Astrid fue elegida desde niña para ser la futura emperatriz y ha sido educada con el propósito de ser la esposa complaciente y servil del príncipe heredero. Sin embargo, Astrid tiene un secreto porque sabe lo que ocurrirá si contrae nupcias con él, por lo que propone matrimonio al misterioso y oscuro duque de Lothringer. Casarse con él representa la libertad, una forma de escapar de un designio impuesto y de las intrigas palaciegas que la condenarían a muerte. Pronto descubrirá que tras la aparente frialdad del duque hay fuego y se ve sumida en un peligroso acuerdo repleto de traiciones, amor y magia.