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El Cuadrante (El mundo de Jesús). Parte II La apuesta PDF

164 Pages·1996·31.521 MB·Spanish
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José Luis Sicre El Cuadrante Parte II: La apuesta El mundo de Jesús r 1 / L a primera parle de mis memorias me llevó hasta la subida al poder de Domiciano y el nacimiento de mi hija, Elena: acontecimientos de valor muy dis tinto, pero que marcaron para mí, casi simultáneamente, el final de una etapa de búsqueda. Dos años más tarde nació nuestro segundo hijo, Néstor, rollizo y hermoso, después de un embarazo y un parlo muy complicados para Lucila. No soy médico, desconozco los misterios del cuerpo humano. Sólo puedo decirle que no tuvimos más hijos. Este hecho frustró nuestros deseos de una familia numerosa, la Editorial Verbo Divino que ni Lucila ni yo habíamos podido tener cuando niños. Pero termi Avenida de Pamplona, 41 31200 Estella (Navarra), España namos aceptándolo como misterioso designio del Señor. Todo tiene Teléfono: 948 55 65 11 sus ventajas¡ si hubiésemos tenido más hijos, Lucila no habría podido Fax: 948 55 45 06 dedicarme el tiempo y la paciencia que irás conociendo a través de mi www. verbodi vino. es [email protected] escrito. Por otra parle, Elena y Néstor se bastaban para llenar de risas y llantos, carreras y objetos destrozados, la amplia casa que el excelen tísimo Teófilo se había hecho construir poco antes de casarse, muy va cía durante mi infancia a causa de la muerte prematura de mi madre. Dividida en dos partes semejantes por un amplio patio, nos ofre cía las ventajas de la vida en común y permitía, al mismo tiempo, un 6ª edición alto grado de independencia. No me pidas que te la describa con más 2ª reimpresión (año 2009) detalle. Mi incapacidad para describir el aspecto físico de una perso Cubierta: Grabado (inspirado en el mosaico de Mádaba) y diseño de la portada na -dato que ya te comenté al comienzo de mis memorias- hazla ex realizados por Isidro López-Aparicio Pérez. Las ilustraciones han sido tomadas del tensiva a la descripción de la materia muerta, sea un vaso de Corinto, libro de aqueología y Evangelio de Joaquín González Echegaray (Verbo Divino, Estella). un palacio imperial o la choza de un pobre. Si la casa cambió con la aparición de los niños, también nosotros © José L. Sicre - © Editorial Verbo Divino, 1996. Es propiedad. Printed in Spain. Impresión: Gráficas Lizarra, Villatuerta (Navarra). fuimos cambiando interiormente. La muerte, compañera inseparable, visitó a la familia de Lucila. En tres años perdió a sus padres, personas Depósito legal: NA 1951-2009 profundamente buenas, convertidas antes que nosotros. Esta dura ex periencia me ayudó a descubrir en ella un espíritu de fe y una entere ISBN: 978-84-8169-154-2 Tomo II ISBN: 978-84-8169-189-4 Obra completa za que no podía imaginar, mayor aún que su carácter pragmático, del que ya te hablé. Mi padre descargó cada vez más en mí la responsabi lidad de los negocios para dedicarse a su inveterada afición a la lectura y también -estoy convencido, aunque no podría demostrarlo, porque Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la no hacía ostentación de ello- a una intensa vida de oración. Las obras ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos -www.cedro.org-) si necesita de su querido Lucas ejercieron un profundo influjo en este aspecto. fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. 1 6 El Cuadrante. Parte II: La apuesta El Cuadrante. Parte II: La apuesta 7 Normalmente no comía con nosotros. "A los matrimonios jóvenes un misterio. Ahondando en mi ignorancia, advertí que igual me ocu hay que dejarlos solos, para que se peleen a gusto", nos dijo poco des rría con las circunstancias históricas. ¿fue la época de Jesús tan re pués de casarnos. Al principio nos extrañó -y molestó- la sospecha de volucionaria y difícil como la que vivió Judea hace pocos años y que la esa remota posibilidad. Más tarde se lo agradecimos¡ las peleas, pe llevó a la destrucción? ¿Cómo era el templo de Herodes, que Jacob queñas pero frecuentes, no tardaron en venir. Él se quedaba en su re- ponía por encima de cualquier otro de Roma, Atenas, Alejandría, e cinto, con Livia que lo atendía como una hija. Pero no lo imagines re incluso Antioquía? Todo, o casi todo, geografía, historia, religión, traído o huraño. Casi todas las noches nos reuníamos los cuatro, cultura, política, me resultaba desconocido. después de que los niños se acostasen. Y no era raro encontrarlo -en Este descubrimiento me hizo sentirme culpable, como un niño que la huerta, durante los días soleados, en su habitación durante los no ha aprendido la lección que le encargó el maestro. Pronto advertí fríos del invierno- jugando con Elena y N éstor y contándoles historias. que no era culpa mía, sino de esos libros tan leídos y releídos, que no Elena, sobre todo, aprovechaba cualquier ocasión para visitar a su daban respuesta a los numerosos interrogantes que yo me planteaba. abuelo; disfrutaba con el relato de sus viajes, la descripción de Atenas Hasta cierto punto, llegué a sentirme traicionado por ellos. Lucila no y Alejandría, las peligrosas aventuras marítimas durante un viaje a compartía mi punto de vista. Roma, el día en que un grupo de bandidos estuvo a punto de matarlo - Lo que te ocurre con los evangelios es como si yo le pidiese vino mientras recorría Capadocia ... a la fuente. Tú quieres que te enseñen geografía, historia, política. Yo Fue una de estas escenas familiares, cuando Elena tenía seis años, no echo de menos esas cosas. Con escuchar lo que dice Jesús tengo la que marcó una nueva etapa en mi vida. Elena no había salido a su bastante. madre¡ me recordaba más a Livia y a Dina, siempre dispuestas a pre - Pero si no conoces su época, no entiendes bien sus palabras. guntar y a discutir. Una tarde la vi sentada en las rodillas de mi pa Lucila saca a flote a veces una ironía suave, que me desconcierta. dre. Pero éste no hablaba de viajes ni ciudades. Le estaba contando el - Llevas razón, Ándrónico, nunca consigo poner en práctica lapa- bautismo de Jesús. rábola del buen samaritano. ¿Sabes por qué? Porque no sé en qué "Un día, Jesús se levantó muy temprano, muy temprano, cuando parle exacta del camino asaltaron los ladrones al pobre viajero ni qué todavía no había salido el sol, y se fue de Nazaret al río Jordán ... " distancia había desde allí hasta la posada. El día que lo sepa, seguro Elena no lo dejó continuar. que me será más fácil preocuparme por quienes me necesitan. _ ¿Ese río está muy lejos de Nazaret? A pesar de la sonrisa cariñosa con que lo dijo me sentí molesto. Esa misma pregunta me la había hecho yo cuando comencé a leer - No seas sofista, Lucila. Sabes que no me refiero a eso. Elevan el evangelio de Marcos, y me quedé sin saber la respuesta. Mi padre gelio no está hecho sólo de ideas claras. Hay otras muchas cuestiones no dudó en improvisarla. oscuras. - Mu;ho más lejos que de aquí al puerto. - Para mí, todo lo oscuro es secundario. Con lo claro tengo bas - ¿y tiene mucha agua? ¿En Nazaret hay barcos? ¿Jesús rezaba tante, y me sobra. antes de acostarse? ¿A Jesús le gustaba el pescado? - A mí no me pasa lo mismo. Para ti, lo único importante es Elena es una máquina de hacer preguntas. Cualquier detalle excita su creer en Jesús y vivir como él nos enseñó. Para mí hay otra cosa que imaginación y la anima a buscar respuestas que ni siquiera entiende. también me apasiona: conocer a Jesús tal como fue, con todas las circunstancias de su vida. Los dejé sin que me viesen. Intentando ponerme en el puesto de mi padre, caí en la cuenta de lo poco que yo sabía del mundo en el que Lucila se levantó y me acarició el pelo. vivió Jesús. Las designaciones geográficas más elementales y repetidas - Llevamos siete años casados y todavía me queda mucho para co -Galilea, el lago, Cafarnaún, Judea, Jerusalén- representaban para mí nocerte. Probablemente me moriré sin conocerle a fondo. Y tú quie- 8 El Cuadrante. Parte II: La apuesta res conocer a Jesús tal como fue ... Quizá llegues a conocer eso que tú llamas "las circunstancias de su vida". Pero dudo que te ayuden a conocerlo a él. L a apuesta entre Andrónico y Lucila nos ayudará a - Estoy seguro de que sí. introducirnos en el mundo de Jesús, tema de la se Lo dije con tal convencimiento que se asustó un poco. gunda parte de El Cuadrante. Comenzando por lo - ¿Es que piensas irte a Judea o a Galilea? más externo -la geografía y la historia- iremos adentrándo nos en cuestiones cada vez más interesantes: la vida de pie - Lo he pensado alguna vez. Pero no te preocupes, no voy por ahí. dad (oraciones, celebración del sábado, fiestas anuales de - ¿ Y quién te va a enseñar todo eso? ¿Livia? peregrinación, el templo de Jerusalén), los grupos religiosos - Ella no sabe esas cosas, nunca vivió en Judea. Tampoco conozco a (esenios, Qumrán, saduceos y fariseos), el pueblo (estructu ningún judío que pueda ayudarme. Pero creo que hay una solución. ra de la sociedad, la respuesta de Jesús a sus contemporá neos). Estoy de acuerdo con Lucila en que no es necesario Había conseguido intrigarla, pero me conocía demasiado para no conocer todas estas cuestiones para vivir el evangelio. Pero imaginar por dónde iba. Y castigó mi reticencia con una nueva ironía. coincido con Andrónico en que ayudan a entender muchos - ¿ Dónde está ese libro? aspectos del mensaje de Jesús. De hecho, bastantes lectores - No es un libro, son siete, todos del mismo autor. del primer volumen las han echado de menos. - Como los siete demonios de la Magdalena. ¿Crees que leyéndolos Para adentrarse en ellas, nuestro protagonista sólo dispo nía de la primera obra escrita por el sacerdote e historiador vas a conocer mejor a Jesús? judío Flavio Josefo, la Guerra Judía. Aunque hubiese leído Me acarició la mejilla y se dirigió hacia el cuarto de los niños. De las obras posteriores de este mismo autor, su conocimiento repente se volvió a mitad de camino. de la época de Jesús no sería tan perfecto como el nuestro, - ¿Cuánto cuestan esos libros? enriquecido por descubrimientos arqueológicos de suma trascendencia, como los de Qumrán. Por ello, igual que en la - No sé el precio exacto. Bastante caros. primera parte, las secciones noveladas se completan con una - Te apuesto ese dinero. exposición más científica, que recoge los principales datos - ¿ Qué quieres decir? de que disponemos actualmente. - Si no te sirven para lo que quieres, me tienes que dar la misma Bastantes lectores del primer volumen han leído de corri cantidad que te cuesten. da la parte novelada y sólo en un segundo momento se han fijado en los restantes capítulos. Este procedimiento se pue - ¿y si me sirven? de aplicar más aún al segundo volumen. Las "memorias de Se quedó pensando una respuesta. Andrónico" contienen lo esencial. Pero ciertos temas resul - Si te sirven, aguantaré que me los vayas contando mientras los taba imposible introducirlos en la sección novelada sin so lees. ¿ Te parece poco? brepasar los límites de lo verosímil. En dos ocasiones he re currido nuevamente a la ficción para exponer los temas de forma más amena: la descripción del templo de Jerusalén, tomando como punto de partida la primera visita de Jesús (c.12), y la presentación de la comunidad de Qumrán (c.15). Dentro de los capítulos no novelados, subrayaría la impor tancia del 19 ("El contexto social"), aunque es más de con sulta que de lectura seguida, y del 20 ("La respuesta de Jesús a sus contemporáneos"), que sintetiza muchos aspectos de interés. r 10 El Cuadrante. Parte II: La apuesta Por otra parte, a través de la experiencia de Andrónico PARTE! quisiera plantear un problema que, lógicamente, no aparece en ninguna exposición científica: el contraste entre "conocer el evangelio" y "vivir el evangelio". Ambas cosas son impor LA TIERRA Y LOS RECUERDOS tantes, pero lo esencial es lo segundo. Y, en ciertos momen tos, se plantea la duda de si tanto estudio no es una escapa toria fácil para eludir lo más grave: poner en práctica la palabra del Señor. Una vez más debo agradecer a Ignacio Maury el enorme interés y paciencia con que ha leído diversas redacciones de esta segunda parte. Gracias. a él queda libre de repeticiones inútiles y de datos sin especial relieve. Granada, octubre de 1996 U n enfoque inadecuado de la geografía y la historia (aunque en los últimos años se les haya cambiado el nombre por "Ciencias sociales" sigue siendo el mismo perro con distinto collar) ha hecho que muchas per sonas terminen su bachillerato odiando estas asignaturas. Sin embargo, prescindiendo del interés y la belleza que encierran en sí mismas, son esenciales para comprender a cualquier personaje. Por eso, esta primera parte la dedicaremos a la tie rra y el pasado de Jesús, esforzándonos por hacerla lo más · atractiva posible. Andrónico descubrirá estos datos gracias a la Guerra Judía de Flavio Josefo (conocida con la sigla BJ, del título la tino Bellum Iudaicum), publicada en Roma entre los años 75-79 d.C. La mejor traducción castellana es la ya agotada de Ediciones Eler (Barcelona 1960), con la introducción y las excelentes notas de Giuseppe Ricciotti. Para quien pue da consultarla, es fundamental la traducción inglesa The Jewish War. Newly translated with extensive commentary and archaeological background illustrations, editada por Gaalya Cornfeld, B. Mazar y Paul L. Maier, Zondervan Publishing House (Grand Rapids, Michigan 1982). Es difícil que Andrónico hubiese conocido la segunda gran obra de J osefo, escrita veinte años más tarde, las Antigüedades de los Judíos (Ant). Usaremos sus datos en los capítulos no no velados. Ha sido editada en 3 volúmenes por Libros CLIE (Tarrasa 1986). La Autobiografía (citada a veces con el título latino, Vita), con traducción y notas de M. Rodríguez de Sepúlveda, ha si do editada recientemente por la Biblioteca Clásica Gredos, nº 188 (va acompañada del Contra Apión). Una introducción muy buena a la vida y la obra de este au tor es la obra de M. Hadas-Lebel, Flavio [osefo. El judío de Roma (Herder, Barcelona 1994). Es también importante el ca pítulo V ("Aristócrata e historiador") de la obra de J. D. Crossan, Jesús: ½'da de un campesino judío (Crítica, Barcelona 1994), pp. 129-140. Una introducción al personaje y una anto logía de textos es fácilmente accesible en "Documentos en tor no a la Biblia" 5, editado por el Equipo de la Facultad de Teología de Lyon, Flavio Jase/o. Un testigo judío de la Palestina del tiempo de los apóstoles (Verbo Divino, Estella 1982). 1 Los siete libros de José A ños atrás le había oído decir a Floro: "El trigo pe sa mucho y. da poco¡ los libros pesan poco y dan mucho". Mi padre me aclaró el sentido de aque llas palabras. Floro, buen comerciante, había descubierto en los libros un gran negocio. Se enteraba de qué obras estaban de mo da en Atenas, Roma o Alejandría, encargaba copias -generalmente lu josas- y las ofrecía a personas como mi padre, deseosas siempre de en riquecer su biblioteca. Después de casarme, yo también me convertí en uno de sus com pradores. No tanto como quisiera, porque Lucila me imponía mode ración. Pero, al menos, me mantenía informado. Fue así como llegué a enterarme de aquella obra en la que depositaba mis esperanzas. "Su autor -me dijo Floro- es José Flavio, un sacerdote judío que luchó contra Roma en la última guerra¡ luego se hizo amigo de Tito, lo acompañó durante el asedio de Jerusalén y fue testigo di recto de la caída de la capital. Como sacerdote, conoce perfecta mente las costumbres religiosas de los judíos. Además, ha tenido ac ceso a los documentos romanos, porque esa historia de la guerra se la encargó el mismo Tito. Propaganda política, para que los otros pueblos se enteren de lo que cuesta rebelarse contra Roma". No me atraía una obra de propaganda, y menos en favor de los romanos. Pero Floro insistió. "José Flavio escribió esa obra hace años, en arameo, y ahora él mismo la ha traducido al griego. Es una oportunidad única. Sólo dispongo de ese ejemplar, y será muy difícil encontrar otra copia de una obra tan extensa". No era preciso hacer cursos especiales de retórica para convencer me. Lo que no podía imaginar entonces es que aquella compra me iba a llevar a la apuesta de que te hablé. * * * r 16 El Cuadrante. Parte II: La apuesta Cap. 1: Los siete libros de José 17 En cuanto recibí de Floro los libros me acerqué a enseñárselos a Por ejemplo, tu querido Lucas cuenta al principio de su evangelio que mi padre. Quería darle una sorpresa, e introduje los siete rollos en Zacarías, el padre de Juan el Bautista, fue a oficiar al templo de una cesta, cubriéndolos con un paño. Me miró asombrado. Jerusalén cuando le tocó el turno a los sacerdotes de su grupo. ¿Cómo _ ¿Qué traes ahí? estaban organizados los sacerdotes judíos? ¿Cuándo les tocaba acudir al templo? - Adivínalo. - No lo sé ... pero no creo que sea una cuestión muy importante Me miró un momento fijamente. Luego entornó los ojos y co para conocer a Jesús. Él no era sacerdote. menzó a reír. - Ésa puede ser una de las cuestiones superficiales. Pero te pongo - Eres más ingenuo que un niño chico. ¿Qué puedes llevar tú en otra. ¿Quiénes formaban parte del Sanedrín, la institución que con una cesta, Andrónico? denó a Jesús a muerte? Esto sí tiene importancia para saber si lo con - ¿Qué puedo llevar? -pregunté algo rnolesto+. denó el pueblo, la clase alta, o los sacerdotes. Ayuda a saber quiénes - Los siete libros de la Guerra Judía, escrita por un tal José Flavi?. estaban de su parte y quiénes en contra. Otro ejemplo: Marcos cuen Me dejé caer en el diván, desanimado. _ ta que después de anunciar Jesús su muerte y resurrección los discí - Hace unos días vino Floro a ofrecérmela -continuó mi padre=. pulos no entendieron lo que les decía y tenían miedo a preguntarle. Estuve a punto de comprarla. Después pensé que no tenía sentido ¿Qué idea tenían los judíos del Mesías? ¿por qué no entienden lo de hacer un gasto tan elevado cuando podía leerla gratis. Sabía que lue la muerte y resurrección? ¿Es que no creían en la resurrección? go te la ofrecería a ti, y que tú la comprarías. En todo el jaleo que Hice una pausa, que él no interrumpió. has montado sólo me extraña una cosa: que sepas dónde están las - Hay montones de preguntas como éstas. cestas. - ¿ Y crees que vas a encontrar respuesta en los libros de José No pude evitar una sonrisa. Flavio? - Tuve que pedírsela a Lucila. He hecho una apuesta con ella. - No lo sé. Pero espero encontrar algo, quizá mucho. Esta vez sí se mostró extrañado. Mi padre se inclinó sobre la cesta y quitó el paño que cubría los ro _ ¿Una apuesta? llos. No llegó a tocarlos, se limitó a mirarlos. - Adivina sobre qué. - Estás empezando a convencerme, y me alegro de que hayas com Por fin lo había derrotado. prado esos libros. Pero te advierto una cosa. Conocer a Jesús es una - He apostado con ella que estos libros me ayudarán a conocer me- cosa muy grande y misteriosa. No creo que se consiga leyendo y es jor la persona de Jesús y su mensaje. tudiando. Es un don de Dios, una gracia que debemos pedir. Si te ol El asombro de mi padre dejó paso a un profundo interés. vidas de esto, toda tu ciencia podrá convertirse en algo frío, sin alma, - Floro no me dijo que esos libros hablasen de Jesús. y, cuanto más sepas, más lejos te sentirás del Señor. - Ni a mí tampoco. Pero si hablan de su tierra, su pueblo, su época, Al cabo de los años descubrí la verdad de estas palabras, que en me ayudarán a conocerlo. tonces me molestaron como una absurda amenaza. Pero mi padre no amaba las largas exhortaciones y cambió de tema. Guardó sJencio un largo rato, meditando lo que le había dicho. - No me has dicho qué te has apostado con LucJa. - En principio, tendría que darte la razón. Pero, no sé. Me quedan ciertas dudas. ¿No te basta lo que cuentan los evangelios? - El precio de los libros. - No basta, padre. Hay muchas cosas que no explican. Y otras mu Pareció no entender. chas que dan por sabidas, pero que yo no sé. Podría hacerte un catálo - Si estos libros no me sirven para conocer a Jesús, tengo que darle go larguísimo. Desde las más superficiales hasta las más profundas. la misma cantidad que me han costado. r 18 El Cuadrante. Parte II: La apuesta Cap. 1: Los siete libros de José 19 Mientras alargaba la mano hacia el rollo que tenía más cerca me uno llega a viejo, se da cuenta de que todas las historias son lo mismo: dijo. ambiciones, guerras, asesinatos, batallas, traiciones ... Cambia los -Aunque ganes la apuesta, dale ese dinero. nombres, y da lo mismo que ocurran en Judea, Roma, Siria o Numidia. _¿porqué? - Me estás desanimando. - Será una buena inversión. - No. Te cuento mi impresión. Pienso seguir leyéndolo ... con tu Parecía al tanto de un secreto que yo desconocía. Pero era inútil permiso. querer sacarle más. Estaba acariciando el rollo, paso previo a concen trarse en su lectura. - Si te dejo el primer libro, ¿¡o terminarás para mañana por la noche? - Te los dejo para que los veas. Espero que me los prestes de vez en cuando. - Va a ser demasiado. Te lo devuelvo pasado mañana. Al ver que me levantaba, comentó. * * * - Me gustaría conocer tu opinión a medida que lo leas. Los libros Al día siguiente fui a recuperar mi adquisición. Dos rollos estaban son como las personas. A veces escuchas a alguien y no te suscita es sobre la mesa y los otros cinco en la cesta. pecial interés. Sin embargo, otro oyente puede descubrir cosas que nadie advierte. - Con estos dos tienes bastante. Los otros cinco no sé si te serán útiles. - Tu amigo Lucas dice que todo es cuestión de saber leer. Si no bus cas nada, el texto no te dice nada. Si buscas algo, quizá te sorprenda. Era imposible que los hubiese leído en un solo día. Pero no me dio tiempo a preguntarle. - Lucas siempre lleva razón. A lo mejor a él le interesaba mucho esta obra. Estoy seguro. - Esos cinco tratan de los años posteriores a Jesús. Él murió en tiempos del emperador Tiberio, y a partir del libro tercero se cuenta lo Lo dijo sinceramente, sin deseos de animarme, y precisamente por ocurrido en tiempos de Nerón. eso me animó. Me dirigió una mirada divertida. Me volví cuando estaba en la puerta. - No me consideres tan listo. El Prólogo ofrece un esquema de - ¿ Te importa que nos reunamos con Lucila para comentarlo? toda la obra. Por ahí lo he descubierto. Se lo he prometido. Me eché a temblar pensando lo que diría LucJa. Mi padre pareció Me miró como si yo fuese estúpido. advertirlo. _ ¿Cómo va a importarme? Dale un beso de mi parte. Y dile que -Aunque los últimos cinco rollos no hablen de la época de Jesús, hoy no ha venido a verme. quizá sean interesantes para lo que pretendes. A veces, los historiado - Néstor tenía un poco de fiebre. Nada grave, no te preocupes. No res intercalan información sobre un pueblo en medio de los aconteci vengas a verlo, que ya está durmiendo. mientos que narran. Había salido ya de la habitación cuando oí que me llamaba. - ¿Has leído mucho? -Andrónico, creo que deberías invitar también a Livia. Estas cosas - Casi la mitad del primer libro. Te lo podría resumir en pocas pa- le interesan mucho. Por lo menos, díselo, por si le apetece. labras. Al principio, los judíos están sometidos a los macedonios. - Como siga creciendo el número, esto va a parecer el Areópago de Cuando consiguen independizarse, se dedican a pelearse entre ellos. Y Atenas. ya puedes imaginarte quiénes se benefician de esas luchas internas: los romanos. De joven, este relato me habría entusiasmado. Cuando * * *

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