El otro lado de la cara, un ensayo que acompaña las fotografías de nucas que Thomas Wågstrom reunió en su libro Cuellos, se convierte en manos de Karl Ove Knausgård en un análisis de simbología corporal y una meditación en torno a algunos de los temas que laten tras la titánica obra autobiográfica que lo ha consagrado como el escritor europeo más internacionalmente venerado del momento, uno de los nombres mayores de la literatura del siglo XXI.
El cuerpo como carne y espíritu, la infancia, la memoria, los padres e hijos y el individuo en comunidad y fuera de ella, parte singular, integrada o esquiva, de un mundo que empieza por entregarse para acabar rehuyéndonos: he aquí un texto que, al modo característico de su autor, hunde sus raíces en la experiencia personal para arrojar luz sobre qué significa ser humano junto a los demás, y que sirve de complemento perfecto a La isla de la infancia (Mi lucha: 3).