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El monoteísmo como problema político PDF

75 Pages·1999·2.168 MB·Spanish
by  PetersonErik
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Erik Peterson. El monoteísmo como problema político. jfflk Prólógo de Gabino Uríbarri. M ir La genialidad de los clásicos no radica, prime­ ramente, en la profundidad casi inalcanzable de sus juicios, sino en el acierto y el modo de plan­ tear sus preguntas. En este sentido, El mono­ teísmo como problema político puede conside­ rarse un clásico de pleno derecho. ¿Tienen las creencias religiosas de una sociedad alguna in­ cidencia sobre el sistema político? ¿Con qué legitimidad? ¿En qué se diferencia la recepción política del politeísmo de la del monoteísmo? ¿Introduce la fe trinitaria alguna diferencia en el ámbito de su recepción política, que contra- distinga al monoteísmo cristiano del judío, el pagano (o el islámico)? ¿Cuál es la relación dog­ máticamente exacta entre el cristianismo y el ámbito político? ¿En virtud de qué razones teo­ lógicas? El texto que se presenta suscita todas estas cuestiones y muchas más. Nos muestra un ejem­ plo de cómo hacer frente desde la teología a situaciones políticas comprometidas. Peterson ni se resignó al silencio ni se lanzó a la charla­ tanería. Ante el auge del nazismo respondió como un teólogo: analizó teológicamente la cir­ cunstancia histórica que le tocó vivir. El monoteísmo como problema político El monoteísmo como problema político Erik Peterson prólogo de Gabino Uríbarri traducción de Agustín Andreu MINIMA TROTTA Introducción. Erik Peterson: teología y escatología: Gabino Uríbarri........................................................................... 9 1. Vida.................................................................................................. 10 2. Sillares de la producción teológica de Erik Peterson 15 2.1. ¿Qué es la teología? (1925)....................................... 16 MINIMA TROTTA 2.2. La Iglesia (1928)............................................................. 19 HISTÓRICA / POÉTICA directores: Julio A. Pardos y José M. Cuesta Abad 2.3. El libro de los ángeles (1935)................................... 24 Títulos originales: Der Monotheismus ais politisches Problem / 2.4. Testigos de la verdad (1937) .................................... 24 Christus ais Imperator 3. El monoteísmo como problema político (1935) y sus © Kósel-Verlag GmbH & Co., München. 1951 implicaciones ............................................................................. 28 3.1. Composición.................................................................... 29 © Gabino Uríbarri, 1999 3.2. Un golpe a la Reichstheologie................................... 30 © Agustín Andreu, 1999 3.3. Una contribución teológica a la cuestión del nacionalismo.................................................................... 32 © Editorial Trotta. S.A.. 1999 3.4. Contenido......................................................................... 34 Sagasta, 33. 28004 Madrid teléfono: 91 593 90 40 3.5. La «teología política», Schmitt y la tesis final.. 37 fax: 91 593 91 11 a) La «teología política»........................................... 37 e-mail: [email protected] b) Cari Schmitt y Erik Peterson............................ 37 http: //www.trotta.es c) Alcance de la tesis final....................................... 38 diseño de colección Joaquín Gallego y Alfonso Sostres EL MONOTEÍSMO COMO PROBLEMA POLÍTICO............ 47 ISBN: 84-8164-264-9 CRISTO COMO IMPERATOR........................................................ 125 depósito legal: VA-518/99 impresión 7 Simancas Ediciones. S.A. Introducción ERIK PETERSON: TEOLOGÍA Y ESCATOLOGÍA* Gabino Uríbarri La genialidad de los clásicos no radica, primeramente, en la profundidad casi inalcanzable de sus juicios, sino en el acierto y el modo de plantear sus preguntas. Una vez asi­ miladas, no dejan de acompañarnos a lo largo de toda la vida. En este sentido, El monoteísmo como problema po­ lítico se puede considerar un clásico de pleno derecho. ¿Tienen las creencias religiosas de una sociedad alguna incidencia sobre el sistema político? ¿Con qué legitimi­ dad? ¿En qué se diferencia la recepción política del poli­ teísmo de la del monoteísmo? ¿Introduce la fe trinitaria alguna diferencia en el ámbito de su recepción política, que contradistinga al monoteísmo cristiano del judío, el pagano (o el islámico)? ¿Cuál es la relación dogmática­ mente exacta entre el cristianismo y el ámbito político? ¿En virtud de qué razones teológicas? * Deseo agradecer a la doctora B. NichtweiG (Mainz) la amabili­ dad con la que me atendió y respondió mis preguntas, así como la delica­ deza de haberme facilitado algunas publicaciones pertinentes. Asimismo, esta introducción es deudora de la acogida del profesor doctor W. Loser y la comunidad de Sankt Georgen (Francfort). Me han animado al trabajo y prestado sugerencias de diversa índole, además de los ya mencionados, mis colegas: F. Millán, J. Pardos, M. Reus y A. Verdoy, a quien doy públicamente las gracias. 9 el semestre de invierno de 1920-1921 hasta 1924. Aquí El texto que presentamos suscita todas estas cuestio­ desarrolla una actividad docente muy variada: arqueolo­ nes y muchas más. Nos muestra un ejemplo de cómo ha­ gía cristiana, seminarios introductorios al Nuevo Testa­ cer frente desde la teología a situaciones políticas com­ mento o historia de la Iglesia en el siglo xix. Durante esta prometidas. Peterson ni se resignó al silencio ni se lanzó a época se ocupa prevalentemente del helenismo y de la la charlatanería. Ante el auge del nazismo respondió como Iglesia antigua. En 1921 comienza su relación con Karl un teólogo: analizó teológicamente la circunstancia his­ Barth, quien asistió a su curso sobre Tomás de Aquino en tórica que le tocó vivir. el semestre de invierno de 1923-1924. Tenemos la suerte Esta introducción se propone encuadrar el texto que de que todo el material postumo dejado por Peterson fue prologa dentro del conjunto de la producción teológica a parar a la «Biblioteca Erik Peterson», en la universidad de su autor, así como aportar algunos elementos que faci­ de Turín5. liten su comprensión. Antes de ello, presentaré los trazos Entre las influencias más decisivas que recibió desta­ principales de la biografía de Peterson1. can Kierkegaard y el pietismo6. En una mirada retrospec­ tiva dirá: «Desde un punto de vista psicológico, quizás hayan sido el pietismo y Kierkegaard los que me dieron el 1. VIDA empujón decisivo para el regreso a la fe católica, aunque, últimamente, todos los caminos del protestantismo llevan Erik Peterson (1890-1960) nació en Hamburgo2. Creció a Roma»7. en medio de un ambiente indiferente, si no hostil, al Para Peterson el pietismo portaba dentro de sí un ger­ cristianismo. En 1910 terminó sus estudios humanísticos men de rechazo implacable del nominalismo protestan­ y se decidió por comenzar los estudios de teología en te, con el que alude a la dicotomía de una justificación Estrasburgo3. En el álbum de profesores de Bonn nos ex­ forense; es decir, justificación sin santificación real, obje­ plica que inicialmente había querido estudiar historia. Lo tiva, metafísica en el creyente. De manera semejante, Kier­ que le condujo a la teología fue el conocimiento de «que kegaard también exigiría un abandono del nominalismo si nos quedamos abandonados únicamente con la historia protestante. El concepto kierkegaardiano de Existenz no humana, nos enfrentamos a un acertijo sin sentido»4. tendría posibilidad de darse en el seno del nominalismo De Estrasburgo pasará sucesivamente a Greifswald, protestante, ya que exige una forma de vida auténtica, Berlín (donde evita ex profeso a Harnack), Gotinga, Basi- real y objetiva que se corresponda con la del Dios-hom­ lea y, de nuevo, Gotinga, donde hace su examen en 1914. bre. Peterson verá esta posibilidad en la concepción cató­ Después de un tiempo muy breve de servicio militar, tra­ lica de los santos y los mártires, uno de los temas estelares baja en Gotinga desde 1915, primero como Privatdozent de su teología8, sobre el que volveremos. y luego como inspector en el seminario. En esta época Otro de los aspectos decisivos en la conformación del redacta su tesis doctoral, Heis Theós, bajo la dirección de pensamiento de Peterson lo constituye su acercamiento a N. Bonwetsch. La terminará en 1920 y le servirá también la fenomenología, sin llegar a una aceptación total9. De su de trabajo de habilitación. Unos meses después de la contacto con Husserl y con Scheler adquirirá la sensibili­ habilitación recibe la venia legendi en Historia de la Igle­ dad para lo metafísico y el valor de lo objetivo, en su co­ sia y Arqueología Cristiana. Enseñará en Gotinga desde 11 10 rrespondencia con lo subjetivo. En el terreno epistemo­ Bonn, como ordinario para Historia de la Iglesia y Nuevo lógico podemos decir, simplificando, que Peterson se sen­ Testamento, donde enseñará hasta el verano de 1929. En tiría cercano al realismo de la Escolástica. su actividad docente predomina la atención al Nuevo Tes­ Por último, estas preocupaciones e intuiciones en­ tamento con diferentes cursos, en los que o bien hace exé- cuentran un caldo de cultivo en su tesis doctoral, publica­ gesis de algún escrito o bien enfrenta cuestiones más de da tras una extensa ampliación bajo el título: Elq Qwq. conjunto como la teoría de la significación del Nuevo Tes­ Epigraphische, formgeschichtliche und religionsgeschicht- tamento o la teología del Nuevo Testamento. Junto con liche Untersuchung (1926)'°. Generalmente se considera la exégesis neotestamentaria, continúa sus estudios sobre que aquí está la fuente del tratado sobre el monoteísmo. el cristianismo primitivo. Mi sospecha es que se trata de mucho más. Como vere­ De la época de Bonn proceden dos de sus principales mos, Peterson se distanció de la teología liberal y de la publicaciones, que examinaremos más adelante, ¿Qué es Religionsgeschichtliche Schule (escuela de la historia de teología? (1925) y La Iglesia (1928). Ya en Gotinga había las religiones)1 Esta investigación, publicada ya en Bonn, iniciado contacto con un grupo de intelectuales católicos acompañó a Peterson durante la maduración de sus pun­ en Munich, bastantes de ellos agrupados en tomo a la tos de vista decisivos. Aquí adquirió la capacidad y la téc­ revista Hochland. Desde Bonn continúa estos contactos. nica del trabajo filológico, pero con una metodología pro­ A este grupo pertenecen, entre otros, Theodor Haecker, pia, diferente de la historicista y de la histórico-crítica. el jurista Cari Schmitt, Alois Dempf y personajes desta­ Por los escritos posteriores, se percibe que aquí cultivó un cados del movimiento fenomenológico y litúrgico13. For­ sentido muy fino para la significación del empleo de cada man el círculo donde presumiblemente Peterson puede uno de los géneros literarios. Por ejemplo, en Sobre los exponer sus reflexiones y dudas más personales, a la vez ángeles (1935) formará parte de la argumentación la dife­ que recibe el influjo de sus contertulios. rencia entre un himno y una aclamación, pues remiten a A finales de 1930 le resulta imposible postergar más una intencionalidad política y pública muy diferentes12. el paso de la conversión al catolicismo, que Barth ya ha­ Da la impresión de que este último aspecto, el olfato para bía prognosticado a raíz de la publicación de ¿Qué es teo­ las vinculaciones, semejanzas, apropiaciones, afinidades, logía? Renuncia a la cátedra y pasa a residir en Munich, desplazamientos y copias entre el mundo político y el re­ en casa de su gran amiga Anne Reinach. Por delicadeza ligioso, que constituye uno de los pilares de su pensamien­ con sus colegas protestantes, rechaza un puesto como pro­ to, se consolidó a través de este estudio tan meticuloso, fesor de Historia antigua en la Facultad de Filosofía en donde continuamente se comparan entre sí diferentes Gotinga. Es recibido en la Iglesia católica, en Roma, la aclamaciones del Heis Theós (un Dios): paganas (en su víspera de Navidad de 1930. Escribió una carta a K. Barth diversidad helenística y romana), judías y cristianas, en sobre su conversión, que este último publicó, de la que diferentes épocas y ámbitos geográficos y culturales. Es entresaco unas líneas que retratan a la perfección el talan­ decir, aquí se ejercitó en el análisis de las vinculaciones y te de Peterson: «¿Acaso debo añadir que este paso me ha las diferencias entre lo jurídico, lo político y lo litúrgico resultado terriblemente difícil? ¿Que he amado honesta­ en asociación con el monoteísmo. mente a la Iglesia evangélica y nunca dejaré de amarla? En el semestre de invierno 1924-1925 marchará a ¿Que me resulta muy duro afligir a tantas personas con 12 13 las que estaba ligado? ¿Que me resulta amargo rescindir Murió en Hamburgo, en octubre de 1960, después una relación de confianza? Ciertamente, no necesito sub­ de haber recibido en junio sendos doctorados honoris cau­ rayar esto todavía más expresamente. Quien me haya co­ sa por la Facultad de Filosofía de la Universidad de Bonn nocido un poco sabe que la desesperación de los últimos y la Facultad de Teología de Múnich. años tenía su fundamento en los intentos desesperados de apartar la verdad de Dios, que me exigía obediencia [...]. Sé que comenzará la indignación acerca de mí. Unos ya lo 2. SILLARES DE LA PRODUCCIÓN TEOLÓGICA sabrían desde siempre, otros hablarán de mi ambigüedad, DE ERIK PETERSON y aquéllos me tacharán de romántico voluble. Sin embar­ go, vea usted, tengo 40 años y he renunciado a familia, Hasta ahora no hay ninguna presentación de conjunto de profesión y posición social. Durante veinte años me he la teología de Peterson. El amplio trabajo de B. Nicht- ocupado de la teología. Lo que he hecho, lo he hecho weifi, casi mil páginas, rechaza explícitamente tal preten­ forzado por mi conciencia, para no ser rechazado por sión15. Por otra parte, el mismo Peterson no escribió nada Dios. Al que ahora me juzge, séale dicho que yo apelaré que se pueda parecer a una «dogmática». Al contrario, su contra su juicio al juicio de Dios»14. convicción era que Dios habla de manera discontinua y Con la conversión se inicia una época de grandes di­ en lugares desconexos: la encina de Mambré, la zarza, el ficultades económicas. Resulta bochornoso para un cató­ Gólgota16. El libro del Apocalipsis, por ejemplo, tendría lico comprobar las dificultades que se le pusieron a Peter­ su tiempo y su momento en la Iglesia. Esto no sería una son para encontrar un nuevo puesto a la altura de su excepción, sino la regla con todos los libros de la Biblia17. cualificación. Se estableció en Roma en 1933, tras su ma­ Además, en su opinión, uno de los males de la teología trimonio con Matilde Bertini, del que pronto nacieron protestante era su aspiración a elaborar un «Sistema de la cinco hijas. Esto acrecentó las dificultades económicas. doctrina cristiana», como pretendió Schleiermacher18. Algunos de sus ingresos, antes de la guerra, provinieron de Aquí verá Peterson una contaminación irremediable del ciclos de conferencias por Alemania, Austria, Suiza y Ho­ idealismo alemán, especialmente del hegeliano, y, conse­ landa. De estas conferencias proceden gran parte de sus cuentemente, un abandono del campo teológico. Si bien escritos principales, publicados entre 1930-1940. Final­ es cierto que Peterson nunca tuvo la intención de elabo­ mente, en 1947 se regularizó su situación como profesor rar algo semejante a una dogmática de conjunto, no cabe extraordinario de Patrística y de Antigüedad y Cristianis­ duda de que en su producción teológica resaltan una serie mo en el Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana, en de temas que se pueden agrupar con facilidad en torno a Roma, después de llevar diez años trabajando allí. sus escritos principales. Su última publicación de envergadura, Frühkirche, Una de las preocupaciones permanentes de Peterson, Judentum und Gnosis. Studien und Untersuchungen junto con la reflexión constante sobre los influjos recí­ (1959) es una recopilación de diferentes trabajos cortos y procos entre la coyuntura política y la religiosa, fue la especializados. De su producción de este último periodo situación de la Iglesia protestante en la República de Wei- destaca un gran número de artículos publicados en la En­ mar. Después de la primera guerra mundial se suprimió el ciclopedia Cattolica en italiano. sistema que había estado vigente desde la Reforma, el 14 15 episcopado territorial (landesherrhches Episkopat), lo cual significativo: Was ist Theologie? (¿Qué es teología?), el despojó a la Iglesia evangélica de su carácter de institu­ más enrevesado de sus tratados principales. Se remonta a ción pública19. Para Peterson, este aspecto suponía la mer­ una conferencia pronunciada en 1924, que, en palabras ma de sustancia dogmática, pues ahora la Iglesia protes­ de Peterson a Barth, causó «escándalo y sensación» entre tante había perdido la posibilidad de una presencia los asistentes24. Se publicó en 1925, en Bonn, en forma de pública y de ejercer una autoridad vinculante. Si se pudie­ cuadernillo, con una segunda edición al año siguiente25. ra formular el principio fundamental de la teología de Este escrito, como otros petersonianos, se caracteriza Peterson, sería, en opinión de Nichtweifí, «la representa­ por ser una obra de controversia. En esta época, Peterson ción del nuevo eón en el antiguo»20. Vamos a ver cómo estaba muy preocupado por la comprensión exacta de lo esta problemática está detrás de sus principales tomas de que la fe sea y de sus consecuencias y contornos, como postura. por ejemplo la delimitación precisa de las relaciones entre mística y fe. En este contexto, su tratado sobre la teología 2.1. ¿Qué es teología? (192S) es una discusión directa con dos escritos programáticos de Barth y Bultmann26. Ambos autores habían lanzado el Ya desde sus tiempos de estudiante Peterson fue reacio a alegato de que la teología se había de ocupar de la Palabra la teología liberal. En Berlín evitó las clases de Harnack, de Dios. Pero al hacerlo, la teología se encontraba en una con quien luego mantuvo una polémica epistolar tremen­ situación imposible. El mismo Barth resume su postura damente instructiva21. La teología liberal se distingue por con estas palabras, que Peterson recoge al comienzo de su primar el método histórico como criterio epistemológico escrito: «Quiero caracterizar esta nuestra situación con fundamental • y único22. Se puede caracterizar con estos las tres proposiciones siguientes: Como teólogos debemos tres rasgos: a) asunción rigurosa del método histórico- hablar acerca de Dios. Somos, no obstante, hombres y crítico y sus resultados, b) relativización de la tradición como tales no podemos hablar de Dios. Debemos conocer dogmática de la Iglesia, en particular de la cristología, y ambos, nuestro deber y nuestro no-poder, y precisamente c) lectura prevalentemente ética del cristianismo. con ello dar gloria a Dios»27. Frente a la reducción del cristianismo a un objeto de Estas antinomias de la teología dialéctica se le antojan estudio histórico se alzará la teología dialéctica, con Barth a Peterson en las antípodas de lo que debe ser la teología. y Bultmann al frente. Estos jóvenes teólogos intentan re­ Reargüirá en contra, haciendo valer sus convicciones ga­ cuperar la Palabra de Dios como tema de la teología. nadas del contacto con los Padres. No extraña que enar- Así pretenden pasar de una teología que trataba de los bole como ariete una sentencia de Ambrosio: «Non in dia­ hombres a una teología que se centre en Dios23. Mientras léctica complacuit Deo salvum facere populum suum» que para Harnack, máximo representante de la teología [No le complació a Dios salvar a su pueblo en la dialéc­ liberal, la teología ha de ser ante todo ciencia, para Barth tica]28. la teología habría de ser predicación. La cuestión de fondo radica en la articulación de fe, Peterson se distanciará notablemente tanto de la teo­ revelación, Iglesia y dogma. Para Peterson la revelación logía liberal como de la teología dialéctica. Estos aspectos contiene una pretensión de llegar hasta los hombres. En están presentes de modo meridiano en su primer escrito la revelación está la verdad de modo concreto, no como 16 17

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