Description:Así empezó.Pero yo no lo sabía. Nadie lo sabía.Fue un principio ridículamente vulgar. En cierto modo, claro. Porque, en realidad, de vulgar solamente tuvo lo que es cotidiano en cualquier persona. Esa hora terrible del despertar. Cuando uno, aún con la mente y los ojos cargados de sueño —por haber trasnochado más de lo debido, ésta es la verdad — siente deseos de estrellar el despertador contra el muro. Luego, recuerda que le costó un puñado de dólares poseer un buen reloj que suene a la hora exacta, y con la exacta discordancia y estridencia como para hacerle botar a uno igual que si todos los diablos del Averno le pincharan, y se pierde esa ansia destructiva dirigida al pobre, sufrido, despertador, simple robot de nuestro ingenio creador, sencillo instrumento del hombre que quiere ser despertado a cierta hora de la mañana, que nunca es, por cierto, lo bastante buena para uno.Así empezó todo para mí.Con un despertar. Con un despertador. Y con la irritación normal de cualquier ser humano, que se sienta y reaccione como realmente humano que es...