ebook img

Empapados de sereno. El movimiento urbano popular en Baja California (1928-1988) PDF

282 Pages·1991·6.65 MB·Spanish
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview Empapados de sereno. El movimiento urbano popular en Baja California (1928-1988)

Empapados de Sereno Reconstrucción testimonial del movimiento urbano popular en Baja California (1928-1988) J o s é M a n u e l Va l e n z u e l a A r c e Primera edición digital, 2014 Empapados de sereno. Reconstrucción testimonial del movimiento urbano popular en Baja California (1928-1988) D. R. © 2014 El Colegio de la Frontera Norte, A. C. Km 18.5, Carretera escénica Tijuana-Ensenada San Antonio del Mar, 22560 Tijuana, B. C. www.colef.mx ISBN edición digital: 978-968-6075-39-7 AGRADECIMIENTOS Deseo manifestar mi agradecimiento a las siguientes personas que han colaborado para la realización de este trabajo: A Jorge A. Bustamante, Amelia Malagamba, Florinda Riquer, Nora L. Bringas y Roberto Sánchez, por sus valiosos comentarios en diferentes etapas del texto. A Santa Imelda Castro, María de Jesús González Manzo y María Esther Hernández, por su profesional y entusiasta colaboración durante la fase de recopilación de información. A Gabriel Osuna Osuna, Laura Osuna, Margarita Rodríguez y Haydé Zavala Leyva por su generoso apoyo en el procesamiento del texto. A mis solidarios compañeros y compañeras de trabajo: Ana María Rodríguez, Jaime Cota, José Moreno Mena, Isabel Lozano, Luz Vega, Aurora González, Leticia Burgos, Laura Gutiérrez, Arturo Torres, Raúl Mendoza, Martha Ortega y María del Carmen López. A la desinteresada colaboración de Ramona López, Sergio Haro, Antonia Carrillo, Aurora Barragán, Juan Castro, Margarita González (doña Magui), Rosario Martínez (doña Chayo), Aurora Yáñez de Uribe y Carmen Corbalá. De manera muy especial, quiero patentizar mi más sincero agradecimiento a todas aquellas personas cuyos testimonios aparecen en el texto. INTRODUCCIÓN Afinales de los años sesenta e inicios de los setenta, la lucha por la obtención de un terreno, vivienda o dotación de servicios urbanos adquirió relevancia central en el escenario urbano del país: Distrito Federal, Monterrey, Ciudad Juárez, Culiacán, Guadalajara, Tijuana, Hermosillo, Durango, Chihuahua, Ciudad Obregón, Torreón, Mexicali, etcétera. Esta situación se enmarca en un contexto nacional caracterizado por desempleo, reducción de los niveles de vida, problemas urbanos, flujos migratorios ciudad-ciudad y campo-ciudad incrementados con la crisis agrícola de la segunda mitad de la década de los sesenta; parteaguas de la situación de los campesinos vinculados a la producción alimenticia y del proletariado agrícola. Los movimientos sociales referidos han sido componentes fundamentales del contexto político de las ciudades más importantes del norte del país; de hecho, en Baja California llegó a ser el principal actor político durante gran parte de la década de los ochenta. En este trabajo analizamos estos procesos para el caso de Baja California, haciendo una evaluación histórico-testimonial de los principales conflictos derivados de la lucha por el suelo urbano, la vivienda y los servicios públicos. A diferencia de la explicación tradicional, que considera que el Movimiento Urbano Popular (���) está conformado por desempleados o inmigrantes recién llegados a la ciudad, observamos en algunas ciudades fronterizas del norte del país un ��� compuesto de manera importante por trabajadores asalariados y por subempleados, así como por personas con varios años de vivir en el estado. La ocupación irregular de predios no es un fenómeno reciente, ni su alcance se limita a nuestro país. La demanda de suelo urbano adquiere relevancia en Latinoamérica a partir de los años sesenta; algunos movimientos urbanos adquirieron formas políticas radicales y asumieron métodos de confrontación política con el Estado, con lo cual surgió una serie de conflictos que escaparon a la capacidad de control estatal. A pesar de la importancia regional o nacional que han tenido algunos movimientos urbano populares del norte de México, permanecen insuficientemente estudiados y dichas experiencias son poco conocidas,1 por lo cual resulta necesario rescatar movimientos tales como el del Frente Popular Tierra y Libertad de Monterrey, el de los Comités de Defensa Popular, en Chihuahua, el del Comité Unión de Colonos Urbanos de Tijuana, etcétera.2 Jorge Alonso3 ha señalado la articulación de dos lógicas distintas que se sobreponen en la problemática urbana: la derivada de la valorización del capital inmobiliario cuya directriz queda definida por la búsqueda de la ganancia. Y otra que se define por las necesidades de la población de bajos recursos que encuentra como única opción de acceso a la vivienda la ocupación irregular de predios. Sin embargo, también podemos diferenciar una tercera lógica que completaría este tríptico de actores del proceso urbano: la participación estatal, la cual no puede ser reducida a la búsqueda de ganancias, ni a un altruismo desinteresado. Aun cuando en muchas ocasiones se encuentran vínculos directos entre el capital inmobiliario, el de la construcción y funcionarios públicos, la participación estatal, a un nivel más general, se define por su necesaria legitimación política, sus intereses económicos vía recaudación mediante impuestos y sus funciones como garante de la acumulación privada y reguladora de la vida social. De lo anterior se deriva una posición que oscila del paternalismo tolerante, la presión a través de mecanismos legales o extralegales, a la represión.4 Como parte de los movimientos sociales, el Movimiento Urbano Popular da cuenta de las necesidades de reproducción de la fuerza de trabajo, referidas a las demandas de vivienda, servicios, obtención de terrenos y obras públicas. Las organizaciones del Movimiento Urbano Popular vinculadas con los diferentes proyectos institucionales se caracterizan por prácticas de control y sujeción sobre los agremiados, métodos de gestión ubicados dentro de los marcos legales y direcciones sujetas a un doble proceso de legitimación: por un lado frente a los propios colonos y por el otro frente al Estado; de su capacidad para obtener concesiones se deriva su fuerza frente a las bases, de su capacidad para movilizar a las bases se deriva su utilidad frente al Estado. La ocupación de predios representa el único mecanismo a través del cual una parte importante de la población puede acceder a la vivienda. El empeoramiento en las condiciones de vida de los sectores populares, además del incremento en los costos de la vivienda, contribuye al aumento del contingente de población para el cual la obtención de vivienda se presenta inaccesible. De esta manera, a inicios de la década pasada, 80 por ciento de la población estaba fuera del mercado inmobiliario privado.5 El Movimiento Urbano Popular en la frontera norte debe analizarse en el contexto de la crisis económica de los años ochenta. El impacto diferenciado que ésta tiene en el país, fundamentalmente en lo referente a los niveles de desempleo, permite prever la continuación de los flujos migratorios hacia Estados Unidos y de manera explícita o de facto hacia el norte de nuestro país, donde la ubicación de capital trasnacional ha permitido mantener niveles de desempleo relativamente bajos. La crisis económica ha generado una disminución en los niveles de vida de los asalariados y una parte de los denominados sectores medios; esta situación se agrava con el encarecimiento de los costos de instalación de los servicios urbanos, así como mediante el incremento del costo del servicio en renglones tales como energía eléctrica, gas, agua, etcétera. Por otro lado, en Baja California se observa la ausencia de control sobre los costos de alquiler de las viviendas y asignaciones arbitrarias en el monto de las rentas por parte de los propietarios, añadiéndose el agravante de que éstas son cobradas en dólares, lo cual representa un incremento en el costo de alquiler, producido por la devaluación del peso en relación con el dólar. Los dos elementos antes señalados, flujo migratorio y la cada vez mayor inaccesibilidad a la vivienda para la clase obrera y otros sectores de bajos ingresos, son aspectos que tienden a converger y ejercen una fuerte presión en la demanda del suelo urbano y la vivienda. En este trabajo pretendemos ubicar la problemática derivada de la búsqueda de un terreno o la dotación de servicios urbanos, por parte de la población de bajos ingresos en Baja California (enfatizando los casos de Tijuana y Mexicali), en el marco de un proceso urbano que atrae y expulsa. La concentración económica estimula la concentración poblacional, pues por un lado se incrementa la demanda de suelo y servicios urbanos, pero las fuerzas centrífugas de la ciudad asociadas a la pobreza presionan a la población hacia las zonas periféricas; la apropiación del espacio se delimita por la desigualdad social y las posibilidades económicas diferenciadas. Los migrantes y la población depauperada dan vida a las zonas periféricas, valorizan los terrenos que más tarde se incorporarán al mercado inmobiliario. Se pretende contrastar la dinámica del crecimiento de los asentamientos humanos irregulares y las principales demandas que en torno a este punto se han elaborado a partir de lógicas diferenciadas, aunque no necesariamente excluyentes: la de la valoración e incorporación de los terrenos al mercado capitalista del suelo urbano y la de las necesidades populares. Desde 1982 hasta la fecha se ha manifestado un incremento de la demanda de suelo y servicios urbanos, influido por la crisis económica (desempleo, migración hacia la frontera, disminución de los niveles de vida), con lo cual sectores importantes de la población se ven excluidos del acceso a la tierra y la vivienda; situación frente a la cual surge como alternativa la toma de predios; proceso donde identificamos dos tendencias: a) los asentamientos irregulares urbanos se realizan de manera importante por personas que ya vivían en otras áreas de la ciudad y no sólo por migrantes recién llegados; b) la disminución en los niveles de vida de la población trabajadora y la ausencia de control sobre la determinación del costo de alquiler de la vivienda empuja a parte de esa población a la ocupación de predios. Este trabajo se divide en tres apartados principales. En el primero de ellos presentamos: a. Algunas reflexiones generales acerca de la construcción social del espacio. b. Las características del sector urbano popular. Este apartado lo hemos desarrollado a partir de información directa consistente en 2 998 cédulas de solicitantes de la colonia Camino Verde, una en‐ cuesta aplicada a 68 organizaciones del ��� en Baja California y fuentes indirectas. c. El Movimiento Urbano Popular en el país y en Baja California y las respuestas institucionales. En este capítulo se ubica el proceso histórico de construcción del espacio urbano en Baja California y algunos de los conflictos que en él se presentaron. d. Respuestas institucionales. En este apartado analizamos 4 458 cédulas de colonos solicitantes en el Programa de Fraccionamientos Populares (���), así como entrevistas con directivos de este programa y de la Promotora del Desarrollo Urbano de Tijuana (Produtsa). En el segundo apartado presentamos una “reconstrucción testimonial” de algunas de las principales luchas del Movimiento Urbano Popular de Baja California, donde, además de fuentes indirectas, trabajamos con testimonios recopilados con actores clave de los conflictos. Finalmente, en el tercer apartado, presentamos algunas reflexiones generales. CAPÍTULO I LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA CIUDAD6 Los bulevares, al abrir grandes huecos a través de los vecindarios ...permitieron a los pobres pasar por esos huecos y salir de sus barrios asolados, descubrir por primera vez la apariencia del resto de su ciudad y del resto de la vida. Y al mismo tiempo que ven, son vistos... Marshall Berman7 La ciudad es espacio de interacción y dominación configurada por relaciones de producción, sociales y simbólicas. La ciudad comprende redes y relaciones diacrónicas, en las cuales coexisten formas diferenciadas de poder y resistencia, que se muestran de manera contradictoria; son contradiscursos con grados diversos de explicitud o simples recursos de sobrevivencia implícita, pasiva, funcional. Más allá de la complejidad social derivada de la división del trabajo enfatizada por Marx para definir el surgimiento y funcionalidad de las ciudades, o el desarrollo de las relaciones humanas a través de los mecanismos de mercado conformados espacialmente ponderados por Weber, existen otros elementos que configuran sus rasgos; Johnson8 ubica el papel fundamental de la Revolución industrial y los cambios técnicos y tecnológicos que le caracterizaron como catalizador del crecimiento de las ciudades. Los elementos importantes en la delimitación de la ciudad, además del crecimiento demográfico, los constituyen las funciones económicas (industriales, comerciales, servicios). El desarrollo de los medios de transporte es otro de los factores que coadyuvaron a la transformación de las ciudades y a la delimitación de la morfología urbana: el desarrollo de las

See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.