Description:El grito resonó en la pequeña habitación, deleitando los oídos de Otto y Udo, los dos gorilas que me estaban «trabajando» por orden de Hertha, su jefa, una mujer tan hermosa como cruel, que lo mismo depositaba un dulce y cálido beso en tus labios, que te soltaba un rodillazo entre los muslos y te machacaba los genitales. Lo sé por experiencia, amigos. Mis labios todavía recordaban el delicioso sabor de los de ella. Y, mis genitales, la dureza de su rodilla. Ambas cosas sucedieron poco después de que sus matones me hubieran atrapado de la manera más tonta. Otto y Udo cayeron sobre mí por sorpresa, cuando intentaba colarme sigilosamente en la casa, y me atizaron duro en la cabeza con sus cachiporras, dejándome sin sentido. Cuando recobré el conocimiento, tenía las manos fuertemente atadas a la espalda y yacía de bruces en un sofá.