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EL ZARISMO ROJO - RUSIA AVANZANDO SOBRE AMERICA PDF

194 Pages·1970·6.688 MB·Spanish
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SALVADOR DiAZ-VERSO£i MIAN!, FLORIDA 1970 ES PROPIEDAD DEL AUTOR DERECHOS RESERVADOS. |L A historia nos ha mostrado de modo palpa­ ble e inequívoco, que el imperialismo ideoló­ gico del Comunismo es un pretexto que utiliza la Rusia Soviética para poder retener la herencia territorial que acumularon los zares y aumentarla, anexionando nuevos países a la órbita soviética. Las doctrinas ideológicas del comunismo, sir­ ven a un grupo despótico de audaces rusos ávidos de rapiña, para conspirar contra la civilización y la cultura de Occidente, tratando de apoderarse del mundo para convertirlo en esclavo de Rusia. El Zarismo Rojo, es mucho más grave y peli­ groso que el antiguo tenebroso imperio de los Romanoff. Pero las grandes masas humanas de América, no lo acaban de comprender. S. D. V. 79-39871 PRIMERA PARTE ACTUACIÓN DEL COMUNISMO INTERNACIONAL EN CUBA \^STA es una historia sintética del imperialismo soviético ruso actuando en América, presentada en forma sencilla para que pueda ser fácilmente entendida por todos. Es un traba­ jo, producto de horas, días, semanas y meses de afanosa labor y de profundos estudios investigativos. Conocerla es un deber y una obligación de todos los ciu­ dadanos de esta parte del mundo. Presentamos, primeramente, la descripción del comunis­ mo en Cuba, porque es en esta hermosa y rica nación, donde el fatídico e imperialista bolcheviquismo, ha logrado crear potentes raíces con la formación y desarrollo del mayor par­ tido marxista del Hemisferio Occidental. Las formas de trabajo que ha empleado el comunismo en Cuba, no son autóctonas, sino consignas internacionales que han sido adoptadas y seguirán siendo empleadas en to­ das las naciones donde ssee intente la dominación totalitaria por la dictadura soviética rusa. La importancia del zarismo en Cuba se refleja a través de las organizaciones internacionales que tienen su sede en Moscú o en alguna otra capital de las naciones sojuzgadas por la URSS, en que aparece invariablemente en sus cuadros eje­ cutivos algún cubano en representación del marxismo de La­ tinoamérica. Bueno es conocer que, en las tácticas bolcheviques, los comunistas dividen sus trabajos en América en dos partes y en dos secciones técnicas: Estados Unidos y Canadá, quie­ nes reciben la influencia de los sistemas que ya se han em­ pleado en Europa dentro de medios industriales adelantados; y en la América Latina, se emplean los sistemas puestos en práctica por Mao-Tse-tung, a base de reformas agrarias, ex- plotación del hambre, la miseria, la desocupación, el analfa­ betismo y las tiranías domésticas. El Kremlin tiene muy en cuenta sus experiencias de Chi­ na y las desarrolla en la América Latina recordando cómo, en 1927, el partido comunista chino fue diezmado por Chiang- Kai Shek y dedlarado definitivamente muerto, y cómo siete años después un tal Mao-Tse-tung organizaba una marcha hacia el norte, se establecía en Yenán con un grupo de “sar­ nosos” y ya en 19J/9, se apoderaba como dueño absoluto de toda China. Mao, asesorado de técnicos rusos, no sólo abordó la refor­ ma agraria sino que explotó las ansias de nacionalismo del pueblo chino; atacó al feudalismo y anunció terminar con el imperialismo, refiriéndose a la acción del capital extranjero en la vida económica de esas tierras. Y esos fenómenos que se registran en la patria de Sun-Yaten existen también en una gran parte de la América Latina, con la causal penetración del comunismo y son hábilmente explotados por los directores de la política soviética internacional. Así vemos que las tácticas del comunismo en la América Latina, difieren fundamentalmente de las que emplea en los Estados Unidos de Norte América y el Canadá y que por ello no se puede catalogar en un sólo block toda la labor roja en el Hemisferio Occidental, cosa que nos obliga a mostrar, en capí­ tulos diferentes, cada una de las historias y modalidades del comunismo en estos lugares. Lo que se vaya sabiendo de la forma de operar del comu­ nismo en Cuba puede servir de modelo para el conocimiento de su labor en el resto de los países hispano hablantes y por ello, vamos a tratar de ser lo más concretos, pero amplios en diferentes modalidades, a fin de que se pueda penetrar per­ fectamente dentro de los sistemas o formas que usa el bolche­ viquismo en sus hábiles maniobras. Y, como en los treinta años que llevamos combatiendo al Comunismo hemos encontrado muchas personas que nos han hecho preguntas que en su mente no tenían respuesta, vamos a presentar esta primera parte del presente trabajo, en forma de preguntas y respuestas que puedan ser clara y perfecta­ mente entendidas, hasta por los más desconocedores de esta grave amenaza que pesa sobre la civilización y la cultura mundial. ¿Qué es un comunista? Un comunista es un ser humano que, nacido en cualquier lugar de la tierra, no tiene más religión que el marxismo, ni más bandera que la de la hoz y el martillo, ni más patria que la Unión Soviética y que, en franca pugna con la civilización de occidente, conspira contra todos los sistemas de gobierno o re­ gímenes que se opongan a la dictadura totalitaria soviética y labora intensamente por establecer en el territorio en que vive el despotismo comunista, para despojar a la humanidad de sus libertades y convertir al hombre en un mísero esclavo de Rusia. Un comunista es un ser sin alma, sin espiritualidad, ape­ gado al materialismo marxista y sujeto a la férrea disciplina del partido comunista que es lo que rige su existencia, norma su conducta y lo empuja violentamente por la vida. ¿Dónde están los comunistas en Cuba? Los comunistas en Cuba están en todas partes. En la in­ telectualidad, en la prensa, en la radio, en la televisión, entre los profesionales, entre los obreros, empleados, estudiantes, campesinos y políticos. Entre los ricos y los pobres. Entre ios inteligentes y los brutos. Entre los cultos y los analfabetos. En el campo y en las ciudades. En el comercio, en la indus­ tria, la banca y en los sindicatos proletarios. Junto a los deso­ cupados y los enfermos. En todos los ámbitos de nuestra patria. ¿Cómo se conoce al comunista? Un comunista se conoce por sus actuaciones políticas y sociales al servicio, exclusivamente, de la Unión Soviética. En lo demás, el comunista es un ser humano, igual físicamente a los otros ciudadanos. Camina, ríe, lee, habla y alterna en la vida general del país. Tiene su casa, su familia y sus hijos; pero por sobre todas estas cosas, que el denomina, “prejuicios sociales”, está el partido. 12 SALVADOR DIAZ-VERSON ¿Creen en Dios los comunistas? No. Un comunista no cree en la existencia de Dios y basa su filosofía en el materialismo, repudiando el idealismo. El comunista es ateo, anti-cristiano y anti-religioso. Lenín dijo sobre ésto lo siguiente: “Toda idea religiosa, todo concepto de Dios, aún, toda inclinación por ligera que sea hacia el concepto de Dios, es una indecible villanía de la más peligrosa especie ’. ¿Tiene familia el comunista? Sí, el comunista tiene familia; pero no la considera como tal, ya que el comunismo predica y repite: “la primera opre­ sión de clases es la del sexo masculino sobre el femenino den­ tro de la familia, que es una institución de esclavitud y ser­ vidumbre”. Por ello hay que establecer que aunque biológica­ mente el comunista tenga familia, en el desenvolvimiento de su existencia no la considera como tal. Para destruir el afecto familiar la Unión Soviética dictó en 8 de Julio de 1934 la siguiente ley: “Todos los miembros de familia que estando enterados del desviacionismo de uno de sus miembros, no lo notifique a las autoridades soviéticas, será castigado con diez años de prisión”. En la Unión Soviética se estimula que los hijos acusen a sus padres, y que hermanos se coloquen frente a hermanos, para demostrar que sobre ese afecto, familiar y habitual en nuestro mundo, están los intereses políticos del comunismo. ¿Quieren los comunistas a sus hijos? Naturalmente que los comunistas deben de sentir sub­ conscientemente cariño por sus hijos; pero interpretan que el niño pertenece al Estado y que debe toda su lealtad al partido y no a sus padres. Algunos comunistas cubanos han enviado a sus hijos a saturarse en la URSS y los han obligado a inscri­ birse en el Ejército Rojo donde algunos han perdido sus vidas. Esta muerte, en vez de ser una nota de tristeza, ha sido un timbre de orgullo para los padres marxistas. ¿Bautizan a sus hijos los comunistas? No, los comunistas no bautizan por ninguna Iglesia a sus hijos, sino que solo los inscriben en los Registros Civiles, con EL ZARISMO ROJO 13 nombres fuera del santoral cristiano, muchas veces poniéndo­ les apelativos rusos como Niurka, Kobel, Lenín, Moscú, etc. ¿Cómo actúa un comunista? La forma de actuar de un “rojo” quedó establecida por la Internacional Comunista al implantar, como un catecismo para todos los militantes, un viejo documento que dice, te :- tualmente: “El buen comunista no puede tener intereses per­ sonales, negocios, sentimientos, afectos, propiedades y ni si­ quiera nombre. Desprecia y odia el Código Moral de nuestros días, con todas sus obligaciones y manifestaciones. Para él tiene que ser ético todo lo que ayude al triunfo de la revolu­ ción mundial; todo lo que la dificulte es amoral y criminal. Toda ternura, los sentimientos del parentesco, de la amistad, el amor, la gratitud o el honor, deben ser sustituidos en él por la causa revolucionaria. Un revolucionario puede sentir amistad y afecto sólo con los que han demostrado con sus acciones ser un comunista como él mismo. Cuando un cama- rada se encuentra en peligro, no hay que tener en cuenta el grado de amistad, sino el interés del partido. Para lograr la destrucción que se propone, el comunista puede vivir en so­ ciedad y frecuentemente debe hacerlo, fingiendo ser entera­ mente diferente a lo que es. El partido y los intereses del par­ tido están por sobre todas las cosas”. ¿Defienden a sus hermanos los comunistas? No hay defensa de hermanos entre los comunistas. La unión familiar está supeditada a los intereses del partido y si el hermano, el padre, la madre u otro familiar no está ente­ ramente con la causa del comunismo, es su enemigo. Así ocurrió en el Central Lugareño, en la provincia de Camagüey, donde un joven comunista dió muerte a sus dos hermanos por que se habían unido a un movimiento anti­ comunista. ¿Pueden hablar libremente los comunistas? No, los comunistas tienen que adaptar su dialéctica al marxismo y disciplinarse cerradamente a las consignas del partido. César Vilar, fundador del comunismo en Cuba y líder 14 SALVADOR DIAZ-VERSON internacional que educó a sus hijos en Moscú, uno de los cuales murió peleando en las filas del Ejército Rojo, fué expulsado del partido por haber censurado la línea de conducta política, acomodaticia, que se estaba siguiendo. Esperanza Sánchez Mastrapa fué Legisladora por el partido comunista y líder de primera línea durante algunos años; se le expulsó por haber hablado en un acto político de otro partido, no aliado a los comunistas. ¿Pueden escribir libremente los comunistas? No lo pueden hacer. La literatura y la poesía están su­ jetas a las interpretaciones marxistas. Para el comunista la literatura es un arma que debe de usar con táctica y técnica soviéticas. En 1946 el Comité Central del Partido Comunista, en Moscú, se reunió para considerar el problema de cierta prensa comunista que —según ellos— se estaba apartando de la línea marxista. En su resolución se hizo constar lo siguiente: “Nues­ tras publicaciones, tanto científicas como literarias, no pueden ser apolíticas. Nuestros periódicos son un poderoso instru­ mento del Estado Soviético a la causa de la educación y, de modo especial, a la juventud. La literatura soviética no tiene ni puede tener otro interés que los del Comunismo. Por con­ siguiente: el arte por el arte, o la neutralidad política, es nociva a los intereses soviéticos”. ¿Pero en Cuba, ocurre igual? Sí, ocurre lo mismo. En Cuba se cumplen cabalmente los dictados de Moscú. El escritor comunista Jorge Castellanos publicó en el periódico rojo “Ultima Hora” dos artículos en­ juiciando, a su modo, la revolución que produjo la indepen­ dencia de Cuba. El Comité Central del Partido Comunista Cubano se reunió en Noviembre de 1952 para juzgarlo, publi­ cándose un amplio documento en su revista ideológica “Fun­ damentos” en el que consideraron que J. C. había desviado de la línea marxista y lo recriminaron para que no se apartara más de esa doctrina. Y esto era sólo en relación con la historia de Cuba, que no puede alterarse ni cambiarse.

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