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El momento Guizot. El liberalismo doctrinario entre la Restauración y la Revolución de 1848 PDF

314 Pages·2015·12.507 MB·Spanish
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Pierre Rosanvallon El momento Guizot Traducción: Hernán M. Díaz Editorial Biblos/ H 15 TORIA El liberalismo doctrinario entre la Restauración y la Revolución de 1848 Editorial Biblos Rosanvallon, Pierre El momento Guizot. El liberalismo doctrinario entre la Restauración y la Revolución de 1848. - la, ed. - Ciudad Auténoma de Buenos Aires: Biblos, 2015, 316 pp.; 23 x 16 cm. (Historia) ISBN 978-987-691-357-7 1. Investigación histórica. L Díaz, Hernán M., trad. CDD 907.2 Avec le souken du La traducción de este libro ha sido beneficiada con una ayuda del Centre National du Livre, Francia. Cet ouvrage a bénéficié du soutien des Programmes dade ú la publication de Dlnstitut francais. Esta obra ha sido beneficiada con el apoyo de los Programas de Ayuda a la Publicación del Institut Francais. Título original: Le moment Guizot, París, O Gallimard, 1985. Diseño de tapa: Luciano Tirabassi U. Ulustración de tapa: Retrato de Francois Guizot por Paul Delaroche, e. 1839. Ny Carlsberg Glyptotek, Copenhague, O de la traducción: Hernán M. Díaz O Editorial Biblos, 2015 Pasaje José M. Giuffra 318, CIO064ADD Buenos Aires editorialbiblosGeditorialbiblos.com | wwww.editorialbiblos.com Hecho el depósito que dispone la Ley 11.723 Impreso en la Argentina Esta primera edición fue impresa en Talleres Gráficos Porter, Plaza 1202, Buenos Aires, República Argentina, en abril de 2015. Agradecimientos Entre todos aquellos que me han ayudado con sus sugerencias y sus críticas, debo agradecer en particular a Francois Furet y a Claude Lefort, quienes aceptaron leerlas diferentes versiones de este manuscrito. Pierre Nora, por su lado, superó ampliamente su rol habitual de director de colección, ayudándome con mucha eficacia en la corrección final del texto. Además debo agradecer muy especialmente a Rémy Schlumberger, quien me facilitó el acceso a los papeles de Guizot, su tatarabuelo, dándome la posibilidad-de permanecer una temporada en Val-Richer, donde he podido consultar los documentos que no fueron entregados a los Archivos Nacionales. indice L El momento Gaizot .....oononoccccnononcro oranra noonro rcro nnonrcaa rnr rar nnanoo rrenr ornn nrrnaannao 11 El retorno al siglo XK occccnninnoncccnonoanocnnnnnann ntanna ocarn rnnarrar nnenaa na ron rcaotonn ora nreanrnann corrron a 11 Terminar la RevoluciÓN ...onnccconnon eonon norc cono oa nnaa roo ronnancnrnonnancanoono ngaaroa noora crraonaronneroani os 14 El momento QUIZOb ncoccncconnnnnionannanonannaros NINA ROA RR RRA R RR Narea nara RR Rar Rara ranas 23 TL, El poder social ...ooococcnnnnnnncnoor noconnnnnoonann onann nroo rcon can cnr orr coo nnannor onn nrr rnoron canga nonno s 29 Gobierno y sociedad +.cccocccnnnooonacnonnanonarearorrno ornnennoonnennaanan aannnon erraa rron anna rnarannennncneian os 29 El poder social .occconinnnnnincar connno ncaraac ncaono nói caananriaa ncanaananro n erarna nar eno rara raro ara na rar cnaneniaa 36 El trabajo de la representación ...ommcooconnonccnnonenannononónaacnnonarnomnannoa nceonna aanrarnoorracoarnoas 45 La opinión como mercado político ...ocoooncoornncnonavnarnron roas nrnaanran cnannoan rrr roarc roonanrennnaoar 52 TIE, La nueva ciudadanía ......ooconriccnacna cncocr onn nnanoon raa arcna nraroa nnarararc rara cracran a BA El temor al MÚMETO c.occcccconocno nnnnnnrarnrnro annara ransa nnr naora anr nann ran rnnn Reono nrar onanne arcracncaoron 61 La recurrencia DÁTDara ...ooomococconccnannnoc ann cnra cnanonn oaa nraadonrannarnennanorrna icnaa rncnnaanrns s banoroes .67 El orden de la TazÓN .oocnoiimiccicinonnss pennennnrrrr nens ON 70 El ciudadano capacitario ......... RAR RR RR RR RRA RR RRA RN RR REI RRRR RG ERRE RR Ra nanR Nasa rnnenerans 76 IV. La consagración de las capacidades ..00.cooninnnnonencanininnnron nra nnreonrconnnconrnros 85 La nueva aristocracia mecmmmmncrnconnonarnoni nnannroanrnnnnona eern cane rr nana n arenosa nnanaa nar arsanannnnnes 85 Los signos y las pruebas ....mccconanconnaononrennon ncarnrarn earrnara annna arrnan ror cnreoa rrnorarninniaaos 96 Las capacidades y el equivoco democrático m.ccccconoonerenencconononaancaanarnanconorarneraronnos 106 V. La razón y los cañones c.mccoricononcacc crnor anaan noara nnona rarn naarec neonasr an nrararnnn nournia 115 El espíritu político ...oooconiononnanancanonaroacroarnonnaann Annan ear RO Ra RR nena rn Ro ana rela rnrrerraa rasos 115 La religión del hecho y el genio Írantés .ocococcomencesccninnennnanorecaranariniaaass parrarencanano 125 Las dos espadaS ..oooornennncconaconanicancncnnnaroornnnenanass A 131 Los OXBanizadores emmcccocorionncccnncoarnoi cnceoinaccnno O 136 Vi Una clase que debe reconocerse a SÍ MISMA cmconconnncnicccnoracccnnanacnó 143 Los vencedores y los VencdidOS ....omonccnnnornancacras AAN 143 El derecho y la fuerza o... RNE R ERRE NARRAR R RR RR RR rare ana ranma rana nen rro rocnnnarnraoo 148 Dar una Memoria moon. AN errancenonan craneo 154 Asumir la Revolución Francesa. cooccconnocinaonna cncoa no nranna anr rnna sncana r rnro anarn neavracncocnnnaca s 162 Embrar en política .cconconnrar nrnncncnn ncr roorncnaronin ccnn onr arraer rcar anrrnr rran rr nraoran oroar ras LO9 VIL El gobierno de los espiritus .......cconanocicnnonanononcnnaninnnros perorrnnnnoronnancaaaaas 177 La gestión del sentido COMÚN comocccononnonaninoanooorananno nornaanraennnnnnonnar roca ornnaanracnaanannnans 177 El Estado InstibuboT ....ococrmmnanonennencannnnanananrnnraanr oernror rnanaa noaa nrona a naro nnrrrnnrron nanna nao ano s 183 Las funciones de la educación ....ccornonoonnncneconnoneo rconro arn ncaano nrrna nnnannnnannonaarnaraarnnnaon 191 El Estado SoOCIÓLOYO..occoooccccccnnanonnaorrann onrnnnaan nrr aarna eoN Rro annnancnranc oaro rrnnr neenna cca cronadan roaro s 203 VHL La dinámica del conservadurismo ..mmocicinnnnociraca nrnnonnanc caocorn ao nnrrnraano 211 El liberalismo inhallable ooo niconionicccconnnananooorcnnonaonananonoro rnraannaocar nraonnas bonrnrannninannos 211 La ecuación ÍraniCesa scccconononcnanco ynrnnanna aner nco vaanen nn rora rnasa varr aannn nnn nrr nanna acran nanconnnnai s 215 El rescate del tieMPO...oocococooaranono nronnnr nnanna nccarn nonr rno narnar n arnnon a nrren rnr rnan nnn ccanansa nnan a 227 FX. El trabajo de la experlendia ..onmicocininnoncccononcorco raann nao nranoa nnoonon rnrnnrnnrnnannnns 233 La política de resistencia ..coconoccccononoanon nonnann nar nnaana nnaara nacrraa rnanca nna roen ocn naa nnarara nnn es 233 La rutinización de la inteligencia política ....connonnnnoninnnorccacanarannarnnnoss aer roonararoncina 243 La tontería y el aburrimiento ...ccooarencccnoroa voenna nnooao rnania noonno nrana n ernaana rro arannannannnannas s 249 1848 como ruptura de la inteligibilidad....oooconnnnnnncnccocanocononnorrnnno cncnnrcanarcocónnaonaonos 255 X. El revés y el derecho (herencias) c.ommccicccnnonninnonccicanacannananonronn arronaarnionnnaas 265 El momento de la crÉtilA ..ocoooconocannnnnnoronnconcncnnonnonó rnr nraonan ron rn oernann anreonar noranaaainiaa naono 265 El nacimiento de la ideología Durguesa mommmncncroneccacancionanrnrorneraroncraranarnnnnannaons 272 La nueva inteligencia política de la burguesÍa....onoonnnnnrccineniniacicnonrroncrrnanass 278 El subsuelo de la República .unonnncicinnnia cnanaarnn ercrora rrarca nacna nccra ornin arrao a bernonnns 284 Lo próximo y lo lejaDO c.ococccccnonnoaar cnn nnaonor aon rnarrnconan nrn croonon a anrarn rraa onraor nnanroenanra aria s 296 Anexo Francois Guizot: breves indicaciones biográÑicaS i..coninccnnncacanasannrnornvonneracrcni n 301 Referencias bibliográficas ....ooonooonniinninnicnininirconenericrcnonononorrranoranronaon o aaron 309 L El momento Guizot El retorno al siglo XIX No es difícil constatar que los historiadores, de manera general, le han prestado bastante poca atención a la primera mitad del siglo XIX francés, los años que van de 1814 a 1848, y el pensamiento político de este período no interesa todavía más que a un puñado de especialistas. Salvo raras excepciones, ya prácticamente no se leen, y por ello no se reeditan más, las obras de Guizot, Thiers, Cousin, Rémusat, Royer-Collard, Mignet, Augustin Thierry, Ballanche, Bonald, para citar solamente algunos de los nombres más ilustres. Todos esos autores fueron implícitamente incluidos en la imagen aburrida de un período sin consistencia propia. Tiempo débil de la historia y, simultáneamente, del pensamiento, condenado a un estatus secundario, puesto sin piedad entre paréntesis. La atención se ha dirigido a los dos momentos llamados a ritmar el acontecimiento progresivo de la modernidad democrática: de un lado los pensadores de la Ilustración como precursores y del otro los de la consumación democrática. Por otra parte, poco importan en este último caso las interpretaciones de esa consumación, se la sitúe en el socialismo llamado utópico o en el marxismo, en los padres fundadores de la República o en los profetas del anarquismo. En todos los casos, en efecto, esas diversas perspectivas sobre la historia de la cultura política francesa se sustentan en la misma representación de la primera mitad del siglo XIX: la de una transición en la cual no aparece nada nuevo. Las instituciones políticas del período no son entendidas sino como un primer esbozo, incluso limitado, de las instituciones democráticas moder- nas. El sufragio censitario es visto como una simple etapa, punto de pasaje entre el Antiguo Régimen y el gobierno representativo basado en el sufragio universal. Una gran parte de la historiografía contemporánea mantiene esta visión en términos de transición, que es la del sentido común. Finalmente se interpreta la Restauración y la monarquía de Julio como una especie de [11] 12 Pierre Rosanvallon repetición del Antiguo Régimen en el interior mismo de la nueva Francia. Tema de la persistencia de lo viejo en lo nuevo, de la no consumación del doble movimiento del péndulo, de la difícil maduración de un nuevo orden social y político.! La trivialidad del análisis socioeconómico sobre el cual se basa esta lectura de la primera mitad del siglo XIX (pero que igualmente se puede ampliar sin dificultades al conjunto del siglo) es aquí engañosa. Porque el problema proviene del deslizamiento teórico que se opera implici- tamente en su seno. Que la economía del siglo XIX esté compuesta, marcada por la emergencia de un crecimiento industrial en un mundo que sigue siendo agrario, es incuestionable. Tampoco podríamos discutir el carácter progresivo de la formación de las nuevas clases sociales (burguesía, clase obrera), ligadas a las transformaciones de las estructuras económicas. Si lo viejo es el mundo rural y “feudal” y lo nuevo el mundo urbano e indus- trial, se puede hablar en efecto en términos de transición para calificar el pasaje de uno al otro.? ¿Pero se puede reducir la historia del siglo XIX a este enfoque en términos de modo de producción y de clases económicas? O, más precisamente, ¿tenemos derecho a rebajar la historia del imagina- rio liberal y democrático sobre el desarrollo de la economía capitalista? A esa pregunta, este libro responde en forma negativa. Las ideas liberales y democráticas modernas no se despliegan de manera lineal, como tampoco se acoplan a las fases de un movimiento socioeconómico que le otorgaría su sentido verdadero y último. Nuestra hipótesis es que ellas se relacionan, de manera relativamente autónoma, con un orden de hechos específicos: la interpretación de la Revolución Francesa y la construcción de una racio- nalidad política que permita fundar un orden estable dentro del respeto a los principios de 1789, la igualdad civil y la libertad política. Los autores políticos de la Restauración y de la monarquía de Julio no son los intérpretes parciales o limitados de un principio que ellos se negarían a reconocer en toda su amplitud o cuyo alcance práctico lograrían reducir ingeniosamente. Es necesario, al contrario, entenderlos como los iniciadores originales de una reflexión sobre la política moderna empalmada sobre una experiencia 1. Véase, cada uno con una óptica diferente, A.d. Mayer, The Persistance of the Old Regime. Europe to the Great War, Nueva York, Pantheon Books, 1980, y E, Weber, La Fin des terroirs, la modernisation de la France rurale (1870-1914), París, Fayard, 1983, Se puede señalar que este tema de la persistencia generalmente es entendido desde una perspectiva socioeconómica. Al contrario, la visión tocquevilliana de la continuidad entre el Estado absolutista y el Estado del siglo XIX (véase El Antiguo Régimen y la Revolución) ha sido bastante poco retomada en la medida en que no concuerda con las lecturas dominantes del siglo XxX. De hecho, lo que aquí está en juego es la interpretación global de la Revolución Francesa, indisociablemente ruptura de la imaginería política y continuidad de las relaciones Estado-sociedad, 2. Evidentemente no entro aquí en la discusión sobre el concepto de transición que implica esta lectura. Sobre este punto, me permito remitir a lo que ya he dicho en Le capitalisme utopique, París, Seuil, 1979, pp. 126-127. 18 El momento Guizot mayor: la de la historia de Francia de 1789 a 1814. Su originalidad se torna naturalmente ilegible si olvidamos la especificidad de ese contexto político e intelectual para considerar solamente el movimiento intrínseco de las “ideas”, de Rousseau a los teóricos de la República o del socialismo. Una historia de las ideas sólo tiene sentido si es histórica. Banalidad, se dirá. Pero es lo que olvidan prácticamente todos los que hablan desde Marx o Lichtenberger* de “socialismo” en el siglo XVI, haciendo de los hombres del Siglo de las Luces simples precursores de un movimiento intelectual que conseguiría su madurez poco a poco. La Revolución no solamente contribuyó a acelerar la germinación de una promesa de la cual ellos habrían sido los primeros profetas. Introdujo también una ruptura en la manera de concebir la política y la historia. El desarrollo de los acontecimientos revolucionarios, y particularmente 1793, provocó en efecto una interrogación fundamental sobre el sentido de la idea democrática, desplazando así el centro de gra- vedad de la reflexión política. Á comienzos del siglo XIX, la cuestión crucial que tratan de resolver una gran parte de los autores “Liberales” es la de las relaciones entre el liberalismo y la democracia. Su objetivo es comprender las condiciones en las cuales el ideal democrático de la participación en la cosa pública se había vuelto ferozmente contra las libertades. En otros términos, quieren evitar que el ciudadano pueda de nuevo disociarse del individuo hasta disolverlo. Los filósofos del siglo XVI, ya se trate de Mon- tesquieu o de Rousseau, no habían pensado realmente en esos términos o, más exactamente, no se habían enfrentado a la radicalidad práctica de esta cuestión hasta hacer de ella el centro de su obra.* La instauración del sufragio universal, a partir de 1848,*? banalizará igualmente este problema, aunque de otro modo, dando la ilusión de su resolución. La historia del liberalismo francés no puede ser reconstituida sin teneren cuenta este hecho. En ello se distingue de la historia del liberalismo inglés. Éste, en efecto, se muestra relativamente unificado. El objeto “pensamien- to liberal” recubre en Inglaterra un conjunto de significaciones políticas o económicas globalmente homogéneas e históricamente estables. A pesar de sus diferencias, Locke, Hume, Smith y John Stuart Mill se inscriben en un campo conceptual relativamente coherente. Coherencia que resulta en gran parte del consenso sobre el contexto institucional legado por la Revolución del siglo XVI: los logros de 1688 constituyen el zócalo común de su pensa- 3. La obra de André Lichtenberger, Le socialisme au XVI? siécle, Paris, 1895, es típica de esta concepción acumulativa, ahistórica, de la historia de las ideas. 4. Rousseau, por ejermpio, nunca realizó la síntesis del Emilio y del Contrato social, pensando de manera separada el problema del ciudadano y el del individuo, “Hay que elegir entre hacer un hombre y hacer un ciudadano, pues no se puede hacer a la vez uno y otro”, escribe en el Emilio. 5. Dejamos afuera el problema, intelectualmente decisivo, del sufragio de las mujeres,

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