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Espiritu del don PDF

150 Pages·1997·97.288 MB·Spanish
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Por qué darnos? ¿Y, primero, damos todavía? Si, contestan lo C )3KI autores de este libro, e infinitamente más de lo que pretenden siglo hacernos creer los ideólogos modernos, para quienes las relacio veintiuno editores nes entre la gente ya no están regidas más que por el interés egoísta o la obligación pública, por el mercado o por el Estado. n Ahora bien, la experiencia del don no se limita a los regalos de o c Navidad o a la limosna. Por el contrario, el don se observa en to- ón das partes: en la familia, en las organizaciones y las empresas, en ci a el mercado del arte, etcétera. or b ¿Pero qué tienen en común Santa Claus, Alcohólicos Anóni- a l o mos, las donaciones de sangre y de órganos. Los regalos de todo c n tipo y los servicios prestados, el don del artista y hasta el don ri- e tual de las sociedades arcaicas? Es la pregunta a la que este libro intenta contestar mostrando que todas las sociedades viven del don, necesitan esta «gracia» que mantiene a la vida en sus redes. Nunca soportaremos que todas las cosas y que todos los servicios sean producidos de manera automática y no sean más que «pro- ductos», que nada aparezca fuera de las leyes del mercado y de las reglas del Estado. Siempre necesitaremos hacer circular las co- sas de otra manera, hacer «pasar» las cosas Kir el don. Este libro necesariamente multidisciplinario se ve obligado a ha- blar con un lenguaje claro y a evitar la jerga de los especialistas. Basados en origina- les investigaciones de campo y en un profundo análisis crítico de la litera- tura existente, apasionará tanto al pú- blico en general que desea conocer mejor los misterios del don como á los investigadores en ciencias sociales que descu- O brirán en él estimulantes perpectivas. Jacques T. Godbout es profesor-investigador del Instituto Na- cional de Investigación Científica (Universidad(cid:9) Quebec). W.T.Q Esta reflexión sobre la función del don en la sociedad es una prolongación de sus investigaciones sobre la participación (La par- ticipation contre la démocratie, Montreal, Saint-Martin) y la de- mocracia moderna (La démocratie des usagers, Montreal, Boreal). r Alain Caillé, profesor de la -)niversidad de Caen y director de p, EL ESPÍRITU la Revue du MAUSS, publicó un 3 Critique de la raison utilitaire (La CA Découverte) y varios artículos sobre el tema del don. Es asimismo 179.9 autor de Splendeurs et miséres de sciences sociales (Droz) G582 Jaequeb T. Gcdbctit Z21 DEL DON 968-23-2072-0 >1.(1 Wisi910 en colaboración con Alain Caillé veintiono .(cid:9) editores 9 traducción de EL ESPÍRITU DEL DON ELIANE CAZENAVE-TAPIE por JACQUES T. GODBOUT en colaboración con ALAIN CAILLÉ Sistema 1 iniversidad )3KI Siglo veintiuno editores y99.- G632' ÍNDICE >XI siglo veintiuno editores, s.a. de c.v. CERRO DEL AGUA 248. DELEGACIÓN COYOACÁN, 04310 MÉXICO, D F siglo veintiuno de españa editores, s.a. PRÓLOGO Y AGRADECIMIENTOS CALLE PLAZA 5, 28043 MADRID, ESPAÑA INTRODUCCIÓN. ¿EXISTE (TODAVÍA) EL DON? El don no existe. El don está por todas partes, 12; Peligros y rechazos del don, 16; Cuando el don crea un sistema, 20; Los bienes al servicio de los lazos, 29 PRIMERA PARTE LOS LUGARES DEL DON 1. TRES FORMAS DE LAZO SOCIAL 2. EL LAZO INTERPERSONAL Los amigos, 40; La familia, 42; El papel de la mujer, 51; Los hijos: don u objeto, 55; Santa Claus, 59; Heredero, 62; La familia: un sistema de deudas, 66 3. CUANDO EL ESTADO REMPLAZA AL DON La donación de sangre, 71; La perversión del don por el Estacp, 77; El impuesto no es el don, 80; El don a los desconocidos, 84 4. EL DON ENTRE EXTRAÑOS Los grupos de ayuda mutua: Alcohólicos Anónimos, 91; El voluntaria- do, 97; Un don moderno, 102 5. EL DON Y LA MERCANCÍA El don al servicio de los negocios, 106; El mercado del arte, 110; La donación de órganos, 117 portada de patricia reyes 6. EL DON EN LA SOCIEDAD LIBERAL primera edición en español, 1997 © siglo xxi editores, s.a. de c.v. Don y reciprocidad. Las devoluciones del don, 124; La espontaneidad, isbn 968-23-2072-0 la libertad, la ausencia de cálculo, 127; El medio es el fin, 128 primera edición en francés, 1992 © éditions la découverte, parís/éditions du boréal, montreal título original: l'esprit du don derechos reservados conforme a la ley impreso y hecho en méxico/printed and made in mexico [7] 8 ÍNDICE SEGUNDA PARTE PRÓLOGO Y AGRADECIMIENTOS DEL DON ARCAICO AL DON MODERNO 7. EL DON ARCAICO: ALGUNAS LECCIONES DE LA ETNOLOGÍA 133 Tres ejemplos de don arcaico, 135; De la naturaleza de la moneda salvaje, 148 Se acostumbra mencionar, en especial en las obras de ciencias huma- 8. LAS INTERPRETACIONES CLÁSICAS DEL DON ARCAICO 154(cid:9) nas y sociales, a las personas, siempre numerosal, con quienes se siente La interpretación económica, 154; La interpretación "indígena", 158; La interpretación intercambista-estructuralista, 160; El economicismo uno en deuda por una idea, una crítica, una información, una obser- de las interpretaciones clásicas, 166 vación, o también una ayuda material o afectiva. El simple hecho da testimonio de la importancia de las relaciones de don y de gratitud a 9. DON ARCAICO Y DON MODERNO 168(cid:9) cuyo estudio se consagra el presente libro. Pero, curiosamente, el Don arcaico y mercado, 168; La espiral del don, 169; El extraño hecho de haber escrito acerca del don no hace más perspicaz el principio de alternancia, 174; La sistematicidad del don arcaico, 176; capítulo de la identificación de las personas a las que se debe algo y Reproducción, don, persona y socialidad primaria, 179; El entre sí arcaico, 184; El entre sí moderno, 188 no facilita la realización de la labor de gratitud. Esto se vuelve particularmente arduo cuando el libro resulta de una colaboración. LA TRANSICIÓN AL DON MODERNO 194(cid:9) 10. ¿Quién dio qué a quién? ¿Quién es el autor primero y verdadero de El extranjero arcaico y el extranjero feudal, 194; Primera ruptura: el tal o cual idea? Si la respuesta a estas preguntas es delicada, se debe, mercado, 197; Segunda ruptura: el Estado, 202; La libertad de producir justamente, a que la posibilidad de que las ideas se originen y se más, 207; La disociación de lo utilitario y de lo gratuito, 210; Resisten- intercambien supone que su apropiación se ponga entre "paréntesis". cias y contramovimientos, 214 Pero en resumidas cuentas, y con su acuerdo, creo 'que a mí corres- ponde agradecer a Alain Caillé la colaboración que nos unió. De TERCERA PARTE LA EXTRAÑA VUELTA DEL DON hecho, ésta se inició mucho antes de que nos conoWramos. Alain Caillé ya había empezado a reflexionar acerca del don y a atraer la 11. DON, MERCADO, GRATUIDAD 219(cid:9) atención sobre su importancia en el marco del Bulletin, luego en el de la Revue du MAUSS' (Éditions La Découverte), de la que es fundador- El valor de lazo, 221; Pero sobre todo la gratuidad: hay dones gratuitos, 224; La regla de lo implícito, 238; ¿Y la libertad mercantil?, 243; Don director. Durante el año en el que, en París, yo redactaba la primera y modelos deterministas, 248 versión de esta obra, conversamos con cierta regularidad acerca de la problemática general e intercambiamos nuestros puntos de vista sobre 12. ESBOZO PARA UN MODELO DE LA RELACIÓN DE DON 250(cid:9) la casi totalidad de los temas abordados aquí. Escribimos juntos la Los dos enfoques de la inteligencia artificial, 252; El Estado y el introducción, y él escribió los capítulos 7 y 8, así como la mayor parte mercado, 255; El don, 258; Don y sistemas inteligentes, 259; ¿Una vuelta aparte, o una vuelta de más?, 261 del capítulo 9. Como soy el único redactor del resto, es a mí a quien compete asumir la responsabilidad de las insuficiencias y aproxima- CONCLUSIÓN. BAJO LOS INTERCAMBIOS, EL DON 263(cid:9) ciones que se encuentran en la obra. Un último elogio del mercado, 264; ¿Y la violencia?, 266; La libertad En primer lugar, no podía dejar sin mencionar esta deuda. Pero del don, 270; Una metáfora: el don es un atractivo extraño, 272; Don también quiero recordar mis almuerzos periódicos con Anne Gotman. y Occidente, 273; Ellos y nosotros, 275; ¿A quién pertenece el mundo Me sostuvieron durante todo aquel año sabático en París. Con frecuen- actual?, 282 (cid:9) (cid:9) BIBLIOGRAFÍA 285 Movimiento antiutilitarista en las ciencias sociales. PRÓLOGO Y AGRADECIMIENTOS 10(cid:9) INTRODUCCIÓN. ¿EXISTE (TODAVÍA) EL DON?' cia, su sensibilidad, su generosidad y su inteligencia pudieron más que mis angustias y mis incertidumbres. También debo mucho a todos los que me hicieron comprender la importancia del don, por medio de sus conversaciones, sus historias de don, pero también y sobre todo mediante sus gestos, sus actitudes, su sabiduría cotidiana. Entre ellos, quiero mencionar a mi hermano Los tiempos son difíciles pero modernos Guy, quien murió en un naufragio en el momento en que concluía el trabajo de redacción. Le dedico este libro, así como a todas esas "Los tiempos son difíciles pero modernos", dice un proverbio italiano "personas sin importancia" con quienes, como dice el poeta, se está referido por Sloterdijk (1983). El individuo moderno está dispuesto a tan bien y sin quienes no se es nada. que se le reprochen muchas cosas, pero desde luego no que sea ingenuo. Aceptaría ser todo salvo eso. Sabe bien lo que se oculta tras JACQUES T. GODBOUT las historias de dioses, tras los mitos, tras los bellos y grandes relatos de todos los países y de todas las épocas. El individuo moderno es realista. Sabe por consiguiente también lo que se oculta detrás del don. Al tener el triste pero moderno privilegio de mirar la realidad de frente y de no ser engañado por las falsas apariencias, sabe que lo que motiva la producción y el intercambio de bienes, no es el altruismo o la generosidad sino el interés material; que la política no es cuestión de ideales sino de poder y de violencia, que los afectos no son mandados por los sentimientos, sino en primer lugar por el sexo. Más general- mente, el hombre moderno pretende no obedecer más que al princi- pio de realidad, y éste plantea que sólo existen realmente la materia y el cuerpo. ¡El resto no es más que un invento de la rtente! Entonces el don, esta simulación o esta afectación de lo inefable, nos da siempre el derecho de soñar con él en la intimidad o en la oscuridad de una sala de cine. Pero ni hablar de preocuparnos por él en el análisis de la dura realidad. Se ha comprendido todo cuando se comprende eso. Y si se afirma otra cosa, es porque no se supo ver lo que se disimula tras las apariencias. Después de Freud, de Marx, de Lévi-Strauss o de Bour- dieu, piensa el hombre moderno, la inocencia ya no es posible, salvo "con ironía". Es decir justamente, precisa Umberto Eco, de una manera "no inocente". "El hombre piensa, Dios ríe", agrega Kundera. Desde luego, la investigación de una nueva clave para comprender el mundo, de una nueva red de lectura acerca de la modernidad, es I Una versión anterior de esta introducción fue publicada en la Revise du MAUSS (núm. 11, 1991, pp. 11-32). 12(cid:9) INTRODUCCIÓN(cid:9) INTRODUCCIÓN(cid:9) 13 ta, decimos también. Egoísmo, es la palabra clave de las primeras tentadora, loable y simpática. El utilitarismo, el marxismo, el estruc- reacciones espontáneas. "¡La gente es tan egoísta!" Entonces, aparte turalismo son muy tristes y "desencantadores". Hasta quizás a todos de la caridad y de las referencias religiosas, nos viene a la mente, el nos engaña la modernidad. Pero es así. Perdimos para siempre la "don de sí mismo". Espontáneamente, vinculamos la idea de don con inocencia. Hay que acostumbrarnos a ello, no sucumbir a nostalgias la del don de sí mismo. Y esto parece tan ridículo y caduco... del pasado, ser un valiente modernito. Ahora bien, asumir la moder- "¿Un libro acerca del don? Dame un ejemplo." Tras unos instantes nidad (o la posmodernidad), es ante todo confesar la inexistencia o la de reflexión, nos viene a la mente: "Te acabo de convidar un aperitivo. inconsistencia del don. "Sólo creerás en la dura realidad, y a los Me dijiste: de acuerdo, pero entonces yo pagoel vino. ¿Por qué esta espejismos y tentaciones del don evitarás sucumbir." Éste podría ser contraparte? Éste es el tipo de pregunta que trataremos." Habitual- el primer mandamiento de un pequeño catecismo para uso de los mente se presenta un malestar después de este tipo de planteamiento. modernos. Que no sorprenderá a los habituados a la literatura teórica acerca del don, de la que una de las principales conclusiones es que, a diferencia del universo del mercado, el del don requiere lo implícito y lo no dicho. La magia del don no es susceptible de operar más que si estas EL DON NO EXISTE. EL DON ESTÁ POR TODAS PARTES reglas se mantienen informuladas. En cuanto se enuncian, la carroza se vuelve calabaza, el rey se revela desnudo, y el don equivalencia. Por eso comprendemos mejor el sorprendente juego de subibaja y de Asimismo, tras unos segundos de silencio y de reflexión, nuestro inversión del que dan testimonio las reacciones suscitadas por el interlocutor se serena y replica: "Pero, justamente, no es un don proyecto de escribir un libro acerca del don. Se debe a que, para puesto que yo voy a pagar el vino." A lo que podemos contestar: "¿Es nuestros interlocutores, el don no existe, puesto que no son reales más realmente lo mismo que si hubiéramos compartido la cuenta del que el cuerpo y el interés, y al mismo tiempo existe todavía demasiado. aperitivo y del vino, y esto, aun suponiendo que, pecuniariamente, el Escuchemos las primeras reacciones antes de intentar plantear una balance contable sea el mismo? ¿Y si es lo mismo, por qué complicar- primera formulación de nuestras hipótesis: tomándole la palabra a la nos así la vida?" mente moderna, nos negaremos a creerle bajo palabra y extendere- En cierta manera, todo el problema esta ahí. Si el don y el contradón mos la sospecha a la sospecha misma, para preguntarnos lo que se son desiguales, entonces hay un ganador y un perdedor, y proba- oculta tras esta insistencia en negar la existencia del don. blemente explotación y engaño. Si, por el contrario, son equivalentes, entonces aparentemente no hay diferencia entre el don y el intercam- bio mercantil interesado y racional. En resumen, el don parece ser El don (ya) no existe ilegítimo, o bien inexistente o ilusorio. Ésta es la convicción moderna que expresa este interlocutor. La de que cualquier tentativa de negar "El don, no hablas en serio. ¿Quieres estudiar la caridad, la beneficen- la ley de la equivalencia contable sea en el mejor de los casos sospechosa cia? ¿O entonces la generosidad? ¡Vaya, es un buen tema! Pero ya casi o irrisoria. Habrá que preguntarnos por el contrario si la formación del no existe, desgraciadamente." O felizmente, pensamos casi todos. Aun- lazo social no obedece a reglas que no percibimos, y que no mantienen que el don haya dado paso al intercambio mercantil y al cálculo, todavía con la lógica económica más que relaciones extrañas y paradójicas. es posible pretender deplorarlo en nombre del pesar o de la esperanza ¿Cuánto tiempo habrían sobrevivido Robinson y Viernes en su isla si de un mundo más afectuoso, humano y fraternal. Pero nadie se queja de sólo hubieran mantenido relaciones de negocios, excluyendo cual- que la justicia haya remplazado a la caridad y de que los derechos a la quier otro lazo? Quizás el vino equivale al aperitivo, pero si los dos asistencia, garantizados por el Estado-providencia, hayan sustituido a la convidad& no hubieran tenido en mente otras motivaciones aparte limosna. En estas cuestiones, si el don ya no existe, es mejor. de compartir la cuenta, ni siquiera se hubieran reunido y simplemente Asimismo, la generosidad desapareció; la remplazó el cálculo egoís- 15 INTRODUCCIÓN(cid:9) INTRODUCCIÓN 14 • que un funcionario jubilado, ateo y racionalista, laico convencido, no se hubiera planteado la cuestión de la equivalencia. ayuda a los Hermanitos de los Pobres: "Sabes, recibo más de lo que A la evocación de un proyecto de libro acerca del don, la primera doy", precisa de inmediato, como para justificarse ante el tribunal reacción espontánea es pues la de la negación. El don ya no existe. O de la razón utilitarista por dejarse llevar por este tipo de compor- entonces no es más que una manera de andar con remilgos y de tamientos. "A menudo no digo nada, la que habla sola es la persona simular la gratuidad y el desinterés donde sólo reinan. como en todas a quien visito." El mensaje es evidente, y mientras reciba más de lo partes, el interés y la equivalencia. que da, todo va bien, está en regla con las exigencias de la libertad La segunda reacción espontánea está constituida por malestar o moderna. Observemos de paso un elemento que podría sorprender desconfianza. Como si, en una reunión, un desconocido se pusiera más: hablar se considera como un don. Quizá el primero. inopinadamente a preguntarle acerca de su vida sexual o a investigar • que un profesor de facultad de humor agrio ayuda a los enfermos el monto exacto de sus ingresos. "¿En qué se mete?", se inclinaría usted de sida. Comentario de una amiga: "Tiene muy buen corazón, y sin a pensar. Intentará probablemente esquivar la pregunta mediante embargo se mantiene siempre distante de sus mejores amigos. Pero alguna broma, pero se quedará molesto. Son los mismos mecanismos trabaja con los enfermos de sida. Nadie lo sabe." de defensa que suscita la temática del don. Esto no deja de intrigar. • que una de sus amigas colabora en Tele-Ayuda, un servicio de ayuda Hace poco, las "cosas ocultas" eran el dinero y el sexo. Las ciencias telefónica personal. Aun antes de comenzar, afirma recibir ya humanas dedujeron de ello que esto debía constituir, puesto que se mucho de la formación que se le da. "Quiero, dice, devolver un poco le ocultaba, la realidad última, el lugar de la verdad por excelencia. de lo que me han dado a lo largo de la vida. He recibido mucho." Ahora bien, debido a una extraña inversión, el don, antaño tema • que la madre de una amiga "literalmente fue salvada por Alcohóli- obligado de los discursos edificantes, se volvió más obsceno que la cos Anónimos", grupo basado por completo en el principio del don. obscenidad misma. De sus conquistas financieras o sexuales, se vuelve "Se ha transformado desde que está en AA." casi obligatorio hablar. Por el contrario, en lo sucesivo el don es tabú, prohibido en el discurso. Por lo menos, al igual que la religión, es una En ciertos aspectos, estas ilustraciones de la realidad del don son cuestión privada que no concierne a nadie. He aquí lo que incita a casi demasiado bellas. Del don, muestran una faceta ¡emasiado puri- proseguir la investigación con la esperanza, puesto que el don hace ficada y sosegada. No es que haya lugar a dudas de la sinceridad de enrojecer, de encontrar algo oculto... bajo el don. los gestos. Incluso los modernos más cáusticos admiten que existen "buenas personas". La coloración levemente despreciativa aunada a este calificativo está ahí presente para dar testimonio de ello. Lo que El don está en todas partes molesta en estos ejemplos es su excesiva simplicidad, que desarma el comentario. En efecto, ponen en escena una simetría demasiado Tras unas cuantas explicaciones, las primeras reacciones dan lugar a perfecta con la negación del don que viene espontáneamente a la un creciente interés. También a menudo, "la confesión" remplaza a la mente de los modernos. "El don no existe, todo es egoísmo", sugiere indiferencia y al malestar. Y entonces el don, que no estaba en ningún el espíritu de la época. "El don existe aunque parezca imposible, y el lado, surge por todas partes. Tal persona que había afirmado que "el altruismo también", parecen demostrar los casos mencionados —lo que mundo actual no es más que egoísmo" se revela particularmente muchos otros podrían confirmar a porfía. La mente moderna ya puede generosa, según sus amigos: "Me asombra que haya reaccionado de esa ver en este altruismo una forma como cualquier otra de darse gusto. manera. Roberto es tan generoso; da mucho. Hasta me ofreció recien- Pero por lo menos este egoísmo, cuya satisfacción pasa por altruismo, temente pagar la escuela de mi hija porque sabe que paso por momen- es muy diferente del egoísmo primitivo y zafio del que la modernidad tos financieramente difíciles." O también nos enteramos por la boca postula la universalidad. misma de los que, de entrada, habían negado la existencia o la impor- El debate se revelaría entonces circular e infinito. Lo que muestra tancia del don: (cid:9) INTRODUCCIÓN 17 16(cid:9) INTRODUCCIÓN nuestra "dosis", sobre todo dosis de producto químico. "Ya tuve mi bien que los dados están cargados. Si la modernidad se niega a creer dosis", decimos comúnmente. en la existencia del don, es porque se lo representa como la imagen De todas maneras, es claro que los regalos son particularmente invertida del interés material egoísta. Para ella, el "verdadero" don no molestos cuando el donante es un pesado: "Un amigo me regaló, igual ("There podría ser más que gratuito. Y como la gratuidad es imposible que a varios otros, un libro publicado por él mismo. Nadie lo leyó, el don, el verdadero es igualmente is no such thing as a free lunch"), todos se negaron a hacerlo. Está muy ofendido. Es dramático. Pero su imposible. De ahí, en cambio, la insistencia de los que se dedican libro es ilegible; es necesario consultar el diccionario diez veces por efectivamente a protestar que le sacan provecho. Por una parte, como página, ¡el regalo es un verdadero ataque! En elfondo, su libro, todos dijimos, esto les permite entregarse al moralismo egoísta de la época. lo percibimos más bien como una solicitud de su parte, como una Pero, más profundamente, al negar la gratuidad de sus motivaciones, petición de reconocimiento en todos los sentidos de la palabra: que dan testimonio de la realidad de su don. En efecto, como lo muestra reconozcamos su valor, y que manifestemos reconocimiento, estima, Mary Douglas (1989), el don gratuito no existe de manera efectiva —o trabajando muy duro para leer su libro, para recibir su regalo, y entonces de manera asintomática a la asocialidad. Pues el don sirve manifestar de esta manera que lo queremos." De hecho este don es ante todo para trabar relaciones. Y una relación sin la esperanza de indirectamente una solicitud de contradón. Esto no entra en las reglas reciprocidad (por parte de aquel al que se da o de otro que le del don y los amigos se resisten a un regalo tan exigente y tan sustituiría), una relación en un solo sentido, gratuita y sin motivo, no "forzante". sería una relación. De uno u otro lado de los momentos abstractos del Para su cumpleaños, Nadine le regaló a Jerónimo, de quién se egoísmo y del altruismo, de la antítesis congelada entre un momento separó recientemente, mermeladas hechas en casa. Está ofendida por supuestamente real del interés material calculado y un momento la reacción de él: "No me hizo ningún comentario. Acabé por pregun- supuestamente ideal pero inaccesible del desinterés radical, hay que tarle si le habían gustado. Sólo me contestó que había tocado su fibra pensar en el don, no como una serie de actos unilaterales y disconti- sensible. ¡Ni una palabra de agradecimiento!" El donatario sale de una nuos, sino como relación. Aún más que el capital según Marx, el don relación difícil con la donadora. Esta relación amenazó su integridad. es, no una cosa, sino una relación social. Constituye incluso la relación Teme que este regalo pueda ser un gesto de reconquista. Por ello es social por excelencia, relación tanto más temible porque es deseable. incapaz de dar las gracias. Esto equivaldría a decir: "Alpto de nuevo La idea de que el don siempre sería interesado y la de que siempre estar a tu merced." Él incluso le explica que le toca una fibra sensible, tendría que ser gratuito tienen en común ofrecer del don una repre- es decir el lazo que ata. Estamos aquí en presencia de una magnífica sentación aséptica. E impedir comprender que si los modernos lo ilustración del poder de expresión del vocabulario común, aunque de conjuran y lo niegan hasta este punto, es porque es peligroso. entrada parezca muy anodino. Todo sucede como si palabras como "gracias" y "por favor", en su evolución social hacia niveles superficia- les, formales, no se neutralizaran más que aparentemente y siguieran conservando su poder de expresión original vinculado con el sentido PELIGROS Y RECHAZOS DEL DON de las relaciones que presidieron su nacimiento. Podemos considerar la palabra "gracias" como una especie de elipse para decir que el hecho "Rechacé el regalo que mi jefe me daba —dice una secretaria—. No de recibir un regalo puede crear una forma de dependencia, ponernos merece que acepte sus regalos. Eso supondría un tipo de relación que a merced del que lo da. El camino histórico seguido por la palabra no deseo." Sabemos que los griegos son temibles cuando son porta- hacia la formula de cortesía y su aparente superficialidad no impide dores de regalos: Tinzeo Danaos et dona ferentes. Marcel Mauss hizo notar que conserve su fuerza, que se manifiesta cuando la palabra "da en el que, en las lenguas germánicas, la palabra "gift" significa tanto el don blanco" por así decir. Este ejemplo es también una sorprendente como el veneno. ¿Simple azar? Es poco probable puesto que encon- ilustración del hecho de que el regalo es un bien al servicio del lazo tramos el mismo doble significado en el griego "dosis", de donde viene 19 INTRODUCCIÓN(cid:9) INTRODUCCIÓN 18 teléfono. También me pide agua. Al salir, saca 20 dólares de su bolsillo social; esto no evita que las mermeladas hayan estado deliciosas, sin y me los ofrece. Los rechazo. Me entrega entonces su tarjeta personal duda. Y además porque están deliciosas, y fueron hechas por la diciéndome: 'Espero poder devolverle esto un día... lo más pronto donadora misma, cristalizando algo de su persona, y por ser de gran posible'." El punto de vista utilitario que predomina actualmente calidad es por lo que el bien puede ponerse al servicio del lazo. Es así hubiera debido hacer que el automovilista considerara que "por lo como en efecto contiene necesariamente el lazo, lo abarca, y se vuelve menos gané eso". Ahora bien, lo que sucede es como si las deudas, peligroso para el donatario, del que "toca una fibra sensible". De ahí aun irrisorias, fueran intrínsecamente peligrosas e insoportables. A la dificultad en decir "gracias". La palabra "se atora en la garganta" menos que se experimente, simplemente, un cierto placer en retribuir. Frente a los peligros inherentes a cualquier regalo, el dinero y el del que lo recibe. Pensándolos superficialmente, estos tres ejemplos podrían parecer recurso a una lógica mercantil son los antídotos —al mismo tiempo desprovistos de misterio. Cada vez se rechaza el regalo, o no se le contradones y contravenenos— por excelencia. reconoce como tal, porque aceptarlo equivaldría a reconocer el esta- Francoise relata: "Hace poco tuve muchos problemas con un blecimiento de una relación personal que justamente no se desea o regalo. Una persona me había regalado algo muy bonito para mi que ya no se desea. Pero una explicación así no explica nada pues cumpleaños. Ahora llegaba el suyo y, normalmente, tenía que regalar- considera que se da por sí solo lo que, precisamente, constituye el le algo equivalente. Pero no tenía realmente ganas de hacerlo, no me problema. Considera evidente que,el regalo es un símbolo y, en cierta sentía capaz, me bloqueaba. Pues nuestra relación no merecía eso, no manera, "realizador" de las relaciones de persona a persona, cataliza- era adecuado. No lograba decidirme entre el hecho de que en cierta dor y marcador de las afinidades elegidas. Sobre todo, considera manera le debía un regalo equivalente y por otro lado un regalo así evidente que el regalo obliga y que no puede no ser devuelto. Esto es habría significado algo que ya no existía, o tan poco. No podía evitar muy extraño desde un punto de vista racional. ¿Por qué no aceptar el tomar en cuenta nuestra relación al hacer el regalo; está ligado. libro tedioso y decir que nos gusta su autor pero no este género de Finalmente le di algo de un valor muy alto, pero neutro, algo que literatura? ¿Por qué no aceptar las mermeladas y decir que están cualquiera hubiera podido darle; no era personal." Esta persona buenas, pero que lo que acabó, acabó? Desde luego, en los casos encontró la solución a su problema mediante un juego sobre el doble presentados, hay razones para prever represalias afectivas. Pero al sistema de referencia: el sistema del mercado, en el qwe las cosas sólo examinar los dos siguientes casos, no puede más que sorprendernos valen entre ellas, y el sistema del don, en el que las cosas valen lo que el poder con el que se manifiesta la obligación de devolver, aun cuando vale la relación, y la alimentan. Francoise no deseaba que el bien no se puede prever sanción de ningún tipo y que el donatario no fomentara el lazo. Escogió entonces un objeto con un valor mercantil puede ni siquiera temer la instauración de una relación que podría equivalente al del regalo que había recibido, pero un objeto neutro, ser molesta o carecer de atractivo. que cualquiera hubiera podido dar. En nuestra sociedad, este juego De regreso de Haití, Albert declara estar afectado por la especie de es frecuente. Por ejemplo, es posible utilizar la relación casi mercantil necesidad que existe en Quebec de no deber nada a nadie, cuando en para interrumpir una cadena de regalos. Así, una pareja invitada a Haití, sucede lo contrario. (Lo que evidentemente plantea problemas cenar da un regalo tan importante (dos botellas de un muy buen vino) de otro tipo.) Da el siguiente ejemplo: "Mi hija acababa de recibir una que los anfitriones lo interpretan como el deseo de no devolver la buena boleta escolar. Para recompensarla, mi esposa y yo fuimos a invitación. La continuación les dará la razón. comprarle algunas golosinas a la tienda de la esquina. Ahí nos encon- Al seguir simplemente el orden de las reacciones de nuestros tramos a uno de sus compañeros de escuela a quien también le interlocutores ante la evocación del don, realizamos, bastante extra- compramos algunas. Diez minutos después, el chico llega a casa con ñamente, el recorrido que sigue el don efectivo. Al principio nada un dólar que su padre le pidió que me entregara." existe salvo individuos, separados, quienes, como tales, no buscan más y qué decir del siguiente ejemplo: "Un hombre toca a mi puerta. que su propio interés. Luego aparece el regalo, casi demasiado bello, Su automóvil se descompuso frente a mi casa y desearía hablar por

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