Ananda Kentis Coomaraswamy nació en 1877 en Colombo, Ceilán, hijo de Sir Mutu El Cuerpo sembrado de ojos Coomaraswamy, jurista de origen indio y de s la señora Elisabeth Clay de origen inglés. Tras o estudiar en el célebre colegio Eton cursóestudios ejn la universidad de Londres Aobt.e nKien.d oC elo doocmtoraador ean s19w04.a Lmlamyado por o el Museum of Fine Arts de Boston (U.S.A.) e se le confiará la dirección del Departamentode artes del Islam y de Oriente Medio, desa rrollando desde entonces una intensa laborde investigación y publicación. Cooma d raswamy es sin duda uno de los más importantes exponentes del pensa miento or iental tradicional, especialmente a partir de su estrecha corres pondencia epistolar con René Guénon a partir de la década de los años30. o La bibliografía de A. K. Coomaraswamy es vastísima; más de un d millar de títulos entre libros y artículos entre los que cabe citar: “Arte a y Simbolismo Tradicional”, “Artículos Selectos de Metafísica”, “El r b Tiempo y la Eternidad”, “El Vedanta y la Tradición Occidental”, m “Hinduismo y Budismo”, “Sir Gawain y el Caballero Verde”, “La e verdadera filosofía del arte cristiano y oriental”, “Los Vedas, Ensayos s de Traducción y Exégesis”, etc. Su extraordinaria erudición en los campos o del arte y de las doctrinas tradicionales hacen de él una de las máximasautoridadpes. r Murió en Needham, Massachusetts, el 11 de septiembre de 1947. e u C l E - y m a w s a r a m o o C . K . A EL CUERPO SEMBRADO DE OJOS EL CUERPO SEMBRADO DE OJOS CONTENIDO Introducción..............................................................................8 Metodología El Simbolismo Literario.........................................................14 El Rapto de una Någ¥: Un Sello Indio Gupta.........................26 Walter Andrae: Sobre la Vida de los Símbolos.....................40 Cuatro Estudios Sobre la Esposa Horrible........................................................54 El Cuerpo sembrado de ojos...................................................79 El Árbol Invertido...................................................................85 El Mar....................................................................................128 La Puerta del Sol y Motivos Afines El Simbolismo del Domo.....................................................139 Apéndice: Påli kaˆˆikå: Clave de Bóveda.....................202 Svayamåt®ˆˆå: Janua Coeli...............................................212 Simplégades..........................................................................285 7 EL CUERPO SEMBRADO DE OJOS INTRODUCCIÓN Ananda Kentish Coomaraswamy nació el 22 de agosto de 1877, en Colombo, Ceilán, hijo del primer juez londinense de origen hindú y de una británica. A la muerte de su padre, el niño fue educado en Inglaterra por su madre y no volvió a su tierra natal hasta casi un cuarto de siglo más tarde. Estudiante de geología y mineralogía en la Universidad de Londres, fue influenciado por John Ruskin y William Morris. A los veinti- cinco años, fue nombrado director de la Mineralogical Survey of Ceylon y su trabajo sobre la geología de Ceilán (desde 1972, Sri Lanka) le valió el título de Doctor en Ciencias por la Universidad de Londres. La vida en Ceilán le hizo ver cómo el industrialismo occidental estaba destruyendo las artes y los oficios autóctonos, lo que le animó a defender las culturas y artesanías amenazadas de extinción por el colonialismo. Desde 1917, Coomaraswamy trabajó en el Boston Mu- seum of Fine Arts como conservador de la sección de arte indio, y reunió la colección de arte persa del Freer Museum de Washington D.C. Esto le proporcionó una buena tribuna don- de exponer la filosofía tradicional y la función del arte en la sociedad, haciendo ver la unidad del lenguaje espiritual a través de los diferentes oficios, artes y simbolismos, en diver- sos tiempos y regiones. El orientalismo de Coomaraswamy no tiene ningún punto de contacto con el ocultismo y el teoso- fismo pseudo-orientales, tan extendidos desde el último tercio del Siglo XIX, sino que combatió los estereotipos sobre Oriente, llegando a afirmar que se podría conocer el hinduis- mo real interpretando en sentido contrario la mayoría de las afirmaciones —por ejemplo, acerca de la reencarnación— que se han hecho sobre él, no sólo por los eruditos europeos, sino también por indios contaminados por el pensamiento contem- poráneo. Para Coomaraswamy, la exégesis de los textos anti- 8 EL CUERPO SEMBRADO DE OJOS guos es una indagación científica y no trata nunca de introdu- cir frases de su propiedad, evitando exposiciones para las que no pueda citar capítulo y versículo (Quizás la cosa más gran- de que he aprendido es a no pensar nunca por mí mismo; estoy plenamente de acuerdo con André Gide en que «todas las cosas ya están dichas»). Su prosa desafía a la pereza sim- plificadora, con notas a pie de página a menudo más extensas que la propia página, notas en las que abundan citas en varios idiomas y alfabetos. Los intereses de Coomaraswamy van de la geología y la mineralogía a la filología (conocía treinta y seis lenguas), a la música y a la iconografía, y desde la metafí- sica a la política, la sociología, y la antropología siendo — como su amigo René Guénon— un crítico radical del colonia- lismo ejercido por las potencias occidentales sobre pueblos cuyas culturas tradicionales se veían así destruidas, y también crítico no menos radical del paso de la misma Europa de una cultura tradicional a otra moderna, a partir del Renacimiento. La bibliografía de Coomarasawmy es vastísima. Su hijo, el Dr. Rama Coomaraswamy (fallecido en Julio de 2006), ha realizado el mejor censo de su obra, con 627 libros y artículos. Una larga lista de 45 libros publicados en inglés profundiza no sólo en aspectos del arte de la Cristiandad medieval, de la India y de Asia en general, sino también en lo que denominó Philosophia Perennis, la tradición primordial y unánime casi olvidada en Occidente, pero vigente aún en India como Sanặ- tana Dharma, la ley profunda que rige las doctrinas hindúes. Y vigente aún en muchos otros lugares, como Coomaraswa- my nos recuerda en este libro, tanto en la inmensidad asiática como en pequeños reductos tradicionales incluso dentro de la nación moderna por antonomasia, los Estados Unidos de América. Brahmán por nacimiento y buen conocedor de Occidente por su educación, Coomaraswamy siempre intentó dar a co- nocer los puentes que encontraba entre ambas culturas, espe- 9 EL CUERPO SEMBRADO DE OJOS cialmente entre el Vedanta hindú y el Platonismo griego, siendo el neoplatónico Plotino (205-270 dC) una de sus prin- cipales referencias. Una vez declaró que en realidad pensaba a la vez en términos orientales y cristianos, en griego, latín, sánscrito, pali, persa o chino. Un gigantesco tour de force intelectual que le ponía en inmejorable posición para encon- trar los significados más profundos del lenguaje y para inter- pretar dentro de su contexto símbolos y mitos de diversos pueblos y épocas. Los artículos y ensayos recogidos en este libro constitu- yen la segunda parte de los recopilados bajo el título “Arte y Simbolismo Tradicional”. La primera parte ha sido ya publi- cada por Ignitus con el título “La Filosofía del Arte”, y la que ahora se presenta recoge una decena de trabajos de Cooma- raswamy sobre simbolismo tradicional, en los que aborda temas con títulos tan sugerentes como “Sobre la Esposa Horrible” o “El cuerpo sembrado de ojos”. La perspectiva tradicional desde la que Coomaraswamy nos presenta al hom- bre en el mundo queda patente en palabras como éstas: “El tema de los valores simbólicos de la arquitectura india, qui- zás podamos pretender haber mostrado que durante un pe- riodo de milenios esta arquitectura debe considerarse como habiendo sido no sólo una arquitectura de «hechos materia- les», sino también una iconografía: que la forma de la casa concebida en la mente del artista como el modelo de la obra que ha de hacerse, y en respuesta a las necesidades del mo- rador (bien sea humano o divino), servía efectivamente al doble requerimiento de un hombre que puede llamarse un hombre total, a quien todavía no se le había ocurrido que pudiera ser posible vivir «de ladrillos y mortero sólo», y no también en la luz de la eternidad, «de toda palabra que pro- cede de la boca de Dios»; por las cuales palabras nosotros entendemos en la India precisamente «lo que fue escuchado, junto con las ciencias accesorias, cuyo principio básico es 10 EL CUERPO SEMBRADO DE OJOS imitar lo que los dioses hicieron en el comienzo, o en otras palabras imitar a la Naturaleza, Natura naturans, Creatrix Deus, en su manera de operación. Al tocar el tema de otras cosas que edificios hechos por arte, y el de otras arquitectu- ras que la arquitectura india, hemos implicado que la tradi- ción metafísica, o Philosophia Perennis, cuya forma específi- camente india es védica, es la herencia y el derecho de naci- miento de toda la humanidad, y no meramente de éste o de aquel pueblo elegido; y de aquí que pueda decirse de toda operación artística humana que sus fines han sido siempre al mismo tiempo bienes físicos y espirituales. Esto es meramente reafirmar la doctrina aristotélica y escolástica de que el fin general del arte es el bien del hombre, que el bien es aquello de lo que se siente una necesidad y a lo que somos atraídos por su belleza (por la que lo reconocemos, como si ella dije- ra, «Aquí estoy yo»), y que el hombre total u hombre santifi- cado ha sido siempre consciente al mismo tiempo de las nece- sidades físicas y espirituales; y que, por consiguiente, en cualquier capacidad, no es meramente un hacedor ni mera- mente un contemplativo, sino un hacedor por la contempla- ción y un contemplativo en acto. Finalmente, defendemos que nada se ha ganado, sino que se ha perdido muchísimo, a la vez espiritualmente y prácti- camente, por nuestra ignorancia moderna de los significados de las «supersticiones», las cuales son de hecho «superviven- cias», que sólo son insignificantes para nosotros, debido a que hemos olvidado lo que significan. Si el rayo ya no es para nosotros el matrimonio del cielo y de la tierra, sino sólo una descarga de electricidad, todo lo que hemos hecho realmente es substituir un nivel de referencia metafísico por un nivel de referencia físico; es mucho más total un hombre que puede comprender la perfecta validez de ambas explicaciones, cada una sobre su propio nivel de referencia.” 11 EL CUERPO SEMBRADO DE OJOS En 1947, con motivo del septuagésimo cumpleaños de Coomaraswamy y su retiro laboral, le fue ofrecido un home- naje por compañeros y amigos. En una alocución que ha que- dado, en cierto modo, como su testamento intelectual, Cooma- raswamy confesó: “Ha llegado para mí el tiempo de cambiar el modo de vida activo por uno más contemplativo, en el que sería mi esperanza experimentar más inmediatamente, más plenamente, al menos una parte de la verdad de la que mi comprensión ha sido hasta aquí predominantemente lógica”. Planeaba ir con su esposa a India, ya un país independiente, y pasar sus días dedicado a la contemplación, como un renun- ciante. Nunca pudo hacerlo. Ananda K. Coomaraswamy murió pocos días después, el 11 de Septiembre de 1947, en Need- ham, Massachusetts. 12 METODOLOGÍA
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