Erika creyó que tenía una vida perfecta... hasta que apareció Milo y la vistió de imperfección. Erika recibe la inesperada noticia que su padre biológico la ha nombrado única heredera de su rancho en Texas. Con la incertidumbre de no saber si está haciendo lo correcto, deja temporalmente a su hijo y su acomodada vida con su esposo en Los Ángeles para solucionar el asunto. Al lidiar con su madrastra y sus hijos, intuye que las cosas no serán fáciles. Obstinada, decide quedarse unos días. Con la ayuda de Milo, capataz de la hacienda viudo y con un gran corazón, encontrará un sitio del que se enamorará perdidamente y un hombre dispuesto a hacerla redescubrir el verdadero amor. Erika se enfrentará con la difícil decisión de regresar con su familia o apostar por ese hombre que la hizo renacer.