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Ensayos I, Pablo Antonio Cuadra PDF

363 Pages·2013·4.18 MB·Spanish
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N 306 C96i Cuadra, Pablo Antonio Ensayos 1/ Pablo Antonio Cuadra; comp. Pedro Xavier Solís. —la. ed.- Managua: Fundación Vida, 2003 v.1 — (Colección Cultural de Centro América. Serie Pablo Antonio Cuadra N°3) ISBN: 99924-53-20-06 (vol. 1 99924-53-19-2 (OBRA COMPLETA) 1. CUADRA, PABLO ANTONIO—ENSAYOS 2.IDENTIDAD CULTURAL 3.IDENTIDAD NACIONAL 4.LITERATURA NICARAGÜENSE COMPRADOR Pedro Xavier Solís COORDINADORA DE EDICIÓN Marcela Sevilla Sacasa y Pedro Xavier Solís DISEÑO DE PORTADA Johnny Villares IMAGEN DE PORTADA Retrato elaborado por J. Villares basado en una escultura de Edith Grin IMAGEN DE CONTRAPORTADA Escultura de Edith Grön DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN inFORMA (Managua, Nicaragua) ©2003 Colección Cultural de Centro América Hecho el Depósito Legal N° 0188 en Managua, 2003 Impreso por: Imprelibros S.A. Printed in Colombia Colección Cultural de Centro América El Fondo de Promoción Cultural del Banco de América editó en calidad y en cantidad la mejor colección de obras arqueológicas e históricas, literarias y artísticas que se haya publicado en Nica- ragua Quedó interrumpida la colección cuando el gobierno nacionalizó los bancos. Al instaurarse de nuevo la democracia y la economía de mercado, Grupo Uno, contando con miem- bros del anterior Consejo Asesor del Fondo de Promoción Cultural y con nuevos elementos de gran valor se propone no sólo rea- nudar la colección interrumpida, sino centroamericanizar su proyecto, haciendo accesibles al lector de las repúblicas del istmo, aquellos libros que definen, sustentan y fortalecen nuestra identidad. Esta labor editorial que facilitará la enseñanza y la difu- sión de nuestra cultura en escuelas, institutos, centros cultu- rales y universidades, producirá simultánea y necesariamente una mayor unidad en la cultura del istmo; unidad cultural que es el mejor y más poderoso cimiento del Mercomún y de cualquier otra vinculación politica o socioeconómica de la familia de repúblicas centroamericanas. Este es un momento histórico único del acontecer del Continente: todas las fuerzas tienden a la formación de blo- ques regionales, pero la base y motor de esas comunidades de naciones es la religión, la lengua y las culturas compartidas. Grupo Uno quiere ser factor activo en esa corriente con la publicación de la Colección Cultural de Centro América. Pablo Antonio Cuadra Colección Cultural de Centro América Consejo Asesor La Colección Cultural de Centro América, para desempeñar sus funciones, está formada por un Consejo Asesor que se dedica- rá a establecer y vigilar el cumplimiento de las políticas direc- tivas y operativas del Fondo. MIEMBROS Dr. Francisco X. Aguirre Sacasa Dr. Emilio Álvarez Montalván Ing. Adolfo Arguello Lacayo Dr. Alejandro Bolaños Geyer Dr. Arturo Cruz S. Don Pablo Antonio Cuadra (1912-2002) Dr. Ernesto Fernández-Holmann Dr. Jaime Incer Barquero Dr. Francisco J. Laínez Ing. René Morales Carazo Lic. Ramiro Ortiz M. Dr. Gilberto Perezalonso Ing. Ricardo Poma Lic. Sergio Raskosky Holmann Lic. Marcela Sevilla Sacasa Lic. Pedro Xavier Solis Arq. José Francisco Terán MIEMBROS HONORARIOS Lic. Jorge Canahuati Rev. Manuel Ignacio Perezalonso Serie Pablo Antonio Cuadra La admiración que siento por Pablo Antonio es profunda. Su vida fue un ejemplo de consecuencia y la obra que nos legó es notable por su dimensión y seriedad. Pablo Antonio es, indudablemente, una de nuestras inspiraciones. Su poesía tocó la fibra más íntima de nuestra Nación y sus ensayos sobre nuestra historia y sociología le ofrecieron sustento conceptual a su aliento poético. Y, cuando la política nicaragüense quedó reducida a los gritos, su voz serena simbolizó la rectitud ciu- dadana. Para nosotros, los de la Colección Cultural de Centro América, la publicación de la Serie Pablo Antonio Cuadra es una obligación gustosa. Lo hacemos por uno de los fundado- res de esta Colección Cultural y por nuestras nuevas genera- ciones, las que deben estar expuestas a la voz de este maravi- lloso nicaragüense, cuyo vasto legado intelectual recogemos parcialmente en las páginas de esta Serie. Ernesto Fernández-Holmann PRESI DENTE COLECCIÓN CULTURAL DE CENTRO AMÉRICA • GRUPO UNO Prólogo EI FIC Maestro del pensamiento y la palabra Pablo Antonio Cuadra es uno de los más grandes poetas nicaragüenses del siglo xx. Esto ha sido reconocido por todos, y sería un lugar común decir lo que es sabido de sobra, si no fuera porque en su poesía arrancada de las raíces mismas de la tierra e impregnada profundamente de una irrecusable vocación hispana e hispanista, se encuentra no sólo la belleza de sus versos, sino también la palabra que descubre o insinúa, que ilumina esclare- cida y esclarecedora o matiza con sombras apropiadas el arte del misterio. Su prosa es también poesía, raro arte que combina con igual maestría la palabra y el pensamiento que no pierde altura reflexi- va ni calidad poética, cuando toca los terrenos de la sociología, la antropología y la política. Pablo Antonio es un pensador de esta contradictoria realidad, de la ambivalencia de nuestra identidad y del sistema de signos encontrados que prefiguran el alma y la sicología del ser nicara- güense. Los Ensayos que aquí presentamos en este estupendo Primer Volumen, constan de tres partes. Estos escritos deben ser consi- derados clásicos de la prosa nicaragüense e hispanoamericana. Ellos son: 1 El Nicaragüense 2 América o el Tercer Hombre 3 Otro Rapto de Europa 1 VIII PRÓLOGO En ellos Pablo Antonio, con la singular maestría que le carac- teriza, nos presenta la naturaleza del ser nicaragüense, el drama de América y del hombre americano que él denomina El Tercer Hombre y la visión de Europa desde el ojo ágil y penetrante del viajero, el periodista, el poeta y el pensador. Destaca Pablo Antonio Cuadra en su estupendo libro El Nica- ragüense, nuestra doble condición en la historia, la geografía y la vida, la que marca dos caminos en la apasionada y contradictoria trama de la nicaraguanidad. Chorotegas y Nicaraguas, civilistas y guerreros, demócratas y totalitarios, lagos y volcanes y junto a esta bifurcación de la his- toria y de la vida la voluntad permanente, profunda y radical de querer ser uno mismo en unidad, en medio de esa naturaleza dual. Unidad y dualidad que es desgarramiento y que asume en Rubén Darío, en su poesía y en su vida, la dimensión más eleva- da en el incierto destino del ser nicaragüense. Cuando a la altura de sus 88 años el gran escritor venezolano Arturo Uslar Pietri, ya fallecido, se refiere a su más difundido y traducido libro, la novela (novela en la historia) Las Lanzas Co- loradas, lo hace diciendo que ese libro lo escribió otro, un joven de 25 años. Cierto es que a través de los años todos cambiamos y con frecuencia vemos con cariño paternal, entre la niebla del tiempo pasado, la imagen del niño o del joven que fuimos. No obstante, nuestro otro yo no es consecuencia únicamente de la dualidad que provoca el paso del tiempo (hoy somos dife- rentes de como fuimos ayer), sino que nuestras contradicciones son de naturaleza simultánea. Pero si ser otro sin dejar de ser uno mismo es universal condi- ción de lo humano, ser otro sin ser uno mismo es la raíz del drama nicaragüense. No obstante, hay que precisar el concepto y circunscribirlo a la práctica política. Para el nicaragüense es dife- rente su conducta frente a la vida, de su conducta frente a la historia. En el primer caso el nicaragüense `es; tiene identidad y referencias básicas sobre las que descansan las condiciones de la existencia. En el segundo, deja de ser el mismo y finge ser otro. PRÓLOGO IX Pablo Antonio de diversas maneras y en diferentes escritos, nos ha recordado con frecuencia esa dualidad entre la creación artística y la acción política. En la primera, el nicaragüense crea y recrea el mundo y en este acto genésico de la naturaleza y la vida se crea a sí mismo. En la segunda, el nicaragüense falsifica su pro- pio ser y traiciona su destino. Son dos visiones, dos conductas y dos niveles en los que transita el ser nicaragüense. Una nueva contradicción que reafirma la conciencia desgarrada, para usar el término de Hegel, de nuestra identidad y ontología. Es el Güegüence que finge primero para defenderse y que finge después por costumbre y porque ya no puede vivir sin fingir hasta transformarse en su propia mentira. Es el reino de la política. Mientras la forma de ser de la vida cotidiana y de la creación cul- tural y artística nos confiere identidad, la forma de hacer política nos confisca la autenticidad. No se trata tanto de que la cultura en sus expresiones clásicas, en el arte, el pensamiento, la literatura, ilumine a la clase políti- ca, si así fuere, excelente, sino de que haya una cultura política, de que la política como política sea en ella misma una cultura, con sus valores, objetivos y metas, con sus estrategias y tácticas específicas, con su visión y misión de lo que debe ser el Estado- Nación nicaragüense. Pablo Antonio tomó al vuelo la política en sus Escritos a Máqui- na y editoriales de La Prensa, y, durante mucho tiempo, con su prosa, aguda y certera, además de bella, penetró el corazón de la vida nacional. Su enfoque hispanista y cristiano, es esencia de su pensamiento y desde esta perspectiva, podríamos decir, objetivo teleológico de su reflexión política. Pero la política, a pesar de sus numerosos encuentros y desencuentros con ella, de sus preocupaciones y ocupaciones ideológicas, no fue, creo, el tema principal dentro de sus pre- dilecciones intelectuales. En ella puso más su ingenio que su genio, orientado, sobre todo, a la creación poética y al ensayo antropológico. En aquel terreno, su forma de expresión, fue el artículo sobre lo concreto y cotidiano, no exento, por X PRÓLOGO supuesto, del enfoque ideológico que durante una época le fue propia. Esta dualidad entre politica y cultura, no es, sin embargo, la única que enfrenta el alma del nicaragüense en su compleja naturaleza existencial. El desgarramiento primario, nos lo pre- senta Pablo Antonio Cuadra en esta obra El Nicaragüense, y es el que se produce entre lo español y lo indígena. Por ello, su poesía y su prosa, su tarea de poeta y de pensador, se dirigen a la bús- queda de la integración de lo disperso, de la unidad de los contra- rios, que en él es una categoría moral y conceptual: el mestizaje. En su poema El Hijo de Septiembre dice: `Yo pelié con don Gil en la primera guerra nicaragüense. De muchacho era indio, y español y al unísono me herían. Tengo el grito bilingüe en las dos fosas porque me dieron flechas en el lado blanco y balas en mi dolor moreno.' Y luego relaciona esa dicotomía antropológica con la dualidad y contradicción de la actitud política: `Bicéfalo ataúd llevan mis restos pues cuando quiero libertad me mato y cuando tengo libertad me muero.' `Luego, nos dice, la singular dualidad que dividió a Nicaragua en dos parcialidades localistas, Oriente y Occidente, produciendo el fenómeno bastante original en la historia de América, de un país bajo la rectoría bicéfala de dos ciudades, León y Granada, duali- dad que terminó encontrando solución en una nueva capital: Managua.' Pero no es únicamente la dualidad el rasgo que destaca Pablo Antonio del nicaragüense, también lo es la vocación migratoria PRÓLOGO ( XI e itinerante y el dramático sentido del humor. `El nicaragüense del éxodo no hace llorar sus laúdes junto a los ríos de Babilonia.. Se ríe.' Angel Ganivet en Epistolario, 1893, primero, y en Idearium, 1896, luego, nos relata la historia de Agatón, el nicaragüense de Mata- galpa, aunque después en su segunda obra lo refiere como origi- nario de Managua, internado, moribundo, en un hospital de Bélgica que le relata sus aventuras y sus desventuras, su infortu- nio conyugal y su vida errante en el Canal de Panamá en donde estuvo trabajando, en El Congo y finalmente en Bélgica a donde llegó a morir. También nos relata Pablo Antonio las aventuras de otro nicaragüense de quien sospecha fue el personaje de Daniel de Foe, consagrado en su inmortal relato, Robinson Crusoe. `Fue en una edición francesa de la enciclopedia Larousse, nos cuenta, donde por primera vez encontré la afirmación de que Daniel de Foe se había inspirado para crear su personaje, en la historia de un marinero nicaragüense, abandonado en una isla deshabi- tada. del Pacífico por el Filibustero Sharp en 186o: De esta forma el nicaragüense disputa el modelo en que se ins- piró Defoe al marinero escocés Alexander Selkirt, pues, nos dice de nuevo Pablo Antonio: `Todo nicaragüense, si consulta su cora- zón, lo sabe. Robinson Crusoe era nicaragüense. El robinsonis- mo es nuestra tentación y nuestro peligro: En el ensayo `Oriente y Occidente, León, Granada y el Sol,' citando a Alfonso Cortés, resalta no sólo la contradicción entre León y Granada, sino también la paradoja ideológica entre am- bas ciudades, la desconcertante contradicción. `León, vitalmente conservador, hace suyo mental e ideológicamente el Partido Liberal. Granada, vitalmente liberal y progresista, toma el con- servatismo. ¿Será esta contradicción la que hace tan similares y al mismo tiempo tan distintos, como un acordeón que sólo suena de este tira y encoge, a los dos partidos históricos?.' La dificultad de hacer de Nicaragua una Nación surge de la ausencia de una verdadera conciencia de nacionalidad. Los loca-

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Ensayos 1/ Pablo Antonio Cuadra; comp. Pedro Xavier Solís. —la. ed.-. Managua: Fundación Vida, 2003 v.1 — (Colección Cultural de Centro América
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