Description:El doctor Hoppe abandonó su casa cerrando la puerta con inusitada violencia. Fue un portazo que hizo temblar aparatosamente los vidrios de la ventana y produjo algunas rajas más en las muchas que el adobe presentaba en la parte fronteriza de la casa. De haber podido realizar una estadística del motivo por el que aquellas resquebrajaduras se habían producido, todas pasarían al haber de los portazos que Hoppe solía dar siempre que se echaba a la calle. A su espalda, una voz ronca, aunque con cierto timbre femenino, bramó: —¡Borracho…! ¡Sinvergüenza…! ¡Un día te mataré por cerdo!