En una noche lluviosa, Jade Sperry vive la peor pesadilla que una mujer puede soportar: Neal Patchett, hijo del propietario de la fábrica de la que viven casi todos los habitantes del pueblo; Hutch Jolly, hijo del sherif; y Lamar Griffith; tres adolescentes famosos en todo el pueblo por sus correrías y juergas continuas, llevan a Jade a un camino apartado donde todos, uno tras otro, la violan y abandonan. Denuncia el ultraje del que ha sido objeto, pero cuando dice los nombres de los que la han violado, empiezan los problemas: las pruebas médicas desaparecen, los muchachos tergiversan sus palabras e, incluso, su mejor amiga testifica en su contra.
Perdidos ya sus ideales de juventud, y en el núcleo del escándalo y la tragedia, Jade huye de su ciudad natal, que le resulta irrespirable. Sin embargo, nunca olvidará aquel lugar en el que hombres, mujeres y niños dependen de una sola familia adinerada en cuyo seno vive cómoda e impunemente el principal culpable de su tragedia. Algún día, no obstante, podrá llevar a cabo su venganza y empezar, tal vez, una nueva vida.