España vista por los rusos Un repaso a las fuentes literarias rusas, desde el siglo XVIII hasta la primera mitad del XX Dmitri Lopatnikov La patria más natural Es aquella que recibe Con amor al forastero; Que si todos cuanto viven Son de la vida correos, La posada donde mayor Agasajo conocen es la patria Más digna que se estima1 El presente repaso es el primer ensayo de generalización de la literatura sobre España editada en Rusia (el Imperio Ruso y la ex URSS). La bibliografía recopilada es fruto del trabajo realizado por el autor en los catálogos y fondos de las principales bibliotecas del país, a saber, la Biblioteca Nacional de Rusia, la Biblioteca de Ciencias, la Biblioteca del Instituto de Geografía adjunto a la Academia de Ciencias de Rusia, la Biblioteca de la Universidad Estatal de Moscú Lomonosov, la Biblioteca del Instituto de Información y Ciencias Sociales, la Biblioteca de la Academia de Ciencias de San Petersburgo y la Biblioteca Pública Saltykov Shedrin de San Petersburgo. La bibliografía incluye todos los libros sobre España conservados en las mencionadas bibliotecas y publicados en Rusia antes de la II Guerra Mundial. Los estudios de la época de la posguerra son tema aparte, ya que son artículos destinados fundamentalmente a profesionales. El autor, abrumado por la abundancia de ediciones publicadas en Rusia no ha incluido en su repaso los libros sobre la historia, la literatura y el arte español, ni tampoco aquellas obras literarias en las que se trata el tema español. Ha seleccionado fundamentalmente aquellos materiales que, según se sigue del título de la comunicación, contienen impresiones directas de los rusos que vieron España con sus propios ojos, aunque también se incluyen trabajos de otro género que causaron cierto impacto en la sociedad rusa de la época abarcada. Habida cuenta de que las obras estudiadas no han sido traducidas al español, el autor las citará tanto como sea posible, para facilitar así a los lectores españoles la comprensión de lo peculiar que era la visión de España en la lejana Rusia. España en la literatura de la época del Imperio Ruso El primer libro sobre España en lengua rusa y con autoría establecida se conserva en el Museo del Libro adjunto a la Biblioteca Nacional de Rusia. Data del año 1775 y es una traducción de la descripción de España del famoso geógrafo alemán Anton Friedrich Busching2. No cabe duda alguna de que la edición de su "España" coincidió con el auge que la Academia de Ciencias de Rusia experimentó en la época de Catalina la Grande. Por aquel entonces muchos científicos europeos se desplazaron a la corte rusa. Decenas de jóvenes de 1 Canción estudiantil anotada por Vasili Botkin durante su viaje a España en 1845. 2 F. Busching, Ispaniya. Iz Buschinogovoi gueografii ("España. De la Geografía de Busching"), San Petersburgo, 1775, 286 páginas. las mejores y más nobles familias rusas viajaban a estudiar ciencias a Alemania, comercio a Holanda o bellas artes a Italia. La emergente aristocracia rusa asimilaba, paulatinamente, la cultura europea. Hijos de padres analfabetos, aunque ricos, aprendían con facilidad tres y cuatro lenguas extranjeras y emprendían viajes por todo el mundo. Nada de fortuito tiene, pues, que los libros de Busching fuesen editados en Rusia: las minuciosas descripciones del geógrafo alemán eran el mejor material didáctico para conocer los países europeos. Sin duda alguna, su obra contribuyó a despertar en la sociedad rusa el interés por España. El primer autor ruso que escribió sobre España fue Fadéi Bulgarin, destacado escritor y periodista de primeros del siglo XIX, cuya obra "Recuerdos de España"3 se conserva también en el Museo del Libro. Fadéi Bulgarin escribió su libro poco tiempo después de la guerra contra Napoleón. Rusia se encontraba a la sazón en la cima de la gloria, tras la victoria en la Guerra Patria de 1812 y la campaña de París de 1813 y 1814. Por entonces dominaba en la opinión pública rusa la convicción de que sólo dos pueblos, el español y el ruso, habían sido capaces de oponer una resistencia real a Napoléon, por lo cual el libro de Bulgarin era muy oportuno. Fadéi Bulgarin admira la valentía de los españoles y cita algunos capítulos del catecismo político del pueblo español que, en su opinión, desempeñó un papel importante en la movilización de los españoles en la lucha contra el agresor. Aunque su libro trata fundamentalmente de la guerra contra el francés, el autor no dejó de tratar dos temas más, el de las mujeres y el del vino: Los rasgos que distinguen a la mujer española de las mujeres europeas son los ojos y el timbre de su voz, que penetra en el alma y hace que se conmuevan las fibras del corazón. Uno es incapaz de resistirse a su bella mirada, y si es cierto que el amor animó a las piedras, como dicen los mitos, es indudable que lo hizo con miradas 4 semejantes . Fadéi Bulgarin es de la opinión que Los mejores vinos españoles son los de Huesca, en Aragón; Colmenar, en Castilla; Malvasia y Peralta, en Navarra; Rancio en Galicia; Jerez y Málaga en Andalucía5. La obra de Fadéi Bulgarin es el único libro ruso sobre España publicado en la primera mitad del siglo XIX que se ha conservado hasta nuestros días. La segunda mitad del siglo nos ofrece mayor variedad. Cabe mencionar aquí, y ante todo, el folleto La guerra en los montes de Navarra. Zumalacárregui6, editado en 1852. Se trata de un artículo procedente de una revista francesa y traducido al ruso por encargo especial del Cuartel General del Ejército Ruso. Éste se había interesado por la guerra que a la sazón se libraba en los lejanos montes de Navarra, puesto que Rusia había combatido durante decenios, sin éxito, contra los montañeses del Cáucaso, especialmente contra los chechenos. El análisis de las particularidades inherentes a las guerras de este tipo era uno de los principales motivos del interés de la inteligencia rusa. Se trata de un artículo dirigido fundamentalmente a los militares profesionales, aunque su estilo es vivo y ameno. Analizando las operaciones dirigidas por el famoso coronel Tomás de Zumalacárregui en Navarra, el autor se deja llevar por el entusiasmo en la descripción de sus aventuras y proezas: 3 F.Bulgarin, Vospominaniya ob Ispanii (Recuerdos de España), San Petersburgo, 1823, 186 páginas. 4 Bulgarin, op.cit, pág.16 5 Ibídem, pág.9. 6 F. Dukin, Gornaya voiná v Navarre. Zumalakaregi (La guerra en los montes de Navarra. Zumalacárregui), San Petersburgo, 1852, 54 páginas. Ante la estupefacción del enemigo, Zumalacárregui efectuaba marchas nocturnas, tal y como sólo los navarros saben hacer, para aparecer al día siguiente a unos sesenta kilómetros del lugar donde se le había visto la víspera…En año y medio, Zumalacárregui logró eclipsar la fama de que gozaban en España militares tan destacados como Quesada, Rodil o Mina7. El reportaje es pletórico de admiración por los navarros: Ni la alegría ni la aflicción son capaces de quebrantar el carácter estoico de esta gente enérgica. No crean que las calamidades y los horrores que acompañan esta guerra contra los Cristinos hayan abatido en momento alguno a los navarros. ¡Nada de eso! Los navarros nunca han estado tan alegres ni se han entregado tanto a los placeres como durante esa cruel guerra. Se han dado muchos casos en que ciudades y aldeas, saqueadas por los Cristinos por la mañana, no mostraban signos de devastación por la noche, llenándose las calles de flores, ondeando bufandas y chales en las ventanas y dejándose oir alegres canciones y ruidosas danzas8. Naturalmente, el autor no puede pasar por alto a las mujeres: Valientes y fuertes como los hombres, en el amor las navarras son tiernas y fieles hasta la abnegación, asemejándose a heroínas. Muchas jóvenes pedían como maridos a soldados heridos de gravedad, haciéndolo sólo por sus mutilaciones, y era raro que los padres no asintiesen a ese impulso de patriotismo9. En la Rusia del siglo pasado estaban de moda los ensayos de viaje. Lo primero que llama la atención al leerlos hoy en día es el magnífico, rico y exquisito estilo de los intelectuales rusos del siglo XIX. Bastan dos o tres páginas para que el lector se suma en el sueño fantástico del viaje, cuya descripción es mucho más rica en matices y detalles que las de las guías turísticas del presente. Al mismo tiempo, gracias al gran nivel cultural y erudito de sus autores, esas ediciones siguen conservando su actualidad para geógrafos, historiadores y críticos literarios. Las detalladas descripciones geográficas de las regiones de España están acompañadas de interesantes datos históricos y analogías literarias y pictóricas entre España y Rusia. Existen temas "obligatorios", que casi ninguno de los ensayos de viaje soslaya, como, por ejemplo, la naturaleza y la idiosincrasia de los españoles, las beldades españolas y los bandoleros, el Prado y las corridas de toros. Tal vez el lector español sienta curiosidad por conocer las impresiones de los escasos rusos que tuvieron la suerte de viajar por su país en el siglo pasado. Lamentablemente, el espacio de la presente comunicación sólo nos permite destacar algunos de los ensayos más característicos. A los bibliófilos les interesará, sin duda, la obra de Anatoli Demidov10. Nació y vivió en Florencia, se casó con una sobrina de Napoléon y recibió el título de duque de San Donato. En 1847 navegó a lo largo de las costas españolas y en 1858 publicó en Florencia dos lujosos 7 Ibídem, pág. 54. 8 Ibídem , pág. 14. 9 Ibídem, pág. 15. 10 A.Demidoff, Etapes maritimes. Cotes d´Espagne, de la Catalogne a l´Andalousie. Souvenirs d´un voyage excuté en 1847 par M.Anatole de Demidoff, Florencia, 1849, 2. V, 720 páginas. tomos de memorias, dedicadas a la reina Isabel II. Dado que el libro fue escrito en francés, es muy posible que se conserven ejemplares del mismo en las bibliotecas de París, Roma o Florencia. Piotr Chijachov, naturalista y explorador ruso que pasó gran parte de su vida en el extranjero, es autor de otro libro interesante, editado en francés en 188011 (la versión rusa apareció sólo en 1975). Viajó a España en los años 1834-1836, como miembro de la embajada rusa en Constantinopla. Habiendo recorrido toda Europa, Chijachov se sintió especialmente atraido por España: El colorido local me apasionó tanto que permanecí mucho tiempo allí. Es posible que sea ésta una tierra única en su género. Conserva rasgos individuales y difiere mucho de otros lugares, al igual que una construcción original se diferencia de los edificios uniformes de las ciudades europeas12. Llama la atención el hecho de que Piotr Chijachov contempla singularidad en todo aquello que ve. Sin detenerse mucho en los lugares de interés universalmente conocidos, se fija en aquellos que las guías de aquel entonces pasaban por alto. Es magnífica la descripción que hace de Ávila, en la que abundan las observaciones precisas y originales, como la siguiente: Es posible que España sea el único lugar del mundo donde uno puede ver a un pordiosero pidiendo limosna con pipa o cigarrillo en la boca…El español fuma hasta en los vagones y en presencia de las damas, aunque creo que España es el país en el que las mujeres reciben el trato más cortés13. Es innegable que la obra de Vasili Botkin Cartas desde España14 es la que presenta mayor interés de entre todas las ediciones de la época anterior a la revolución de 1917. Podemos afirmar que no existe libro en ruso mejor que éste para tener un primer conocimiento de España. Las Cartas se publicaron en la revista "Sovremennik" en los años 1847-1849. Vasili Botkin era escritor y crítico literario y de arte, hermano mayor de Serguéi Botkin, médico y fisiólogo de fama mundial. Iván Goncharov, clásico de la literatura rusa, lo menciona en su serie de ensayos Fragata Palás: Iría también allá, a Granada, donde el epicúreo Botkin viajó con tanta inteligencia y gracia, sabiendo apurar hasta la última gota toda la dulzura del cielo, el aire, las mujeres y las naranjas de España. Quisiera vivir allí, acostarme bajo los oleandros y los álamos, combinar la pereza rusa con la española para ver qué resultaría de 15 ello… Vasili Botkin era partidario del "occidentalismo", tendencia de la filosofía rusa del siglo pasado que, a diferencia de los "eslavófilos", consideraba que el futuro del país estaba en el máximo acercamiento a Europa. Tras recorrer Europa, llegó a España en 1845. Durante el 11 P. de Tchihatcheff, Espagne, Algerie et Tunise, París, 1880, 250 páginas. 12 Tchihatcheff, op.cit., pág. 6. 13 Ibídem, pág.30. 14 V.P.Botkin. Pisma iz Ispanii (Cartas desde España), San Petersburgo, 1857, 210 páginas. 15 Ivan Goncharov, Fragata Palas , pág.75 viaje llevó un detallado diario, futura base de sus "Cartas". Estas encontraron el reconocimiento general y la más alta valoración de la inteliguentsia rusa: Es innegable el talento y genio con que describe todo aquello que su capacidad de observación le permite ver - escribió Daniil Mordóvtsev-, sus descripciones están llenas de sentimiento, calor y gracia. Aunque a veces se deje llevar por lo pintoresco de la naturaleza y por lo singular de las mujeres españolas, esa pasión es el resultado de lo brillante y atractivo de lo que describe16. Las descripciones de Vasili Botkin están impregnadas del entusiasmo y admiración que experimentó al contemplar ese maravilloso país: Cuando se ponía el sol, solía apoyarme contra la baranda del balcón y contemplaba el encantador panorama que se abría ante mis ojos, un panorama iluminado por el cálido sol del Sur. La cumbre nívea de Sierra Nevada brilla en el cielo azul como un hierro candente; un vapor rosado y ondulante se cierne, abajo, sobre la ciudad y el verde valle como un velo transparente. A lo lejos, en la neblina azul clara se vislumbra la cordillera montañosa. El pico angular de Sierra Nevada, tras el cual desaparece el sol, como cubierto de oro brillante, deja a su alrededor sombras violáceas… Cielo y Tierra arden y se derriten en un inexplicable brillo radiante17. La España que Vasili Botkin visitó era un país presa desde decenios de interminables guerras y revoluciones. Había perdido sus colonias en América y la devastación se percibía por doquier: El camino de Vitoria es triste y pintoresco: los poblados son escasos, de vez en cuando se ven en los montes casas solitarias, grandes pero semiderruidas. Al español no le gustan las estrecheces. Vive en la suciedad y la pobreza, pero a lo grande. ¡Cuánto abandono, cuántas huellas de la reciente guerra intestina! He visto en algunos poblados casas fortificadas con prisas, con impactos de balas y proyectiles, otras de techos semitransparentes…¡Francia está a tan sólo 30 millas, pero podría pensarse que son 2.000!18. Las vivas descripciones de la naturaleza y las costumbres españolas se combinan con reflexiones sobre la política y el destino del país: Este pueblo es tan noble, bello y lleno de dignidad, ha recibido todos los bienes de la naturaleza, pero es tan pobre…Esa rara terquedad, esa obsesión por el pasado, ese espíritu de exclusividad y recogimiento en una época en la que todos aspiran a la unión…Y, finalmente, esa llamada revolución, que se parece tanto a una revolución como la armadura del caballero a un frac. Todo ello actúa de forma extraordinaria sobre el alma y la imaginación y suscita el interés más vivo por este noble país, cuyos hijos, al pronunciar su nombre, no dejan nunca de añadir el epíteto de “desgraciada”19. 16 D.Mordóvtsev, Po Ispanii (Viajes por España), San Petersburgo, 1884, 292 páginas, págs. 24-25. 17 Botkin, op.cit., pág.43. 18 Ibídem, pág.10. 19 Ibídem, págs.12-13. Analizando las causas de la deplorable situación que atravesaba España en la década de los 40 del siglo XIX, Vasili Botkin se permite afirmaciones críticas y a veces acerbas: ¡Miren las revistas españolas de todos los partidos! Lo que más asombra en ellas es la falta de una teoría razonable y de ideas prácticas. No hay ideas. Lo que hay son individuos y nombres. Ningún problema relacionado con el ordenamiento del Estado es objeto de análisis…20 Botkin considera que la escasez de ideas serias sobre el futuro del país es una de las barreras que obstaculizan su desarrollo. Y sin embargo, confía en el porvenir: La inteligencia excepcional de su pueblo es lo que más esperanzas infunde en lo que al futuro de España se refiere. Al hablar con la gente humilde, falta de toda instrucción, uno no puede menos de admirar el sentido común, la lucidez, la habilidad y la soltura con que se expresa. Han dejado atrás, en este sentido, a los campesinos franceses. No adolecen de la brutalidad y la pesadez mental de éstos. El español no tiene una esfera intelectual amplia, pero las cosas que comprende las comprende bien. Si la educación e ideas razonables desarrollan sus facultades mentales, los españoles aportarán a las materias sublimes de la vida esa sinceridad y esa claridad que parecen ser en ellos innatas y que por el momento sólo encuentra su aplicación a las cosas más mezquinas21. ¡Cuántas coincidencias hay en los destinos del cristianismo en nuestros dos países!: Para Europa, España ha sido el país más católico del mundo, al tiempo que el pueblo español degollaba o dejaba degollar, al menos, a sus monjes, permitía que el poder laico se apropiase de iglesias y monasterios y, finalmente, observó con la misma indiferencia la destrucción de éstos, sin importarle que el Papa hubiese interrumpido durante diez años toda clase de relaciones eclesiásticas con España. 22 Lo mismo sucedería en Rusia cien años más tarde… Es significativo el hecho de que para Vasili Botkin, la causa principal que acarreó la crisis del cristianismo en España fue la falta de libertad de conciencia: La Inquisición prohibió que el pueblo pensase y reflexionase sobre la religión, de modo que el pueblo no piensa ni reflexiona sobre ella. El éxito es absoluto, el objetivo ha sido alcanzado…23 Pero Botkin, cristiano devoto, no menosprecia, ni mucho menos, sino que recalca la colosal aportación que hizo España al desarrollo del pensamiento religioso y a la cultura cristiana. Tras visitar las catedrales de Sevilla, escribió: 20 Ibídem, pág.41. 21 Ibídem, pág.45. 22 Ibídem, pág. 61 23 Ibídem, pág.180 Sólo en España se ha desarrollado la auténtica pintura católica. En Italia, la pintura ha estado siempre llena de los mitos heredados del arte antiguo. Incluso en los maestros italianos anteriores al siglo XVI, el cristianismo está más presente en la forma que en el sentimiento y el contenido. El arte italiano constituye una mezcla tan compacta de los ideales del mundo grecorromano y el cristiano, que no es fácil determina qué es lo que más atraía a los artistas. Me da la impresión que los pintores italianos asimilaron más el aspecto formal, por excelencia, mientras que la pintura ha española ha encarnado mejor el aspecto interior del cristianismo, apasionado y místico.24 Botkin, que poseía el don de la observación, constató muchos detalles característicos exclusivos de España que menciona, no obstante, en el contexto de reflexiones y consideraciones generales. Refiriéndose al carácter nacional español, destaca, ante todo, aquellos rasgos de él, que, a su juicio, deberían poseer también los rusos: Cada aguador, e incluso cada pordiosero está tan convencido de su igualdad con todos, que ni siquiera considera necesario probar con palabras, actos o con lo que sea, esa igualdad innata. He visto en muchas ocasiones como un pordiosero ciego, deseando encender un cigarrillo, le decía a un Grande de España: ¿La lumbre, marqués? Acto seguido el marqués le ofrece lumbre sin el menor asombro25. Aunque pueda parecer paradójico, mientras la Rusia del siglo pasado se sentía atraida por Europa en general y por todo lo europeo, los rusos, guiados por un sentimiento irracional, percibían que eran precisamente los españoles los que evidenciaban un carácter y una mentalidad afines a los suyos. No podemos evitar, en este sentido, la tentación de reproducir aquí las palabras de Botkin: ¡España! ¡Qué refugio para quienes se aburren en Europa!…Si los españoles supiesen darle a cambio de lo que a ella le prestan con tanta torpeza un poco de su alegría humilde, bondadosa y despreocupada, algo de lo que Europa no tiene idea…26. Botkin influyó en el libro Viajes por España del anteriormente citado Daniil Mordóvtsev27. Su obra, escrita en un ruso muy rico, abunda en comentarios, citas y aforismos en francés, alemán, español, ucraniano y latín. La narración combina la perspicacia y el humor: Decidí viajar a España, país de la guitarra y el fandango, la patria de Almaviva y la mantilla, donde "corre ruidoso el Guadalquivir (según el verso de Aleksandr Pushkin), donde el Cid Campeador y Don Quijote protagonizaron proezas que no hacen falta a nadie, donde Murillo pintó sus vírgenes inmortales; donde Sancho Panza fue gobernador y Cristobal Colón tenía fama de loco; donde Carlos V no fue encadenado sólo por un malentendido y Torquemada 24 Ibídem, pág.150 25 Ibídem, pág.85. 26 Ibídem, pág.38. 27 D.Mordóvtsev. Po Ispanii (Viajando por España). San Petersburgo, 1884, 292 páginas. sólo por error no fue quemado; donde Julio César cogió unas fiebres…28 Siendo hombre de arte, Danil Mordóvtsev prestó especial atención a la literatura, la arquitectura y la pintura española, incluyendo en muchas de sus observaciones consideraciones históricas y filosóficas. He aquí, por ejemplo, las impresiones que le causó la famosa catedral de Burgos: Estas catedrales gigantescas, adornadas de un lujo formidable, estas capillas, levantadas con la generosidad desmesurada y pródiga de reyes, condes y obispos: ése es el abismo que se tragó el poderío y la riqueza, la genialidad y el progreso y, tal vez, el futuro del gran pueblo español. Tras esas catedrales se puso para siempre el sol que antes nunca se había puesto en los dominios de este pueblo. Di una vuelta alrededor de esos edificios formidables y sentí que una angustia inexplicable me embargaba. ¡En qué ha gastado este pueblo fuerzas tan poderosas y tanta maestría! ¿Acaso nos ha legado aquello que se hizo en España en nombre suyo? ¿Acaso es esto lo que enseñaron a la Humanidad los ilustrados hijos de Palestina, los Profetas y los Apóstoles, cuyas gigantescas estatuas se yerguen en las portadas laterales del tempo? ¿No fueron más bien la crueldad y la maldad, y no la caridad y la misericordia, las que arragiaron en España suplantando el nombre de esos humildes santos? Entré en la catedral. Se celebraba una misa nocturna. Aparte de ancianas y pordioseros nadie había allí. A pesar de que puede dar cabida a toda una ciudad… ¿Es esto lo que perseguían aquellos dementes, ciegos y crueles, de Loyola, Torquemada, Felipe y Carlos? ¿Qué es lo que han conseguido? Todas estas lucernas macizas y doradas, estatuas, cuadros majestuosos y grupos en bajo relieve. Todo este lujo no es más que el cementerio de una Gran Fe…29 Gran parte del libro está dedicada a Madrid. La capital de España le produjo a Danil Mordovtsev una impresión angustiosa. Escribe: Aquí está el miserable y sucio Manzanares. Aquí está Madrid. ¡Qué feo es! Una ciudad rusa del tipo de la de Kursk o Yelets ofrece mejor aspecto cuando uno llega por ferrocarril. ¡Y ésta es la capital de un país tan poético! ¡No se la puede ni comparar con Kiev! 30. En cambio, en dos de los tres capítulos dedicados a Madrid habla con admiración del museo del Prado. El autor trata, en el tono emocional que le caracteriza, de la geografía y de los tipos y costumbres de las mujeres españolas. Su libro nos permite conocer la opinión que el viajero ruso se llevó del carácter y los rasgos distintivos inherentes a las madrileñas, las sevillanas y las granadinas, a las que se compara con las francesa. Citando varias veces a Vasili Botkin, Danil Mordovtsev parece desarrollar una idea de aquél, cuando afirma: 28 Ibídem, págs.10-11. 29 Ibídem, pág.42. 30 Ibídem, pág.201. Hay tanta diferencia entre las mujeres parisinas y las andaluzas como las que hay entre la ópera cómica de Auber y la lírica de Rossini o Bellini31. En 1889 se publicaron las "Cartas desde España y Bélgica" de Iliá Efrón32. Su autor es una de las personalidades más ilustres y famosas del siglo pasado, editor de un Diccionario Enciclopédico en sesenta tomos. Las "Cartas" de Efrón están fundamentalmente dedicadas a la Exposición Universal de Barcelona, celebrada en 1888. En la Exposición estuvo representada una sección rusa que, según el autor, fue: Sumamente mísera, pobre e insignificante33. Refiriéndose al evento, Iliá Efrón dedica mucho espacio a la política comercial que aplicó Bismarck, el "canciller de hierro" alemán, en los años ochenta del siglo pasado, que privó a Rusia de acceso al mercado español. Los intermediarios alemanes eran los únicos que podían realizar operaciones comerciales, especialmente en las exportaciones de grano y percal rusos. No era ésa, pero, la única razón que dificultaba las relaciones entre nuestros dos países. Desgraciadamente, los rusos han conservado hasta el presente algunos de los rasgos que el mismo Iliá Efrón les reprochaba el siglo pasado, cuando dice, en su obra: Este comercio tiene carácter irracional. No se garantiza al comprador extranjero el suministro puntual de la mercancía. Además, el cereal de exportación ruso defrauda a menudo por su calidad, inferior a la de las muestras34. El autor ofrece una descripción detallada de la Exposición y de las piezas que los distintos países expusieron. En la sección española le llaman la atención los productos textiles. Sin embargo, su mayor impresión es la siguiente: Los españoles son muy cariñosos con sus hijos, a los que atienden sobremanera.. Visten a los niños de seda y terciopelo y adornan sus vestidos con encajes, sin escatimar dinero en los juguetes más inutiles…La fábrica de juguetes Pijol construyó una glorieta colosal, llena de chucherías infantiles. Adorna la cúspide de la glorieta un florero monumental, hecho de muñecos y otras cosas. Es muy bonita, y comprende 34.459 artículos destinados a la alegría infantil35. Mijail Bernov, autor del libro de viajes España, Argelia y el Sáhara36 fue una personalidad extraordinaria. Nació en Georgia, hijo de un general ruso y una aristócrata alemana. Tras licenciarse en la escuela militar, se apasionó por los viajes pedestres. En diciembre de 1891 partió de San Petersburgo en dirección a París, iniciando así una serie de viajes por Europa y África en los que recorrió más de doce mil quilómetros a pie. Pronunció 31 Ibídem, pág.220 32 I.Efron. Pisma iz Ispanii i Belguii (Cartas desde España y Bélgica), San Petersburgo, 1889, 165 páginas. 33 Ibídem, pág. 91. 34 Ibídem, pág. 88. 35 Ibídem, pág. 155. 36 M.Bernov, Ispaniya, Alzhir i Sajara. Putevie ocherki (España, Argelia y el Sáhara. Notas de un viaje). San Petersburgo, 1899, 222 páginas. más de trescientas conferencias (¡!) en ruso, francés, inglés y alemán, siendo las más famosas las que pronunció en las Sociedades Geográficas de Londres, Ginebra, Amberes y Constantinopla. Dictó también un ciclo de conferencias en la Sociedad Geográfica de Madrid. Muchas de las charlas de Mijail Bernov, entre ellas las dedicadas a España, se convirtieron en el material didáctico de los centros docentes rusos de fines del siglo pasado e inicios del presente. Con esta referencia damos por terminado el resumen de las ediciones rusas dedicadas a España en el siglo XIX. A principios del siglo XX, las obras dedicadas a la temática española presentan importantes innovaciones. Empiezan a publicarse dos tipos nuevos de libros. Los que intentan dar una descripción exhaustiva del país y aquellos que tienen como objetivo ofrecer material didáctico para los centros docentes. Entre los primeros debemos mencionar la obra de Nikolái Rasteriáyev37, cuyo mismo título es algo intrigante: España desde el punto de vista histórico, geográfico, católico, político, popular, artístico, financiero, comercial, cultural y actual. Con un suplemento de veinte retratos de bellezas españolas contemporáneas al natural. Es el primer intento de descripción "científica" que de España se hizo en Rusia. Habiendo leido primero las obras científicas, extranjeras y rusas y tras revisar posteriormente todas las impresiones obtenidas, tras analizar el objeto de la descripción por partes suficientemente pequeñas y sintetizar el cuadro general resultante, en base a los múltiples datos y materiales de este estudio, expongo aquí mi versión personal del material recogido y examinado. La obra de Nikolái Rasteriáyev refleja la mentalidad imperial inherente a muchos rusos de comienzos del siglo XX. Al término del libro, el autor escribe: Los españoles, los rusos y los ingleses son los propietarios de todas las tierras del globo terrestre. El trabajo y la energía, acompañados de la nobleza, la sinceridad y la honradez, le abren a España las mejores perspectivas de futuro38. En 1903 ve la luz el libro España, un documental informativo de la serie "Lecturas Populares"39. En 1911 se publica Los Españoles, un pequeño folleto de F.Putsikovich40, muy parecido a España por formato y contenido. Ambos libros estaban destinados a las escuelas públicas y a las bibliotecas de todos los centros de enseñanza primaria. Incluían en calidad de anexos luminosas ilustraciones, muy de moda en aquel entonces, con paisajes españoles. Ambos evidencian gran simpatía y profundo cariño por los españoles: La variedad de los tipos humanos de los españoles es muy amplia, aunque tienen rasgos comunes. El español es , por lo general, de baja estatura, corpulento, musculoso, vivo e inagotable en el andar, 37 N.Rasteriayev. Ispaniya s tochki zreniya istoricheskoi, gueograficehskoi, katolicheskoi, politicheskoi, narodnoi, judozhestvennoi, finnasovoi, torgovoi, kulturnoi i sovremennoi. S prilozheniyem dvadtsati portretov zamechatelnij sovremennij ispanskij krasavits s natury (España desde el punto de vista histórico, geográfico, católico, político, popular, artístico, financiero, comercial, cultural y actual. Con un suplemento de veinte retratos de bellezas españolas contemporáneas al natural). San Petersburgo, 1902, 171 páginas. 38 Ibídem, pág.169. 39 Ispaniya (Redaktsiya V.V.Fiodorova) (España. Redacción de V.Fiódorov), San Petersburgo, 1903, 41 páginas. 40 F.Putsikovich. Ispantsy. Chteniye dlia naroda (Los españoles. Lecturas para el pueblo). San Petersburgo, 1911, 16 páginas.