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El Rambam - Rabi Moshe Ben Maimon PDF

332 Pages·2016·5.802 MB·Spanish
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EL RAMBAM RABI MOSHE BEN MAIMON LA HISTORIA DE SU VIDA Yacob Even-Hen Traducido por Shoshana Praj nxinn insnaíce (f //V $VT\ Jerusalem, 5755 . 1995 EL RAMBAM RABI MOSHE BEN MAIMON Yacob Even-Hen Traducido por Shoshana Praj r im ó t e í i v i 3 ?n t e © ,num w jí TWtti jn^ nsb xxv .nwwfy npbrran ,min nnwni twinx cp* fyvk^v tnscicuce XotCCT^ ReseAKch yvxt che pufelicAnon / / jtfDfi ICO oT o^AnuscRípcs yvw placed works H M _____________ I p.o.b. 6ota oeRu^lem, is^el DWJ T ^ y-,^ imt»V Wns'* ,bW ,6o1k) *vt u?l um.ua id.u umuu ucur uuc u tjpc u C4C«¿ u, aca u ai unu auu cu auuu caau u*u ,vqU acw, .xa cuutau QGU IU i,X» ÉjHVL índice Capítulo 1: Infancia en Córdoba 1 Capítulo 2: En medio de los judíos secretos de Marruecos 16 Capítulo 3: Aliyá a la Tierra de Israel 31 Capítulo 4: Una nueva luz en Egipto 44 Capítulo 5: Médico en el palacio real 58 Capítulo 6: Líder espiritual 72 Capítulo 7: El libro legislativo 84 Capítulo 8: El Rabino y el estudiante 111 Capítulo 9: La batalla de los acusadores 120 Capítulo 10: Sabio y médico 131 Capítulo 11: En el palacio 142 Capítulo 12: Libros médicos 155 Capítulo 13: Intrigas en el palacio real 164 Capítulo 14: Interrogador y demandado 173 Capítulo 15: Guía para los perplejos 184 Capítulo 16: Cartas al estudiante 195 Capítulo 17: Las razones de los preceptos 205 Capítulo 18: El estudio sobre el rezo 218 Capítulo 19: Estudios del Moré 231 Capítulo 20: Secretos de la Torá 244 Capítulo 21: Autor y tr ductor 258 Capítulo 22: La epístola sobre ética 271 Capítulo 23: Correcciones a sus escritos 284 Capítulo 24: La carta a los sabios de Lunel 297 Capítulo 25: Su tumba en Tiberíades 311 Capítulo 26: La quema de los libros del Rambam 320 El Rambam Capitulo Uno Infancia En Cordoba Sabios, eruditos, altos oficiales del gobierno y filósofos andaban por las calles de Córdoba y fijaron la vista a los hermosos edificios de la ciudad. Lentamente caminaban, conversando sobre Torá y filosofía. La capital de Andalucía, al sur de España estaba envuelta en su acostumbrado sueño de medio día de colores y escenarios. Familias de distinguido linaje habitaban el barrio judío. La tradición fué mantenida ampliamente entre los judíos de Córdoba, cuyos antepasados habían llegado a España después de la destrucción del primer Templo, cuando el rey Aspian - por cuyo nombre se llamó a España - se unió a Nebucodonozor en la conquista de Jerusalem. Los vencedores dividieron entre ellos los barrios de la ciudad. El rey Aspian recibió el barrio de Jerusalem en la cual vivía la nobleza judía y los descendientes del rey David. Tomó cautivos a los judíos y los llevó en barcos al exilio en España, arribando a la ciudad de Córdoba. Los descendientes de ellos fueron los líderes de las familias judías de la ciudad. Rastros de realeza eran visibles en ellos. Su apariencia hablaba del honor, sus vestimentas eran escogidas con cuidado. Se ocuparon en los negocios y tuvieron lazos comerciales con países del otro lado del mar. Algunos tuvieron contacto con la corte real y otros sirvieron a los príncipes de la nación como ministros. Los eruditos de la ciudad eran famosos en todas partes. Córdoba fué el centro judío español. Las voces de estudio de Torá se podían oír através de las paredes de la Yeshivá dentro del barrio judío. Los jóvenes judíos investigaban profundamente en las páginas de la Guemará y en los comentarios. La Yeshivá que había sido fundada en el siglo décimo, dió a luz estudiantes que se convirtieron en líderes de sus comunidades. Rabí Yehudá Haleví fué uno de los estudiantes de ésta Yeshivá. El rabino de Córdoba, Rabí Maimón también venía de una distinguida familia, la cual ubicaba sus orígenes en la casa del rey David. Los hijos de ésta familia habían servido como rabinos y jueces (dayanim) en Córdoba, por ocho generaciones. Rabí Maimón era conocido como sabio de Torá y como maestro de ciencias. Escribió libros sobre la Torá y astronomía; en su personalidad se combinaba la Torá y la sabiduría secular, la nobleza, el amor y la devoción a su pueblo y a la Torá. Era la época antes de Pesaj y mucha gente fué a su casa a hacerle preguntas relativas a la festividad. Estaba ocupado con los preparativos de la fiesta para él mismo y para su comunidad. Su esposa estaba a punto de dar a luz, así que tuvo que ayudar en la casa con los preparativos para la fiesta. Un día antes de Pesaj, siendo un Shabat, en el año 4895 (1135 EC), a la 1:15 p.m. se le dijo que había sido padre de un hijo. El niño fué llamado Moshé en la circunsición. Córdoba estaba especialmente bella ese día. La ciudad estaba rodeada con hermosos escenarios de montañas de la Sierra Morena; los barcos estaban anclados a las orillas del río que corre por la ciudad; los palacios y las casas de los ricos convertían a la ciudad en la capital del reino; verdes plantaciones y parques habían por toda la ciudad. Cuando se supo que el rabino de la ciudad era padre de un hijo, los judíos le enviaron regalos a su casa. Las mujeres le enviaron al rabino alimentos que prepararon para Pesaj, para ayudar a la familia a prepararse para la fiesta, ahora con la ausencia de la dueña de la casa: la esposa de Rabí Maimón murió durante el parto. Un acorde de tristeza corrió por la casa de la familia Maimón. Necesitó ayuda en el manejo doméstico de la casa y en el cuidado del recién nacido. Muchos acudieron al funeral de su esposa; elogios fueron dichos y su muerte fué muy lamentada. ... Rabí Maimón había dedicado su vida entera al estudio de la Torá. Entraba al Beit Midrash (salón de estudio) y se absorbía en el Talmud. Pasó año tras año y no se casó; sus años aumentaron y temió no encontrar una mujer que aceptara casarse con él, pues estaba completamente absorto por sus estudios y no había pensado en cómo ganarse la vida. Su alma estaba sedienta de Torá, la cual consideraba como la mejor mercancía. Temía las distracciones que causaría una familia, y así se mantuvo posponiendo el matrimonio para que sus estudios no fueran interrumpidos. Una noche, al terminar sus estudios del día, se quedó dormido y tuvo un sueño. Un hombre con una barba se acercaba y le ordenaba: - “La mujer destinada para usted habita en el pueblo cercano; es la hija del carnicero tal y tal. Vé a éste pueblo y cásate con la hija de éste carnicero.” A la mañana siguiente se despertó y recordó su raro sueño, pero no le prestó atención diciéndose que un sueño era algo pasajero y sin trascendencia. Regresó al Beit Midrash y se sumergió en sus estudios. Esa noche, cuando se durmió, otra vez el hombre con barba se le apareció y repitió las palabras: - “Vé al pueblo cercano y toma por esposa a la hija del carnicero, aunque ella provenga de una familia humilde.” Este sueño tampoco influyó sobre él y pensó que los sueños son mentiras. Pero éste sueño regresó noche tras noche, hasta que decidió ir a ese pueblo y comprobar por sí mismo si había un carnicero con ese nombre y que tuviera una hija merecedora de casarse con él. Cuando llegó al pueblo encontró al carnicero y a su hija con el nombre que el anciano le había dicho en su sueño. Entró a la casa de éste, y parado frente al carnicero y su esposa les dijo: - “He venido para pedir la mano de su hija; soñé que ella era la destinada para mí.” - “Nosotros no le conocemos; somos gente sencilla y no nos casamos con eruditos en Torá. Ellos no vienen hacia nosotros ni nosotros hacia ellos.” - “Yo tampoco hubiera venido si no hubiera sido por el sueño que tuve.” Una pintoresca calle en el antiguo barrio judío de Córdoba. Se sentó con ellos y les contó sobre él mismo y sobre su familia, una familia de rabinos de Córdoba. Ellos le dijeron: - “Le damos nuestra hija por esposa; pero no podemos ayudarle porque somos gente pobre.” - “Continuaré estudiando Torá y confiaré en que el D-s de Israel me sostendrá.” Una modesta ceremonia de matrimonio se efectuó y la pareja se fué a Córdoba, donde Rabí Maimón regresó al Beit Midrash - hasta que la gente de la ciudad le nombró dayán de la ciudad. La esposa adoraba a su marido; le preparaba sus comidas y se las llevaba al Beit Midrash para que no perdiera tiempo de sus estudios. Era obediente y había aprendido a cocinar bien en su hogar paterno. Cuando quedó embarazada, Rabí Maimón rezó para que le naciera un hijo; un hijo que se convirtiera en gran erudito en Torá. La circuncisión se efectuó con la participación de la nobleza de la ciudad y los rabinos. Una nube de tristeza se mantuvo en la ceremonia, debido a la muerte de la madre que no vivió para ver a su hijo. La gente lloró sinceramente durante la ceremonia. Todos los miembros de la familia le ayudaron en la crianza del niño, para que no perdiera tiempo de sus estudios. Sin embargo andaba de un lado a otro cuando el niño lloraba. Entendió que el chico necesita una madre; en ausencia de ésta, otras mujeres habían alimentado y cuidado al recién nacido envolviéndolo con su cariño y amor. Y así creció el niño, próximo a su padre. Rabí Maimón fué discípulo de Rabí Iosef Halevi Ibn Migash, quien fué discípulo de Rabí Isaac Alfasi (el Rif). Rabí Maimón esperanzaba que su hijo también viajaría a estudiar al mismo Beit Midrash que él había estudiado, pero los hechos no resultaron como deseó. El niño creció y cuando tuvo la edad adecuada, su padre lo metió al Talmud Torá (escuela primaria), y le pidió al profesor que le prestara atención pues era huérfano. Rápidamente se aclaró que el niño tenía capacidades pero no deseos de estudiar. Mientras el tiempo pasaba, el niño circulaba por los campos cazando animales y aves, en lugar de estar en las sesiones de Talmud Torá. El padre estaba entristecido. Su mundo se derrumbó a su

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