Description:Respetaba al marqués, pero no podía soportar, como nadie podía, aquel tono de burla constante, aquel desprecio que se palpaba en cada gesto, en cada palabra de Paul Bressiéres. Como su compatriota Andrew Butter, Edwin Anderson era hijo de una familia acomodada, gente importante de esa Inglaterra que parecía, después de un interregno lleno de dificultades, empezar a prosperar de verdad. Los Anderson poseían fábricas en Gales. Y mucho dinero. No obstante, habían conservado ese difícil sentido de la democracia que les hacía tratar a sus inferiores jerárquicos como a personas. Desde su llegada a aquel inmenso y viejo castillo, situado en lo más hondo de la Bretaña francesa, atraído como su amigo por el anuncio aparecido en el Time, se percató de que era como si hubiese penetrado en un mundo extraño.