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El sentimiento de sí: historia de la percepción del cuerpo (s.XVI-s.XX) PDF

239 Pages·2017·4.951 MB·Spanish
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GeorVgiegsa reUo El sentimiento de sí Histdoelr api ear cedpeccliu óen(r sp.o sx.x ) XVI - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA Rectoría Bogotá, D. c .. 2017 © Universidad Nacional de Colombia © Georges Vigarello, El sentimiento de sí. Hitoria de la percepción del cuerpo (s. xv1 -s. xx) Publicado por primera vez en Francia por Éditions du Seuil, 2014. RECTOR Ignacio Mantilla Prada EDITOR DE LA COLECCIÓN Gustavo Silva Carrero DISEÑO DE LA COLECCIÓN Marco Aurelio Cárdenas TRADUCCIÓN A CARGO DE Luis Alfonso Palau Castaño Con la colaboración de la Editorial Universidad Nacional de Colombia Primera edición, 2017 ISBN: 978-958-775-974-7 Bogotá, D. C., Colombia Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales. Prohibida su venta en otros países diferentes a Colombia Cet ouvrage, publié dans le cadre du Programme d'aide a la publication et de l'Année France-Colombie 2017, a bénéficié du soutien de l'Institut Fram;ais de Colombie Esta obra, publicada en el marco del Programa de Ayuda a la Publicación y del Año Colombia-Francia 2017, contó con el apoyo del Instituto Francés de Colombia Impreso y hecho en Bogotá, D. C., Colombia Panamericana Formas e Impresos S.A. �Ñlito �MBll FRANCFA 2017 Catalogaecni ólpnua b licacUinóinv ersiNdaacdi ondaelC olombia VigareGleloor,g e19s4,1- Els encimiednets oi: h istodrieal ap ercepcdieólcn u erp/ oG eorgVeisg are;lt lroa duccaic óanr go deL uiAsl fonPsaol áCu. - -Primeerdai ció-n-B.o got:áU niversiNdaacdi ondaelC olombiRae.c toria, 2017. x, 238 página-s-(.A puntmease stros) Incluryeef erenbciibalsi ográefií cnadsi ocneo mástico Tituolroi ginLaesl e:n timednest o i:h istodierl eap erceptdiuoc no rpXsV,I e-XXsei ecle ISBN 978-958-775-974-7 (tapdau ra.) 1. Imagecno rpor2.a Ple rcepcdieós nim ismo3. Cuerphou mano- -Aspectsoosc ia4l. eCso nciendcei a sím ismo( Conocimie5n. Itnot)i mid(aPds icologi6.a S)e ntidyo sse nsacil. óPna láCua stañLou,i s Alfons19o4,8- , traduc1t1.o Trí tu1l11o. S erie CDD-23 306.4613 I 2017 ÍNDICE INTRODUCCIÓN 1 PRIMERA PARTE: UN DESCUBRIMIENTO DE "SER" CAPITULO 1 UNA TRADICIÓN ATROPELLADA 11 CAPÍTULO 11 LA EXISTENCIA "CLÁSICA" DE LOS CINCO SENTIDOS 25 CAPÍTULO III EL SIGLO XVIII Y EL TRASTORNO DE LO SENSIBLE 45 CAPITULO IV DEL "sf" AL "SENTIMIENTO DE EXISTENCIA" 67 SEGUNDA PARTE: UN DESCUBRIMIENTO DE SABER (SIGLO XIX) CAPITULO V LA INVENCIÓN DE LOS "SENTIDOS INTERNOS" 91 CAPITULO VI LA INVENCIÓN DE LA CENESTESIA 109 CAPITULO VII LA EXPLORACIÓN DE LOS ESTADOS EXTREMOS 117 CAPÍTULO VIII DE LA REGULACIÓN NERVIOSA A LO PSIQUICO 141 TERCERA PARTE: UN DESCUBRIMIENTO DE ACCIÓN CAPITULO IX LA EXTENSIÓN ILIMITADA DE LO SENSIBLE 161 CAPITULO X EL TRIUNFO DE LO PSICOLÓGICO 179 CAPITULO XI EL TRIUNFO DEL HACER 201 CONCLUSIÓN 221 ÍNDICE ONOMÁSTICO 227 INTRODUCCIÓN Nunca los testimonios personales sobre el cuerpo han sido tan rea­ listas y precisos como hoy. Nunca han sido tan diversos, tan nume­ rosos. Incluso jamás han sido tan ambiciosos, pretendiendo develar lo oculto, esbozar interpretaciones subyacentes, comunicar emocio­ nes, afectos. No sorprende que en su Diario de un cuerpo (2012), Daniel Pennac se entregue a revelar las confidencias más íntimas. Tampoco sorprende que sus tensiones internas alcancen las carnes, hasta pro­ vocar una implacable comprobación: "una de las manifestaciones más extrañas de mis estados de angustia es esta manía de devorarme la parte de adentro del labio inferior'". Se ha vuelto trivial la enun­ ciación de que el cuerpo encarna lo psicológico. Tampoco hay sor­ presa cuando Fritz Zorn, al final de los años 1970, asegura descubrir en su cáncer la salida de una larga historia personal, un conjunto de desgracias, vagabundeos, crispación, todos alojándose en su cuerpo para destruirlo. Su relato orquesta una lenta marcha degenerativa: "me gustaría tratar de rememorar el mayor número de cosas posibles relativas a esta enfermedad, que me parecen típicas e importantes desde mi infancia'". Una fuente psicológica o social lejana explicaría así la inexorable afección física de la que ha sido "víctima" Fritz Zorn. Esta búsqueda de sensaciones perdidas pero reveladoras se habana­ lizado. Una arqueología de los efectos corporales se impone hoy en los textos como en las revistas de salud: la piel revela nuestros estados de alma3, los dolores o tensiones del cuerpo revelan nuestros secretos4, el sobrepeso revela nuestro estrés5, las hinchazones6 revelan nuestra 1 D. Pennac. Journal d'un corps. París: Gallimard, 2012, p. 155. 2 F. Zorn (1977). Bajo ti signo de Marte. Barcelona: Anagrama, 2007. 3 D. Pomey-Rey. La peau et ses états d'ílme. París: Hachette, 1999. 4 R. Evelyn. A corps parfait. Tensions, douleurs, raidturs ... Notre corps révele nos secrtts. París: Lalfont, 2003. 5 Votre beauté, junio de 2003. 6 Santé Magazine, marzo de 2014. 2 El sentimiento de sí. Historia de la percepción del cuerpo vida agitada y apresurada, mientras que nuestros conflictos íntimos "se inscriben de manera duradera en nuestros tejidos, envenenando nuestra vida"7• El universo de los mensajes internos, el de la inscrip­ ción carnal del sí mismo, pasa por ser evidencia. La convicción de una unidad "orgánica que define nuestra globalidad"ª se ha impuesto. Se presta más atención a la evocación de las percepciones que provienen del cuerpo, de sus detalles y de sus posibles desvíos, lo que establece como recuento obligado una lista de la más ínfima sensibilidad: Notad vibraciones, una crispación involuntaria de la intensidad de los movimientos a nivel de vuestra actitud corporal, a nivel de los ojos, a nivel de vuestra nuca, a nivel de vuestra visión y de vuestro oído, a nivel de vuestros músculos, a nivel de vuestro abdomen, a nivel de vuestras piernas9, La exigencia es incluso tan grande que moviliza una voluntad de transformación de sí. La toma de conciencia centrada en el cuerpo ayudaría a "desatar" toda tensión secreta, lo cual pretende concre­ tar una multiplicación de métodos; el proyecto de descubrirse a uno mismo por medio de la conciencia profunda del cuerpo'º, o aquel de "borrar las contracciones [físicas] contaminantes" para encontrar mejor su verdad". O igualmente las prácticas que prometen la anti­ fatiga, fundadas en la relajación, el masaje, el yoga12 y que legitiman un "enfoque corporal, basado en la escucha y el sentir"13• Meditar al mismo tiempo que se relaja el cuerpo "hace disminuir la tensión"14 -añade la revista Psychologies, dirigiéndose a los hipertensos-. Tan­ tos enfoques presentados en total ruptura con el pasado. El cuerpo sería nuestro descubrimiento: "el cuerpo es una invención de nues­ tra generación"'5, concluye Daniel Pennac. 7 Top santé, marzo de 2003. 8 P. A. Levine (1997). Despertar al tigre, curar el trauma. Barcelona: Urano, 1999, p. 33. 9 !bid., pp. 141-142. 10 M.-J. Houareau. "Les techniques du corps", L'Encyclopédie pour mieux vivre. París: Retz, 1978, p. 405. 11 T. Bertherat (con la colab. De C. Bernstein). Le corps a ses raisons: auto-guérison et anti-gym­ nastique. París: Seuil, 1976, p. 71. 12 G. Doucet y M.-F. Pédioleau. L'Anti-fatigue. París: P. Lebaud, 1991, pp. 107 ss. 13 Ver http://www.cevem.fr/. Ver también N. Mido!. Écologie des transes. París: Téraedre, 2010. 14 C. Baudry. "Méditer fait baisser la tension", Psychologies Magazine, n• 338, marzo de 2014. 15 D. Pennac. Journal d'un corps., p. 12. Introducción 3 Sin ninguna duda, ha existido una larga tradición que permaneció ignorante de tales indicadores, las referencias de la lengua clásica, las del siglo xvn, lo confirman. Las sensaciones internas, malestares o desór­ denes íntimos no son ni indicados, ni expresados; demasiado confusos probablemente, demasiado ridículos también. Solo los "sentidos exter­ nos" han reinado mucho tiempo sobre los índices sensibles: el oído, el gusto, la vista, el olfato, el tacto, que comunican con las cosas más que con el cuerpo16• Su objetivo: explorar el mundo, acecharlo también. Su situación: satélites de la envoltura física de la que son "informadores". Una imagen siempre recuperada los instala corno centinelas que prote­ gen y advierten al cuerpo. Los sentidos están desde entonces hechos para recibir las impresiones de los objetos exteriores, puede decir Antoine Furetiere en su Diccionario Universal de 169017• Poco juego se le da en este caso a los mensajes de lo orgánico y poco sitio reconocido para una representación interior del cuerpo, sobre todo porque, en estricta correspondencia la interioridad es tradicionalmente concebida con independencia de lo orgánico. El "pienso luego existo" persiste por fuera de los sentidos; el sentimiento de la existencia y de la identidad individual podría prescindir de todo mensaje físico. Tal es la visión tra­ dicional de la conciencia corno de la sensibilidad. La invención, para no decir la "obligación" de escuchar el cuerpo, no apareció en nuestra época, y afirmar su entera novedad sería una arbitrariedad; las certezas que la fundan no emergieron bruscamente, tienen un pasado. Es necesario dedicarse a esa anterioridad, única condición para comprender mejor la visión actual del sentimiento de sí, esa "conciencia más o menos clara"18 de sí mismo, única condi­ ción también para comprender algunas características que marcan al individuo contemporáneo. Este es uno de los objetivos de este libro. La Ilustración, en el siglo xvm, su relativo alejamiento de lo divino, su inagotable interés por lo sensible y su promesa de una posible libera­ ción personal, parecen constituir un remezón inicial. El hombre que solo depende de sí mismo, el futuro ciudadano, circunscrito más que nunca 16 Ver en particular D. M. Levin. Modernity and the hegemony of vision. Berkeley: University of California Press, 1993. Ver, para una perspectiva antropológica de una tal cuestión, D. Le Breton. El Sabor del mundo. Una antropología de los sentidos. Buenos Aires: Nueva Visión, 2007. 17 A. Furetiere. Art. "Sens". Dictionnaire universel, contenant généralement tous les mots fran{ois tant vieux que modernes et les termes de toutes les sciences et des arts .. La Haya, 1690. . 18 Ver P. Roben. Art. "Sentiment". Dictionnaire alphabétique et analogique de la langue fran{aise. s vol. París, 1964. 4 El sentimiento de sí. Historia de la percepción del cuerpo a su espacio individual y físico, experimenta de otro modo su cuerpo. Diderot ha dado una clara demostración de ello en El Sueño de d'Alembert en 1769, le da una gran importancia a lo "imaginario" de la interiori­ dad y muestra cómo la pérdida de indicadores corporales actúa direc­ tamente sobre la pérdida de señales de "sí mismo"; abre un nuevo campo de conciencia y concreta el paso de un "pienso luego existo" a un "siento luego soy". Da a este último una consistencia, un "volumen" y un espacio particular. Son determinantes sus ejemplos de individuos que experimentan una insoportable angustia mientras "sueñan" que su cuerpo se ha transformado bruscamente, indefinidamente agran­ dado o peligrosamente reducido. Estos sugieren, por primera vez, que la manera cómo experimenta el cuerpo tiene efectos sobre la manera de sentirse a sí mismo. Todas estas indicaciones habían estado ausen­ tes hasta entonces y lo revelan mejor que nada los casos patológicos evocados: los vagabundeos de enfermos que sienten su cuerpo dife ­ rente, por ejemplo, el del hombre que consideraba ser de mantequilla y que no podía acercarse al fuego, o el del hombre que se sentía de vidrio y que no podía soportar un choque. Todos se vuelven súbita­ mente evocadores y significativos, mientras que antes eran objeto de simple curiosidad o, más aún, de irrisión. El hecho de vivir un cuerpo que se ha vuelto "otro" arrastra consecuencias nuevas; las de sentirse que uno mismo se ha vuelto "otro". La pregunta sobre las impresiones físicas y los sentimientos que ellas engendran puede entonces cambiar de estatus y emerge un universo hasta entonces descuidado. Malesta­ res que durante mucho tiempo fueron secundarios ganan importancia; trastornos oscuros, calambres o espasmos, debilidades o palpitaciones, impresiones anodinas pronto son preocupantes. También los descu­ brimientos del ser, ligados a las maneras de sentir el mundo o de per­ catarse de sí mismos. Se inventan igualmente expresiones alejadas de la sola noción de "alma" para valorizar el "sentimiento de existencia", el "sentimiento de sí", el "sentimiento de identidad" que establece la fuente de algún reconocimiento íntimo en el cruce de lo físico y de lo moral y ya no en la simple conciencia "ideal" de sí. Mejor aún, tales percepciones "físicas" no tienen solo un pasado, tienen una historia; sufren transformaciones, suponen "conquistas", "descubrimientos", profundizaciones. Cuando Cabanis, a comienzos del siglo x1x, pretende aclarar los funcionamientos de la personalidad al explorar las "sensaciones viscerales" y al dar un estatus definitivo a los sentidos internos; cuando considera importantes -porque son Introducción s reveladoras-las impresiones que vienen del diafragma, del estómago o del abdomen, prolonga el proyecto de la Ilustración al enriquecer sus objetos y sus ambiciones. Más aún cuando a comienzos del siglo xx, Freud o Proust dan a unas u otras sensaciones una significación de entrada psicológica, transforman de nuevo el proyecto, al mismo tiempo que introducen más directamente nuestra modernidad, allí se hace complejo el zócalo corporal, no se mantiene como simple sensación; se desplaza, se hace imagen, representación, una parte integrante de un sí mismo que no puede pensarse sin cuerpo, pero para el cual ese cuerpo se da en vertiente reflexiva como fuente de manifestaciones y efusiones, lugar de ideas y afectos. Puede revelar una historia íntima, un conflicto pasado, una emoción de carne, sim­ plemente se convirtió en "psicología". Tales cambios son el objeto de este libro, en tanto crecen con nuestra modernidad. Por el contrario, nada en esta pesquisa histórica busca alguna profun­ didad inalcanzable de la conciencia, ni se detiene en alguna indiscernible relación entre el alma y el cuerpo, ni proyecta alguna definición abstracta o teórica de la subjetividad. El proyecto no es ni de una metafísica, ni de alguna psicología "abismal", ni siquiera una tentativa de captar al "sujeto", sus ilusiones posibles, sus enmascaramientos o sus afectos reprimidos. La apuesta es más modesta, más empírica también, por no decir más concreta: medir la consideración de las percepciones "internas", seguir históricamente su profundización y su diversificación y mostrar cómo estas pueden alcanzar un "sí mismo" cuya primera característica es "ser un objeto para él mismo"19• Por eso su posible impacto sobre la manera como este se representa y se percibe. Tal investigación muestra entonces hasta qué punto el hecho de "sentirse" y "experimentarse", lejos de la simple conciencia pura, se ha enriquecido y profundizado progresivamente, se ha hecho más compleja. Muestra también hasta qué punto es debido a la negligencia de ese enfoque deliberadamente factual, rigurosamente empírico y específicamente circunscrito a lo sensible, que esas percepciones internas han podido escapar parcialmente a los historiadores de la cultura, mientras que sus efectos tienen una profundidad tan sorprendente como insospechada. 19 G. H. Mead. Espíritu, persona y sociedad. Buenos Aires: Paidós, 1968.

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