Victor Stanworth, propietario de Layton Court, invita a unos amigos a pasar unos días con él, pero una mañana aparece muerto en la biblioteca. Se desconoce si se ha suicidado o ha sido asesinado. Uno de los invitados es Roger Sheringham —el gran detective de Berkeley—, quien se encarga de investigar el caso. Anthony Berkeley nos muestra en esta novela el gusto, la maestría y la habilidad para urdir una obra de alto entretenimiento, fruto de la época más feliz del género.