ebook img

El pensamiento filosófico de sor Juana Inés de la Cruz PDF

221 Pages·1997·5.842 MB·Spanish
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview El pensamiento filosófico de sor Juana Inés de la Cruz

JESÚS GARCÍA ALVAREZ EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO DE SORJUANA INÉS DE LA CRUZ CENTRO DE ESTUDIOS FILOSÓFICOS T OMÁS DE AQUINO Chiapas y Palmas. Col. Arbide. León, Gl:o. Apartado 1-295. 37000 León, Gto. “ Volví (mal dije, pues nunca cesé): proseguí, digo, a los estudios (que para mí era descanso en todos los ratos que sobraban a. mi obligación) de leer y más leer, de estudiar y más estudiar, sin ■más maestros que los mismos libros. Ya se ve cuán duro es estudiar en aquellos caracteres sin alma, careciendo de la voz viva y explicación del maestro: pues todo ese trabajo sufría yo muy gustosa por amor a las letras. ¡Oh si hubiese sido por amor de Dios que era lo acertado, cuánto hubiera merecido! Bien que yo procuraba elevarlo cuanto podía, y dirigirlo a su servicio, porque el fin a que aspiraba era a; estudiar teología, pareciéndome menguada, inhabilidad, siendo católica, no saber lodo lo que en esta vida se puede alcanzar, por medios naturales, de los divinos misterios". Sor Juana Inés de la Cruz I N D I C E INTRODUCCION ] Sor juana Inés de la Cruz y su tiempo..................................13 2.- Arte y poesía..................................................................................18 3.- La creación artística....................................................................21 CAPÍTULO I Talante filosófico de Sor J uana Inés de la Cruz 1 El filósofo y la filosofía ..............................................................33 2.- El deseo de saber de sor Juana.................................................4) 3.- La actitud filosófica.....................................................................48 4.- El silencio final............................................................................53 CAPÍTULO II El hombre y el mundo 1 El hombre como microcosmos...............................................68 2.- Miseria y grandeza del hombre...............................................74 3.- Energías y capacidades delh ombre.........................................78 4.- Alma y cuerpo................................................................................83 5.- El concepto de naturaleza..........................................................85 6.- La tierra y el cielo.........................................................................91 CAPÍTULO III La vida y sus ideales 1.- La vida auténtica........................................................................103 2.- Libertad y liberación.................................................................108 3.- Los alimentos terrestres...........................................................112 4.- Entre la angustia y la esperanza...........................................116 5.- “Homo risibilis”.........................................................................120 CAPÍTULO IV El. AMOR HUMANO 1.- El misterio del amor.................................................................129 2.- Las formas del amor humano................................................134 3.- Psicología del amor...................................................................139 4.- Los desengaños del amor.......................................................146 5.- El amor de sor Juana Inés......................................................152 CAPITULO V Teoría del conocimiento 1.- Una historia del conocimiento.............................................170 2.- Naturaleza y fines del conocimiento....................................175 3.- Las facultades y los objetos...................................................179 4.- Intuición y raciocinio................................................................183 5.- El “Sueño” de sor Juana.........................................................190 6.- Primero Sueño, cuna experiencia religiosa? .......................198 CAPÍTULO VI La filosofía de sor Juana Inés de la Cruz 1.- Mitología y filosofía..................................................................205 2.- Metáforas y analogías..............................................................213 3.- La filosofía como experiencia...............................................217 CONCLUSIÓN 1.- Conclusión sin conclusiones..................................................226 2.- Epílogo para “Acuarios” .........................................................230 BIBLIOGRAFÍA 235 INTRODUCCION Un libro más sobre sor ]uana Inés de la Cruz, íbdavía no es el libro del erudito japonés, que anunciaba Octavio Paz 1. Aquí se (rata de recoger el pensamiento de sor Juana, disperso en sus múltiples obras, para lograr una visión de conjunto, que dé sentido y explicación a cada una de las partes. Pero ya desde el principio surge la duda: ¿es lícito el intento de sistematizar el pensamiento de 1111 poeta? Parece que el lenguaje poéuco tiene muy poco de común con la expresión filosófica. Mientras el poeta intenta describir sus estados subjetivos y le interesa la realidad sólo en cuanto despierta sus sentimientos, el filósofo toma esa realidad entre las manos y la desmenuza en conceptos hasta llegar a la raíz de su inteligibilidad. Uno vive apasionado por la belleza; al otro le preocupa, sobre todo, la verdad. Sin embargo, las diferencias son más aparentes que reales y responden a etapas iniciales de dos caminos que coinciden en la meta final. Lo mismo la verdad que la belleza son propiedades y manifestaciones de un mismo ser. Cuando se va más allá de los aspectos superficiales y se penetra en el misterio de la realidad, las diferencias desaparecen o se atenúan, y sólo queda la sorpresa y la admiración. En ese nivel de profundidad, el lenguaje adquiere formas de expresión características, muy distintas de las formas 1 Cír. Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe (México, 1983), p. 12. ordinarias que se refieren a conocimientos más superficiales e inmediatos. Es la zona de las analogías y de las metáforas, que intentan expresar lo desconocido. Es el momento de la expresión poética. Sorjuana Inés recorrió esos dos caminos. Ella misma reconoce que nació poeta y que los versos eran la forma más fácil de expresar sus pensamientos. Tenía, además, un temperamento genuinamente filosófico y conoció, directa o indirectamente, una buena parte de los pensadores antiguos. Es, pues, interesante intentar descubrir la síntesis que está más allá de las contradicciones y diferencias, que esos pensadores con frecuencia presentaban. La misma sor Juana Inés nos invita a esa tarea al ofrecernos sus obras 2 . Se trata de desenvolver cuidadosamente “el fardo” para llegar al contenido. Es su regalo. También sería interesante contemplar la envoltura, los hilos de oro que utilizó, su color. Las obras de sor Juana presentan, lo mismo que su vida, un campo inagotable de investigación. Pero nada puede sustituir ese esfuerzo de ir más allá de las formas para llegar al núcleo de su pensamiento. La tarea no es fácil. Es preciso recorrer su mismo camino a una distancia de tres siglos. De verso en verso, de poema en poema, como ella iba de flor en flor y de planta en planta en la selva del mundo. Al final, quedará una síntesis de pensamiento alrededor de los principales temas de la filosofía. Pero, ¿es ésa sorjuana? Es un riesgo. Ya no son las rosas el montón de pétalos en que se han convertido al deshojarlas. Seguramente se perderá el frescor de la vida y la sorpresa de la intuición. Pero es preciso aceptar el riesgo. Sacar un verso de su contexto es destruirlo. Cada poema es una unidad, y pierde su sentido y su belleza al separar sus elementos. Sin embargo, no es posible hacer otra cosa. Cabría Y adiós, que esto no es más de darte la muestra del paño; si no te agrada la pieza, no desenvuelvas el fardo. Prólogo al lector (Obras completas de sorjuana Inés de la Cruz, México, tomo I, 1988), p. 4. Todas las citas de sorjuana están tomadas de esta edición: tomo I (1988), tomo II (1976), tomo III (1976), tomo IV (1976). Fondo de Cultura Económica. Se indica el tomo y la página. analizar cada poema aisladamente, como ya tantas veces se ha hecho. Pero eso sería perder la visión global, y ésa es la que interesa. Si se exceptúan algunas composiciones que responden a cir­ cunstancias e intenciones muy concretas, hay una línea dé pensamiento que va uniendo todas las demás, dándoles continuidad y coherencia. Aveces, el pensamiento se oculta, como esas fuentes que recuerda sor Juana en Primero Sueño, pero vuelve a aparecer enriquecido con elementos nuevos recogidos en su oculto caminal. Por otra parte, al no conocerse'la fecha de composición de la mayoría dé las obras, no queda más remedio que analizar el conjuntó. Una dificultad más, sin duda, ya qué el progreso y las etapas del pensamiento explicarían las contradicciones y titubeos que, a, veces se descubren. Sera, necesario, además, rellenar muchos huecos a través de i® procedimiento que conocen las ciencias y que se llama interpolación. El poeta no hace tratados filosóficos. Lo que intenta es expresar la vida, con sus contradicciones y sus saltos. Sugiere los caminos y la continuidad, para qué otros los recorran. El poeta, como dice Paul Eluard, no és el qué está inspirado, sino el que es capaz de inspirar a los demás. Se plantea así el problema de la fidelidad. Será preciso acudir frecuentemente a las, citas literales, para que el pensamiento propio no se alejé demasiado y reemprenda, una v otra vez:, la dirección del pensamiento cié sor Juana. Despuésde más dedos siglos de silencio, la figura de sor Juana Inés <;e la Cruz empezó a despertar una curiosidad que llega ha>ta nuestros días. Se han ocupado dé élla filósofos, poetas, psicoanalistas, críticos, hombres y mujeres. Escribir, pues, sobre la monjajerónima del siglo XVII a estas alturas tiene sus ventajas: la conocemos mejor y no hace falta volver a tratar asuntos que va se han analizado suficientemente. Obras como la de Octavio Paz o la edición ele los escritos de sor Juana por Alfonso Méndez Planearte, con sus introducciones ;y notas aclaratorias, constituyen un apoyo del qué én adelante no se podrá prescindir. En el campo del pensamiento filosófico hay estudios que no se pueden descono­ cer. como los ele José Gaos, C. Vossler y José Pascual Buxó. Por otra parte, volver a plantear los mismos problemas y los mismos interrogantes es exponerse a dar las mismas respuestas. Es la desventaja de escribir en un siglo en el que “todo se halla ya servido”, como diría la misma sor juana. Sin embargo, el peligro es menor cuando se trata del pensamiento, ya que no son muy abundantes los estudios en ese campo. Pero hay que reconocer que existe ese peligro: del pensamiento de sor juana se ha dicho que es aristotélico, escolástico, tomista, neoplalónico, hermético... ¿Se puede añadir algo más a lo que ahora sabemos? En filosofía mexicana se considera a sorjuana Inés de la Cruz, junto con don Carlos de Sigüenza y Góngora, como iniciadora del pensamiento moderno. Lo es, sin duda alguna. Pero falta señalar el lugar que ocupa en esa zona de transición entre el pensamiento medieval y lo que se ha llamado filosofía moderna. (Hablar de modernidad sería complicar más las cosas, a causa de los diversos significados que esta palabra tiene en los distintos autores). Si se acepta el modo de pensar de la Ilustración de una ruptura total con la filosofía escolástica y renacentista, sorjuana quedaría en la otra orilla, la del pensamiento antiguo. Sin embargo, no es tan fácil aquí señalar fronteras. Hoy los historiadores prefieren hablar de transición y progreso en vez de ruptura. Ahí caben múltiples matices y distinciones. ¿Se podría decir que el espíritu de sor juana Inés es moderno y que su obra es antigua? ¿O que no tiene sentido hacer esas distinciones? La manía que tenemos de clasificar a las personas a veces choca con lo imposible. Al menos sorjuana 110 se deja apresar tan fácilmente. Siempre será interesante detenerse en esas figuras fronterizas que revelan las deficiencias del pasado y las esperanzas de una época que empieza. La figura de sorjuana interesa además por otr as razones: en ella confluyen corrientes de pensamiento que le llegan de muy distintas direcciones. Tan pronto se hace eco de la filosofía aristotélica, como acepta el pensamiento neoplatónico; unas veces es escolástica y utiliza nociones o principios de la más pura tradición tomista, y de pronto aparece el hermetismo o la cábala bajo formas inocentes de expresión poética. ¿Cómo pudo conciliar corrientes de pensamiento tan distintas y qué actitud adoptó frente a ellas? Tampoco aquí es fácil responder, porque, paradójicamente, caben muchas respuestas. Pero es preciso intentarlo. 1.- Sor Juana Inés de la Cruz y su tiempo Casi el mismo año en que murió Descartes (1650), nació sor Juana en Ncpantla, cerca de Amecameca (hoy Estado de México). Muy pronto, como ella misma dice, aprendió a leer, y esto le abrió el camino para ponerse en contacto con el mundo del pensamiento en la biblioteca de su abuelo, donde pasaba largas horas olvidada de todo. Hacia 1660 pasa a vivir con unos parientes de la ciudad de México y poco después es recibida en el palacio del virrey Marqués de Mancera. En 1667 entra en el convento de san José de Carmelitas descalzas, del que sale unos meses después a causa de una enfermedad. Vuelve a la corte por unos años, hasta que ingresa en el convento de san Jerónimo, donde pasará toda su vida. Los biógrafos de sor Juana se han planteado muchos interrogantes, a los que no siempre han podido responder. ¿Quién fue su padre? ¿Por qué renunció al matrimonio e ingresó en 1111 convento cuando todo parecía sonreírle en la corte? ¿Qué seniido tienen sus escritos, sobre todo sus poemas de amor? ¿Cómo interpretar el silencio en el que se sumergió al final de su vida? Las preguntas podrían multiplicarse. Lo que es claro es que sor Juana no renunció nunca a su deseo de saber, a pesar de los consejos y persecuciones de los que la rodeaban. La profesión religiosa 110 fue obstáculo para su dedicación al estudio y a la producción literaria. Estuvo presente en la cultura de su tiempo a través de las obras de teatro, de los villancicos que se cantaban en las catedrales de México, Puebla y Oaxaca, de las conversaciones en el locutorio de san Jerónimo y de la abundante correspondencia con personajes de Europa y América. La cultura del siglo XVII en la Nueva España se centraba en la Iglesia, con su prolongación en la universidad y en la corte virreinal. Sor Juana no pudo estar presente en la universidad ni en lo que se refiere a la formación ni a la enseñanza. Pero estuvo

See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.