Este libro es una precuela de "El asesino de las rubias" ¿Qué fue de Thomas después de su frustrada misión en la CIA y la consecuente masacre de su familia y antes de unirse a la Unidad Criminal de Nueva York"
La desaparición de una niña en un pueblo que cuenta con menos de cien habitantes, no pudo menos que revolucionar las pulsaciones y poner a todos en estado de alerta.
Luego de una búsqueda infructuosa que duró semanas, y contó con la colaboración de todo el pueblo, los lugareños, y más aún los padres de la criatura, comenzaron a aceptar que nunca la verían de nuevo. Sin embargo, como reza el dicho popular “pueblo chico infierno grande” y terminó por desatarse un vendaval de acusaciones cruzadas que pusieron a todos en la mira engrosando, de modo ridículo, la lista de sospechosos.
Un padre desencajado, una madre abatida, vecinos enigmáticos y un halo de silencio que parecía ocultar una trama siniestra, era con lo que contaba un extraño forastero llamado Thomas Weiz quien, sin quererlo, se convertiría en el encargado de desentrañar qué fue lo que en verdad ocurrió con aquella pequeña.