobre la cultura, ni sobre la historia, aunque sí indicar de paso que la relación cultura-historia centra uno de los pro blemas fundamentales de las concepciones del hombre de nuestro tiempo. Definición de Tylor.-En el año 1874. Tylor. que cinco años más tarde, en Oxford, sería el primer catedrático de Etnología que ha ha bido en el mundo, dió una definición de cultura, que en gran parte se mantiene: cultura es todo complejo que incluye Jos conocimientos. las creencias, el arte, la moral, las leyes, las costumbres y las demás disposiciones y hábitos adquiridos por el hombre en tanto que es miem bro de una sociedad. Si matizamos separando creencias y religiosidad, e individuo con todo su mundo interno y externo, de las distintas sociedades en las que se desenvuelve, tendremos una idea de la cultura en, sentido etno lógico, como el cúmulo de obras de·l hombre, en sentido formal o es tático y en sentido funcional y dinámico. Fmalmente, como mera curiosidad, les voy a citar un significado muy poco conocido de la palabra antropología en castellano antiguo y en latín. Es precisamente un nombre científico de la Teología y la Escriturística: según él, Antropología es la concepción en lo humano, 8 AUGUSTO PANYELLA y en la forma posible, de las divinas perfecciones, como cuando se le atribuyen a Dios brazos, alegría, tristeza, trono, etc. La esencia humanística de la Etnología.-Pasemos ahora a las ra. zones específicas de subrayar la esencia humanística de la Etnología. Cabe observar que las razones más simples, las concepciones más elementales del pensamiento humano son, en general, por ello mismo, básicas en todo el desarrollo posterior, como lo será la idea fundamen tal de una concepción estratégica o política. La captación de estas ideas clave por los mismos contemporáneos es acaso más difícil que a través de la perspectiva histórica, por ello, en nuestros días, el exclusivismo social de la escuela sociológica ini ciada por Compte y desarrollada y concretada a la Etnología de Durkheim, aparece más patente. Más aún al ser modificado por la es cuela etnológica subsidiaria del materialismo histórico. Sociologismo.-El sociologismo está conquistando en nuestros días, con notable retraso, abundantes posiciones en economía, religión y arte -sociología de la religión y del arte-, y en otras muchas especiali dades también humanísticas, pero ello es debido a la necesidad de encontrar soluciones de gran dimensión-dimensión social-a proble mas que afectan a pueblos que han aumentado su población en una proporción tal que representa una verdadera hipertrofia del desarrollo de su vida material con evidente desproporción al de su dinámica es piritual (Teilhard de Chardin). Los valores individuales han quedado a merced de la impetuosidad de la corriente social, con gran dificultad para encontrar remansos. Esta es una de las razones de la visión sociológica común, algo in consciente, de la Etnología, frente a la que debemos reivindicar la doble esencia individual y social de la cultura humana. No es esta la única razón que ha provocado este semiolvido de la conaición humanística, del estudio del hombre como portador de cul tura, en combinación especial con las unidades étnicas y sociales que le rodean, portadores a su manera (también humana aunque colectiva) de las obras segregadas por el hombre. Dificultades de método.-La Antropología cultural tiene grandes di ficultades de método cuando desea enfrentarse con la realidad indivi dual, con la vida auténtica de cada persona. Si en nuestra profesión de estudiantes o estudiosos universitarios sentimos el legítimo orgullo de nuestra individualidad, del peso espe cífico de nuestra psiqué, del fértil campo de nuestro mundo consciente -y aun de nuestro subconsciente-, puedo asegurarles que en ello· "no estamos solos", sino que en menor grado nos acompañan no sólo 1:-ITHOlllTl'IO.\: A l.\ l·:TS<lUH::.I lll'.\1.\Sl,;T:, -\ ') nuestro cazurro campesino, y nuestro obrero, agudo crítico dl' s11 in geniero o de su jefe de empresa no ingeniero, sino tambi(•n el hombre de cualquier pueblo o raza con el que podamos llegar a intimar. Frente a los pueblos de distinta cultura, aun los más primiti\·os, es imposible continuar siendo estrictamente racionalistas. Aun sin entrar en el difícil problema de la mentalidad de los pueblos primitivos o de cultura exótica debemos decir que el factor psicológico es importan tísimo, especialmente para el etnógrafo, o sea el antropólogo cultura lista en función de recolector de datos de campo. Sin caer en un exagerado psicologismo, debemos aceptar dos im portantes contribuciones a la Etnología aportados por los psicólogos conductistas, Hui! de Yale y Thorndike de Columbia principalmente, los que han desarrollado las teorías psicológicas del estímulo y la reaceión, así como también la aportación del grupo psicoanalista espe· cialmente en cuanto al proceso de las formaciones mentales-indivi· duales y sociales-en el seno de la familia, en la primera infancia, el doble influjo materno y paterno, las consecuencias del ejercicio de la autoridad y también los impulsos instintivos-tal como señaló ya Aris tóteles-y los inconscientes. Para resaltar el valor personal del hombre de otras culturas apor tare algún ejemplo. El viajero o el residente tiene un trato especiai con los, pongamos por caso, bantú, que se encuentran a su paso o a los que contratan como obreros, o a quienes compran o venden productos. El primero perci be 10s grandes signos externos diferenciales, no siempre fáciles de interpretar; el segundo ha de enfrentarse con los problemas de con tacto de, digamos, "razas y culturas", la mayoría de los cuales le obli gan a un mayor trabajo aunque hay otros que se lo facilitan en un grado inusitado en la metrópoli. Si el primero pregunta al indígena, a un cazador o mozo. s~ su pue blo cree en un Ser Supremo, es posible que se equivoque como le ocurrió a Darwin con los fueguinos que interrogó a bordo del barco en que realizó su vuelta al mundo. Frente al segundo, el indígena reacciona de manera especiaL Ante el desnivel de posición se defiende por medios que no siempre "comprende" el residente. El primer juicio que sobre mí hicieron los fang de la Guinea espa ñola fué el siguiente: "Tú nos tratas de otra manera". El segundo, ya más erudito fué: "eres como un misionero laico". El juicio de un brujo sobre mi compañero de expedición. el Dr. Fer· nández Cabeza, bioantropólogo, con dotes de hipnotizador, fué el si· guiente: "Tiene más "brujo" que yo. Regresaré al poblado cuando él se haya marchado". Una psicoetnólogo andorrana, la sefiorita Palau ?llartí. que rca!izó recientemente una expedición al Dahomcy, después de captarse la con- 1J AliGlJSTO PANYELLA fianza de un hechicEro, en lo que consumió muchos días. al entrar l'll materia para documentar aquel difícil arte, recibió la siguiente n·s puesta: "Lo que me pides lo aprendí con mucho esfuerzo y a tra\·l·,, de muchos años, y ahora tú deseas que te lo cuente todo". Una experiencia contraria es la que tuve en Florencia en la mag nífica Villa Fabricoti, residencia universitaria internacionaL En una época de mucha concurrencia me asignaron una habitación comparti da con un ''melánido'' estadounidense y con un húngaro con algo de sangre rr:ongólic:L El primero estudiaba lenguas románticas; el segun do, pintor y novelista. esperaba una plaza de profesor en los Estados Unidos. Nuestras interminables conversaciones tenían tal sabor de "viejos europeos" acentuado por el uso-por mi parte defectuoso-de! italiano. que rcleg3ba al olvido, en la pasión dialéctica. cualquier di ferencia racial. borrada en parte por la cultura occidental, a pesar de los matices dJercnciales que nos separaban. El hombre es un ser muy complejo y los fenómenos culturales. obra de aquél, lo son también. Esta consideración que califica la esencia del "microcosmos", explica la dificultad de orientarse en Etno logía o de construir un esquema científico, una concepción de la An tropología cultural. A título de ensayo les expondré el esquema que utilizaré en estas conferenci'=!s: 1." l\ ecesidad de conocer la clasificación bioantropológica de la población a estudiar, los elementos que la componen, su ontogenia o etnogenia--o sea el proceso que les llevó a su estado actual-y la biodinámica, esto es su fuerza como colectividad de seres vivos, tanto interna dentro de la nación o tribu, como externa frente a los vecinos: éstos pueden ser parientes étnicamente o no de aquéllos. Bwtipos, caracteres, particularidades somáticas, etc. 2. · El conocimiento del medio ambiente geográfico. Valoración d(· la relación entre el paisaje geológico y biológico y el humano. El problema de las migraciones, con sus cambios de paisaje natural y la posición rle cada uno de los fenómenos culturales frente a aquel cambio La superación de los factores geográficos por los avances técnicos del hombre y por la adopción de medios "humanos" difundidos. 3.' El doble aspecto estático y dinámico de los fenómenos cultu rales. Posibilidarl de abstraer cada hecho cultural para su análisis "cul turológico", lo que Malinowski rlenomina aspecto formal, contrapuesto al aspecto funcional o dinámico. 4." Las dimensiones de lo "cultural" dónde y en qué area: en qu(· momento y durante cuánto. En qué inctivirluo y en qué unictades étni cas y sociales . .'í." Clasificación de lo cultural por el contenido estructural: uni- 11\TI{lllll"l"l"IO:\ A 1..\ I·T:\01.()1;1.\ 111.~1.\:\ISTII".·\ dades étnicas desde las diferentes clases de indi\·iduos a la unidad abstracta de la Humanidad completa. Las unictades sociales: ctesdc las individuales a las más amplias internacionales: i~lesias. sociedades in ternacionales como la ONU, etc. Las unidades políticas. 6." La base tecnológica de la cultura. Desde la habilidad preartc sana, diferenciada u no por sexos a Jos estadios más ele\·ados de la ciencia. 7.0 Los elementos artísticos en el folklore )' en las artes. 8.0 El lenguaje: su origen, relaciones y \'alar expresivo. 9." La religión, en su aspecto doctrinal, en la fe y prácticas y en su valor social y cultural. (Véase la gran clasificación de las civiliza cionPS de Toynbee, basada en las llamadas religiones universales.) 10. Las creencias y prácticas supramateriales (magia, hechicería, shamanismo, medicina metaempírica, etc.). 11. El desarrollo vital, individual y colectivo, biográfico e históri co de las unidades étnicas como intento de ,·isión sintética ejemplar. Clasificación y valoración de una cultura determinada. Este esquema de la Etnología es sincrético v pretende utilizar la~ perfecciones o descubrimientos conceptuales. metodológicos y temáti· cos de las escuelas de Etnología de los últimos cien años. Ello nos per mitirá entrar más libremente en el estudio concreto de la cultura fang Paisaje, raza y cultura del pueblo fang Ccmferencia pronunciada en la Cátrdrc de Historia Primitiva del Hombre, de la Universidad de Madrid El estudio de la cultura de un pueblo realizado con métodos etno lógicos, permite una gran diversidad de enfoques cada uno de los cua les proporciona nuevos elementos significativos que aumentan las po sibilidades de comprensión de una cultura concreta y diferenciada. Esta orientación, que podríamos denominar del "perspectivisrno" etnológico, quedará ejemplificada en el presente trabajo que intenta relacionar los elementos geográficos y antropobiológicos con los culturales del pueblo fang de la Guinea española y de las zonas vecinas de Camarones y del Gabón. Las varias relaciones de paisaje, raza y cultura, en territorio fang. por su misma tridirnensionalidad. son bastante complejas, por lo que en este ensayo las presentaremos únicamente esbozadas. a base de la elemental clasificación en factores positivos y negativos. conveniente mente matizada en cada caso. Paisaje geográfico.-En los pueblos no constructores de ciudades, por tanto de economía relativamente sencilla, la relación con el medio ambiente o sea con el paisaje, es muy distinta a la de los pueblos de cultura superciudadana, que poseen muchos medios para dominar a la Naturaleza. Los fang ntu.rnu., tribu o subgrupo fang que ''amos a tornar como centro ejernplificador para nuestra exposición del problema de relaciones, viven actualmente en un sector de la zona ecuatorial afri cana al Norte del Ecuador, distinto al que ocuparon sus antepasados de hace unas seis generaciones y muy diferente de la zona extraselvá tica en la que vivieron los clanes originarios de los actuales clanes segmentados. 1-t AUGUSTO PANYELLA La zona ntumu de nuestros días coincide en partl' con la "g¡],~¡ · cristalina del Ntem (río Campo), y se extiende hasta la cuerwa d ¡ 1 Guoro (río Benito); a pesar de su situación boreal tiene un clima a u,:. tral, con cuatro estaciones que los fang, que conocen el ai1o :o:olar, de signan de la siguiente manera: t.•ien essep (cálida st•ca. o SL'a la quv coincide con nuestro invierno), llamada seca corta; sugú csst'Ji ( llm·ids cálidas); vien oyon (seC3. fresca. coincidente con nue:o:tro \·eranol o s11·a larga. y sug-ú oyen (lluvias frescas). El clima de la zona ntumu se caracteriza por la relativa benignidad de la temperatura que no acostumbra a superar los :32" centígrados, por la elevadísima humedad atmosférica, casi siempre cercana a la sa turación y por 'a abundancia relativa y gran variedad de "tipos" de lluvias, que con tanta perspicacia reconocen y clasifican los indígenas. Los factores genéticos fundamentales de este clima, mucho más benig no de lo que la latitud (2'-') parece indicar. son el monzón clel S. 0., la corriente fresca de Guinea y la declinación del sol hacia los trópicos. Los factores meteorológicos del clima no son pues excesivamente duros para el fang, aunque sí nuevos si aceptamos su origen nórdico y extraselvático. Ante ellos ha reaccionado con bastante agudeza, acep tando el modelo de casa rectangular, por tanto orientada, de los con galeses silvestres, su sistema techar con hojas de nipa (figs. 11 a 13), la palmera raphia, y la utilización de la casa con su hogar central sin chimenea como secadero tanto para la leña como para la cosecha. una observación atenta de la reacción de los fang ante su clima nos lleva ría a creer que para ellos el factor más peligroso es la humedad y la "sen~ación" de frío que provoca con los descensos de temperatura y du rantF ciertas horas de los días nubosos casi sin interrupción de la seca fresca. El ciclo agrícola y las épocas de pesca y caza y sus distintos pmce dimientos, adecuados no sólo a la presa buscada sino también a la época del año, y lo dicho anteriormente nos inducen a considerar muy posi tiva la actitud de los fang ante el clima ecuatorial y austral de su actual habitat. Es como si el proceso en gran parte desconocido de la formación de su actual complejo racial (fig. 2 a 5), hubiera realizado una suma de mentalidades diversas-de cazadores de las estepas, de cazadores tramperos, de agricultores selváticos y de ganaderos nóma das-con amplias facultades de adaptación. El paisaje vegetal.-EI ambiente vegetal que rodea al fang es im presionante, avasallador, lleno de posibilidades y de formas variadas que se presentan ante el hombre como algo difícil ante lo que es pre ciso reaccionar. l'~s muy curiosa y significativa la larga denominación que algunos botanicos dan a la zona selvática africana "Afromegatermopluvisilva

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