Medina 1 UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA Estudios con reconocimiento de Validez Oficial por Decreto Presidencial Del 3 de abril de 1981 El discurso del deseo en la narrativa de Ana Clavel. TESIS Que para obtener el título en Doctora en Letras Modernas Presenta Yolanda Luz María Medina Haro Directora de tesis: Dra. Gloria María Prado Garduño Lectora: Dra. Blanca L. Ansoleaga Humano Lectora: Dra. Daniela Blejer Eder México, D.F. 2015 Medina 2 ÍNDICE Introducción 4 Marco Teórico: Teorías de género: configuración del patriarcado: Joan Scott 20 Gayle Rubin 21 Sherry B. Ortner y Harry Whitehead 24 Salvatore Cucchiari 26 Marta Lamas 31 Judith Butler 34 Teorías feministas: Hélene Cixous 34 Luce Irrigaray 39 El cuerpo: Jean-Luc Nancy: excribir el cuerpo. 48 Judith Butler: la materialidad del cuerpo sexuado 55 El discurso: Judith Butler: la insubordinación del discurso 66 Michel Foucault: el orden del discurso 77 Algunas notas sobre el erotismo: Georges Bataille 84 Metodología: Medina 3 Gloria Prado: Análisis literario y aproximación hermenéutica 91 Análisis literario de Cuerpo náufrago 97 Aproximación hermenéutica a Cuerpo náufrago 107 Análisis literario de Las Violetas son flores del deseo 141 Aproximación hermenéutica a Las Violetas son flores del deseo 152 Análisis literario de Los deseos y su sombra 168 Aproximación hermenéutica a Los deseos y su sombra 182 Análisis literario de El dibujante de sombras 201 Aproximación hermenéutica a El dibujante de sombras 212 Conclusiones: El discurso del deseo en la narrativa de Ana Clavel 232 Bibliografía 254 Medina 4 2015 En la literatura uno no va buscando consignas y convencer, buscas un cuerpo literario que seduzca, que envuelva, que ofrezca miradas diferentes, novedades, frescas y que el lector a la hora de interiorizarlas encuentre sus propios universos. Ana Clavel INTRODUCCIÓN El trabajo literario de Ana Clavel (México, 1961) tiene su inicio en una temprana vocación, adolescente, de la que no se distrae nunca. Narradora que viene abriéndose paso entre contemporáneos como Cristina Rivera Garza, Ana García Bergua, Mario Bellatin, Ricardo Bernal, David Toscana, Patricia Laurent Kullic, por mencionar a algunos, se exime por voluntad propia de ser constreñida por clasificaciones como escritora de literatura de género, o de obra hecha por mujeres, o, menos, de representante de la literatura erótica. Ana Clavel es muy clara en su propuesta: ella escribe sobre el deseo. Con esa salvedad, su obra literaria –que incluye tanto obra de ficción, como artículos y ensayos- adquiere un tono diferente y muy personal. Podemos afirmar que cada texto narrativo, ya sea cuento o novela, es independiente en cuanto tal; pero también podemos aseverar que, en conjunto, ha venido elaborando una poética del deseo, cuyos elementos son fácilmente identificables: la sombra y el laberinto. A estas constantes habría que añadir otras que van apariciendo a lo largo de los relatos y que las complementarán, de acuerdo con la historia de la que se trate. Por ejemplo, en Los deseos y su sombra, el dragón; o en Cuerpo náufrago, el mingitorio y la magnolia. La lectura de toda la obra de Ana Clavel aporta la configuración de esa poética del deseo que es su obsesión. Sin un afán de hacer una reseña exhaustiva de la misma, es Medina 5 interesante exponer cómo, además de las tramas que teje en cada una de sus novelas o de sus cuentos, ha ido haciendo una urdimbre más amplia, en la que cada una de aquellas y de aquellos, son hilos que la afianzan, en torno al deseo. Desde Fuera de escena (1984), volumen de 11 relatos, aparece “Tu bella boca rojo carmesí”, cuento que va a ser incluído una y otra vez en diferentes antologías, pues fue premiado en su momento. Ya en él está el eje temático de la narrativa de Clavel, la presencia del deseo transgresor y, como tal, abyecto y oculto. Desde la frase inicial, “Aún resonaba en sus oídos el piropo” (Fuera de escena 5), se echa a andar una aventura que, por lo menos hasta el momento en que esto se escribe, culmina con Las ninfas a veces sonríen (2012). El personaje principal no se identifica como hombre o como mujer, pero todo hace suponer que se trata de una “ella”, en un ritual de embellecimiento para salir a la calle, cuando la familia está ausente y no puede saber lo que está haciendo. El placer está presene, la dicha que conlleva, también: “Casi soltó la carcajada cuando vino a su mente la imagen de aquella señora que le propinó una bofetada a su esposo al sorpenderlo embobado, perdido en la contemplación de sus piernas” (9). Pero vaya sorpresa con la que la narradora remata su cuento. El personaje ha regresado a casa, se ha desmaquillado, ha guardado toda la ropa en el baúl donde estaba y oye: “-¡Carlos, Carlos, ya estamos aquí! –escuchó que gritaba su madre al tiempo que, nervioso y con la sensación de las paredes transformadas en reja, sólo atinaba a untarse crema en los labios para desvanecer la huella del carmesí del bilé” (9). Ese es el planteamiento de lo que va a ser esta narrativa del deseo. A Fuera de escena le siguió Amorosos de atar (1992), del que Héctor Perea dijo que era un volumen de cuentos trasformado en un tratado sobre el amor y el erotismo difícilmente superable (Catorce escritoras mexicanas frente a sus lectores 88). Ana Clavel comienza a tejer esa urdimbre de la que hablábamos al inicio: historias, personajes, pasajes irán repitiéndose, marcando su permanencia, Medina 6 y se mezclarán con nuevas anécdotas y sus correspondientes protagonistas, pero siempre respetando una constante: el deseo. La escritora da un paso importante en el año 2000, cuando el relato breve no le es suficiente para exponer el inicio de la elaboración de su poética de sombras, ingrediente esencial para la otra elaboración, la del discurso del deseo. El título de la novela es Los deseos y su sombra –traducida al inglés en 2006-, la cual contiene los dos elementos en torno a los cuales quiere trabajar: el deseo, en este caso de ser invisible, y la sombra, ese aspecto oscuro y a la vez luminoso de la protagonista al ser Soledad/Lucía. Esta es una de las novelas que han de trabajarse en la presente tesis, por lo cual solamente dejamos señalado el momento de su aparición. Paraísos trémulos (2001) –Premio Nacional de Cuento Gilberto Owen en 1991 y Medalla de Plata 2004 de la Societé Académique –Arts-Sciences-Lettres- de Francia - es un retorno al género del cuento, antología en la que se reúnen narrraciones que volverán a aparecer en otras anatologías, excepto el que da título al volumen –“Paraísos trémulos”- y “La sonrisa de los aviones”. Y siguiendo la intermitencia entre relato breve y novela, en 2005, se publica Cuerpo náufrago, otra de las novelas elegidas para ser estudiadas, y que echa mano de elementos paratextuales que habrán de convertirse en otro de sus intereses permanentes: la imagen, la fotogtafía y las intervenviones o performances. Aun cuando en Los deseos y su sombra hay una fuerte presencia del gusto y la afición por la fotografía, en Cuerpo náufrago es más palpable el interés por recurrir a otras disciplinas e integrarlas a la literatura. El aspecto lingüístico está reforzado por el visual, hay un número considerable de fotos de mingitorios y de disecciones del aparato reproductor femenino, que ilustran lo que se cuenta. No se trata de elementos Medina 7 decorativos, sino de un nuevo recurso para contar. Al respecto, la misma autora comenta: Me preocupé primero por escribir el texto sin imágenes, creo que literariamente la novela se sostiene por sí misma, pero se trataba de hacer una novela transgresosa que rompiera con muchas cosas; habla de un objeto que está censurado [el mingitorio]” (Catorce narradoras mexicana frente a sus lectores 93). Y, efectivamente, la novela es transgresora, tanto esn su estructura como ella asevera, como en el asuanto que trata. A partir de la lectura de Orlando de Virginia Wolf, Ana Clavel decide invertir los términos y crea un personaje femenino, Antonia, que va a desear con tal fuerza ser hombre, que se convierte en Antón. Este suceso insólito dará pie a una historia en la que el deseo es el móvil de todas las acciones que han de sumir a la protagonista en un laberinto del que, obviamente, desconoce la salida. Hay un fuerte sustrato simbólico hecho de figuras como el mimgitorio, el laberinto, la magnolia, la armadura, que se irán convirtiendo en constantes en obras subsecuentes de la misma autora. La escritura de Cuerpo náufrago con su mezcla de imágenes llevó a la escritora a concebir un proyecto multimedia que fue presentado en el Centro Cultural de España- México, en octubre de 2005. Con él, Ana Clavel incurre en otras de sus pasiones: la imagen, la fotografía, el video. El proyecto abarcó un performance, una exposición fotográfica , una instalación y una intervención artísitica de fachada, cuyo eje temático fue el mingitorio. En adelante, Clavel se propondrá producir, paralelamente a la escritura, este tipo de muestras, marcando así la riqueza de la interrelación entre géneros artísticos, no únicamente literarios y, en especial, estos que los avances tecnológicos de nuestra sociedad propulsan. Ana Clavel se muestra como una escritora muy inquieta que realiza profundas investigaciones acerca de los temas de sus novelas: aborda la Teoría literaria o la relacionada con Medina 8 la fotografí, la pintura, el arte conceptual, y la asimila a sus narraciones, unas veces más disimuladamente que otras, pero siempre hay una agumentación de esta índole en las historias que escribe: “ Yo misma no me hubiera imaginado haciendo una intervención de fachada, yéndome a averiguar sobre el asunto porque pusimos una manta espectacular de ocho por diez metros en la Zona Rosa, dimos un volante que justifica el proyecto. Ahí me tienen averiguando todo sobre instalaciones. No tenía experiencia, pero tenía una imagen poderosa que era mi idea […]. Lo concebí [el evento cultural en el Centro Cultural de España] como un respiro visual por la imagen, por su dimensión, por estas transgresiones tanto en la imagen, como en el cuerpo de la mujer. El espectacular surgió del hecho de haberle cambiado el cántaro por el mingitorio como una trasgresión sutil, como un confrontar sutil de la imagen (Catorce escritoras mexicanas frente a sus lectores 94). El trabajo literario de la escritora va extendiendo sus horizontes y va dándole el panorama de lo que persigue, integrar todas sus obras bajo la misma rúbrica: el deseo. En agosto de 2007, aparece como compiladora de los relatos de La dulce hiel de la seducción. Ahí incluye títulos de Cristina Rivera Garza, Guillermo Samperio, Iván Ríos Gascón, Eve Gil, Brenda Lozano, Luis Felipe Lomelí, Mónica Lavín, Guillermo Fadanelli, Rowena Bali, Juan Hernández Luna, Josefina Estrada, Ricardo Chávez Castañeda y Rosa Beltrán. También ella participa con un texto “A manera de prólogo. Ella era la más inocente”. Lo interesante de su colaboración es que este relato que aparece en agosto será retomado por ella en Las Violetas son flores del deseo, también publicada en 2007, en octubre, como el capìtulo XIV de la novela. Con ello, va estableciendo una continuidad no solo temática, sino técnica: lo breve pasa a formar parte de lo extenso; lo que era un relato autónomo se integra como parte constitutiva de otro mayor, al que Medina 9 le dio pie, la novela. De hecho, como en otros casos, es el germen que irá cultivando hasta que se convierta en na obra más extensa, donde se explaye. En el ejemplo al que nos referimos, “Ella era la más inocente”, es un relato breve que forma parte de una compilación; pero en Las Violetas son flores del deseo -traducida al francés y al árabe, y Premio de Novela Corta Juan Rulfo 2005 de Radio Francia- se integra a la trama. En el cuento habla de Violeta niña, la hija de Julián Mercader, y de la seducción que ejerce sobre su padre, con una peligrosa inocencia que lo conduce al abismo. Los personajes migran, no nada más de texto a texto, también “a través de adaptaciones en substancias distintas, de libro a película o a ballet, o de la tradición oral al libro” dice Umberto Eco (Sobre literatura 16). Violeta ha emprendido el viaje llamándose Hortensia y habitando la obra de Felisberto Hernández, Las Hortensias; después se ha mudado al cuento de Clavel ya mencionado, para,finalmente, alojarse en una residencia más amplia, Las Violetas son flores del deseo. Y no conforme con esta migración, tenemos el proyecto multimedia: exposición, instalación, performance: Se me ocurrió proponerle a una serie de amigos artistas que intervinieran un modelo neutro de muñeca a partir de la lectura del texto. Fue la poeta y periodista Rosa María Villarreal quien sugirió que retomáramos el modelo artesanal de las muñecas de cartón que se venden en la época de Semana Santa, muñecas de Celaya, llamadas “Las Lupitas”. Decidí crecerlas a tamaño natural, metro y medio, para que fueran simulacros de Violetas púberes; encargué su hechura a uno de los famosos cartoneros del mercado de Sonora y le fui entregando una muñeca a cada artista, diciéndole a cada uno: “Haz con ella lo que quieras. Destázala, adórnala, píntala… Lo que tú quieras”. Y cada artista hizo lo suyo. (http://www.violetasfloresdeldeseo.com). Medina 10 En la novela, el deseo se lleva al extremo de la más ruin abyección: el incesto. Habrá que esperar la lectura del análisis literario y del hermenéutico, para conocer el tratamiento que se da a este asunto. Sin abandonar su temática, El dibujante de sombras (2009) conjuga el deseo con el surgimiento de la fotografía. Como en Cuerpo náufrago, se trata de un hipertexto, en este caso, de La cámara lúcida de Roland Barthes. Clavel se sumerge en la teoría bartheana, para contar una historia en donde la piel del cuerpo y el lienzo para la impresión de las imágenes se confunden, en una búsqueda por satisfacer el deseo, en una doble perspectiva: el ansia de saber, de ir más allá de lo conocido, y el ansia de la satisfacción sexual, del goce. El dibujante de sombras hace su contribución a la poética que ha venido elaborando Ana Clavel de una manera incisiva en torno al tema de la sombra. Sombras como juegos en el dibujo y en la impresión de imágenes; sombras como el lado oculto del ser humano. Sombras en el Siglo de las Luces. Es la cuarta novela, elegida para el presente estudio. Nochebuena en tu cuerpo (2011) es una antología en la que se incluye “En un vagón del metro Utopía” de Ana Clavel, al lado de textos de otros autores, como Luis H. Crosthwaite, Álvaro Enrigue, Verónica Gerber Bicecci, Claudia Guillén, Francisco Hinojosa, Gabriela Jáuregui, Mónica Lavín y Eduardo A. Parra. Ese relato también se verá publicado varias vecaes. Amor y otros suicidios ( marzo de 2012) es una antología que ofrece 18 cuentos de la autoría exclusiva de Ana Clavel. En ella, la escritora reincide en incluir el relato que ya había aparecido en La dulce hiel de la seducción, “A manera de prólogo” , bajo el título de “Ella era la más inocente” y que, como ya se mencionó, se convierte en un capítulo de Las Violetas son flores del deseo. En el caso de la antología aludida, el relato tiene su punto de partida en la novela y migra a la antología con un título diferente, “Ramillete de violetas”. Se advierte la
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