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El modelo económico de la concertación 1990-2005 : ¿reformas o cambio? PDF

288 Pages·2007·23.552 MB·Spanish
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f z• . I 0 ( \ C - 'D 3 o, ~83 = :==;;:::;;::: HU ~) Oscar Mufi.oz Gama (°YV'ff C 1 "Y5 .<?00 RED DE BIBLl01ECA8 Pf.JBLICAS 11m11mm1um1mu1111111m11m11m1m BP383877g ,,,. EL MODELO ECO NOMICO DE LA CONCERTACI6N 1990-2005 lReforn1as o can1bio? ) FLACSO C t---t I l It: • ) ) ) 1330.983 Munoz Goma, Oscar. M971 El modelo ccon61T1ico de la conccrtacion l 990-2005: ~ Rcformas o cambio? / Oscar lV\uiioz Gorn,\ Santiago, Chile: Catalonia, 2007. 288p.; 15 x 23 cm ISBN: 978-956-8303-59-4 I ECONOJ\11A; COND1ClONES ECONOMICAS; l_ - GOBIER.1'-JOS DE LA CONCERTACION; CHILE Diseno de portada: Guarulo& Aloms Ilustraci6n de portada: A. Lorenzetti "Alegoria de/ buen gobierno: efectos de un buen gobierno en la ciudad y en el campo", siglo XIV Edici6n de te).."tos: Jorgelina Martin Composici6n: Salg6 Ltda. Irnpresi6n: Andros impresores. Santiago de Chile Direcci6n editorial: Arturo Infante Renasco Todos los derechos reservados. Esta publicaci6n no puede ser reproducida, en todo o en pa.rte, ni registrada o transmitida por sistema alguno de recuperaci6n de informaci6n, en ninguna forma o medio, sea meca.nico, fotoquimico, elecrr6nico, magnetico, electro6ptico, por fotocopia o cualquier otro, sin permiso previo, por escrito, de la editorial. Primera edici6n: julio 2007 Segunda edici6n: septiembre 2008 ISBN 978-956-8303-59-4 Registro de propiedad i.ntelecrual N° 164.087 © FLACSO-CHILE, 2007 Editorial Catalonia Santa Isabel 1235, Providencia Santiago de Chile www.catalonia.cl fNDICE lntroducci6n 9 PRIMERA PARTE La economia de mercado como sistema Capftulo I El modelo econ6mico chileno y sus crft icos 19 Capftulo II Auge, cafda y recuperaci6n de la economfa de mercado 44 Capft ulo III La economia de mercado en Chile: una vision hist6rica 64 Capftulo IV Los ejes del modelo econ6mico de Ia Concertaci6n: gobernabilidad polftica, institucionalidad econ6mica 88 y equidad social SEGUNDA PARTE: La estrategia economica concertacionista , . CLoasp fft uunlod aVm entos macroecon6micos parn una economia ab1ert:.1 107 . . Capf tulo VI Reformas de la institucionalidad microeconorn1G1 WWW Capftulo Vll Transformaci6n de las capacidades competitivas 148 Capitulo Vlll Competitividad y emprendi1niento: la dif fcil situaci6n estructural de las pequef1as empresas 173 TERCERA PARTE: Desafios sociopoliticos Capitulo IX Igualdad de oportunidades para la cohesion social 201 Capitulo X Consideraciones finales: estado, mercado y democracia 236 Bibliografi a general 269 INTRODUCCION Despues de 17 arios de gobiernos concertacionistas se ha profundizado el inte- res nacional e internacional por entender lo que se ha denominado el modelo econ6mico chileno. Esta experiencia ha Jogrado resultados ineditos en los ul- timos 100 arios, tanto por sus resultados econ6micos como por su dimension polftica. Este libro constituye un intento por comprender mejor el caracter de! sistema econ6mico desarrollado por los gobiernos de la Concertaci6n. El ob- jetivo principal es examinar tanto las fortalezas como las debilidades de la lla- mada economia de mercado, a la manera como ha sido impulsada y construida por los gobiernos de la Concertaci6n. El texto esta organizado en tres partes principales: la primera, formada por Ios cuatro capitulos iniciales, discute el significado hist6rico y conceptual de este sistema y sus aplicaciones en Chile hasta los gobiernos concertacionistas. La segunda, conformada por los cuatro capftulos siguientes, elabora mas en detalle Ios aspectos sustantivos de las es- trategias econ6micas desde 1990, referidas a los aspectos macroecon6micos, microecon6micos y los relacionados con el desarrollo de la competitividad. En la tercera parte, los dos capitulos finales abordan los principales desafios socio-politicos. Debemos aclarar desde la partida que no es un texto sabre las politicas publicas de estos gobiernos, prop6sito que seria desmedido y que, por lo de- mas, ha sido objeto de estudio de una extensa literatura de los ultimos ai'los. Abrigamos un objetivo mas especifico: entender de que manera los gobiernos concertacionistas han venido consolidando y adaptando el sistema de econo- mia de mercado a la nueva realidad chilena, inserta en la globalizacion. Es un sistema que admite respuestas muy diversas a los multiples problemas eco- n6micos y sociales que enfrenta una sociedad como la chilena, para los que las innovaciones institucionales desempen.an un papel fundamental. Nuestra tesis central es que el sistema de mercado ofrece enormes oportunidades de desarrollo, pero de por si es insuficiente para resolver todos los problemas de coordinaci6n econ6mica. Por esto, debe sustentusc.' en una institucionJ.lidad Y en relaciones especificas entre el Estado. b sociecb d. en gener:.1I. y el sector privado, en particulai~ las que defininin los p.rnimetros y limites baio los cuales este sistema debiera operar. Pero es tambien un regimen contro\'c.'rtido, reconocido por muchos como la llnve mnestra del crecimiento econ6mico) denosc:.ido, .1simismo, por injusto y no tan eficiente parn aborchu Ins nuc:'vns exigcnci.\s deb glob:.1l iz:.1cion. Desdc la t\ltinrn elecci6n prt>sidt•nci,d (:2005) St' han pl.1nte,1do scrios rc:'p:.1ros l) a este modelo, desde puntos de vistas ideol6gicos muy diferenles. El primer capitulo de este libro pasa revista a las principales crfticas pbnteadas. Con- trastan, asi, las visiones crfticas con un sentimiento amplio y compartido de que se trata de una estrategia que, en lo fundamental, debe mantenerse, sin perjuicio de diversos ajustes y reformas necesarias para mejorar, sobre todo, la equidad. La economia de mercado es un viejo sistema de organizaci6n social, que adquiri6 preeminencia desde el siglo XIX como pilar del capitalismo salvaje de esos aflos, y se consolid6 en el siglo XX, aunque domesticado por lo que se ha conocido como el Estado social y regulador. Vanos fueron los intentos por erradicarlo en diversos paises de Europa Central y Oriental, y de\ Asia, durante la era de los "socialismos reales'; cuando se pens6 que la planificaci6n central y la propiedad publica podrfan ser mecanismos mas eficaces para coordinar las decisiones econ6micas. Este tema constituye el objeto del segundo capitulo. Como se discute en el capitulo tercero, la economia de mercado en Chi- le ha tenido una relaci6n hist6rica de amor y odio, aunque siempre de acuerdo a las circunstancias mundiales y con algunos desfases. Este pais acogi6 el libe- ralismo econ6mico despues de la lndependencia, especialmente en la segunda mitad del siglo XIX, aun cuando esto no excluy6 una progresiva injerencia del Estado, sobre todo hacia fines de ese mismo siglo. Esto fue parte de la cons- trucci6n de la Republica. Pero desde la Gran Depresi6n de los aflos posteriores a 1929 y hasta bien avanzada la post Segunda Guerra Mundial, el desencan- to con el mercado estimu16 extensos controles y regulaciones estatales que adolecieron de muchas deficiencias. Esta tendencia se prolong6 mas alla de lo que ocurri6 en muchas otras latitudes, aunque desde fines de los aflos 50 hubo intentos no sostenidos por corregirla parcialmente. La dictadura mili- tar se tom6 la libertad de producir un vuelco total y convertirse en adalid de una liberalizaci6n econ6mica radical, que super6 los intentos mas atrevidos de otras regiones. El fundamentalismo neo-liberal cal6 hondo en la elite dirigente chilena yen las politicas publicas de ese periodo, sin importar los costos socia- les que signific6. La globalizaci6n, intensificada desde los afios 80, confirm6 esta opci6n y le quit6 el piso a cualquier coqueteo con la idea del retorno a un sistema intervencionista de viejo cuflo. En 1990, la Concertaci6n de Partidos por la Democracia, al asumir el gobierno, no estaba para experimentos socio-econ6- micos, de los cuales el pais habia tenido bastante, y con altos costos, y asumi6 de lleno la economia de mercado como el mecanismo fundamental de organi- zaci6n econ6mica. Pero decidi6 imponerle un sello social del que habia care- cido, atenta al compromiso con la transici6n democratica. Sin la pretension de emular modelos de otros paf.ses que, aunque atractivos, no correspondian a la realidad chilena, esta alianza se ha abocado al objetivo de construir una econo- mia social de mercado propia, en la que los dos grandes pilares sean el sistema de mercado abierto y competitivo, y otro social focalizado en la proteccion de I 10 los grupos mas nccesilados, permitienclo la creaci6n cle op t 'd d 1 seclores ma, s vulnerables. c or uni a es para os El cuarto capf tulo postula que la experiencia concertacionista se ha construido en torno a tr~~ grandes ejes: una alianza polftica de centro-izquier- da, base de la gobernabil1dad, a partir de la cual se desarrolla un sistema de mercaclo; una institucionalidad macro y mesoecon6mica que estimula la efi- ciencia y el dinamismo econ6micos; y una institucionalidad social que enfren- ta las inequidades extremas del sistema. En la segunda parte se abordan los temas centrales de la estrategia econ6mica seguida por los gobiernos de la Concertaci6n. Toda economia de mercado supone instituciones y politicas que la sustenten. El capftulo quinto plantea los fundamentos macroecon6micos, una de las bases mas importantes del exito de esta estrategia. La estabilidad, el bajo nivel de riesgo pafs y la po- sibilidad de mantener una tasa de inversi6n relativamente alta han sustentado un ritmo de crecimiento de largo plazo que, en promedio, supera ampliamente la trayectoria hist6rica de Chile en el siglo XX. Con todo, debe reconocerse que en tiempos recientes el desempeflo de la economfa chilena esta siendo objeto de crfticas debido a la cafda del ritmo de crecimiento por debajo de! promedio de los afios 90. Algunas tesis apuntan a deficiencias de la politica macroeco- n6mica, como una excesiva austeridad fiscal, en tanto otros argumentan que las fallas estarian en las politicas meso y microecon6micas, no generadoras de los incentivos adecuados para el aumento de la productividad. En los capitu- los sexto, septimo y octavo se abordan estas dimensiones de las politicas, las cuales han tenido directa incidencia en la configuraci6n <lei sistema produc- tivo. Culmina esta parte con un analisis del efecto de la actual estructura de la produccion y de las politicas sabre las micro, pequefi.as y medianas empresas, objeto del capft ulo octavo. Este sector no solo tiene importancia por su inci- dencia en el empleo y en las posibilidades de aumentar la productividad, sino tambien porque constituye un eslabon fundamental en la generaci6n de mayor igualdad de oportunidades para los sectores rezagados y menos favorecidos en la distribucion del ingreso y, por lo tanto, con la equidad. El equilibria entre eficiencia y equidad no ha sido facil, porque ape1a a dos logicas diferentes, miradas por muchos como las "dos almas de la Concer- tacion''. Son diferentes pero no excluyentes y han requerido de la construcci6n de un tejido institucional muy fino. Es una estrategia que ha evitado simplis- mos como "primero crecer, despues redistribuir'; o "el mercado para crear la riqueza, y el Estado para redistribuirla''. La pobreza y la falta de oportunida- des son un desperdicio no solo social sino tambien econ6mico, que restrin- gen el potencial de crecimiento. No atenderlas significa postergar un creci- miento mayor. Pero tampoco puede ser el Estado el t"mico que redistribuya, ni es conveniente que lo sea. A la larga, solo una real inserci6n productiva Y un fortalecimiento de las capacidades de quienes sufren las vulnerabilidades, son las mecanismos mas eficaces para redistribuir las oportunidades. Y, en esto, tanto el mercado como el Estado tienen responsnbilidades, las cuales deben 11 I : s cg dsaoretc iliaca uldeliassr cpsueas.r iaE6 lnu fndoaer ltm aclaaespc iijtmuuslitoea n nitgoovu deaelnd olaa.d s rceaapl adcei doapdoerst upnrioddaudcetsiv caosn dseti tluoyse a egle fnolceos lcEiedayqcmdcamelc aisi ue sariooet ddpe eua.xmnn leondrCadepe6sgnetossersaarmer et e arPdceccanc sirshamaa noo icou lp6di rtaenloullar lanole.tucseoyn ic ni A lpm opeoliltrosaaidlionri oa am. edei al mes rssfsCesd cottg le tiieehe,oaerosc sxniecassnmsal itioln eot dgododdcen smeeossae ecistne mt. pinaoi a luaceSiamcilab tincim doouandaNab esnbl adppsi o casrt ,amoao o eoocddl sp, anliles e eeioolus dlrdalce sdnlc ed 6Eisi Eci.a mset e fseoEdsaemismtqoct mfonanasouuu , adati dpl eleirnebooqtodeermldaos,u z ta dre areropepdopesdesn,se rlrco sacc e srieag sn omioolhle eeaa apnc a,pnn ect io iica areipalnnlidoaomirlooaetsesnaese lrs b sl saulry na aiaslnlddaaeieoe rea\ed idncrs o lbclotmq.oee sal iEelus m eoEnlosdni sionsdatdmeoett.otabaae r eco,aElledednlr a tal,nolsaesd e a eudc s aneer py icpeilrorpd ara eltc oc er.ea uqsca doane paAudoderefreloeanuf n ea lnisc m ftnimacediornstsdsiiseeaereo etbitrtrdblennczeae u ii9mdcrca lllydeaea0ieii eaaaea-s---,l eycqrtjiEuonesoulap iqv secp leeu,mii ecslbpioaretiarussi arong ieoylen aei sn qzofcrtdaoauoapielodr eied qmnond seupi. i a o cesarscocnec ueiusameogsedsstneoin oeer o etsmendnas na emeitlcbcao soioad usamt sin,rras eodecttusiistoanceuo nmaaqnld ut ueeoonat neld eocp6, corl aagaeepsrr iss aoldct.aice raterHt e s idecmra eerima e mlsutd reuutctoee ryohp sxa ,aer p ttenseoheos ssi enpycneami oeynvdsc oteoioaeins sat yt er slii atsinognrzcplcaaaotoecltid uc avieeaoiidasnar nyso l ce p f sppuosdrur aaroye emrid p enoasriasc cuoaet oumssuml rp tdlepeeuaeisnonoycctrttaist eata6od,e rcntriun ais lnoudntnoioneeas-- qsllgalppyedpnPaaiou seuoaeooso sftbctncmsnesrp uioordir mu suae6oegehmnaeaqlrln u eaob al oapdu1,dsol Ni rcn aaeemt9el a eifiqii bmlu6sodiodnnelou.tae9ononiasotu tneas.esaetisdac vt iv nqDs yaeld rrmila act fauaseooeee 6lidttursieosnsvssain a oll c cstrditblitna(i ec,rooacieFra ed eafse i,nne lo lao a i lem euensaxnnestecnxtl li l oposaer eovl ipiEjtouo s nyloma uueodeisss,itn e6 idncrer te ane1cgqa n cil susdlco9ealdoui,a a nb 6oic7ts .oes vf edtaoinl0P a u ueeicyec s)b cdeotdgnia .e irre s uerlrlea aEeddmop lcvalsln n ree oesculi moPqas vo nms iynds,is6urites t csia eeleoprn ersctainsi omcast 6t oo mdi oepea tnndyrdnaermmdrapc evaessstalroeiona,rapuea talc l.i s d ten up isosscqie Eanoc eunoedinu e iApn xs etcacelhoseo a oias e pdl na1alcctlo sepeaenao9elcoi rriccmrrl6ne,7 gsaneeai iinnd0muafa oitxsnpits re nn.nnetcceroi mo ei aanbeiaPlav zs anyl ssou gieiasaif d dbssfdironiicqmirnraos tlebuidpu aeet e obscaieeoau n esecn iqodmis t nCcerps duehitneinI ensaro ee6saE ceasoastnre nP rof e p vsdgunadimLi nsoairbdelretAeveoericiuaea s z Npdidimlaancstduaaaror oftsh oeldonia aip miUcoo ndnap ns reav sss etueniityl1ao ien,e aoeiy s 9sprcqdcda fvci e 7iiia6doaubdanuaoas6indedneaesss----, 12 Europa sc eslaban expcrimentando nuevos diserios que incorporaban el mer- cado y la clescentralizaci6n. Durante los afios de la clictaclura militar fuimos muy crfticos del funda- mentalismo de mercado impuesto, debido a la nula consideraci6n de los costos economicos y sociales provocados y por la ingenuidad que percibfamos en la bt'.tsqueda de mecanismos automaticos de ajustes a los profundos desequili- brios de la economia chilena y mundial. Mas grave nos pareci6 el olvido en que se sumi6 el objetivo <lei desarrollo economico y la crftica global y sin matices a lo que habfa sido el modelo de desarrollo chileno desde los afios 30. Despues de la crisis de la deuda de 1982 emergio un nuevo equipo economico que, manteniendo las lfneas fundamentales del sistema de mercado construido, in- trodujo variantes mas realistas y algunas regulaciones, sobre todo en el ambito financiero, que controlaron mejor el proceso de recuperacion. Los para.metros internacionales fueron muy favorables para la economfa chilena, todo lo cual se manifesto en un crecimiento mas solido, en la recuperaci6n del empleo y en el mejoramiento general de las condiciones econ6micas. Todo ello, sin em- bargo, no impidi6 que se continuara con algunas polfticas muy cuestionadas, como las privatizaciones sin la transparencia necesaria y las repactaciones de deuda muy desiguales entre grandes y pequefios deudores. Al termino del regimen militar, la Concertacion tuvo que decidir entre un cambio radical en la estrategia econ6mica, reimplantando un intervencio- nismo estatal, aunque con un Estado muy debilitado, o aceptar las nuevas con- diciones institucionales, sometiendolas a los ajustes necesarios para una ma- yor eficiencia econ6mica y una mayor equidad social. El sector privado habfa dado muestras de un vigor desconocido en el pasado. El sistema de mercado se revelaba como un mecanismo dinamizador de la inversion y el crecimiento. Los consumidores se estaban beneficiando de oportunidades que no habian tenido por varias generaciones. Se opt6 por esta segunda posibilidad, en el convencimiento de que era el camino correcto. Los resultados de los 16 anos de gobiernos concertacionistas han confirmado con creces lo adecuado de esta decision. El Presidente Lagos culmin6 el tercer gobierno de la Concertaci6n con la mayor aprobaci6n popular que Mandatario alguno haya tenido en Chi- le, cercana al 70%. El pais ha ganado una gran confianza en si mismo y en sus instituciones y ha dado otro paso inedito como fue el de elegir a una mujer, la primera, para que desempeiiara el cargo de Presidenta de la Republica. Por nuestra parte, mantuvimos durante los anos 90 el objetivo de pro- fundizar el analisis del nuevo marco nacional e internacionaJ que enfrentaba Chile y sus implicancias para el desarrollo con equidad. Tuvimos la oportu- nidad de participar en la interesante experiencia que impuls6 el gobierno de! Presidente Frei Ruiz-Tagle de construir un dialogo social entre empresarios, trabajadores y gobierno, experiencia muy valiosa de construcci6n de agenda publica. Posteriormente, en FLACSO yen el PNUD, pudimos continuar la explo- racion de las exigencias de la trnnsformaci6n productiva p~,rn la competit:ivi- dacl intemacional, el desarrollo humano y la sustentabilidad del desarrollo. En 13

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