Mediante un texto terso, pulcro, exento de divagaciones y florituras, el lector es atrapado por el gran bagaje de información que va encontrando al paso y, absorto, camina página a página, de revelación en revelación, mientras delante va surgiendo cada vez más nítida la figura de aquel que ocupó durante diez años la Presidencia de la República.
Atrás de todo ello se percibe, se palpa, una larga labor de investigación que las autoras emprendieron hurgando en archivos, notarías, periódicos, documentos, además de largas conversaciones y entrevistas con 120 personas allegadas al séptimo Rafael, cuyos nombres se guardan para proteger a las fuentes.
Independientemente del sorprendente contenido, el libro es la más palpable demostración de que el periodismo, cuando es asumido con profesionalismo, inteligencia y pasión, puede alcanzar alturas insospechadas y producir un texto tan interesante como clarificador y tan sólido como ameno, aunque tenga sus pies asentados exclusivamente en la realidad y se sustente en la más vieja práctica de su ejercicio: hechos, hechos, hechos.