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Elementos de filosofía especulativa según las doctrinas de los escolásticos y singularmente de ... PDF

224 Pages·2011·60.68 MB·Spanish
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rè: PRISCO FILOSOFIA PICliUTIU 1080014457 EX LI BR IS HEMETHERII VALVERDE TELLEZ Episcopi Leonensis - y-f' „-—v. >*-»»•»,.« fifi • \.'. • .V •. . ' U ELEMENTOS DE FILOSOFIA ESPECULATIVA °EGUN LAS DOCTRINAS DE LOS ESCOLÁSTICOS, Y SINGULARMENTE DE SANTO TOMÁS DE AQUINO. OBRA ESCRITA EN ITALIANO por el PRESBÍTERO JOSÉ PRISCO, Y TRADUCIDA DE LA 5E&MDA EDICIOS POR G A V I NO T E J A D O. - SEGUNDA EDICION. T O MO P R I M E R O. M A D R I D. r Canilla.Alfonsina • " • ^ ¿ L w e m t t ií NUEVA LIBRERIA E IMPRENTA DE SAN JOSE. CALLE DEL ARENAL, NUM. 20. 48S4L 46174 VÍGÁRÍA M M Ú MM DE M A D R I D. OS el ;Doctor '£)• José de lorenzo y ¿firayones, 'Presbí- tero, Consejero de Instrucción publica, Vicario juez eclesiástico ordinario de esta, villa y su partido. Por la presente y por lo que d nos toca, concedemos nuestra licencia para que pueda imprimirse y publicarse la obra titulada: «Elementos de Filosofía especulati- va, según los Escolásticos, y señaladamente Santo Tomás de Aquino, escrita por el Presbítero D. José Prisco, traducida por D. Gavino Tejado», mediante que de nuestra orden ha sido examinada, y no contiene, según la censura, cosa alguna contraria al dogma católico y sana moral. Madrid veinte y tres de Abril de tml ocho- cientos sesenta y seis, \ Doctor % o m m. POR KASDAOO PE 8. 8. ueprao JIM MORENO GONZÁLEZ, 968729 PRÓLOGO DEL TRADUCTOR. Traspasando los límites naturales de su legítima liber- tad, háse despeñado la filosofía en los abismos de lo absur- do. Codiciosa de romper estrepitosamente con la antigua sabiduría, y exaltada por el vertiginoso afan de crear una ciencia nueva, no hay principio, lo propio en el órden in- telectual que en el órden moral, que no haya violado es- candalosamente, ó que no haya envuelto en las tinieblas de un mortal escepticismo. Causa y efecto, á un mismo tiempo, de este insensato agravio á la razón y á la dignidad huma- nas son los estragos que hoy padece el mundo en todas las esferas de la humana actividad, y que tan fúnebre sello im- primen á la edad presente. Progresando este daño universal, ha llegado á punto en que, adunado el instinto de los buenos con la reflexión de los que además son perspicaces, han visto necesario consa- grar sus esfuerzos comunes á señalar las causas íntimas del mal y á proponer los remedios. Total había sido la demo- lición de los principios fundamentales, y total tenía que ser su reconstrucción si había de producir un efecto adecuado. En esta obra de reconstrucción el procedimiento debía ser inverso del que los demoledores habían seguido. Despre- ciando éstos la antigua máxima inventis addere, ley prima- ria de todo progreso, fué todo su afan inventar principios', s y en lugar de deducir de las eternas leyes del ser y del co- nocer aquellas aplicaciones que perpétuamente fecundaran el inagotable campo de las respectivas ciencias que tienen por objeto á Dios, al mundo y al hombre, ora por medio de síntesis arbitrarias confundieron deplorablemente aque- ser saludada por preocupados y malévolos, y á despecho de llos dos supuestos necesarios de toda especulación como de su irritado orgullo, decirles muy en alta voz: «Debajo de toda aplicación científica; ora por medio de análisis, no me- esas fórmulas consagradas por el respeto de largos siglos de nos arbitrarias, los dividieron hasta destruir entre ellos toda asombrosas especulaciones; debajo de esas fórmulas que vos- especie de vínculo y relación. La fé, la moral, la ciencia otros llamais bárbaras solo porque no las entendeis, y que quedaron sin base; y en el orden teórico, lo propio que en el os son antipáticas porque lo poco que entendeis de ellas orden práctico, la razón y la conciencia humanas ó fueron acusa de muerte vuestra ignorancia ó vuestra malicia; subyugadas por la bárbara tiranía de los hechos desnudos, debajo de esas fórmulas, que pueden algunas ser os lo ó se disiparon en abstracciones tan ajenas á la realidad de concedemos, minuciosas, antiretóricas quizás (nunca tan ex- las cosas, corno forzosamente habían de serlo á la morali- travagantemente bárbaras como vuestra flamante jerga filo- dad de los actos. sofesca), están enunciadas con admirable precisión y clasifi- ¿Qué había, pues, que hacer á vista de tan universal es- cadas con distinción agudísima las verdaderas leyes del ser trago? Vindicar los fueros del sentido común, ad prima y del conocimiento del sér, constituyendo por ende la unica principia redire\ buscar en la antigua sabiduría aquellos filosofía que puede engendrar, como ha engendrado en los axiomas debidos al uso legítimo de la razón y á la expe- siglos anteriores, verdadera ciencia del hombre, verdadera riencia de los siglos, y enunciarlos tales como purgados de ciencia social, verdadera ciencia del derecho; verdadera errores, y ampliados y fecundados por la fé, los disemina- ciencia, en fin, de aquella unidad sin la cual los hechos ron en el campo de todas las ciencias aquellos grandes mismos, materia propia de las ciencias físicas, no son mas maestros cuya cadena gloriosa tiene por eslabón central á que montones informes y cuerpos sin alma». Santo Tomás de Aquino, y por remate quizás al español Valor fué menester para proclamar la necesidad de esta Suarez. obra de restauración, y más valor aun para realizarla. Pero Sí: era necesario reconstruir el edificio sobre los únicos hubo quien tuviese el uno y el otro. Escribiendo como es- cimientos que podían darle solidez: era necesario seguir la cribimos el prólogo de un sería desproporcio- COMPENDIO, dirección de esos cimientos para que el edificio fuese re- nado, bien que no inoportuno, trazar la historia de los en- construido con unidad; y lo único que podía, que debía qui- sayos recientemente hechos para realizar aquella grande zás ser permitido á los reconstructores, era despojarle de obra Bástenos recordar con el debido encarecimiento la tal cual accidente que acaso le sobrecargaba en su primitiva grande, quizás la máxima parte que en tan saludable ten- estructura, y disponer su fortaleza de modo que desde ella tativa han puesto los sábios y piadosos redactores de LA se pudiera embestir y derribar las mezquinas construccio- conocida Revista publicada en Roma, CIVILTÀ CATTOLICA, nes que el error moderno había levantado en derredor de cerca de veinte años ha, por ilustres miembros de la Com- sus fosos y al pié de sus ruinas. pañía de Jesús. Allí sin duda ha recibido su mejor y mas Era necesario, digámoslo sin- figuras, acudir franca- fecundo impulso este movimiento hácia la restauración de mente á la filosofía escolástica; desafiar valerosamente la la filosofía escolástica: Europa conoce ya y admira los tra- bajos de esta índole que en el órden especulativo han he- mal segura mueca de desden con que la empresa había de / Cho los Padres PIANCIANI y LIBERATORE, así como los que »tudiar con cierta amplitud las doctrinas filosóficas de los en el orden práctico debe el mundo católico al P. TAPARE- LLI, autor del inmortal Saggio teoretico di Diritto Natura- »escolásticos, señaladamente de SANTO TOMÁS DE AQUINO, »y de ver la gran ventaja que llevan á las doctrinas filosó- le, J los que con aplicación á la oratoria sagrada acaba de »ficas de los tiempos modernos. Inclinado como soy por Hacer el P. CURCI en el magnífico Cuaresmal recien publi- »naturaleza á la enseñanza, punzábame la necesidad de dar cado en Roma como libro, bajo el título: La Natura e la »á mis jóvenes alumnos un libro elemental, informado de (srrazia. »los principios filosóficos de los escolásticos, y que fuese en Cito con especialidad únicamente estos trabajos y auto- »sustancia un compedio de la mencionada obra de SANSEVE- res, no solo porque me parecen los más notables entre los »RINO. Pero desgraciadamente ésta se hallaba léjos de termi- que han inaugurado la restauración de la filosofía escolás- »narse, y esto me detenía en el poner mano á mi tarea. Sin tica, sino porque es justo decir que á Italia en general, y »embargo, cuando ya los estudios hechos con SANSEVERI- en particular á Roma, debe hoy el mundo este gran bene- >NO para colaborar en su obra me habían puesto en estado ' 4ue ya comienza á ser apreciado y gustado en otras »de incluir en la mía aquellas partes que aún no se habían naciones de Europa. »publicado en la de mi maestro, me resolví á dar á luz es- Y de Italia, en efecto, siguen partiendo las grandes ini- atos mis Elementos de Filosofía. ciativas acerca de este punto. Mientras aparecían en Roma »Gracias, repito, al favor con que mi libro fué recibido, los trabajos inaugurales arriba citados, elaborábase en Ná- »no solo en Italia, sino en Francia, agotóse en pocos años poles la grandiosa compilación, todavía pendiente, del Ca- »su primera edición, y tuve que hacer esta otra, en la cual nónigo D. CAYETANO SANSEVERINO, titulada: PMosophia »he corregido notablemente aquélla, sobre todo á fin de Uirishana cum antiqua et nova comparata; obra que, como »darla más adecuada para la enseñanza elemental. Me atre- hemos dicho, no se ha terminado todavía, y ya es con jus- »vo á esperar que los amantes de la ciencia filosófica aco- ticia admiración del mundo filosófico. Colaborador asociado »gerán esta segunda edición con la misma benevolencia que a OANSEVERINO para llevar á cabo tan importante empresa »honraron la primera». tiene la honra de ser el Presbítero JOSÉ PRISCO, autor de la Repitiendo, en la parte que á mí toca, estas últimas presente obra, que traducida ofrecemos al público español. palabras del autor de la presente obra, me atrevo también En una advertencia puesta por su autor al frente del primer á esperar que el público español comprenda y se digne es- tomo dice lo que sigue: timar el fin que me mueve al traducirla. «Al dar á la estampa este libro, sea él como quiera Por de pronto, acerca de la obra puedo decir yo lo que >que merced, sin duda, no á su valor intrínseco, sino á la¡ la modestia del autor no le permite decir. Al efecto, supli- »doctrinas que expone, ha merecido del público italiano y ré lo escaso de mi autoridad con dos testimonios, juntos en >extranjero tan benigno favor, debo decir cómo y por qué uno, que ciertamente no desdeñará el lector. En la citada »le he escrito. CIVILTÀ CATTOLICA (Sèrie V, tomo XI, página 575) examí- »Colaborando en la insigne obra del Canónigo D. CA- nase la obra cuya traducción ofrecemos, y dícese de ella lo YETANO SANSEVERINO (la ántes citada), tuve ocasion de es- siguiente: «Este curso filosófico, redactado por el profesor José pues de decir en general, «que todas y cada una de las ma- PRISCO, goza de un mérito inestimable. Es la esencia de terias en él tratadas corresponden 4 una * ™ j> profundas elucubraciones, y fruto de largos estudios hechos > completa de los jóvenes en todo cuanto dice relación a T sobre las inmortales obras de SANTO TOMÁS y de los demás »la parte especulativa de la ciencia filosófica» continua Doctores escolásticos. Para dar á entender su idea y su va- exponiendo por menor las principales dotes de la obra, y lía basta referir las palabras que el Canónigo SANSEVERINO las enuncia del siguiente modo: (de quien PRISCO ha sido discípulo y hoy es colega) dirige „1 El orden superiormente adecuado para la enseñan- al lector en el principio del primer tomo. «Trabajando, za, consistente en proceder siempre de lo conocido a lo »dice, desde largo tiempo ha en mis investigaciones de Ló- »desconocido, y de lo general á lo particular. II U o^ »gica y Metafísica, que por los principios á que reducen la »dad de exposición, la cual es tan acabada, que no hay ma »filosofía especulativa, intitulo Phüosojphia Clvristiana cum »teria, por difícil que sea, que no ponga al alcance de a »antiqua et 7iova comparata, dolíame grandemente que la »tierna inteligencia de los jóvenes. III. La bien entenMa »juventud estudiosa no pudiera todavía aprovecharse de mis »combinación de la parte histórica de la filosofía con la d. »tareas á causa de necesitarse aún largo tiempo para que »dascálica y la polémica. IV. La solidez de las dem tra- »estuviesen publicadas en todas sus partes con la amplitud »ciones, que indudablemente se llevan tras el asen o del S1 »que exigen. Con este motivo ocurrióme anticipar un com- »entendimiento. Y. Pero lo que sobre todo recomienda e a »pendió de mi obra redactado en lengua vulgar, y tal es el »obra, es lo exacta y completamente entendidas que n ella »que aparece ahora distribuido en dos tomos, debido á la »están las doctrinas del Doctor Angélico y^>todos lo de- »perspicaz inteligencia y fácil pluma del joven profesor y »más principales Maestros de la Escuela Católica Bteros »sacerdote napolitano D. JOSÉ PRJSCO, el cual ha compen- »examinado con especial atención, por lo que a este punto »diado con grande acierto las teorías que con mayor exten- »toca, los dos tomos de que la obra de PRISCO se compone »sion expongo yo en mi dicha obra, y ha suplido las partes »y podemos asegurar á sus lectores que en todas y ada una »de ella no publicadas todavía, utilizando al efecto los estu- »de las materias en ella tratadas, hallarán a verda era y »dios que para compilar la mencionada obra lata está ha- »genuina doctrina de aquellos grandes Maestros. Y aun en- biendo conmigo sobre la filosofía de los escolásticos, y ,contramos otro mérito nada común este género de ins- en »señaladamente de SANTO TOMÁS, comparada con las doc- »tituciones elementales, y es, que en la de que habíame no »trinas de los filosofes antiguos y modernos. Espero con- »solamente se ve demostradas en sí mismas las doctrinas de dado que los cultivadores de las ciencias filosóficas acoge- »los grandes Maestros, sino además cotejadas siempre con »rán estos Elementos del joven profesor con la misma bene- »las de los más célebres filósofos, anteriores y posteriores a »volencia que dispensarían á mis publicaciones filosóficas, »la Escolástica, y dispuestas magistralmente para que,esta »informadas de los mismos principios, y que Aquel que »comparación resulte provechosa; de manera que el joven »desde el cielo da incremento á las obras de los hombres, »alumno, al mismo tiempo que adquiere sólida y sana doc »convertirá esta publicación en provecho de sus lectores». »trina, sale instruido ámpliamente en la historia de los va- arios sistemas, y adiestrado en consecuencia para sostener Sigue LA CIVILTÁ analizando el libro de PRISCO, y des-

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bajos de esta índole que en el órden especulativo han he- »filosofía especulativa, intitulo Phüosojphia Clvristiana cum. »antiqua et 7iova
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