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Espiritualidad de la liberación PDF

145 Pages·1992·3.69 MB·Spanish
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DE LA LIBERACIÓN Pedro CASALDALIGA y José María VIGIL Presentación de Ernesto Cardenal c—n„— A** r!„rf0„„ /~i,,t:á,,a.» Espiritualidad de la Liberación ÍNDICE Presentación (Ernesto Cardenal) 3 Nota previa 5 Prólogo: Preguntas para subir y bajar el Monte Carmelo 7 Capítulo primero: ESPÍRITU Y ESPIRITUALIDAD 21 1. El problema de ciertas palabras 22 2. Primeras definiciones de E/espíritu y de espiritualidad 23 3. Espiritualidad, patrimonio de todos los seres humanos 26 4. ¿Es algo religioso la espiritualidad 28 5. ¿Qué es entonces la espiritualidad cristiana?. 29 6. Mirando las cosas desde la fe cristiana 30 7. La espiritualidad de los no cristianos y la de los cristianos ...33 8. «Espíritu» con mayúscula y «espíritu» con minúscula 34 9. Dos modos de espiritualidad (E1 y E2) 36 Anexo sobre los dos modos de la espiritualidad 38 Capítulo segundo: EL ESPÍRITU LIBERADOR EN LA PATRIA GRANDE (E1) 45 •Pasión por la realidad 46 •Indignación ética 50 •Autoctonía 56 •La Patria Grande 63 •Alegría y fiesta 67 •Hospitalidad y gratuidad 71 •Opción por el pueblo 75 •Praxis 81 •En contemplación 83 •Solidaridad 85 •Fidelidad radical 89 •Militancia/«teimosia»/comunitaridad 95 •El día-a-día 102 Capítulo tercero: EN EL ESPÍRITU DE JESUCRISTO LIBERADOR (E2) 107 •El Jesús histórico 108 •El Dios cristiano 114 •La Trinidad 120 •Reinocentrismo 124 •Encarnación 132 •Seguimiento de Jesús 140 •Contemplativos en la Liberación 149 •Vida de Oración 167 •Profecía 176 •Práctica del amor 181 •Opción por los pobres 188 •Cruz/Conflictividad/Martirio 196 •Penitencia Liberadora 208 •Macroecumenismo 218 •Santidad política 227 •Nueva eclesialidad 234 •Fidelidad diaria 246 •Esperanza pascual 251 LOS 7 RASGOS DEL PUEBLO NUEVO 255 CONSTANTES DE LA ESPIRITUALIDAD DE LA LIBERACIÓN 259 Epílogo: Caminar para llegar (Gustavo Gutiérrez) 265 Bibliografía 275 Presentación La Teología de la Liberación debía producir una Espiri tualidad de la Liberación. De hecho la ha producido. De eso trata este libro. Esta es, como debía esperarse, una espiritualidad nueva. Distinta de la espiritualidad tradicional en la que fuimos formados los de más edad. Es también una espiritualidad específicamente latinoa mericana. Sin dejar de ser también universal, como la misma Iglesia, pese a ser local. Y es una espiritualidad realista y no teórica. Esta espiritualidad se diferencia radicalmente de la de aque llos que cierra los ojos a lo social y político, es decir, a los pobres; a la diferencia cada vez más abismal entre ricos y pobres. Es decir, se diferencia de la espiritualidad burguesa, de ricos, y de clase domi nante, aunque también haya pobres entre ellos, ciegos arrastrados por guías ciegos. Pobres que también cierran los ojos, a la pobreza y a ellos mismos. Esta espiritualidad dice cosas radicales que el lector hallará en este libro: corno el que los pobres son el único sacramento para la salvación. Y que los hombres no se dividen en creyentes y no creyen tes, sino según su actitud para con los pobres. Yo considero que Teología de la Liberación equivale a decir Teología de la Revolución. Y por lo tanto ésta es una Espiritualidad de la Revolución. (Entendiendo la Revolución en un sentido más tras cendente que el que tuvo la ex-Revolución de Octubre). Es también, por qué no decirlo, una espiritualidad del socia lismo. O dicho de otro modo, la espiritualidad de una utopía univer sal. Es también una espiritualidad política. Ya había dicho Gandhi que quien cree que la religión nada tiene que ver con la política es que no tiene ninguna idea de qué cosa es religión. Esta es una espiritualidad de consagración a los pobres. Nota previa Conversión a los pobres. Opción de clase. Espiritualidad práctica, que une contemplación y praxis. Espiritualidad militante, de militancia no partidaria sino por el Rei;w. De vinculación a Jesús, pero al Jesús auténtico: histórico y político. No el Jesús abstracto, manipulado y traicionado, en cuyo nombre se han predicado las cosas a las que él más se opuso. Esta espiritualidad nueva es también un redescubrimiento de Dios: del verdadero Dios, distinguiéndolo de todos los dioses falso que desde hace 500 años se nos han predicado en América Latina. En realidad ésta no es una espiritualidad de Jesús, ni de Dios, sino del Reino. Reino de Dios, que es amor, justicia, paz, fraternidad, La estructura de este libro es muy sencilla. libertad, perdón. Se crea o no se crea en Jesús o en Dios. Se trata de creer en este Reino. Esta es una espiritualidad encarnada, pero como la encarna En el prólogo, Pedro Casaldáliga presenta el sentido, el ción de Dios no es una encarnación abstracta -el que Dios simple porqué y el objetivo de este libro. mente se hizo hombre-, sino que también se hizo pobre, encarnó entre En el Capítulo primero establecemos las nociones los marginados. fundamentales de «espíritu» y «espiritualidad», a la vez que se En nuestro lugar y tiempo la contemplación también es dis exponen y se justifican algunos planteamientos generales que tinta: contemplación en la acción liberadora. En la realidad y en el es oportuno tener en cuenta. En ese marco se encuadrará el presente. En la cambiante coyuntura de nuestros pueblos. Es una con contenido de los dos capítulos siguientes. El anexo aborda el templación, como acertadamente se dice en este libro, «con la Biblia y tema desde una perspectiva teológica técnica; el lector no in el periódico». teresado podrá omitirlo sin perjuicio. Contemplación basada en el análisis de la realidad. Y también El capítulo segundo, describe en diversos apartados, con templación comprometida. la Espiritualidad de la Liberación desde el modo que llamamos «Espiritualidad-1» o E1: el espíritu latinoamericano, el talante Creo que están cubiertos todos los campos que podrían ser espiritual de nuestro Pueblo, la corriente de espiritualidad que tratados en un libro con el título de «Espiritualidad de la Liberación», el Espíritu, la cultura y la historia han derramado en la Patria en incluso muchos otros que tal vez el lector no imaginaría que se tra Grande. tarían bajo este título. A su vez, el capítulo tercero describe, también en di Como comentario final con respecto a la espiritualidad de la versos apartados, la Espiritualidad de la Liberación desde el Liberación, yo diría: que sigue siendo igualmente válido lo dicho por modo que llamamos «Espiritualidad-2» o E2: el espíritu latinoa León Bloy. que «la única tristeza es no ser santos». Pero que ahora la mericano potenciado explícitamente por el Espíritu de Jesús, la santidad es diferente. Espiritualidad cristiana de la Liberación. Los tratados clásicos de espiritualidad se estructuraban Ernesto Cardenal con frecuencia sobre la base de las diferentes «virtudes». Los apartados de estos dos capítulos, segundo y tercero, ofrece rían de algua manera las «virtudes» de la espiritualidad de la li beración. Hemos dado a cada apartado un tratamiento diverso, a veces incluso muy diverso, según la naturaleza del contenido y sus exigencias peculiares. Las «Constantes...» y los «Rasgos...» quieren dar Prólogo sintéticamente una visión motivadora del conjunto. La biblio grafía se limita concretamente al tema de la espiritualidad de la liberación y a autores latinoamericanos o vinculados con nuestic. Preguntas para subir y bajar espiritualidad. El Epílogo, por ser de Gustavo Gutiérrez, a quien agra decemos entrañablemente esta su autorizada contribución, se el Monte Carmelo recomienda por sí mismo. Pedro Casaldáliga Por no estar concebido como una tesis sino como una exposición vivencial y como un «manual» de espiritualidad, el li bro no exige una lectura sistemática, pudiendo ser abordado o releído, con igual provecho, por aquellos apartados que al lector le resulten más sugerentes. Juan de la Cruz, poeta y místico, compañero de Teresa de Jesús en la santidad y en la reforma, buen maestro de la es piritualidad cristiana por ser un buen discípulo del Maestro, es cribió su tratado de espiritualidad a partir de los tres grandes po emas que compuso pasando a clave divina las efusiones del amor humano: «Subida del Monte Carmelo» o «Noche oscura de la Subida del Monte Carmelo», unificando la «Subida- Noche», como quiere el P. Silverio, «Cántico espiritual» y «Llama de Amor viva». Glosándolos, más o menos llanamente, aun a sabiendas de la imposible tarea y trayendo y llevando la Biblia, en sus glosas, con la libertad de los comentaristas de los buenos tiempos alegóricos, el santo de Fontiveros va descri biendo los pasos de la «subida» a la santidad, por las «noches» del sentido y del espíritu, hacia la unión con el Amado, en la fu sión inefable de la «llama viva». Sin traicionar la belleza intocable de la verdadera poesía, porque «así es la rosa» y no se debe tocar; sin pretender des cribir minuciosamente lo que sólo se vive en la experiencia de la fe; a pedido de «almas» que él dirigía o con quienes compartía la misma dura dichosa ascensión; dándose en cordial autobio grafía. PREGUNTAS PARA SUBIR Y BAJAR. .. 9 8 PRÓLOGO maestro espiritual en los altiplanos de la Liberación, por su itine Carmelita él, era normal que situase en el Monte Carmelo, rario latinoamericano Beber en su propio pozo». Y dice así: tan pródigamente enaltecido por la Biblia, ese itinerario que lleva a Dios. De haber sido un latinoamericano y ya vividos los «Por aquí ya no hay camino». concilios continentales de Medellín y Puebla y Santo Domingo, ¿Hasta dónde no lo habrá? posiblemente Juan de la Cruz -sin traicionar ni la santidad ni la Si no tenemos su vino poesía ni la ortodoxia- habría escrito, pongo por caso, la ¿la chicha no servirá? «Subida al Machu-Pichu»: la subida y la bajada... ¿Llegarán a ver el día En clima latinoamericano y a la luz de esos concilios tan cuantos con nosotros van? nuestros -a la luz y por las urgencias del Evangelio y de sus po ¿Cómo haremos compañía bres que llenan la vida y la muerte de nuestros Pueblos y la pas si no tenemos ni pan? toral y el martirio de nuestras Iglesias-, uno se atreve a compo ner poemas de espiritualidad y a glosarlos libremente. A nuestro ¿Por dónde iréis hasta el cielo propio aire, al Viento del Dios Vivo y de los tercos Andes. Con la si por la tierra no vais? libertad que el Espíritu nos da en la ancha pluralidad fraterna de ¿Para quién vais al Carmelo, esta única espiritualidad nuestra que es la espiritualidad de si subís y no bajáis? Jesús de Nazaret. Salvas todas las distancias y con todos los respetos... ¿Sanarán viejas heridas mutuos. las alcuzas de la ley? ¿Son banderas o son vidas Yo andaba preocupado, interesado, por la espiritualidad las batallas de este Rey? de la liberación; deseoso de que se multiplicaran los textos, los encuentros, las sistematizaciones de la misma -aun sabiendo ¿Es la curia o es la calle que la espiritualidad es vida y no precisamente sistematización donde grana la misión? teórica- cuando apareció el libro, ya clásico, de Gustavo Si dejáis que el Viento calle Gutiérrez en torno a esa espiritualidad -«Beber en su propio ¿qué oiréis en la oración? pozo»-, y ese libro me suscitó un poema de ocho coplas «desde la Amazonia brasileña, en tiempos de probación y de Si no oís la Voz del Viento invencible esperanza criolla». ¿qué palabra llevaréis? ¿Qué daréis por sacramento A propósito de la probación, es bueno recordar que san si no os dais en lo que deis? Juan de la Cruz vivió zarandeado por la incomprensión casera de sus propios hermanos de hábito, pasó por la cárcel y el vitu Si cedéis ante el Imperio perio y tuvo que cuidarse, como tantos otros santos de la la Esperanza y la Verdad época, de las sospechas y flagelos de la Inquisición. La ¿quién proclamará el misterio Espiritualidad, la Pastoral, la Teología de la Liberación no po de la entera Libertad? dían dejar de ser probadas por esos fuegos. Para su bien, por que ya se sabe, en la fe, que el sello de la cruz es siempre el Si el Señor es Pan y Vino mejor timbre de garantía para todo quehacer cristiano. y el Camino por do andáis, Ese poema que digo, se titula «Preguntas para subir y si «al andar se hace camino» bajar el Monte Carmelo» y se lo dedico «A Gustavo Gutiérrez, ¿qué caminos esperáis? •4 o PRÓLOGO «Preguntas» dice el título del poema, porque se trata de PREGUNTAS PARA SUBIR Y BAJAR... 11 preguntar buscando: bajando y subiendo. Preguntándonos, rio, surgió precisamente la Teología de la Liberación que ha vamos hacia dentro de nosotros mismos; preguntándole, va pensado sistemáticamente toda esa vida y sus motivaciones de mos hacia Dios; preguntándoles, vamos a los hermanos y her fe (el misterio del Dios de Jesús en el misterio de esa continen manas. Preguntando y respondiendo. tal "caminhada"). Así lo atestiguan nuestros teólogos más cuali ficados». Esas preguntas, además, con su gancho de respuesta Precisaba aún lo obvio: «los rasgos de esa Espiritualidad insinuada, quieren apuntar las justificaciones que tenemos -en no podrán ser tan "originales" que se aparten de la auténtica estas latitudes- para las variantes de nuestra espiritualidad espiritualidad cristiana de siempre. Uno sólo es el Espíritu en frente (a veces, contra) otras espiritualidades, de otros contex toda hora y en cada lugar. Esos rasgos son diferentes porque tos geográficos e históricos; desde otros lugares sociales; de ubican la (única) Espiritualidad cristiana en una hora y en un lu tiempos ya idos quizás; colonizadoras, tal vez, o despersonali- gar diferentes. Para responder a los signos de un tiempo de zadoras y alienantes. Espiritualidades, en todo caso, menos cautiverio y de liberación, (esos rasgos) habrán de hacerse nuestras. (explícitamente, eficazmente) liberadores; y, para responder a los signos del lugar que se llama América Latina, habrán de tor «En América Latina, en todo el Tercer Mundo -escribía yo narse latinoamericanos». en unas notas personales- tenemos el derecho y el deber de Soñando ya con ese libro de Espiritualidad de la ser nosotros, hoy, aquí. Y vivir cristianamente nuestra "hora". Y Liberación que ahora finalmente se hace realidad escrita, sobre hacer Historia y hacerla Reino. Ser aquí la universal iglesia de todo por la cabeza, el corazón y la aragonesa tozuda laboriosi Jesús, pero con rostro autóctono, indio-afro-latinoamericano. dad de José María Vigil, quería yo que el libro fuese «una fra (De mujer, de joven, de campesino, de obrero, de intelectual o terna lectura espiritual compartida; una introducción a otros li artista, de militante o agente de pastoral..., debería añadir hoy). bros mayores y a otras búsquedas; un eco emocionado a tanta Nos sentimos sensibilizados por el espíritu de Jesús, en medio espiritualidad latinoamericana (y caribeña, se entiende, porque, de los pobres (cada día más pobres y en número siempre ma bien o mal nacida la denominación, América Latina es el yor, en la más reciente actualidad) y frente a la Historia que nos Continente con sus islas) vivida, hoy sobre todo, pero ayer toca vivir ("fin de la Historia", para algunos satisfechos; co también, por nuestros santos y santas anónimos, por nuestros mienzo, por fin, de la Historia humana una y fraterna, para noso profetas y mártires, por tantas comunidades cristianas que se tros, en manos de las mayorías insatisfechas). Y nos sentimos esfuerzan en revivir latinoamericanamente la hermosura evan contagiados de esa Libertad que es el Espíritu. Por eso quere gélica y los rasgos crucificados (y la alegría pascual) de los mos y debemos dar testimonio del Crucificado Resucitado a es Hechos de los Apóstoles». Hoy -y este libro es buen testimo tos nuestros Pueblos, oprimidos y en lucha por su liberación; nio- yo citaría explícitamente también los santos patriarcas y ma- por eso queremos dar el brazo a tantos compañeros de camino triarcas indígenas y negros, las heroicas comadres -indias, ne y de esperanza», cristianos o no cristianos, habría de añadir gras, mestizas, criollas-, los trabajadores de los campos, de las hoy, que buscan y luchan; mayormente ahora, desmoronadas minas, de la industria, de los ríos, la muchedumbre de los san ciertas utopías o sus falsificaciones y pretenciosamente victo tos inocentes -prematuramente mártires- y toda esa legión de riosas ciertas topías rastreras. hijos e hijas del Dios, único pero con muchos nombres, que vienen haciendo la total espiritualidad latinoamericana, antes y En aquella ocasión, aclaraba también: «la Liberación después de 1492. tiene su Sociología, su Pedagogía, su Teología. Nombres ilus El libro debería ser «una guía para caminantes», concluía tres, libros cruciales. La Liberación tiene, sobre todo, su yo; porque «el camino, en todo caso, sería siempre Aquel que Espiritualidad. De la Espiritualidad de la Liberación, vivida dia es el Camino de la Verdad y de la Vida, Jesucristo, el Señor». riamente, en la pobreza, en el servicio, en la lucha y en el marti- Con mayor razón, ahora, deseamos que este libro sea una guía, 12 PRÓLOGO PREGUNTAS PARA SUBIR Y BAJAR... 13 no más; accesible y fraterna; no para estudio sino para vivencia; que ya no les respondían a las necesidades o perspectivas ac tampoco para quedarse dormido en las estanterías; sino como tuales y sin haber encontrado aún el modo nuevo -legítimo y un «vademécum» de peregrinos de la liberación, un manual de eficaz- de vivir su fe situadamente. cabecera y de trinchera para hermanas y hermanos luchadores Si no tenemos el «vino» de Europa, su cultura, que no del Reino. Esperamos que no sea demasiada pretensión. Esa es mejor ni peor, la tradición sistematizada de una espiritualidad funcionalidad que intentamos, no nos permitiría, sin embargo, hecha para aquellas latitudes y en aquellos procesos (y, con escribir un libro superficial o dejar de lado una fundamentación demasiada frecuencia, con pretensiones de hegemonía), ¿no filosófica y teológica suficiente. Por eso, el libro tiene su carga habrá de servirnos la «chicha» de nuestras culturas riquísimas y de análisis y de sistematización, aunque en los dos capítulos el cuenco de nuestros procesos históricos? O ¿sólo en «vino» centrales se desarrolle sobre todo en una línea descriptiva, vi- del Primer Mundo puede beberse a Dios? vencial y parenética. SEGUNDA. Esta es una dilacerada pregunta muy nuestra. El poema de las «preguntas» se entiende, sin mayores Una experiencia única de compañía para todo, de comer juntos comentarios; pero, puestos a glosar las «canciones» -como di el mismo pan del destierro y la utopía, de la lucha y la muerte: ría Juan de la Cruz- ellas quieren decir, en síntesis, que noso «¿Llegarán a ver el día / cuantos con nosotros van?». tros creemos que se trata de «subir y bajar», de ir a Dios y al El «día» de la justicia y de la libertad, el día de los dere Mundo, de contemplar y militar simultáneamente; que en la ver chos humanos finalmente respetados, el día de la vida con dadera espiritualidad cristiana no caben las dicotomías; que to nombre digno de una vida humana, salidos de toda esa noche dos los crucificados con Cristo están distendidos, a la vez, en la de masacres y dependencias, de dominaciones y marginación. verticalidad y en la horizontalidad de la Cruz, en la gratuidad y en ¿Cuántos habrán de morir aún «antes de tiempo», sin ver ese el esfuerzo, amarrados, como raíces, al Tiempo de la Historia y «día»? ¿Cuántos habrán de vivir, luchando, preguntando, que lanzados, como alas, hacia la Gloria de la Escatología... riendo ver la Verdad y el Evangelio, sin que la Iglesia, quizás, se les presente como un sacramento claro del «día», sin que los cristianos seamos una comunidad-testigo, una evangelización Cada una de las «canciones», en particular y numeradas, accesible, inculturada, digna de crédito? ¿Cuántos y cuántas podría decir lo siguiente: habrán de seguir viviendo, luchando y muriendo, sin ver el día, excomulgados por una Sociedad que se considera la PRIMERA. «No hay camino» hecho, «por aquí»; se va Civilización, y por una Religión que no sabe reconocer el caudal haciendo. Cada itinerario espiritual es una aventura inédita, un de Verdad y de Vida que ellos llevan consigo y que tal vez con juego y una lucha imprevisibles entre el espíritu y el mal, entre el dena al Dios vivo de la Historia en nombre de un Dios muerto de espíritu y el Espíritu también. Y es una aventura colectiva, iné los esquemas? ¿Por qué no ha de ser el día de Dios nuestro día dita, la espiritualidad de la liberación, aun siendo tan antiguas humano, su hoy nuestro hoy? como el Evangelio la libertad en el Espíritu, la opción por los ¿Cómo podremos tener el coraje cínico de pretender pobres, la justicia del Reino. Aun siendo tan antiguos como la caminar en compañía -alienada, irenista, cómplice- si no hay en Historia humana, ese juego y esa lucha, con sus derrotas y sus tre nosotros, ni siquiera el pan indispensable para compartir victorias. vida, salud, vivienda, educación, participación, justicia, libertad? Y, sin embargo, nos preguntábamos, corresponsables, (Com-pañero, «copain»,es aquel que comparte el pan con solicitados por la hora y por el lugar: «¿hasta dónde no habrá otros que hacen el mismo camino. A la manera del Compañero camino?». No se podía esperar más para echar mano de la ex mayor, por los caminos de Emaús, en última suprema instancia). periencia de muchos y su sistematización, cuando tantos her manos y hermanas se sentían como perdidos en los vericuetos de la espiritualidad; de vuelta, quizá, de unas espiritualidades

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