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El monitor de la educación común. Año 64 No. 871/872 Jul/Ago 1945 PDF

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Preview El monitor de la educación común. Año 64 No. 871/872 Jul/Ago 1945

Ano LXIV Julio y agosto de 1945 Nos. 871 y 872 EL MONITOR DE LA EDUCACION COMUN ORGANO DEL CONSEJO NACIONAL DE EDUCACION MINISTERIO DE JUSTICIA E INSTRUCCI6N PUBLICA SUMARIO pag. pag. RIV ADA VIA -EI hombre y la PAGINAS DE MITRE -Retrato obra-, por N. Duarte . .. 3 de San Martin y San Lorenzo- 47 RIV ADA VIA Y LA MUJER EN DIVISIBILIDAD, por Carlos J. LA HISTORIA ARGENTINA, Florit . . . . . . . . . . .. 58 por Haydee E. Frizzi de Longoni 29 INFORMACI6N NACIONAL. - 9 de Julio. pag. 71. - Celebracion oe aniversarios patrios de los paises americanos. pig. 72. - Colocacion de \a piedra fundamental del edificio para la escuela Nq 3 del distrito 12q, pig. 86. - 50Q aniversario de \a fundacion de la escuela Nq 22 del distrito 99, pig. 88. - Comunicacion de la Academia Espanola de la Lengua, pig. 88. - 959 aniversario de \a muerte ,de San Martin, pig. 89. - Homenaje al Soldado Desconocido de la Independencia. pig. 89. - Celebracion de aniversarios patrios american os, pig. 9 O. - Inauguracion de la Biblioteca Estudiantil N9 4. pig. 95. LIBROS. pig. 96. Direcci6n y Administraci6n: RODR1GUEZ PE~A 935 BUENOS AIRES BIB'.IOT!:CA N4CIONAL! ----------------_________- 'I.-__ nl= MAI= T"r RIVADAVIA EL HOMBRE Y LA OBRA Los nacidos para la fama deben saber que la vida cobra muy duro precio porIa celebridad. El heroismo se paga, casi siempre, con dinero de sangre, cuando no con la vida, y los laureles de la gloria, wmo las palmas de la victoria, se nutren, casi exclusivamente, con los zumos amargos del dolor y del sacrificio de quien los conquista. POI' otra parte, parece inexorable que deban llegar la muerte y el tiempo para otorgar esa consagracion que no siempre, tam poco, es definitiva; porque la justicia humana es segura perQ lerda, esquiva y muy celosa en la concesion de sus favores. Rivadavia no tuvo que aguardar a sus maestros de historia y de filosofia para apr en del' estas verda des en las aulas; las vivio desde la infancia. Porque ya en los primeros arros, los de la orfandad, como en todo 10 largo de su vida, la intima y la publica, conocio ia des gracia. Hasta despues de muerto; porque hubo quienes, to davia, 10 discutieron 0 concitaron sobre su obI' a y su pensamiento la calumnia, la incomprension un ,sentimiento animadverso sin razon. Aunque Q 81, como la luna, continuo imperterrito, con el mismo empaque y con el serrorio del que se sabe superior y no 10 desimula, porque no co noce la hipocresia ni la falsa modestia. Quiza pOI' esto mismo, porque se adivino y se sabia un elegido del infortunio, combatido en la al tura de sus destinos como en el llano acongojante del destierro, tenia la prestancia del triste, la prestancia severa que hacia olvidar la fealdad de su fisico, castigado pOI' una cabeza enorme y un cuerpo rollizo, donde el abdomen prevalecia sobre las piernas, cortas y muy robus tas para· su estatura. Pero pOl' esto mismo imponia; porque 1a fealdad da prestigio cuando hace de mascara para ocultar el genio 0 el talen to. Y pOI' esto mismo no con tab an sus ojos, saltados, sus labios, car gados y de mal dibujo, ni su nariz, chata y roma, en una cara re donda y larda, que Ie valio ·el ba,utizo de "mulato". El interior, -4- cuanto habia dentro, Ie daba la arrogancia, la pulcritud y la apos tara que, sin tener, traslucia. Las mismas apariencias que mostro, hasta ser agraviante, en la presidencia de las Provincias Unidas, en Re.trato pintado en Londres, por Butor desconocido, cn 1815. El original se. conse:rva en e:l Musto Hist6rico National. Paris, en Madrid, en Londres y en Cadiz, en la calle, en la corte, como en la propia casa. Quien 10 miraba no precisaba observar mucho para descubrir que tenia algo mas que los otros. Lo vel1dia su mirada. Y la cOl1versacion. -5- Era grandilocuente hasta con los criados. Podia permitirse el ser de est a manera. No en vano, ademas de saberse dueno de una cabeza feliz, era hijo de galIegos. Y, sin embargo, sabia adaptarse. Lo mismo Ie valian la suerte como el infortunio; la abundancia como la inopia. Porque escapaba a la realidad, aunque la sabia medir y apreciar como ninguno, y, mas, se adelantaba a ella intuyendola, como cuando antes que mu chos sento la teoria del libre cambio e introdujo a la mujer en la vida activa, cuando reformo el regimen agrario, creo escuelas y propicio Retrato, firmado por Fortuny la inmigraClon. Como siempre, cu.ando en la secretaria del Triunvirato, como vocal del mismo, en el ministerio de gobierno de Martin Rodri guez, gobernador interino de su provincia 0 presidente estampo su firma en los decretos. Miro al favor como a la adversidad, con la mis rna indiferencia, porque por encima de elIos estaba Rivadavia, y por sobre Rivadavia la patria. En esto radica su grandeza, en su integri dad -era un monolito moral y material-, en el vigor de sus renun- - 6 - • ciamientos, en la eleccion matematica del camino mas corto para llegar al fin, en el conocimiento del ultimo limite. Rivadavia es el hombre que presiente el futuro, y por esto apa rece como olvidando el presente, para plantar en el los cimientos del manana. Puede, quiza, lIamarsele teo rico ; pero no es tal; se aferra a la realidad venidera, seguro de que habra de lIegar. Como los esc a- Buato d~ Mirlnol. uculpido en Londre.. en 1825. Perten"e al Museo Hist6rico Nacional ]adores de montanas, tiende la cuerda mas alIa, porque busca la cima. De alli que los problemas del paso los resuelva a menudo parcial mente, en to do cuanto concierna al porvenir, y que su lucha este diri gida contra el pasado. Era un profeta. Como el Bautista, clamaba en un desierto, infalible en sus predicciones; impaciente, empero, por verlas cumplidas. Lo obsesionaba el progreso del pais; queria innovar en -7- to do y, antes que rehacer, preferia crear cuanto faltaba. Como uno de los pocos elegidos, los capacitados, para la obra, los aptos para sacar rosas de la arena y cose0har trigo en las piedras, Rivadavia de bi6 sufrir la incomprensi6n, el recelo, el combate y la injuria de una f:.ociedad avetustada. Todavia eramos muy espaiioles. Y el era uno contra todos. Sin embargo nada 10 arredr6, ni la disparidad aparente Litografia, por A. Bad. (1829) de las fuerzas en lucha, porque se bastaba solo. Era un titan, aunque liUY pocos de sus contemporaneos 10 sabian, y tuvieran que ser los extraiios, en Europa, los que por tal 10 conocieran. Bastaria enunciar la lista de sus obras para mostrarlo en toda su enjundia, en la enor midad de su talento, en la colosal capacidad de trabajo con que es- 8- taba dotado. Habria sido procer en cualquier pais; pOl'que el suyo no es el caso del tuerto, rey en tierra de ciegos. Para la patria fue pro videncial, el arquitecto que trazo los proyectos de su grandeza y cons truyo cuanto pudo, dejando para los demas la terminacion de su obra. Litogralia, por H. Stein Cuando Mitre 10 llamo el p1'imer heroe civil, sus labios hablaron por todos los argentinos. Nadie ha podido disputarle el titulo; pre tenderlo seria mas que osadia. I Mal pueden adivinar los padres el destino de los hijos. Menos pudo presumirlo Josefa Ribadavia, que los dejo muy niiios, y solo en -9- parte Benito Gonzalez Ribadavia, su primo hermano y marido, que hasta 1816, el ano de su muerte, siguio de cerca el camino ascendente de Bernardino y padecio, victima de una obcecada interpretacion de ]a patria potestad, las querellas de Graciela y Manuela, los de slices de Santiago y la ceguera de la primogenita Tomasa. El nombre fa- Retrnto at 6Ieo,pintado por Aotonio M. Esquivel. Se conserva en el Museo Nadon.l de Bellas Arte. miliar habria quiza quedado soterrado bajo el polvo de los archivos, dado que no era mucho el brillo que sobre eI acumularan con sus desempenos judiciales el tio abuelo y don Benito, ya que el deber cum plido sin desmayos no representa meritos mayores para la posteridad; -10 - pero gracias a Bernardino, el .apellido de los Ribadavia,' cambiado en la grafia, se escribe con maYLlsculas de molde en las paginas de la historia argentina. Predestinado para la desdicha, el nifio -que habia nacido el ~O de mayo de 1780- tuvo que conformarse con el afecto postizo de una madrastra; Ana Maria Otalora parecia adoDarlo mas que pOl' nada porque 10 sabia el preferido de su padre. Pero el tenia nece sidad de otro carifio, hay sentimientos que no se sustituyen, y el padre poco mas podia darle, retraido como era, parco en las expansiones y solemne. Rivadavia tuvo que hacerse solo. Marcos Salcedo, con sotana, Ie ensefio la cartilla hasta que pudo leer y escribir algo suelto. Despues hubo un parentesis para los libros. Los retomo a los dieciocho afios, como alum no de gramatica en el Co legio Real; alli tambien cm'so filosofia y teologia hast a 1803, con algunas pausas. De todos sus maestros recordo siempre a tres: Pedro .l<'ernandez, Valentin Gomez y Chorroarin. En realidad, como acon tecio con los hombres maximos de nuestra republica, el paso por las aulas sirvio tan s6lo paDa abrirle los ojos y evitarle la perdida de tiempo. No llego a ser doctor. Y fue una suerte, porque cuando inte rrumpio los estudios, cambio los textos pOl' los libros de la biblioteca paterna. Leyo mucho, 10 suficiente como para mas tarde enfrascarse tn las obras barbaras, desde que hasta entonces no habia ojeado otras paginas que las de los autores espafioles. Cuando las Invasiones, Ber nardino estuvo con su padre, por Liniers y contra Sobremonte, y, en el momento en que los ingleses persistieron con su intencion de am pliar con Buenos Aires el imperio de Jorge III, fue teniente de fusi leros en el cuel'lpo de Gallegos que mando Cervifio e, improvisado ca pitan, cumplio con valentia su debeI': "Tan pronto como paso el peligro -escribio Ossorio--, abandono las armas :I no volvio a ponerse el uniforme, cosa notable en los tiempos en que cua1quier zarramplln sofiaba con llegar a general". Al marcharse, los ingleses dejaron la fiebre de los negocios. Y Rivadavia se puso a comerciante. Tambien fue procurador y martillero. Ya en los afios mozos estaba enfermo de accion. En diciembre de 1808, Liniers quiso pagar una deuda de fa vores, amistad y simpatia a don Benito Ribadavia y nombro al hijo alferez real. El Cabildo no 10 quiso y 10 rechazo <, pOI' soltero, por no tener carrera", porque era "notoriamente falto de facultades, joven sin ejercicio, sin el menor merito ... ". Con todo, fue alferez pOI' un dla; por otra parte, 10 entre comillas no iba contra el sino contra el virrey frances. Era Alzaga, que en Rivadavia veia al gabacho, y Ie hacia decir al Cabildo tales cosas. POI' ese entonces tambien debio - 11 - f>ufrir los ataques de otro grande, Moreno. Mas no Ie importa; esta seguro de su destino y bien sabe valerse como" abogado, sin el titulo, acaudalado, sin fondos, y sabio, sin haber frecuentado las aulas". Oleo de P"rilidi.no Pueyrred6n. Pertonece a la galeri. de I. Presidencia de I. Republica .A.unque el achaque por arro~arse esas condiciones provenga del que, mas tarde iba a ser la figura cumbre de la Revoluci6n.

Description:
racter que en ellas puso de relieve la desgracia, tan similar al orgullo y fiero empecinamiento Divisibilidad pO?' 8. Sabemos que a produjo en el NQ 867 de la revista, fue publicado con. el NQ 74, T. XXI, de la. Serie 3', por el
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