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El Pueblo de Dios en el Antiguo Testamento PDF

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ESTUDIOS Antonio Moreno e., Pbro. Prof. de la Facultad de Teología U.C. El Pueblo de Dios en el Antiguo Testamento CUANDOLA CONSTITUCIÓLNUMENGENTIUMtoca el tema del "Pueblo de Dios" (c.II), se refiere, evidentemente, al nuevo Pueblo de Dios, convo- cado por El de entre los judíos y los gentiles en virtud de un nuevo pacto establecido por Cristo en su sangre. Es el pueblo mesiánico que tiene a Cristo por cabeza; comunidad sacerdotal (n.11) y profética (n.12) que se distingue por su universalidad (n. 13). Es el pueblo condensado en la unidad no según la carne sino en el Espíritu y que cumple la definición de "linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo de adquisición" (l Petr. 2,9-10). Es claro que el nombre "Pueblo de Dios" y cada uno de los términos que se emplean en relación con él tienen su origen en el A.T.; de donde la necesidad del adjetivo "nuevo" que, por lo demás, también tiene su antecedente en los profetas(l). Lumen Gentium comienza, en efecto, recordando que la constitución de este nuevo Pueblo de Dios es la culmi- nación de un plan divino en virtud del cual Dios constituyó y eligió al pueblo de Israel, estableció un pacto con él, lo instruyó gradualmente, lo santificó para si (c.II). Este pueblo -recuerda- ya en el A.T. recibe "alguna vez" el nombre de Iglesia de Dios (2 Esd 13,1; Núm. 20,4; Dt 32,lss), de donde, para el nuevo pueblo d,eIsrael, el de Iglesia de Cristo (Cfr. Mt 16,18), en cuanto adquirida por su sangre, llena de su Espíritu, convocada y congregada por Dios en Jesucristo, autor de la salvación y principio de la unidad y de la paz. La finalidad últíma de este plan es el conocimiento verdadero y el servicio santo de Dios por hombres santifi- cados y salvados. Pero todo el plan divino demuestra que esa santificación y salvación no se alcanzarán en el aislamiento indivídual sino en una comunidad de vida producida por el Espíritu, tanto con la Cabeza, Cristo, como entre los míembros venidos de todas partes, unidos por la ley del (1) La idea de una nueva forma de relación de Dios con su pueblo aparece en diversas formas en el A.T. Dios amenaza destruir al pueblo adorador del becerro en el de- sierto y hacer de Moisés otro gran pueblo (Ex 32,10; cfr. Núm 14,12); Oseas anun- cia para Israel un nuevo desposorio con YHWH, que será eterno (Os 2,21); Jeremías (31,31ss) anuncia explícitamente una nueva "alianza"; Ezequiel ve para el futuro la reunión de los israelitas dispersos entre las naciones, dotados de un corazón y un espíritu nuevos (36,24-26); 11 Isaías, finalmente, invita a olvidarse de lo antiguo y confiar en las cosas nuevas que hará YHWH (42,9; 43,18; 48,6); entre ellas, un nuevo éxodo (cfr. 40,3; 41,17; 43,16, etc.). 6 ANTONIO MORENO e..PBRO. amor y por la común dignidad y libertad de los hijos de Dios. Es precisa- mente este plan divino de salvación en la unidad lo que explica la elec- ción de Israel como Pueblo de Dios. En esa situación comunitaria es don- de se va dando de hecho el conocimiento gradual de Dios y de sus divinos designios. Ese conocimiento es ya el "v,erdadero", por lo cual todo lo que sucedió en ese antiguo Pueblo de Dios debe ser considerado, de acuerdo con las leyes de la tipología, preparación y símbolo de la plena revelación en Cristo(2). Es lo que dice también la ConstoDei Verbum al hablar del A.T.: mirando a la salvación de todos los hombres, Dios eligió un pueblo al que confió sus promesas, con el que estableció una alianza, al que se reveló por palabras y obras de manera que "experimentó cuáles eran los caminos de Dios con los hombres... , los entendió cada día más profunda y claramente y los difundió más y más entre las naciones" (n. 14). Lo dicho basta para introducir esta exposición sobre el "Pueblo de Dios en el A.T.".Es claro que se trata de la eclesiología. El recurso al A.T. queda justificado como momento absolutamente necesario para la com- prensión de una amplia gama de términos consagrados, como pueblo, nación, Iglesia, reino, Israel, elección, promesa, alianza, ley, sacerdocio. santidad, etc., íntimamente ligados a la noción de Pueblo de Díos. Pero no se trata sólo de termínología, sino sobre todo de entender el sentido de esa experíencia histórica de Israel en la que Dios quiso empezar a revelarse (L.G., n. 9). A un estudio del N.T. correspondería precisar qué es, en el pensamiento de Jesucristo y de los escritos neotestamentarios, esa comunidad, nuevo Pueblo de Dios, nuevo y verdadero Israel, Iglesia, y cómo lleva a cabo en concreto su misión de ser sacramento visible de la unidad salutífera de todos los hombres. Eero esa reflexión tiene sus orígenes ya en el Antiguo Israel. Si es claro que Dios "habla y actúa" en una comunidad y que en leIla,"a través de su historia", se va revelando, no es tan claro qué y cuál es esa comunidad. Si "Israel" es el nombre consagrado por la tradición para la comunidad de salvación, la pregunta acerca del "verus Israel" se va haciendo más apremiante a medida que se acerca la plenitud de los tiempos. La misma forma cómo Dios se une a esa comunidad y cómo se unen sus miembros entre sí es concebida de maneras diferentes a lo largo de la historia y, si es cierto que Dios se revela en la historia de ese "pueblo", la pregunta acerca de los órganos de esa revelación dentro del Pueblo de Dios recibe respuestas difer,entes o al menos con acentuaciones díferentes según las diversas situaciones en las que se encuentra. Trataremos de mostrar en este trabajo cómo se plantea el tema del Pueblo de Dios como lugar de salvación y de revelación en el A.T. LAS PRIMERAS FORMAS DEL PUEBLO DE DIOS La expr,esión "Pueblo de Dios" remite al 'am YHWH de la fórmula de la Alianza: "Yo, vuestro Dios; vosotros, mi pueblo", que en Dt 26,17-19 toma la forma de una verdadera relación juridica que compromete a (2) "La economía del A.T. estaba principalmente ordenada a preparar el advenimiento de Cristo... y del reino mesiánico, anunciarlo proféticamente... y significarlo por figuras varias". (Dei Verbum, n. 15). EL PUEBLO DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO 7 ambas partes(3). Pero ,esa expresión "Pueblo de YHWH" tiene una pre- historia. El concepto de 'am (que suele traducirse por "pueblo") nos remi- te a la primera comunidad humana en la que Dios se hace presente en su historia de salvación. La comunidad "patriarcal" es una familia (bet 'ab, "la casa del padre") que puede alcanzar las dimensiones de un clan (mishpiijiih) (4). Las tradiciones más antiguas recuerdan a los grupos patriarcales como depositarios de una promesa sOlemne(5) de su Dios que les asegura el territorio en el que se les apareció como lugar de vida y pastoreo, descendencia numerosa y rebaños abundantes. Esas tradicio- nes, que no responden a una fórmula absolutamente idéntica, son histó- ricas y responden a la ubicación de los clanes de Abraham, Isaac, Jacob e Israel(6) respectivamente en las zonas de Hebrón, del Négueb, de Betel y Siquem(7). La promesa se traduce en una bendición (berakah) que actúa en el patriarca y su grupo como una fuerza vital que fructifica en longevidad, descendencia, seguridad, riqueza, etc. Estos clanes patriar- cales poseen la misma estructura social y religiosa que los otros de ese mismo medio y época, con los que Israel se siente por lo demás emparen- tado, como lo demuestran sus narraciones tradicionales y especialmente sus diversas genealogias(8); pero ,en las familias patriarcales la bendi- ción divina cobra un carácter y una amplitud tales que atrae el interés de otros grupos por establecer relaciones que les permitan tener parte en ella. Asi Abimélek frente a la bendición de Isaac (Gén 26,28s) y Labán frente a la de Jacob (Gén 31,44s). Incluso Esaú recib.e de la abundancia de Jacob que, favorecido por Dios, "lo tiene todo" (Gén 33,11). La prome- sa hecha a los patriarcas no es exclusiva ni en perjuicio de los demás, sino que, por el contrario, tiende a comunicarse mediante el establecimiento de lazos con otros grupos. As! lo ha entendido la tradición israelita, que presenta la bendición patriarcal como fuente de bendición para otros. (3) También en Jos 24, de redacción deuteronom'ista, la asamblea de Siquem se desa- rrolla en el marco de una alianza donde se hacen valer los derechos adquiridos por Dios sobre su "pueblo" en razón de sus actos salvadores, lo que no impide que se solicite su libre decisión de "servir" a YHWH como su Dios (v. 18). (4) Sobre estos conceptos, ver R. DE VAUX, Instituciones del Antiguo Testamento. Bar- celona, 1964, pp. 29ss. 49ss. (5) Dicha solemnidad cobra una forma particularmente impresionante en el relato de Gén 15. Sobre este rito como promesa solemne, ver N. LOHFINK, Die Landverheis- sung als Eid, Stuttgart, 1967, esp. pp. 101-113. (6) Sobre la necesidad de distinguir a Israel como un patriarca diferente de Jacob con tradiciones ubicadas en lugares distintos, cfr. R. DE VAUX, Historia Antigua de Israel, I. Madrid, 1975, p. 180s y 11,p. 168s. (7) Ver la formulación de las promesas en Gén 13,14-18 (Abraham en la zona de He- brón); 26,1-6 (Isaac en Guerar, en el Négueb); 28,11-19 (Jacob en Betel); 32-13 (Jacob, cuyo nombre será cambiado en Israel en el v. 29, aparece recordando la ben- dición del c.28, pero ambas fórmulas no coinciden. Debemos tener aquí parte de la bendición de Israel). Cfr. J. SCHARBERTS,kripten des Lehrstuhls für Theologie des A.T., Heft 6. München, 1983 (als Manuskript), p. 200s. (8) Lot (Gén 12,5; 13,5-13); Ismael (Gén 16,158; 21,2Os; 25,12-18); Esaú (Gén 25,19- 28; 33,16; 36); Najor (Gén 11,27; 22,20-24); Labán (Gén 27,43; 28, 2ss). Nót~e que en el pacto de Jacob con Labán se mencionan los dioses de Abraham, de Isaac y de Najor, lo que revela, para el grupo de Labán, una religión del mismo tipo que la de los patriarcas (Gén 31,35). 8 A:'\rTO:'\rIO MOREr-:O e.• PBRO. Los oráculos de Balaam anuncian bendición para los que bendigan a las tribus de Israel y maldición para quienes las maldigan (Núm 24,9), lo mismo que la bendición de Jacob (Gén 27,29); Y la fórmula de las bendi- ciones patriarcales particulares se convierte en una fórmula de bendición nniversal que en J domina y orienta toda la historia de la salvación: "por ti se bendecirán todos los mishpiijót de la tierra" (Gén 12.3; cfr. 26,4; 28,14). En consecuencia, otros pueblos podrán recibir también una ben- dición o una promesa del mismo YHWH (Esaú, Gén 27,39s; Ismael, Gén 16,10-12; 21,13.18)(9), pero la bendición para todas las mishpajót ha'- adamah, que es la razón de su intervención en la historia, va exclusiva- mente a través de las familias patriarcales y de Israel, que es su deposi- tario. Israel es una mishpajah entre las mishpQjót de la tierra, lo que significa que es un grupo familiar donde los miembros están unidos por lazos vitales que los separan de otros grupos; sin embargo esa misma noción de familia sirve para concebir y expresar cualquier nivel de co- munión, de manera que la humanidad entera puede concebirse como una gran familia, unida genealógicamente en Adán y Eva, constituida por t.odoslos "clanes" o mishpajót de la tierra. Pero la bendición es dada por Dios a un grupo en la forma de una fuerza vital y a través del padre. No hay que olvidar que el Dios de la promesa y la bendición es, en primer lugar, el Dios de personas: "de Abraham", "de Isaac", "de Jacob", "de Israel", entendidos, por supuesto, como cabezas de grupos que van a participar connaturalmente de su bendición (lO). Ese grupo se considera unido por vinculas igualmente vitales (genealógicos) con todos los pue- blos de la tierra, en lo que podemos ver la base natural para una trans- misión universal de la bendición (que los relatos patriarcales muestran cómo se da en algunos casos); pero ella no se produce automáticamente, sino que depende de la actitud de cada grupo, clan, pueblo, etc., frente al grupo portador de la bendición. Se puede decir que desde el comienzo se advierte en la Historia de la Salvación una orientación universalista, claramente expresada por lo demás por J(ll); pero junto a ella hay una clara afirmación de las dis- tinciones: la bendición se ofrece y se da a través de un grupo que tiene su propia especificidad y su propia historia(l2). Frente a los demás pue- J (9) La bendición de Ismael incluso coincide con la que da como paradigma de la bendición patriarcal, en cuanto a hacer del patriarca una "gran nación" (góy g71dól) (Gén 12,2; 21,13, al menos según las versiones. Cfr. BH7). (10) De donde el título de "Dios del padre" con que se le d~igna a partir de los estu- dios de A. Alt. Sobre esta hipótesis y la discusión siguiente, cfr. R. DE VAUX,His- toria, 1, pp. 268-273, con la bibliografía fundamental. Ver también, G. VONRAD, Teología del A.T., L Salamanca, 1972, p. 30ss; W. ZIMMERLI,Manual de Teología del A.T. Madrid, 1980, p. 261. Que la hipótesis es cada vez más discutida, advierte W.H. SCHMIDT,Einführung in das A.T. Berlin, 1979, p. 11. 111) Gén 12,1-3. (12) Esto me parece digno de ser subrayado frente a algunos autores de "teología de la liberación" que niegan toda distinción entre historia profana e historia de sal- vación. Cfr. G. GUTIÉRREz,Teología de la liberación. Perspectivas. Salamanca, 1972, p. 199. Al respecto, ver las reservas de la Comisión Teológica Internacional, Teología de la liberaci6n. BAC, Madrid, 1978, pp. 188, 200-205, Y el estudio de K. LEHMANN,"Problemas metodológicos y hermenéuticos de la 'teología de la li- beración' ", id., pp. 12-15. EL PUEBLO DE DIOS EN EL A1\TIGUO TESTAME1\TO bIas, Israel se distingue, desde el comienzo, como un pueblo llamado por Dios para una tarea especial: ser un signo en el mundo por el que los demás pueblos puedan conocer qué significa ser bendecido por YHWH, se sientan atraidos por esa bendición y lleguen a participar de ella. Esta participación presupone un reconocimiento de que es el Dios de los pa- triarcas (luego YHWH) el único que puede bendecir, y una disposición a unirse solidariamente con ellos y con sus descendientes en la búsqueda del shalóm(l3). Si nos preguntamos ahora qué es lo que constituye la especificidad de esa "mishpMiih conocida por Dios" (cfr. Amós 3,2) debemos decir que es, en cuanto causa eficiente, la libre y gratuita elección de Dios (aunque en las tradiciones patriarcales no aparece aún la terminologia de la "elec- ción") que quiere establecer lazos especiales con ese grupo, cle donde la posibilidad d~ expresar la relación de Dios con Abraham en términos de un berzt que establece un compromiso solemne de parte de Dios(l4). Por parte del grupo elegido, es la fidelidad a la bendición ofrecida y recibida. Aunque el berzt de Abraham no incluye aún estipulaciones precisas que comprometan la vida de su familia, ésta queda comprometida de hecho en una actitud de espera y compromiso con la bendición que El puede dar, lo que incluye algún tipo de culto familiar que expresa la devoción hacia el "Dios del padre" y la confianza en su promesa (15). Los relatos patriarcales expresan indudablemente este rasgo de la existencia patriar- cal. Frente a Lot, que escoge apresuradamente y según su propio crite- !'io lo que le parece más provechoso para la vida de su clan, Abraham espera confiadamente lo que Dios le va a mostrar(l6); Esaú procede sin ningún aprecio por la bendición patriarcal, mientras Jacob la busca por todos los medios(l7). Precisamente, en esa tenacidad, podria decirse "suicida", por conseguir la bendición de su Dios, verá la fe israelita la razón de ser de "Israel" y lo expresará en un relato impresionante(18). En esta primera comunidad de salvación ya nos encontramos con lo que la Biblia llama un 'amo Parece ser que la palabra significa en pri- mer lugar "pariente" y más exactamente "tío paterno", de donde se ex- (13) Es el sentido profundo de la elección. Ver una adecuada presentación del tema en J. SCHARBERTo,p.c., pp. 152-156. Ejemplo de ese reconocimiento y de esa dis- posición: Gén 26,28-30. Los patriarcas aparecen como jefes de grupos que buscan establecer relaciones pacíficas con los habitantes de Canaán: Gén 13, Abraham con Lot; 23, con los habitantes de Hebrón; 26,26-33, Isaac con los filisteos de Guerar; 31,43-54, Jacob con Labán; 33,1-17, con Esaú y con los habitantes de Siquem (33,18-20). El episodio de Gén 34 constituye, para Jacob, una lamentable excep- ción (v.30). \14) Gén 15. Aunque la atribución de este relato a alguna de las fuentes del Pentateuco es discutida, hay acuerdo en considerar el rito del berU con Abraham como una promesa solemne de Dios confirmada con un juramento ritual, según un rito que establecia una amenaza en caso de infracción (¡Aquí Diosestablece laamenaza contra sí mismo!). Cfr. Jer 34,18. (15) Acerca de lo que es posible saber o suponer sobre las prácticas religiosas patriar- cales, ver R. DE VAUX,Historia, 1, pp. 281-285. (16) Gén 13,11.14ss. (17) Gén 25,32s; 27. \18) Gén 32,23-30 (J). En P el cambio de nombre también va unido a la bendición (35,9s) . 10 ANTONIO MORENO e. PBRO. o tiende al sentido general de "parentela"(19). El 'am es, por tanto, un grupo en el que sus miembros están unidos por lazos de parentesco que condicionan su vida. En el 'am se encuentra la fuente y la condición de la vida de cada individuo, y esa fuente es en concreto el padre. Ser sepa- rado del 'am (pena que se impone a quienes violan las leyes fundamen- tales del grupo) equivale a ser condenado a muerte(20). Como se ve, las nociones de bet 'ab o "familia", mishpiijiih o "clan", 'am o pueblo", se fundan en la idea de parentesco, en cuanto constituyen, en diversos ni- veles, una totalidad que participa (real o supuestamente) de una "fuente de vida común" (el patriarca), de un "alma común", y de una "historia común", que es la manifestación concreta de esa vida. Si la fuente inme- diata de esa vida del grupo es, como hemos dicho, el patriarca, lo es en cuanto a través de él penetra en su existencia el elemento divino, puesto que Dios mismo se incorpora a esa comunidad de vida. En efecto, nombres teofóricos como Abi-ram, Am-ram, Aji-mélek significan que quienes los llevaban concebían al Dios familiar como "padre", "tío" o "hermano", es decir, como un "pariente"(21). Hay que notar que, desde el comienzo, el concepto de 'am se presta a una amplitud mayor que la de los estrictos lazos de consanguinidad. En realidad, puede incorporar elementos diversos que se unen simple- mente en la historia común de la bendición paterna. Así, v.gr., el grupo conducido por Jacob desde Trasjordania es un 'am (Gén 32,8), p.ero está constituido no sólo por sus esposas e hijos, sino también por sus siervos y siervas (32,6) que deben haber sido numerosos a juzgar por el abun- dante ganado que tenían que cuidar (v.15). En definitiva, el "pueblo patriarcal" es un grupo familiar en un sentido amplio que admite elementos no consanguíneos, pero cuya fuen- te vital común es una bendición divina que va a ir mostrando su particu- lar eficacia no en virtud de los condicionamientos étnicos, sociales, cul- turales, etc., de ese grupo, que son comunes con los de su época y medio, sino del poder de ese Dios que bendijo a los patriarcas con un propósito de salvación que irá mostrándose cada vez más claramente a lo largo de la historia. EL PUEBLO DE YHWH La revelación de YHWH constituyó a los herederos de las bendiciones patriarcales en un 'am YHWH. La fórmula ("pueblo de Dios" o "pueblo de YHWH") no se emplea en relación con los grupos patriarcales. "Pue- blo de YHWH" son, en primer lugar, los grupos que quedan unidos a YHWH en el SinaíjHoreb mediante un berzt que es un verdadero pacto bilateral donde Dios impone e Israel acepta los mandamientos(22). (19) Cfr. E.A. SPEISER,"People" and "Nation" of Israel. Oriental and Biblical Studies. Philadelphia, 1967, pp. 160-170. R. DE VAUX, Historia, 1, p. 165. (20) Sobre la comunidad de vida implicada en el concepto de 'am, ver J. PEDERSEN,Is- rael, its Life and Culture, l-II. London-Copenhagen, 1926, pp. 54-57. (21) R. DE VAUX, Historia, 1, 271s. (22) Aunque en la tradición del Exodo las tribus que están en Egipto (por lo tanto, antes de la Alianza del Sinaí) son llamadas por Di~ "mi pueblo" ('ami). Ex 3,7.10, etc. EL PUEBLO DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO 11 Aunque no es posible recuperar con seguridad el contenido histórico preciso de la tradición del Sinaí a través de las diversas redacciones pos- teriores, es posible suponer la constitución de una comunidad sagrada integrada por las tribus conducidas por Moisés desde el Egipto hasta la Montaña Santa (conocida por la tradición con los nombres de Sinai y Horeb), santuario al que no se podía acceder sino bajo la condición de ajustarse a determinadas exigencias. Tal parece ser el primer origen de los mandamientos(23). En el primer núcleo de Israel podemos reconocer, por lo tanto, una forma de relación con Dios que supone determinadas exigencias de comportamiento y una expresión cultual de esa relaci6n. No hay que olvidar que la meta de la salida del Egipto es el "servicio" de YHWH ('abad), expresión que tiene un sentido cultual que apunta pre- cisamente a esa "Montaña Santa" donde tiene lugar el encuentro con Dios(24). El "pueblo de YHWH" queda constituido por ~se bertt por el que YHWH se compromete a ser su Dios y a darle la tierra, y el pueblo se obliga a cumplir sus mandamientos(25). Esto es formulado en las tradiciones escritas mediante el esquema de los pactos. Tanto en Ex 34(J) como en Ex 19-24 (fundamentalmente E) se supone ese esquema, que comprende un rito (comida, aspersión de sangre) que une estrechamente, en términos de vida, a Dios y al pueblo. En .esos ritos de alianza se apunta en último término al pueblo, al que van dirigidas las promesas y al que se exige el compromiso, pero es por intermedio de representant.es o de un mediador(26). El 'am YHWH aparece asi, en virtud del bertt del Sinai, como un pue- blo que debe su .existencia a una intervención de YHWH que se vuelve gratuitamente a las tribus de Egipto para constituir con ellas un pueblo que pueda servirlo en la libertad. En virtud de ese acto de liberación YHWH tiene derecho a imponerle exigencias como un señor a su vasallo, pero, por ese mismo pacto, YHWH se compromete a conducirlo por el desierto a la tierra respecto de la cual conservaban el recuerdo de una promesa hecha a los patriarcas(27). Este pacto funda una comunidad que sigue siendo un 'am, pero donde los lazos vitales, expresados por la ronsanguinidad, empiezan a tener una expresión juridica, de comporta- miento social. Desde aquí en adelante Israel se distinguirá de los otros (23) H. CAZELLES,En busca de Moisés. EsteBa (Navarra), 1981, cap. 4. Según G. VION RAD,"... en la mentalidad antigua no puede concebirse el inicio de una relación particular con Dios sin la aceptación v el reconocimiento obligatorio de determi- nadas normas". Para él, sin embargo, el decálogo remontaría a la época de los Jueces y formaría parte de la fiesta de renovación de la Alianza en Siquem. Teo- logía del A.T., I. Salamanca, 1'972, p. 249. R. DE VAUXlo hace remontar también al SinaL Historia, 1, 426s. (n (24) CfI. Ex 7,16.26 y 5,1 (E). (25) Según Ex 24,3-8 (atribuida a E) la alianza del Sinaí supone los mandamientos n. (las "palabras", efI. 20,1), lo mismo que Ex 34,10-27 (atribuido a (26) En J, Moisés es parte de la Alian2la, como representando al pueblo (Ex 34,27). En E, el herit se hace con el pueblo, actuando Moisés de intermediario (20,18-21). En 24,9-11 los que contemplan a YHWH son Moisés y los setenta ancianos que representan al pueblo. (Aunque su atribución es incierta, parece ser una tradi- ción muy antigua. CfI. DE VAUX,Historia, 1,p. 422ss). (27) Con V. MAAG,W. ZIMMERLI,ve en este tema un elemento que remonta al pasado nomádieo de Israel. Manual, p. 23. 12 A:\TONIO ~10RENO c.. PBRO. pueblos por "lo que hace" yeso en relación con normas de origen divino que condicionan jurídícamente su existencia(28). Tal es el sentido de la fórmula de la Alianza: "vosotros, mi pueblo; Yo, vuestro Dios", presente en Ex 19-24 y formulada ya claramente en Dt(29). Es la corriente deuteronómica-deuteronomista la que conserva el recuerdo de las renovaciones de la Alianza en Moab y en Siquem. En la segunda hay que ver seguramente la extensión de la alianza yahvista a nuevas tribus residente en Canaán dispuestas a adherir a la fe en YHWH(30). Es en Siquem donde el conjunto de las doce tribus recibe el nombre de "Israel" (Gén 33,20; Jos 8,30), que es ahora el "Pueblo de YHWH"(31) que se compromete a servir a YHWH aceptando los decretos y normas (jóq úmishpat) impuestos por Josué, que para el dtr son las leyes del Deuteronomio, y aceptando también los riesgos de la Alianza con YHWH expresados en las bendiciones y maldiciones del .esquema (Dt 27-28)(32). Aunque aquí el esquema de pacto bilateral aparezca fuerte- mente subrayado (y quizás por la necesidad de subrayar, hacia fines del s.VII, la importancia de las exigencias morales contenidas en los manda- mientos y normas divinas), el Dt no pierde de vista la radical gratuidad de la iniciativa que hace de Israel un "Pueblo de YHWH". Por primera vez aparece aquí el concepto de "elección de Israel"(33). El concepto su- pone una preferencia por algo o por alguien en razón de sus cualidades. Sin embargo, en este caso, la "elección" es enteramente inmerecida. No es por su número, su fuerza ni sus méritos o rectitud de corazón que ese "pueblo" goza de los bienes de la tierra prometida, porque en realidad es un 'am de "dura cerviz"; sino por el puro amor de YHWH que quiere cumplir el juramento hecho a los patriarcas(34). Es decir, simplemente porque es en ese 'am donde YHWH ha decidido llevar adelante su plan de salvación. Los profetas preexílicos se dirigen a ese pueblo de Israel unido a Dios por el berft del Sinaí, ratificado y ampliado en Siquem. Pero precisamen- (28) Las prohibiciones se refieren a aquello que "no se hace" en Israel. Cfr. Gén 34,7; 2 Sam 13,12; Ex 12,6; L?v 4,2, etc. (29) El papel del pueblo en la Alianza es subrayado en el relato de Ex 19-24. La fórmula propiament? tal aparece en Dt 26, 17s. "YH\VH tu/vuestro/nuestro Dios" es una fórmula típica de la tradición deuteronómica-deuteronomista, centrada en la Alianza. Ver también Jer 11,4. (30) Dt 28-29 habla de una renovación de la Alianza en Moab, hecha por Moisés antes de la entrada de las tribus en Palestina. Algunos autores ven en ella la extensión de la Alianza del Sinaí/Horeb a algunas tribus de Transjordania. Para otros, sería el texto de una tradición litúrgica diferente de la Alianza. Cfr. P. Burs, La Notioll d'Allance dans l'A.T., Paris, 1976, p. 173. El pacto de Siquem está relatado en Josué 24. Sobre su significado, R. DE VAUX,l/istoria, 1, p. 398. (31) Cfr. A. H. J. GUNNEWEGG, eschichte Israels lJis Bar Kochlm. Stuttgar, 1976, p. 47. R. DE VAUX,Historia, 11,p. 187s. (32) Para algunos autores las leyes que originalmente correspondían a este pacto serían las del Código de la Alianza (Ex 21-23) que ha sido claramente introducido secundariamente en la Alianza del Sinaí J. L'Hou/\, L'AIliance ele Sichem. RR. 1962, 5-36, 161-184, 350-3(8). . (33) La primera aplicación de biT (elegir), a Israel, se encuentra en Dt 7,6s. Cfr. 4,37; 10,15; 14,2. '34) Dt 7,7s; 8,17s; 9,4-6. EL PUEBLO DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO 13 te en los profetas la teologia del berit se convertirá en fuente de acusa- ción contra el pueblo de Dios, ya que su incumplimiento no puede menos que atraer el castigo de YHWH contra su 'am(35). Sin embargo hay un compromiso divino solemne que permite sostener la fe en la supervivencia del 'am de YHWH. Esta supone una nueva Alianza(36) y también la pre- sencia de un intercesor, cuya función salvadora aparece tipificada ya en Moisés. La apostas'a del becerro de oro constituye una amenaza de exter- minio para Israel, que se salva sólo gracias a la intercesión de Moisés. Ahi queda claro que Dios podria cumplir su proyecto de hacerse una "gran nación" a partir de Moisés sin ninguna conexión con el "pueblo" sacado del Egipto, pero eso no seria cumplir el juramento hecho a Abraham, Isaac y Jacob. La intercesión mantiene presente ante Dios su promesa(37). En los últimos textos citados queda claro que Israel es un 'am que en virtud de una promesa divina va a entrar en una tierra que está ocu- pada por varios góyim (Dt 8,20; 9,1s; cfr. 4,38), para convertirse él mismo en un goy gádol (cfr. Ex 32,10; Dt 9,14; Núm 14-12) que es, por lo demás, el objetivo de la promesa según J (Gén 12,2). LA MONARQUIAy LA "NACION" ISRAEL Parece ser que la palabra góy designaba también originariamente una unidad de tipo familiar: la tribu o el clan. En los textos de Mari, en la form gawum o gayum, designa a las tribus de origen semita occidental (como las israelitas) que se mov:an en esa zona(38). En Núm 14,12; Dt 9,14; Gén 17,20,reciben el nombre de goy grupos descendientes (posibles o reales) de Moisés y de Ismael, concebidos por lo tanto como consanguí- neos. Sin embargo en el A.T. esa palabra va diferenciándose de 'am, en cuanto designa una comunidad definida por un territorio y una lengua comunes y un régimen politico propio, independiente. Cuando las tribus de Israel se acercan al territorio de Canaán son, como hemos visto, un 'am frente a los góyim ahí instalados(39) , cada uno con sus ciudades, reyes e instituciones, pero con la esperanza de llegar también ellas a con- vertirse en un góy poderoso(40). (35) Pertenece a la idea pmpia del berit, que termine en caso de infracción (efr. Dt 30,15ss). Los profetas sacan las consecuencias. Cfr. Os 4,2s; 8,1; 6,5a; Amós 2,6-16; Jer 6,8.28.30, etc. \36) Os 2,16-25; Jer 33,31ss. (37) Ex 32,7-14; Dt 9,7-21. El mismo tema en Núm. 14, 11-19. (38) Así, los haneas, agrupados en gaymn. Cfr. J-R. KUPPER, Les nOllwdes en Meso- potamie all temps des mis de Mari. Paris, 1957, p. 20. Cfr. R. DE VAUX, Historia, 1, pp. 165s. (39) Dt 4,38; 7,1.7; 9,1, etc. Sin embargo comparando 7,16 y 17; 9,1 Y 2 se advierte que los términos 'am y góy son fácilmente intercambiables. (40) Fuera de la promesa en Gén 12,2, véase Dt 4,5-8, donde se le da a Israel el título de góy, considerándolo anticipadamente ya instalado en la tierra prome- tida. En Ez 35,10, la división de Israel en dos territorios permite hablar de dos góyim. En Dt 26,5, el empleo de góy para designar a las tribus en el Egipto está en relación con su grandeza, poder y número, que son un preanuncio del cum- plimiento de la promesa patriarcal (En Ex 1,9, sin embargo, Israel es un 'am). 14 ANTONIO MORENO e., PBRO. Israel llega a ser un góy en la monarquía. Es entonces cuando se consuma políticamente la unión de las doce tribus en un territorio propio y con sus propias instituciones. De hecho, la petición de la monarquía va unida a la pretensión del "pueblo", representado por sus ancianos, de ser "como todos los góyim"(41). Este paso de la federación tribal al esta- do monárquico respondía sin duda a la necesidad de salvaguardar los valores más esenciales del Pueblo de YHWH; en primer lugar su exis- tencia misma como comunidad de YHWH,independiente, libre para poder vivir la Alianza, por lo cual se impondrá pese a la resistencia de medios más tradicionalistas. La comunidad de salvación tiene ahora la forma de una "nación", pero eso es teológicamente posible sólo en tanto cuanto la nueva forma social pueda ser expresión de la unión con YHWH, que es la razón de ser de esa comunídad. La expresión de la unión con YHWH es la Alianza. De ahi que en la visión dtr de la realeza, su justificación se encuentre en un compromiso de todo el pueblo, con el rey incluido, de someterse a las exigencias de la Alianza(42). Como entidad histórica, Is- rael es ahora un góy,. como comunidad de YHWH sigue siendo un 'amo Si la tendencia dentro de un estado o nación va en el sentido de la diso- lución de los lazos familiares, fundados en las profundidades más radi- cales de la vida, en beneficio de otras solidaridades (de clase, de profesión, de partido), la afirmación de la Alianza común con YHWH mantiene viva la conciencia de una fraternidad en la que está comprometido el mismo rey, y que condiciona fundamentalmente, por debajo de cualquier otro recurso institucional (político, diplomático, económico, militar, cúl- ticO), la plena posesión de la vida. De ahi una verdadera renuencia a darle a Israel el título de góy en las tradiciones biblicas. Desde su punto de vista, que es el religioso, Israel sigue siendo un 'am, el 'am YHWH, mientras que góy nunca es usado con sufijos o en estado constructo re- feridos a YHWH(43). La conversión del 'am YHWH en una monarquía va a traer consigo, sin embargo, el reempleo de ciertos temas fundamentales de la Historia de la Salvación. En primer lugar el reyes un "elegido". En realidad bjr parece haber sido empleado primeramente en relación con el r.ey; su utilización res- pecto a Israel es recién deuteronómica y deuteronomista, como ya dijimos. En 1 Sam 8,18; 11,15; 12,13,la elección del reyes hecha por el pueblo; en 1Sam 10,24; 16,8-10; 2 Sam 6,21,la elección es divina; 2 Sam 16,18(y cfr. Dt 17,15) une la elección popular y la divina en un solo acto. En esos textos no parece tratarse aún de una decisión divina (o popular) que afecte irrevocablemente a la dinastia (de Saúl o de David). El concepto de elección dinástica aparece recién en el oráculo de Natán y luego en los textos dtr( 44). La elección real comprende en todo caso la unción del rey, que le confiere el carácter de posesión de Dios que lo hace sagra- do(45). otra manera de expresar el carácter sagrado del rey va en la (41) 1 Sam 8,5.20. (42) 1 Sam 12,6-25; Dt 17,14-20. (43) Al final de su evolución goy se dirá exclusivamente de las naciones extranjeras, y, por último, de los infieles en general. (44) 2 Sam 7,11ss; 1 Re 8,16-20; 11,34. Ver también Ps 78,70; 89,20s.37. (45) 1 Sam 10,1; 16,12s; 2 Re 9,1-3.6 y cfr. 1 Sam 24,7.11.

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var atentamente" y de ahi "custodiar" (cfr. en latin, "speculator"). La .. 1 Mac 2,42: synagogé asidáion, que corresponde al hebreo 'adat ¡asidim.
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