EL DIARIO DE ANA FRANK El Diario de Ana Frank ' PehuØn Editores, 2001. )1( EL DIARIO DE ANA FRANK NOTA DEL TRADUCTOR Funci(cid:243)n de mediar -de intermediar- entre dos mundos, entre dos universos ling(cid:252)(cid:237)sticos, conceptuales, emocionales -entre dos cosmolog(cid:237)as acaso- es la del traductor. La del intØrprete. Interpretar los signos, las huellas inscritas en un contexto, y convertirlas en pretexto para otro texto. Suerte de villano llevado de frontera en frontera por los aires de Babel, especie de veleta agitada por el soplo del habla, que -cuando coloca la mano sobre el coraz(cid:243)n- se esmera en no traicionar. Esta vez se trataba de no traicionar el texto de Ana Frank. De afinar al mÆximo la transmisi(cid:243)n del documento de una vida de chiquilla adolescente. De una escritora incipiente, mordaz, valiente en la cr(cid:237)tica de su conducta, en la denuncia de la injusticia apocal(cid:237)ptica que trasunta con ferocidad todo nuestro siglo -y, c(cid:243)mo que no- TODA nuestra historia. De una adolescente desarraigada de un mundo ling(cid:252)(cid:237)stico, que, como tantos laureados creadores literarios de nuestro siglo, opta por hacer suyo otro, por desentraæar otro y hacerlo visceralmente suyo. La traducci(cid:243)n de El Diario de Ana Frank -con los ojos puestos ' PehuØn Editores, 2001. )2( EL DIARIO DE ANA FRANK en el original holandØs y en la versi(cid:243)n alemana- implica trasladar a nuestro mundo sensible un diario de vida adolescente, profundo, desgarrador, trivial en ocasiones, que la autora «tradujo» al idioma de su elecci(cid:243)n -elecci(cid:243)n que en s(cid:237) constituye un acto de libertad humana- y que con posterioridad a su desaparecimiento f(cid:237)sico fue nuevamente «traducido» por su padre al idioma familiar para comprensi(cid:243)n de la abuela de Ana, residente en Suiza. Ana aprendi(cid:243) los secretos del abecedario en alemÆn, pero escribi(cid:243) por su voluntad en holandØs. El 12 de mayo de 1944 anota: «DespuØs de la guerra quiero de todos modos editar un libro bajo el t(cid:237)tulo de (cid:145)El Anexo(cid:146). Si resultarÆ, no lo sØ aœn, pero mi diario serÆ la base». No vivi(cid:243) para ello. ¿HabrÆ alguna vez una traducci(cid:243)n definitiva, una interpretaci(cid:243)n definitiva? Una versi(cid:243)n eclosiona otra y Østa darÆ vida a todav(cid:237)a otras. ¡Intentos de aproximaci(cid:243)n al original! Ana nos leg(cid:243) uno de los documentos cimeros en el conjunto testimonial sobre la inhumanidad del siglo que industrializ(cid:243) la muerte. La novela iba a llamarse, El Anexo -·Het Achterhuis(cid:146). La realidad se llam(cid:243) ·Diario(cid:146): Un diario frente al cual s(cid:243)lo cabe un (cid:237)ntimo. ¡Gracias Ana! M.B. Espero poder confiÆrtelo todo, ' PehuØn Editores, 2001. )3( EL DIARIO DE ANA FRANK de un modo como no he podido hacerlo hasta ahora con nadie, y espero que seas un gran apoyo para m(cid:237). Ana Frank, 12 de junio de 1942 Domingo 14 de junio de 1942 EL VIERNES DESPERTE ya a las seis. Era comprensible, pues fue el d(cid:237)a de mi cumpleaæos. Pero no pod(cid:237)a levantarme tan temprano y hube de apaciguar mi curiosidad hasta un cuarto para las siete. Entonces ya no soportØ mÆs y corr(cid:237) hasta el comedor, donde nuestro pequeæo gatito, Mohrchen, me salud(cid:243) con efusivo cariæo. DespuØs de las siete fui al dormitorio de mis padres y, enseguida, con ellos al sal(cid:243)n para encontrar y desenvolver mis regalos. A ti, mi diario, te vi en primer lugar, y sin duda fuiste mi mejor regalo. TambiØn me obsequiaron un ramo de rosas, un cactus y unas ramas de rosas silvestres. Fueron los primeros saludos del d(cid:237)a, ya que mÆs tarde habr(cid:237)a bastante mÆs. PapÆ y mamÆ me ' PehuØn Editores, 2001. )4( EL DIARIO DE ANA FRANK entregaron numerosos regalos y mis amigos tampoco se quedaron SÆbado 20 de junio de 1942 atrÆs en materia de mimarme. Entre otras cosas me regalaron un libro titulado, «CÆmara Oscura», un juego de mesa, muchas No he anotado nada durante un par de d(cid:237)as, pues quise golosinas, un rompecabezas, un broche, las «Sagas y Leyendas de reflexionar sobre el significado y la finalidad de un diario de vida. Holanda» de Joseph Cohen, otro libro encantador, «Las Me causa una sensaci(cid:243)n extraæa el hecho de comenzar a llevar un Vacaciones de Daisy en la Montaæa» y algœn dinero. Con Øste me diario. Y no s(cid:243)lo por el hecho de que nunca hab(cid:237)a «escrito». comprØ las leyendas mitol(cid:243)gicas griegas y romanas. ¡FantÆstico! Supongo que mÆs adelante ni yo ni nadie tendrÆ algœn interØs en Enseguida vino Lies y partimos juntas a la escuela. ComencØ los exabruptos emocionales de una chiquilla de trece aæos. Pero siguiendo el ritual holandØs de obsequiar golosinas a mis maestros eso en realidad poco importa. Tengo deseos de escribir y, ante y compaæeros de clase y luego nos pusimos a trabajar. todo, quiero sacarme algœn peso del coraz(cid:243)n. ¡Y, basta por hoy. Estoy tan contenta de tenerte! «El papel es mÆs paciente que los seres humanos», pensaba a menudo, cuando apoyaba melanc(cid:243)licamente la cabeza en mis manos ciertos d(cid:237)as en que no sab(cid:237)a quØ hacer. Primero deseaba quedarme en casa, enseguida salir a la calle, y casi siempre segu(cid:237)a Lunes 15 de junio de 1942 sentada donde mismo empollando mis tribulaciones. ¡S(cid:237), el papel es paciente! No tengo la menor intenci(cid:243)n de mostrar alguna vez El sÆbado por la tarde ofrec(cid:237) una fiesta de cumpleaæos. este cuaderno empastado con el altisonante nombre de «Diario Exhibimos una pel(cid:237)cula, «El Guardafaro» (con Rin-tin-tin), que de Vida», salvo que fuera a LA amiga o EL amigo. Y seguramente gust(cid:243) mucho a mis amigas. ¡Nos entretuvimos como locas! Hab(cid:237)a no le interesarÆ mucho a nadie. muchos j(cid:243)venes y jovencitas. MamÆ siempre quiere saber con Y ahora he llegado al punto alrededor del cual gira todo este quiØn pienso casarme mÆs adelante. Creo que se extraæar(cid:237)a asunto de mi diario de vida: ¡en realidad no tengo amiga! Quiero bastante si supiera que es con Peter Wessel con quien me casar(cid:237)a, explicar esto en mÆs detalle, pues nadie comprende que una pues siempre me hago la tonta cuando me pregunta. Con Lies muchacha de s(cid:243)lo trece aæos se sienta tan sola. Y, por cierto, Goosens y Sanne Houtman somos compaæeras de clase desde llama la atenci(cid:243)n. Tengo padres. amorosos y querendones, una hace diez aæos y ellas son muy buenas amigas. Entretanto conoc(cid:237) hermana de 16 aæos y, si los sumo, unos treinta conocidos, mÆs o a Jopie van der Waal en el Liceo Jud(cid:237)o. Nos juntamos bastante y menos. Tengo una corte de admiradores que me dan en todos ella es ahora mi mejor amiga. Lies ha trabado una amistad profunda los gustos y que durante las horas de clase suelen manipular algœn con otra chica y Sanne va a otro colegio y se ha hecho de nuevas espejito de bolsillo hasta que logran capturar una sonrisa m(cid:237)a. amigas. Tengo parientes, unos t(cid:237)os y unas t(cid:237)as realmente encantadores, una linda casa y, en realidad, no me falta nada, salvo... ¡una amiga! Con ninguno de mis conocidos puedo hacer otras cosas que bromear o cometer disparates. Me es imposible expresarme de veras y me siento interiormente abotonada. Tal vez esa falta de confianza sea un problema m(cid:237)o, pero las cosas son as(cid:237), ' PehuØn Editores, 2001. )5( EL DIARIO DE ANA FRANK lamentablemente, y no logro superar mi condici(cid:243)n. les prohibieron todos los deportes. Los jud(cid:237)os ten(cid:237)an prohibido Por eso el diario. Con el fin de exacerbar aœn mÆs en mi la visitar a sus amigos cristianos. Los niæos jud(cid:237)os deben acudir idea de la amiga ausente, no anotarØ s(cid:243)lo hechos en mi diario, exclusivamente a escuelas jud(cid:237)as. As(cid:237) se amontonan las como suele hacer el grueso de la gente, sino que este diario mismo prohibiciones arbitrarias. Toda nuestra vida estaba sometida a este serÆ mi amiga y esa amiga habrÆ de llamarse ¡KITTY! tipo de presiones. Jopie suele decirme: «Ya no me atrevo a hacer casi nada, pues siempre pienso que puede estar prohibido». * Abuela muri(cid:243) en enero de este aæo. Nadie sabe cuÆnto la quer(cid:237)a y cuÆnto la echo de menos. En 1934 ingresØ al jard(cid:237)n infantil Nadie ser(cid:237)a capaz de comprender mis conversaciones con del Colegio Montessori y despuØs segu(cid:237) all(cid:237). El aæo pasado tuve a Kitty si no cuento antes algo de m(cid:237). Muy a mi pesar narrarØ la directora, la Sra. K, como jefa de mi clase. Al concluir el aæo brevemente lo que ha sido mi vida hasta ahora. nos despedimos emocionadas y lloramos largo rato abrazadas. Cuando se casaron mis padres, papÆ ten(cid:237)a 36 aæos y mamÆ Margot y yo debimos proseguir nuestros estudios en el Liceo 25. Mi hermana Margot naci(cid:243) en Frankfurt del Meno en 1926. Jud(cid:237)o a partir de 1941. Yo nac(cid:237) el 12 de junio de 1929. Por ser jud(cid:237)os debimos emigrar a Nosotros cuatro estamos bien ahora, y as(cid:237) lleg(cid:243) el momento Holanda en 1933, pa(cid:237)s en que mi padre asumi(cid:243) el cargo de director actual y prosigo mi diario. de Travis, S.A. Esta colabora estrechamente con la firma Kolen & Co., cuyas oficinas estÆn en el mismo edificio. Nuestra vida transcurri(cid:243) llena de sobresaltos, pues nuestros parientes que no salieron de Alemania cayeron bajo el peso de la SÆbado 20 de junio de 1942 persecuci(cid:243)n desencadenada por las leyes de Hitler. Tras el progrom de 1938, los dos hermanos de mamÆ huyeron a AmØrica. Nuestra Querida Kitty: abuela se refugi(cid:243) con nosotros. Entonces ten(cid:237)a 73 aæos. DespuØs Comienzo de inmediato. Hay tanta paz ahora. PapÆ y mamÆ de 1940 terminaron los buenos tiempos. Primero vino la guerra, han salido y Margot estÆ donde una amiga jugando al pin-p(cid:243)n. luego la rendici(cid:243)n, enseguida la entrada de los alemanes a Holanda. (cid:218)ltimamente tambiØn yo me he aficionado bastante a ese juego. Y as(cid:237) comenz(cid:243) la miseria. Un decreto dictatorial sigui(cid:243) a otro y Dado que nosotros, los jugadores de pin-p(cid:243)n, somos los jud(cid:237)os se vieron especialmente afectados. Tuvieron que llevar tremendamente dados a tomar helados, nuestras partidas suelen una estrella amarilla en su vestimenta, entregar sus bicicletas y ya terminar con una excursi(cid:243)n a las helader(cid:237)as todav(cid:237)a permitidas no pod(cid:237)an viajar en tranv(cid:237)a, para no hablar de autom(cid:243)viles. Los para los jud(cid:237)os: la «Delfi» y el «Oasis». Nunca nos preocupamos jud(cid:237)os s(cid:243)lo pod(cid:237)an hacer compras entre 3 y 5 de la tarde, y s(cid:243)lo demasiado por si llevamos suficiente dinero en el monedero, en tiendas jud(cid:237)as. No pod(cid:237)an salir a la calle despuØs de las ocho de puesto que entre los clientes de las helader(cid:237)as suelen haber amables la tarde y tampoco salir a sus balcones o jardines despuØs de esa caballeros de nuestro c(cid:237)rculo de conocidos o algœn admirador hora. Los jud(cid:237)os ten(cid:237)an vedados los teatros y los cines, as(cid:237) como perdido, los que siempre nos ofrecen mÆs helado del que realmente cualquier otro lugar de entretenimiento pœblico. No pod(cid:237)an ya podemos tomar. nadar en las albercas pœblicas o practicar el tenis o el hockey. Se Supongo que debe sorprenderte o(cid:237)rme hablar, a mi edad, de ' PehuØn Editores, 2001. )6( EL DIARIO DE ANA FRANK admiradores. Desafortunadamente es un mal inevitable en nuestra repetir, visto el nœmero de holgazanes que en ella hay, pero los escuela. Cuando un compaæero me propone acompaæarme a casa profesores son la gente mÆs caprichosa del mundo; pero quizÆ en bicicleta y se entabla una conversaci(cid:243)n, nueve de cada diez por esta vez actœen en el sentido adecuado. veces, se trata de un muchacho enamoradizo y ya no deja de En cuanto a m(cid:237), no tengo mucho miedo; creo que saldrØ del mirarme. Al cabo de un tiempo el arrebato comienza a disminuir, paso. Me entiendo bastante bien con todos mis profesores, que especialmente porque yo no presto demasiada atenci(cid:243)n a sus son nueve en total, siete hombres y dos mujeres. El viejo seæor miradas ardientes y sigo pedaleando a toda velocidad. Cuando el Kepler, el profesor de matemÆtica, anduvo muy enfadado conmigo joven no cesa en sus intenciones, yo me balanceo un poco sobre durante un tiempo porque yo charlaba demasiado. Finalmente mi bicicleta, se cae mi cartera y el muchacho se ve obligado a me impuso un castigo: escribir una composici(cid:243)n sobre el tema: bajarse para recogerla, tras lo cual me las ingenio para cambiar Una charlatana. ¡Una charlatana! ¿QuØ pod(cid:237)a escribirse sobre eso? enseguida de conversaci(cid:243)n. Ya ver(cid:237)amos luego; despuØs de haberlo anotado en mi cuaderno, Esto es lo que sucede con los mÆs cÆndidos. Hay otros, por tratØ de quedarme callada. supuesto, que me tiran besos o tratan de apoderarse de mi brazo, Por la tarde, en casa, terminados todos mis deberes, mi mirada pero Øsos equivocan el camino. Bajo diciendo que puedo pasarme tropez(cid:243) con la anotaci(cid:243)n de la composici(cid:243)n. Me puse a reflexionar sin su compaæ(cid:237)a, o bien me considero ofendida, y les digo mordiendo la punta de mi estilogrÆfica. Evidentemente, yo pod(cid:237)a, claramente que se vayan a su casa. con letra grande, separando las palabras todo lo posible, garabatear Bueno, la base de nuestra amistad ha quedado establecida. algunos disparates y llenar las tres pÆginas fijadas, pero la dificultad ¡Hasta maæana, Kitty! resid(cid:237)a en demostrar de manera irrefutable la necesidad de hablar. Segu(cid:237) pensando y, de repente, encontrØ la soluci(cid:243)n que me dej(cid:243) ANA satisfecha. ArgumentØ que la charla excesiva es un defecto femenino, que yo me esforzar(cid:237)a por corregir un poco, aunque sin librarme de Øl totalmente, pues mi propia madre habla tanto como Domingo 21 de junio de 1942 yo, si no mÆs; en consecuencia poco puede hacerse por remediarlo, ya que se trata de un defecto heredado. Querida Kitty: Mi argumento hizo re(cid:237)r mucho al seæor Kleper; pero, cuando Toda nuestra clase tiembla, pues pronto se reunirÆ el consejo en la clase siguiente yo reincid(cid:237) en mi parloteo, me impuso una de profesores. La mayor(cid:237)a de los alumnos se pasan el tiempo segunda composici(cid:243)n. Tema: Una charlatana incorregible. Volv(cid:237) haciendo apuestas sobre los que pasarÆn de curso. Nuestros dos a salir del paso, despuØs de lo cual el seæor Kepler no se quej(cid:243) vecinos de banco, Wim y Jacques, que han apostado el uno al durante dos lecciones. A la tercera realmente exagerØ. otro su capital de vacaciones, nos divierten mucho a Miep de -Ana, otro castigo por charlar. Tema: Cua, cua, cua, dice la Jong y a m(cid:237). De la maæana a la noche se les oye decir: «Tœ pasarÆs». seæora Patagua. «No». «S(cid:237)». Ni las miradas de Miep, implorando silencio, ni mis Carcajada general. Yo me echØ a re(cid:237)r con mis compaæeros, accesos de ira correctora pueden calmarlos. aunque sab(cid:237)a que mi imaginaci(cid:243)n estaba agotada sobre el tema. Personalmente pienso que la mitad de nuestra clase deber(cid:237)a Necesitaba encontrar algo nuevo, algo original. La casualidad vino ' PehuØn Editores, 2001. )7( EL DIARIO DE ANA FRANK en mi ayuda. Mi amiga Sanne, buena poeta, se ofreci(cid:243) a redactar barquita que hace el servicio. El barquero accedi(cid:243) de inmediato la composici(cid:243)n en verso, de principio a fin. Me alegrØ. ¿Klepler cuando le preguntamos. ¡No es por culpa de los holandeses que quer(cid:237)a burlarse de mi? Me vengar(cid:237)a, burlÆndome yo de Øl dos o los jud(cid:237)os soportan tantas penurias! tres veces mejor. Durante los feriados de Semana Santa me robaron la bicicleta, Los versos resultaron magn(cid:237)ficos. Se trataba de una mamÆ y papÆ entreg(cid:243) la de mamÆ a una familia amiga para que se la pata y de un papÆ cisne, con sus tres patitos; Østos, por charlar cuidaran ¡CuÆnto desear(cid:237)a no ir a la escuela! Afortunadamente, demasiado, fueron mordidos a muerte por su padre. las vacaciones se acercan; una semana mÆs de sufrimiento, y todo Afortunadamente, la broma agrad(cid:243) a Kepler. Ley(cid:243) el poema ante habrÆ terminado. nuestra clase y en varias otras, acompaæando la lectura con Ayer en la maæana tuve una sorpresa bastante agradable. Al comentarios. pasar por delante de un dep(cid:243)sito de bicicletas, o(cid:237) que alguien me Desde entonces, no he vuelto a ser castigada, Kepler s(cid:243)lo llamaba. DÆndome vuelta, vi a un muchacho encantador, a quien bromea sobre el tema. hab(cid:237)a conocido la v(cid:237)spera, en casa de mi amiga Eva. Se me Tuya, aproxim(cid:243), un poco t(cid:237)mido, y se present(cid:243): Harry Goldman. QuedØ ANA ligeramente sorprendida, incapaz de comprender bien quØ quer(cid:237)a. Era muy sencillo: Harry deseaba acompaæarme a la escuela. -Como vas en la misma direcci(cid:243)n... estÆ bien -dije yo, de modo que caminamos juntos. Harry tiene ya diecisØis aæos, y conoce muchos cuentos divertidos. Esta maæana estaba nuevamente all(cid:237), y supongo que lo mismo ocurrirÆ en los pr(cid:243)ximos d(cid:237)as. MiØrcoles 24 de junio de 1942 Tuya, Querida Kitty: ANA ¡QuØ calor! Todos nos sentimos sofocados; y con esta temperatura debo ir caminando a todas partes. ReciØn ahora Martes 30 de junio de 1942 empiezo a comprender quØ cosa tan maravillosa es un tranv(cid:237)a; pero a nosotros, los jud(cid:237)os, ese placer ya no nos estÆ permitido. Querida Kitty: Tenemos que valernos de nuestras piernas como œnico medio de En realidad no he tenido tiempo de escribir hasta hoy. PasØ locomoci(cid:243)n. Ayer, a la hora del almuerzo, tuve que ir al dentista, la tarde del jueves en casa de unos amigos. El viernes, tuvimos que vive en Jan Luykenstraat, bastante lejos de la escuela. Al visitas, y as(cid:237) sucesivamente hasta hoy. Durante la semana, Harry y regreso, casi me dorm(cid:237) en clase. Por fortuna, la asistente del yo hemos empezado a conocernos mejor. Ya me ha contado una dentista, que es de veras comprensiva con nosotros, me dio de buena parte de su vida: lleg(cid:243) a Holanda solo, y vive en casa de sus beber. abuelos. Sus padres se quedaron en BØlgica. S(cid:243)lo se nos permite utilizar la balsa para atravesar el canal, y Harry ten(cid:237)a novia: Fanny. La conozco: es un modelo de eso es prÆcticamente todo. En el Muelle Joseph Israºls hay una dulzura y de aburrimiento. Desde que se encontr(cid:243) conmigo, Harry ' PehuØn Editores, 2001. )8( EL DIARIO DE ANA FRANK se ha dado cuenta de que Fanny le da sueæo. Yo le sirvo, pues, de son a veces tan anticuados, que no tienen arreglo. Necesito a mis despertador o de estimulante, como tœ quieras. Nunca se sabe en abuelos, pero, en cierto sentido, ellos tambiØn me necesitan a quØ puede uno ser œtil en la vida. m(cid:237)... Tengo libre la tarde del miØrcoles, porque mis abuelos me El sÆbado en la noche, Jopie se qued(cid:243) a dormir en casa, pero creen en clases de artesan(cid:237)a. En realidad, voy a reuniones del el domingo, despuØs de mediod(cid:237)a, se fue a reunir con Lies, y yo movimiento sionista. Mis abuelos no me lo permitir(cid:237)an, porque me aburr(cid:237) lo indecible. Harry ten(cid:237)a que venir a verme al anochecer, estÆn en contra del sionismo. No soy partidario fanÆtico, yo pero me telefone(cid:243) alrededor de las seis. Atend(cid:237) el telØfono, para tampoco, pero el movimiento significa algo, y de cualquier modo o(cid:237)rle decir: me interesa. Sin embargo, en los œltimos tiempos no me han -Habla Harry Goldman. Por favor, ¿puedo hablar con Ana? gustado esas reuniones, y tengo la intenci(cid:243)n de dejarlas. IrØ all(cid:237) -Si, Harry, soy yo. por œltima vez el miØrcoles pr(cid:243)ximo. En ese caso, yo podr(cid:237)a verte -Buenas tardes, Ana. ¿C(cid:243)mo estÆs? siempre el miØrcoles en la tarde, el sÆbado a la tarde y a la noche, -Bien, gracias. el domingo a la tarde, y quizÆ con mÆs frecuencia todav(cid:237)a. -Siento no poder ir luego, pero tengo algo que decirte. ¿Te -Pero si tus abuelos se oponen, no podrÆs hacerlo a espaldas molestar(cid:237)a que pasara por ah(cid:237) dentro de diez minutos? de ellos. -EstÆ bien... Hasta luego. -El amor siempre encuentra un camino. -Hasta luego. EstarØ en tu casa en unos minutos. En ese momento, al pasar por delante de la librer(cid:237)a de la Me cambiØ de vestido y me arreglØ un poco el pelo. Enseguida, esquina, vi a Peter Wessel que hablaba con dos amigos. Fue la me asomØ a la ventana, nerviosa. Por fin lo divisØ. Tuve que primera vez, en mucho tiempo, que me salud(cid:243). Eso me caus(cid:243) dominarme para no correr escaleras abajo. EsperØ hasta que son(cid:243) una inmensa alegr(cid:237)a. el timbre. BajØ a abrir la puerta, y Øl fue derecho al grano: Harry y yo seguimos caminando y, por œltimo, nos pusimos -Escucha, Ana. Mi abuela te encuentra demasiado joven para de acuerdo para una cita: yo deb(cid:237)a encontrarme ante su puerta, el m(cid:237), y dice que debo salir con la Lours. ¡Pero tœ sabes que ya no d(cid:237)a siguiente, cinco para las siete de la tarde. me gusta Fanny! Tuya, -No, no sab(cid:237)a. ¿Pelearon? ANA -No, al contrario. Yo le hab(cid:237)a dicho a Fanny que, puesto que no nos entend(cid:237)amos muy bien, era inœtil verse a cada momento; que ella pod(cid:237)a seguir yendo a nuestra casa cuando quisiera y que Viernes 3 de julio de 1942 yo confiaba poder ir a la suya como amigos. Yo ten(cid:237)a la impresi(cid:243)n de que ella frecuentaba a otros muchachos, por eso, hablØ del Querida Kitty: asunto con displicencia. Ahora bien, eso no era verdad. Mi t(cid:237)o Ayer, Harry vino a casa para conocer a mis padres. Yo hab(cid:237)a me dijo que debo disculparme con Fanny, pero naturalmente que comprado una torta, bizcochos y pasteles para el tØ. Hab(cid:237)a un yo no lo creo necesario, y por eso he roto. Desde luego, Øsa no es poco de todo. Pero ni Harry ni yo ten(cid:237)amos deseos de quedarnos mÆs que una entre varias razones. Mi abuela insiste en que yo quietos en una silla, sentados el uno al lado del otro, y nos fuimos salga con Fanny y no contigo, pero no pienso hacerlo. Los viejos a pasear. Eran ya las ocho y diez cuando Øl me trajo a casa. PapÆ estaba muy enojado. Dijo que no deb(cid:237)a regresar tan tarde, pues es ' PehuØn Editores, 2001. )9( EL DIARIO DE ANA FRANK peligroso para los jud(cid:237)os encontrarse fuera despuØs de las ocho. ellos basta con que yo estØ bien y me sienta feliz, y que no sea Tuve que prometerle que, en lo sucesivo, regresar(cid:237)a diez para las insolente; lo demÆs, segœn ellos, se arreglarÆ solo. En cuanto a m(cid:237), ocho. opino lo contrario; no quiero ser mala alumna despuØs de haber Maæana, estoy invitada a casa de Øl. Mi amiga Jopie siempre sido admitida provisionalmente en el liceo, puesto que he saltado me hace bromas sobre Harry. En verdad, yo no estoy enamorada. un aæo al salir de la Escuela Montessori. Pero con el traslado de Pero tengo el derecho de tener un amigo. Nadie encuentra nada todos los niæos jud(cid:237)os a las escuelas jud(cid:237)as, el director del liceo, de extraordinario en que yo tenga un compaæero, o, segœn la despuØs de alguna presi(cid:243)n, consinti(cid:243) en recibirme, lo mismo que expresi(cid:243)n de mamÆ, un cortejante. a Lies, a t(cid:237)tulo de prueba. Yo no quer(cid:237)a defraudar la confianza del Eva me ha contado que una noche, estando Harry en casa de director. El resultado de Margot es brillante, como siempre. Si la ellos, ella le pregunt(cid:243): promoci(cid:243)n cum laude existiera en el liceo, ella la habr(cid:237)a obtenido -¿A quiØn prefieres, a Fanny o a Ana? ¡tiene una cabecita tan inteligente! -Eso no te importa -le contest(cid:243) Øl. PapÆ, en estos œltimos tiempos, se queda a menudo en casa Durante todo el resto de la velada, no tuvieron ya ocasi(cid:243)n de porque ya no puede bajar oficialmente al negocio. ¡QuØ sensaci(cid:243)n hablar juntos, pero, al irse, Øl le dijo: tan desagradable debe ser la de sentirse inœtil! El seæor Koophuis -Si quieres saberlo, prefiero a Ana. Pero no se lo digas a nadie. ha retomado la empresa Travies y el seæor Kraler la firma Kolen Y se fue. & C(cid:237)a. El otro d(cid:237)a, cuando nos paseÆbamos alrededor de nuestra Me doy cuenta de que Harry se ha enamorado de m(cid:237). Yo lo plaza, papÆ empez(cid:243) a hablar de la clandestinidad. Dec(cid:237)a que iba a encuentro divertido, y que cambia mi vida. Margot dir(cid:237)a de Øl: ser muy dif(cid:237)cil para nosotros vivir completamente separados del «Harry es un buen muchacho». Opino lo mismo, y hasta algo mundo exterior. mÆs. MamÆ no termina de alabarlo: buen mozo, bien educado, -¿Por quØ hablar de eso? -le preguntØ. muy amable... Me encanta que todo el mundo, en casa, lo halle de -Escucha, Ana -repuso-, tœ sabes bien que, desde hace mÆs su gusto. El tambiØn ha simpatizado con mi familia, pero encuentra de un aæo, nosotros a mis amigas demasiado niæas, y tiene raz(cid:243)n. transportamos muebles, ropas y enseres a casa de otra gente. Tuya, No queremos que nuestros bienes caigan en manos de los ANA alemanes, y menos aœn queremos ser nosotros quienes caigamos en sus garras. No los esperaremos para irnos. No dejaremos que Domingo 5 de julio de 1942 nos detengan. -Pero, papÆ, ¿para cuÆndo serÆ eso? Querida Kitty: Las palabras y la seriedad de mi padre me hab(cid:237)an angustiado. La fiesta de graduaci(cid:243)n de curso transcurri(cid:243) como deseaba. -No te inquietes. Nosotros nos ocuparemos de todo. Mis notas no son del todo malas, tengo un insuficiente, un 5 en DiviØrtete y aprovecha tu libertad todo el tiempo que aœn puedas Ælgebra, un 6 en dos asignaturas, y en las otras varios 7 y dos 8. hacerlo. Diez es la nota mÆxima. En casa estaban muy contentos, pues, a Eso fue todo. ¡OjalÆ esos sombr(cid:237)os d(cid:237)as estØn aœn distantes! prop(cid:243)sito de puntos mis padres no son como los demÆs. Al Tuya, parecer, les importa poco que las notas sean buenas o malas. Para ANA ' PehuØn Editores, 2001. )10(
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