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Esparta : historia, sociedad y cultura de un mito historiográfico PDF

367 Pages·2003·11.048 MB·Spanish
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César Fornis E sparta H istoria, sociedad y cultura DE UN MITO HISTORIOGRÁFICO a í g o ol e u q r A a c i t í r C Hasta ahora no existía en lengua castellana un estudio monográfico de la larga y agitada historia de Esparta en sus cerca de ocho siglos de exis­ tencia como entidad política independiente. Este libro nos ofrece una narración clara y documentada no sólo de los hitos fundamentales que jalonan esta his­ toria, en su mayoría labrados en el campo de batalla, sino que nos muestra una Esparta más real y tangible que* la emanada del ordenamiento constitucional atribuido al mítico legislador Licurgo, modelo para teorizadores políticos. Para ello el profesor César Forhis analiza la endémica oliganthropía (escasez de ciu­ dadanos) y las tensiones dentro de la sociedad espartana -con el temor a la potencial amenaza de los grupos dependientes y los conflictos de poder en el seno de la clase dirigente-, nos acerca a su universo religioso y cultural, nos desvela sus complejos mecanismos sociales y la significación real de sus ins- tituciqnes. Sólo al término de un paulatino proceso de transformación política, social y cultural emergerá la Esparta militarista y totalitaria legada a la poste­ ridad y fundamentada en un sistema de explotación socioeconómico -el hilo- tismo- que posibilitó la entrega del cuerpo cívico a las actividades propias del ciudadano, esto es, a la política -en su acepción original, que abarca la totali­ dad de los asuntos públicos- y la guerra. El resultado es, en palabras del profesor Domingo Plácido, una acertada com­ binación de historia narrativa y de análisis crítico, que sitúa los desarrollos específicos espartanos en el marco global de la historia general de Grecia y que se nos presenta en forma de «un constante diálogo entre la historia y la historiografía, entre el pasado y el presente». César Fornis, Doctor en Geografía e Historia por la Universidad Complu­ tense de Madrid, ha completado su formación como investigador en el Insti­ tute of Classical Studies (London University), la Scuola Normale Superiore di Pisa, la Université degli Studi di Siena y la Université de Paris X (Nanterre). En la actualidad es profesor de Historia Antigua en la Universidad de Sevilla. Además de artículos y conferencias, es autor de Estabilidad y conflicto civil en la guerra del Peloponeso. Las sociedades corintia y argiva (Oxford, 1999), coautor (junto con D. Plácido y J.M. Casillas) de La guerra del Peloponeso a (Madrid, 1998) y coeditor de Imágenes de la polis (Madrid, 1997). En la ac­ í g tualidad prepara un libro sobre la guerra de Corinto. o ol e u q r A a c i t í r C CÉSAR FORNIS ESPARTA Historia, sociedad y cultura de un mito historiográfico Prólogo de Domingo Plácido CRÍTICA BARCELONA Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribu­ ción de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. Cubierta: Joan Batallé Ilustración de la cubierta: «Leónidas en las Termopilas», Jacques-Louis David, Museo del Louvre, París (fondo); máscara votiva en terracota procedente del Santuario de Ártemis Ortia (arriba). Fotocomposición: punt groe & associais, s.a. © 2002, César Fornis Vaquero © 2003 del Prólogo, Domingo Plácido © 2003 de la presente edición para España y América: Crítica, S.L., Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona e-mail: [email protected] http://www.ed-critica.es ISBN: 84-8432-413-3 Depósito legal: B. 48.518-2002 Impreso en España 2003.—A&M Gràfic, S.L., Santa Perpétua de la Mogoda (Barcelona) A mi mujer, Dolores, una vez más «Todos [los peloponesios] consintieron [el liderazgo de Alejandro Magno en la campaña contra Persia] excepto los lacedemonios, que contestaron que sus tradiciones no les permitían seguir a otros, sino conducirlos.» Arriano, Anábasis de Alejandro, 1, 1, 2 PRÓLOGO Una de las situaciones que más intensamente pone a prueba la posición histórica de un investigador es la de enfrentarse a esos temas que suelen clasi­ ficarse entre los mitos historiográficos. Por un lado, es evidente el peligro de caer víctima de la tradición que lo ha generado y, de un modo o de otro, par­ ticipar en la transmisión de la misma, pues resulta cómodo dejarse llevar pot­ ias corrientes dominantes que se han impuesto a lo largo de los siglos. Por otro lado, también existe el riesgo de caer en el más absoluto escepticismo. La re­ acción ante el mito provoca entonces un espíritu crítico, digno de la escuela de Pirrón, que conduce a negar todos los testimonios y los datos de las fuentes como producto de esa mitificación. De este modo, nada se admite como real. Toda la tradición pertenecería así al género del tópico o de la creación litera­ ria, capaz de transmitir imágenes estereotipadas que dieran, en la antigüedad, satisfacción a las ansias de fantasía de los lectores. El equilibrio consiste en tra­ tar de buscar, con todo el entusiasmo posible, la posibilidad de penetrar críti­ camente en temas que han sido víctimas de tales procesos de mitificación, para obtener algún tipo de realidad, que siempre será al producto de la síntesis en­ tre el análisis y los condicionamientos intelectuales del investigador. La mitifi­ cación pasa a formar parte como tal del estudio de la historia. Nunca puede dejarse de lado el hecho de que la mitificación misma ha dotado de vida a de­ terminados temas a lo largo de toda la historia posterior. Las realidades histó­ ricas que no han sido objeto de algún tipo de mitificación difícilmente han de­ jado huella en alguna tradición artística, literaria o incluso arqueológica. Esparta fue vista desde la antigüedad como modelo y, por ello, como una realidad estática, libre de las vicisitudes que, en cambio, para los mismos que utilizaban el modelo espartano, caracterizaban la inestable Atenas, víctima de las presiones confluyentes que agitaban a la democracia. Frente a ello, César Fornis ha conseguido ofrecer la alternativa de un Esparta agitada y conflicti­ va, que, por su vitalidad, se hace atractiva incluso para quienes no sentimos ninguna admiración por la historia de las entidades inmovilistas. Para ello ha tenido que moverse entre el conocimiento histórico y los esquemas elaborados a lo largo de la historia posterior. Efectivamente, al grave problema de las fuentes, insertas de modo comprometido en las luchas ideológicas de los dife­ rentes momentos de la antigüedad, se suma la larga tradición historiográfica de los tiempos modernos, nacida cuando las miradas hacia el pasado no bus- 10 ESPARTA caban sólo modelos estéticos, más perceptibles en la Atenas del siglo v, en el “estilo bello”, sino también modelos políticos, formas estatales que se caracte­ rizaran por su perdurabilidad. El hecho de que, según las diferentes posiciones políticas, el estado espar­ tano haya aparecido como modelo de justicia o, posteriormente, como mode­ lo de represión, ha condicionado también las posibilidades de la objetividad. Las dificultades de la imparcialidad en un tema como éste han sido mayores de lo habitual, pues las posiciones políticas más partidarias de la fuerza del es­ tado han engendrado un filolaconismo heredero del antiguo y con proyección en el mundo moderno. El modelo espartano nunca ha dejado de tener vigen­ cia. Uno de los aspectos más dramáticos de la vigencia de tal modelo ha sido el racismo, materializado en la constante referencia a la superioridad esparta­ na gracias a la base racial representada por los dorios. La desmitificación de los aspectos étnicos se convierte en un punto de partida esencial, de modo que la presencia de los dorios queda reducida a sus justos límites, como explica­ ción de los rasgos dialectales y de algunas formas específicas de organización de la vida comunitaria. En una situación tan compleja, con repercusiones en el plano de las ideas políticas y de las posiciones historiográficas, el autor ha encontrado una vía productiva y con capacidad de ofrecer una imagen de Esparta en que esté pre­ sente la tradición como parte del análisis crítico, a base de hacer confluir las diferentes caras de la historia, como estímulo para la vigencia del pasado y como análisis erudito de las fuentes. Ello, al tratarse de un tema alargado en la diacronía, sobre una realidad aparentemente estática, obliga a introducir des­ de las técnicas necesarias para el conocimiento del arcaísmo temprano hasta las reflexiones antropológicas que sirven de elemento de la historia grecorro­ mana en la época de la conquista. El resultado es un constante diálogo entre la historia y la historiografía, entre el pasado y el presente. Si el libro se presenta en el índice como historia narrativa, en secuencia, los presupuestos generales y los análisis concretos lo convierten en un ejemplo de historia crítica, en reflexiones sobre los cambios y las permanencias. Estas reflexiones se sitúan en la totalidad, pues los desarrollos específicos espartanos están siempre integrados y comprendidos en la historia general de Grecia. D omingo Plácido PREFACIO La presente obra tiene como principal destinatario al estudiante univer­ sitario de Historia Antigua y específicamente de Historia de Grecia, con el objeto de introducirle en la agitada y apasionante historia de la Esparta del primer milenio antes de nuestra era, al tiempo que servirle de guía para una ulterior profundización. Por ello, sin pretender modificar su carácter prístino de síntesis, no he querido renunciar a insertar en el texto, entre paréntesis, las fuentes antiguas y los trabajos de investigación más relevantes sobre los que se sustenta el contenido de los diferentes epígrafes, como tampoco he desterrado la crítica a esas mismas fuentes ni la siempre fértil discusión cien­ tífica. Pero, por extensión, el libro también se dirige a un público más amplio que se interesa por los aspectos y problemas que rodean a la sociedad es­ partana, en un intento por acercar al gran público el pasado de uno de los es­ tados más prominentes de la oikouméne, del mundo conocido, todavía en­ vuelto en gran medida en un nimbo de misterio e idealización —al que han contribuido no pocos historiadores modernos— que impide a menudo cono­ cer la Esparta real y tangible. Es esta imagen estereotipada de Esparta como una sociedad militarista, totalitaria y férreamente disciplinada la que ha per­ durado y ha trascendido al lenguaje de la calle en expresiones tales como «hablar lacónicamente», esto es, con concisión, prescindiendo de ornato pero no de ingenio, o «mostrar hábitos o comportamientos espartanos», por aus­ teros, rudos, disciplinados, castrenses, escasamente imaginativos. Satisfacer las exigencias de ambos tipos de lectores es la esperanza y el deseo de quien suscribe estas líneas. Fue en el tan lejano y a la vez tan cercano Bachillerato, de la mano de la profesora Ma Ángeles Martín, cuando me asomé por primera vez a ese par­ ticular kósmos espartano. Tuve la oportunidad de discutir (y de escribir) so­ bre distintas cuestiones planteadas en este libro con mi compañero y amigo Juan Miguel Casillas, antes de que la muerte lo arrancara prematuramente de nuestro lado. Pero es con el profesor Domingo Plácido con quien mi deu­ da es mayor y a la par variada. En primer lugar, encontró acomodo para este libro en la serie «Arqueología» de la Editorial Crítica. Más tarde leyó con su habitual minuciosidad y criticismo las primeras pruebas, evitando que incu­ rriera en no pocos errores. Por último, acogió con agrado la nunca liviana ta­ rea de escribir el prólogo. Como siempre, la cercana presencia y el apoyo 12 ESPARTA constante de mi mujer, Dolores, han allanado el camino y hecho más lleva­ dero el trabajo. En relación con los aspectos formales, todas las fechas incluidas en el li­ bro, de no especificarse lo contrario, se sobreentienden antes de nuestra era. Las traducciones de pasajes de autores antiguos en las que no se hace cons­ tar el nombre del traductor son propias. Finalmente, se han transcrito del griego los términos más importantes para la plena comprensión del texto, que aparecen en cursiva y acompañados de su significado más próximo en castellano. César Fornis Madrid, marzo de 2002 / ABREVIATURAS Ael. Eliano VH. Historias Varias Aesch. Esquilo Supp. Suplicantes Aeschin. Esquines, Discursos Andoc. Andócides, Discursos Ar. Aristófanes 7 Au. Aves Eq. Caballeros Lys. Lisístrata Pax Paz PL Pluto V. Avispas Arist. Aristóteles fr. fragmentos (numerados según la edición de V. Rose, Fragmenta, Leipzig, 1886) Pol. Política Rhet. Retórica Arr. Arriano An. Anábasis de Alejandro Ath. Ateneo, Dipnosofistas (El banquete de los eruditos) Cic. Cicerón Flacc. En defensa de Flaco Critias fragmentos (citados a partir de la obra de H. Diels y W. Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, II, Berlín, 1952) Curt. Curcio Rufo, Historia de Alejandro Magno D.Chr. Dion Crisóstomo (también conocido como Dion de Prusa), Discursos D.L. Diogenes Laercio, Vidas y opiniones de filósofos ilustres D.S. Diodoro Siculo, Biblioteca Histórica Dem. Demóstenes, Discursos E. Eurípides Hel. Helena

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