Description:El aparato evolucionó para aterrizar, de una manera capaz de ponerle los pelos de punta a cualquiera, dando la impresión de que al piloto le tenía sin cuidado por completo su vida. Se dejó caer del cielo sudamericano a una velocidad fantástica. El gemido producido por el roce del aire se oyó a muchas millas de distancia. Por fin recobró el equilibrio, y resbaló de lado de tal forma, que parecía imposible que pudiera resistirlo el avión. Luego aterrizó. El aterrizaje reveló muchas cosas. EL piloto no era ni temerario ni loco. Era un verdadero brujo. El hombre que saltó del aeroplano parecía a punto de morir. Y no era que estuviese herido ni fuese víctima de dolencia alguna. Era, simplemente, un saco de huesos, un saco pálido y no muy grande, por añadidura. Su color era tan apetitoso como el de los plátanos verdes.