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El concepto de sentimiento de comunidad en la psicología de Alfred Adler PDF

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Persona ISSN: 1560-6139 [email protected] Universidad de Lima Perú Oberst, Úrsula Salud mental y ética: El concepto de sentimiento de comunidad en la psicología de Alfred Adler Persona, núm. 5, 2002, pp. 131-146 Universidad de Lima Lima, Perú Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=147118132005 Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto Salud mental y ética: El concepto de sentimiento de comunidad en la psicología de Alfred Adler Úrsula Oberst Universidad Ramón Llull Barcelona, España En este estudio se define el concepto adleriano de sentimiento de comunidad y sus implicancias éticas intentando equipararlo con el de salud mental. Se revisan los inicios de la psicología individual y las principales diferencias con el psicoanálisis ortodoxo para conducir a la visión humanista y social que Adler tiene de la persona y su problemática psicológica, así como a la afirmación de que el sentido de la comunidad constituye un marco ético para una adecuada valoración de la actividad humana. Se revisan, además, los conceptos básicos de la psicología adleriana con la finalidad de definir la salud mental como la intensidad de sentimiento de la comunidad que posee una persona, considerado por Adler como un punto de referencia y no como una verdad absoluta. El sentimiento de comunidad es algo a lo que se debe aspirar “como si” (Als ob) fuera alcanzable. psicología individual / salud mental / sentimiento de comunidad Mental health and ethics: The concept of “sense of community” in Alfred Adler´s psychology This study defines Adler’s concept of “sense of community” and its ethical consequences equating it to mental health. The beginnings of individual psychology and the differences with orthodox psychoanalysis are analyzed to lead to the humanistic and social vision Adler has of persons and their psychological complexity. For Adler the sense of community constitutes the ethical framework that provides value to human activity. Basic concepts of Adler’s psychology are further discussed in order to define mental health as the intensity of the sense of community that a person has, which becomes a reference point and not an absolute truth. The sense of community is something one should aspire “as if” (Als ob) it were realizable. individual psychology / mental health / sense of community Dirección de la autora: [email protected] Persona 5, 2002, 131-146 Oberst INTRODUCCIÓN la comunidad (Gemeinschaft). Como consecuencia, la salud mental (igual que Alfred Adler (1870-1937), el fundador su polo opuesto, el trastorno psicológi- de la psicología individual (o psicología co) también se evalúa desde un punto de adleriana), es poco conocido en España vista de la comunidad y, para Adler, el y, muchas veces, sólo como disidente criterio de salud mental se define por el del psicoanálisis clásico de Freud. Ge- grado de sentimiento de comunidad neralmente se considera la psicología (Gemeinschaftsgefühl) que posee el in- individual como una de las tres psicolo- dividuo. El presente artículo intenta di- gías “profundas” junto con Freud y lucidar este concepto adleriano del sen- Jung; pero, en muchas publicaciones timiento de comunidad y sus implica- aparece también como precursor de en- ciones éticas. foques más recientes, como la psicolo- gía humanista (Mosak, 1989; Dreyfus & Nikelly, 1979) o el constructivismo CONCEPTOSBÁSICOSDELA (Mahoney, 1991; Scott et al., 1995). PSICOLOGÍAADLERIANA Adler empezó su trabajo como psicote- rapeuta en 1902, en el seno del psico- Ficcionalismo y finalidad análisis, como colaborador de Freud, pero se desmarcó pronto de éste al di- Como se ha destacado antes, la visión sentir de muchas ideas freudianas, co- adleriana de la personalidad se solapa en mo, por ejemplo, de la noción del origen muchos aspectos con visiones humanis- sexual de la neurosis o la de que siempre tas y constructivistas. Adler concibe a la tiene que haber un trauma en la infancia, persona como in-dividuo que posee una una experiencia o impulso reprimido personalidad única integradora (el estilo que acaba en trastorno psicológico de vida, Lebensstil). La persona está (Adler, 1911/1973). Alo largo del desa- guiada, sobre todo, por objetivos y me- rrollo de sus propias ideas, Adler se mo- tas que intenta alcanzar, aunque no vía hacia una visión más humanista y siempre es plenamente consciente de constructivista y, a la vez, más social de ellos. Para entender a una persona no la persona y de sus problemas psicológi- hace falta tanto entender las causas de cos: por un lado, Adler concibe al ser su conducta, sino más bien sus objeti- humano de forma holística, como una vos. Estos objetivos suelen ser ficticios. unidad y no dividido en instancias o en Adler adapta la noción de ficción de la consciente y subconsciente como lo obra del filósofo alemán Hans Vaihinger hacía Freud –de ahí la denominación quien, con su Philosophie des Als Obde psicología individual (de in-dividuus), y 1911, fundamentó una forma alemana por otro lado lo contempla siempre den- tro de y respecto a su entorno: las emo- del pragmatismo. Las ficciones son, ciones, actitudes, acciones y pensamien- según Vaihinger (1911/1965), ideas y tos no se evalúan desde la persona mis- creaciones psíquicas del individuo que ma, sino siempre en su contexto social: no tienen una correspondencia en la rea- 132 El concepto de sentimiento de comunidad en la psicología de Alfred Adler lidad, pero que cumplen una función diríamos hoy). Adler distingue entre fic- sumamente útil al capacitarlo para tratar ciones en las cuales el error es grande y mejor con su entorno. Se suelen citar ficciones donde éste es pequeño: como ejemplo los meridianos geográfi- “Grandes errores pueden provocar neu- cos que no existen en la realidad, pero rosis; pequeños, en cambio, una perso- que tienen una gran utilidad en la vida nalidad casi normal.” (Adler, citado en diaria. Una ficción se puede tomar como Ansbacher & Ansbacher, 1975, 97). fundamento y como línea directriz para El concepto de ficción está muy rela- las actuaciones, aunque su verdad sea cionado con el de la finalidad, la no- dudosa: podemos actuar “como si” en la ción de que la persona persigue objeti- tierra existiesen los meridianos y como vos, metas y fines. Con este concepto si nuestras construcciones idiosincrási- de finalidad, Adler rechaza el determi- cas de la realidad fuesen verdad. nismo en psicología a favor de una vi- Aunque no haya correspondencia con la sión teleológica, de la causa finalis, he- realidad, Vaihinger, como pragmatista, cho que llevó a algunos autores (por distingue ficciones más o menos útiles, ejemplo Titze, 1983) a intentar cambiar en el sentido de validez para orientarnos la denominación de psicología indivi- en el mundo. Para Vaihinger, este dual por la de “teleoanálisis”. mundo del “como si”, este mundo irre- Respecto a la finalidad, Adler tam- al, es tan importante como el mundo lla- bién distingue entre fines más o menos mado real, y quizás más importante en “útiles”. Pero según Adler, un determi- los ámbitos de ética y estética. En este nado objetivo sólo es útil cuando con- sentido, la “verdad” no existe: según tribuye al bien de la comunidad, y no Vaihinger (y Adler adopta esta idea), lo cuando es útil exclusivamente para la que llamamos verdad sólo es la ficción mayor gloria del individuo. Con esto, más útil o el grado más pragmático del Adler se aleja de la idea puramente error, y el error el grado menos pragmá- pragmatista de las ficciones al imponer tico de la ficción. un criterio ético a la finalidad de la per- Adler lleva esta idea de las ficciones al sona. En este sentido, para un determi- ámbito de la psicología humana: el ser nado individuo puede ser útil el instru- humano se construye ficciones, maneras mentalizar a otro por el bien de uno idiosincráticas de percibir a sí mismo y mismo, pero nunca desde el punto de al mundo, que le son necesarias para vista de la comunidad. Pero Adler no se orientarse en su entorno, para guiar sus limita a aplicar este principio a la con- sentimientos y actitudes, para planificar vivencia de personas normales, sino y llevar a cabo sus actos. Pero sus fic- impone este criterio ético incluso a su ciones pueden ser mejores o peores, más concepción de la neurosis, como vere- o menos útiles (o adaptativas, como mos más adelante. 133 Oberst El concepto de finalidad explica la di- dos mediante los síntomas neuróticos vergencia entre actitudes conscientes e puede ser de gran importancia, hasta vi- inconscientes. La noción adleriana del tal para el individuo (la mujer con mi- inconsciente es bastante diferente de la graña quizás teme –con razón o sin de Freud. Adler afirma que el ser huma- ella– perder al marido y tiene así un ins- no hace lo que (inconscientemente) trumento poderoso para obligarlo a per- quiere. Un cleptómano, por ejemplo, manecer a su lado; el niño que roba qui- sabe y acepta moralmente que no hay zá se siente desatendido por sus padres que robar, pero de vez en cuando tiene y cree tener como último recurso el de la necesidad de hacerlo, sin entender atraer la atención de éstos mediante ac- por qué. Según Adler, esta persona obe- tos delictivos); sin embargo, estos obje- dece a una finalidad inconsciente que se tivos (inconscientes) son, aunque com- puede descubrir en una psicoterapia y prensibles –desde la situación subjetiva que puede ser de índole muy diversa del individuo–, inaceptables desde el (por ejemplo la necesidad de llamar la punto de vista de la comunidad. atención de sus padres, el deseo de ven- garse de ellos, etc.). De la misma mane- Sentimiento de inferioridad ra se explican otras formas de neurosis: y afán de poder el agorafóbico, que no puede salir de su Adler asume un patrón común entre casa, inconscientemente no quiere acu- estas ficciones “inútiles”. Según él, dir al trabajo (por ejemplo), aunque cualquier neurótico tiene como ficción conscientemente lo desee. La mujer que directriz el afán de superioridad o de con sus graves y dolorosos ataques de poder (Machtstreben), entendido como migraña obliga a su marido a quedarse sobrecompensación de un profundo en casa con ella, tiene como objetivo sentimiento de inferioridad (Minder- precisamente eso: tener a su marido a su wertigkeitsgefühl). En el fondo, el neu- lado, aunque conscientemente lamente rótico es una persona que se siente pro- que éste no pueda ir al trabajo. La mu- chacha histérica, que produce síntomas de conversión poco antes de contraer (histeria), en tiempos de Freud y Adler típicos de matrimonio, inconscientemente no mujeres de la burguesía, ahora se dan muy rara- mente. De la misma manera, a la esposa de un quiere casarse, aunque conscientemente obrero no se le “ocurriría” producir síntomas que sí1. La obtención de los fines persegui- obliguen a su marido a quedarse en casa con ella, ya que éste, por muy mal que le sepa, no se lo po- dría permitir. Esta observación de Sperber subra- 1 Estos ejemplos están sacados de casos de la época ya que cada paciente produce –aunque incons- de Adler. Como destaca Sperber (1983), los tras- cientemente– precisamente esta clase de síntomas tornos psíquicos están sujetos a “modas” de una que parecen más eficaces para conseguir un de- determinada sociedad. Síntomas de conversión terminado objetivo. 134 El concepto de sentimiento de comunidad en la psicología de Alfred Adler fundamente inferior a los demás, y 1981): niños delicados de salud y con cuanto más grande es su sentimiento de “minusvalía de órganos” (Or- inferioridad, más imperiosa y fuerte se ganminderwertigkeit; hoy en día se hace la necesidad de compensarlo con diría disminución física, psíquica o aires de superioridad, sentimientos de sensorial), niños descuidados (ver- grandeza, y ardides psicológicos para nachlässigt) o educados con excesivo mitigar esta sensación insoportable de rigor, y niños excesivamente mimados ser insignificante o no valer nada. En o consentidos (verwöhnt). Todos estos las personas psíquicamente sanas, las niños tienen un riesgo elevado de desa- ficciones mantienen un carácter predo- rrollar sentimientos de inferioridad: el minantemente útil, podrá salir desde el discapacitado o enclenque por su con- punto de vista de la comunidad, mien- dición física más débil; el niño descui- dado por falta de atención paterna o tras en las personas con disposición materna o por sufrir un exceso de trato neurótica, las ficciones giran siempre autoritario que le impide sentirse perte- en torno a una particular manera de so- neciente a la comunidad como miem- brecompensar una supuesta inferiori- bro apreciado y equivalente (la familia dad. La inferioridad es siempre ficticia, como primera comunidad). Pero tam- subjetiva y sujeta a la percepción idio- bién el niño consentido, a quien sus pa- sincrásica de la persona, ya que, para dres siempre han protegido de manera Adler, una inferioridad real de una per- excesiva de todos los pequeños obstá- sona no puede existir. En su visión, los culos y dificultades de la vida, es un seres humanos son, aunque no iguales, posible candidato al sentimiento de in- equivalentes, y por supuesto de igual ferioridad, porque nunca ha aprendido valor (gleichwertig). a valerse por sí mismo o a aplazar sus El sentimiento de inferioridad es, por deseos y necesidades o incluso a luchar lo tanto, una ficción que se forma, co- por ellas. mo generalmente todas las ficciones No es amor lo que recibe el niño con- según Adler, en la primera infancia co- sentido, sino exclusivamente las venta- mo respuesta activa del niño a su entor- jas de una existencia parasitaria, y esto no y a sus experiencias. Pero, en nin- le puede llevar a la convicción peligro- gún caso una determinada postura sa de que siempre tiene que haber es- adoptada se puede reducir a condicio- clavos que le allanen el camino (Sper- nes y causas objetivas. ber, 1983). De esta manera, estos niños Sin embargo, existen condiciones que nunca experimentan el efecto estimu- favorecen en el niño la percepción de lante de obstáculos superados y nunca su inferioridad; Adler distingue tres aprenden a concordar sus deseos con factores desfavorables (Adler, 1931/ las exigencias de la comunidad. 135 Oberst Aunque estos tres factores menciona- nas. Pero pueden existir condiciones, dos constituyen, para Adler, un riesgo en las que el niño no tiene este valor de producir sentimientos de inferiori- (como hemos dicho, en el caso de exis- dad, no son condiciones que determi- tir una “minusvalía orgánica”, o de ser nan al individuo. Lo más importante, un niño excesivamente mimado o des- para Adler es la toma de postura (Stel- cuidado); sin embargo, la necesidad de lungnahme), la opinión o la actitud que superar los obstáculos persiste. Un ni- se forma el niño activamente respecto a ño, por ejemplo, que siempre se ve ex- estas circunstancias. Es consabido que puesto a una situación donde los adul- dos niños criados en las mismas condi- tos se aprovechan de su condición su- ciones desfavorables no desarrollan ne- perior (física o psicológica) tiene más cesariamente las mismas condiciones riesgo de no llegar a formar una autoi- psíquicas. magen positiva, asertiva. El camino di- Según Adler, todos los seres humanos recto hacia “arriba” le queda cerrado. aspiran a un ideal utópico de última Esto tiene un efecto altamente desalen- perfección (Adler, 1931/1981). Esta tador para el niño. Como consecuencia, ficción directriz es el motor principal tiene que probar otros caminos más in- del hombre que le guía para salir de su directos, más torcidos, más complica- condición biológica inferior (respecto a dos, que por rodeo lleguen igualmente los demás seres vivos) y llegar a un al destino anhelado de superación. Así, máximo nivel de autoactualización, pa- un niño puede aprender que mediante ra utilizar un concepto más moderno. lloros y berrinches o con síntomas psi- Adler considera que la naturaleza hu- copatológicos, como la enuresis, puede mana aspira a superar los obstáculos, conseguir una atención muy superior a alcanzar los fines propuestos, sentirse la que pudo conseguir con su conducta completo, fuerte y válido; y cada niño más directa. Vía ensayo y error, depen- pequeño tiene que pasar por este proce- diendo de las reacciones de los adultos, so nuevamente. Este proceso adaptati- el niño aprende a re-finalizar su debili- vo y autoactualizador del ser humano dad, de manera que ahora le sirve para es posible por el afán de superación (no poner a los padres a su servicio y para confundir con afán de superioridad, ejercer poder indirecto. “El niño desa- que es, como hemos visto, la sobre- nimado, que descubre que puede tirani- compensación neurótica de un senti- zar más eficazmente su entorno me- miento de inferioridad subjetivo). En diante lágrimas, se convierte en un llo- condiciones normales de la vida, el in- rón; y del llorón al melancólico adulto dividuo, el niño en este caso, suele te- hay un camino directo” (Adler, 1931/ ner suficiente valentía (Mut) para en- 1981, 51). Para evitar malentendidos frentarse con las dificultades cotidia- hay que añadir que Adler no niega el 136 El concepto de sentimiento de comunidad en la psicología de Alfred Adler hecho de que el llanto del bebé sea vital tiempos). Esta educación democrática para su supervivencia. Pero si el niño se basa en el respeto mutuo y pretende descubre que con el llanto puede hacer aceptar al niño como ser humano con la venir a los padres hasta cuando no ne- misma dignidad que un adulto, propor- cesita nada, experimenta una peligrosa cionándole una educación hacia el sen- sensación de poder sobre ellos. timiento de comunidad, sin humillar al Por esto, Adler siempre ha destacado niño mediante trato autoritario ni con- la necesidad de mejorar las condicio- sentirle todos sus caprichos. Este as- nes educativas. En sus últimas obras pecto psicopedagógico de la psicología insiste constantemente en la necesidad adleriana, en el ámbito familiar y esco- de enseñar a padres y a maestros para lar, ha sido elaborado posteriormente educar mejor. Este conocimiento de con más detalle en Estados Unidos por que una buena educación puede evitar su discípulo más importante, Rudolf muchos males, psicopatología y delin- Dreikurs (por ejemplo Dreikurs, 1968; cuencia, llevó a Adler a aspirar a una Dreikurs & Soltz, 1964; Dreikurs, máxima divulgación de sus ideas, no Grunwald & Pepper, 1982). tanto en ámbitos profesionales sino en- tre la población en general. Sus últimas El sentimiento de comunidad obras, por tanto, son de carácter divul- Como hemos dicho arriba, Adler se gativo, escrito en un lenguaje y voca- niega a considerar a un individuo por sí bulario más popular; en ellas, Adler di- solo, lo contempla siempre en contexto serta no tanto de aspectos psicopatoló- con sus congéneres. Para Adler, la psi- gicos sino sobre cuestiones psicológi- cología individual (y aquí queda paten- cas más cotidianas y la convivencia hu- te cómo el término “individual” induce mana en general, como el matrimonio, a error) “... es probablemente la teoría la educación de los niños, o la infrava- más consecuente de la opinión del indi- loración de la mujer en la sociedad. viduo respecto a cuestiones de la vida Además, llegó a fundar en la ciudad de social, y por eso una psicología social” Viena cerca de treinta centros de edu- (Adler, citado en Ansbacher & Ansba- cación infantil para niños difíciles que cher, 1975, 134). El individuo, a pesar posteriormente, con la llegada del na- de ser en sí mismo una totalidad, sólo zismo, fueron cerrados (Rattner, 1972). se puede contemplar en el conjunto de En estos centros-escuelas Adler inten- una totalidad mayor, la comunidad hu- taba promover lo que llamaba “educa- mana. Se puede decir que sólo en la co- ción democrática”, en contraposición a munidad, en relación con los demás, el una educación autoritaria (frecuente en individuo se convierte en persona. Y, su época) y a una educación laissez-fai- para entender lo que le pasa al Yo, hay re (quizás predominante en nuestros que examinar sus relaciones con sus 137 Oberst respectivos Tus. De esta manera, un cias positivas, “alentadoras” en el len- síntoma psicopatológico como cual- guaje de Adler, más probabilidades tie- quier otra conducta no se entiende tam- ne de desarrollar un alto grado de sen- poco como algo intrapsíquico, sino co- timiento de comunidad. El niño, según mo un aspecto de la vida de esta perso- Adler, nace con un potencial intrínsica- na respecto de otras. mente bueno. Aquí es interesante la En la concepción adleriana, la comu- comparación con la visión de Freud, de nidad constituye el marco ético para la un niño genuinamente egoísta con pul- valoración de un acto humano. La co- siones destructivas que durante la so- munidad establece normas y exigen- cialización se tienen que reprimir. Para cias que sirven de referencia para el in- Freud, las normas y prohibiciones de la dividuo, pero a la par es el conjunto de cultura pueden provocar los trastornos los individuos que forman y revisan del individuo adulto al obligarle a re- constantemente este marco normativo. primir sus instintos animales y egoístas Si a una persona se le llama buena o y a trabajar por su sublimación. En la mala, sana o enferma, no se puede de- visión freudiana, la neurosis es el pre- terminar desde un punto de vista abso- cio que pagamos para la civilización, luto, sino siempre desde el marco so- mientras en la de Adler, el caso es el cial. Al formar parte de esta comuni- contrario: la neurosis es el precio que dad, la persona se enfrenta a tres “ta- pagamos por nuestra falta de civili- reas de la vida” como representantes de zación. las exigencias de la comunidad que tie- Adler utiliza conscientemente la ex- ne que resolver satisfactoriamente: tra- presión sentimiento de comunidad, ya bajo, amor y vida en comunidad (Ad- que es un concepto que se refiere prin- ler, 1931/1981). Dreikurs (1969) añade cipalmente a un aspecto psicológico, dos tareas más: la relación del indivi- algo que la persona tiene que sentir. duo consigo mismo y su relación con el Cometer actos “buenos” sin la actitud universo, es decir con el significado de “buena” correspondiente no tiene sen- la existencia humana en el ámbito espi- tido, ya que el mero acto bueno sin la ritual y trascendental. intención de contribuir al bien común, Para poder vivir en comunidad, Adler tendría la finalidad opuesta, la de real- postula una fuerza innata latente en el zar la propia autoestima en detrimento hombre, el sentimiento de comunidad, de los demás (afán de superioridad). que se tiene que despertar y desarrollar Adler nunca da una definición clara de en la infancia mediante la interacción lo que entiende por sentimiento de co- con las demás personas (en primer lu- munidad, y es muy probable que no se gar con la madre). Cuantas más posibi- pueda dar nunca ya que no se puede lidades tiene el niño de hacer experien- determinar en valores absolutos. Una 138 El concepto de sentimiento de comunidad en la psicología de Alfred Adler aproximación a este concepto que sub- 1981). El que no se adapta, será neuró- raya su aspecto de empatía sería el con- tico, maladaptado o incluso delincuen- sejo de Adler de “ver con los ojos de te (siempre desde el punto de vista de otro, oír con los oídos de otro y sentir la comunidad en cuestión). No existe con el corazón de otro” (Adler, citado manera alguna de evitar estar sujeto a en Ansbacher & Ansbacher, 1975, los dictados de la comunidad y sus exi- 142). La mayoría de los autores adle- gencias. Aunque se intente negar estas rianos está de acuerdo en que no signi- condiciones, el sentimiento de comuni- fica sacrificarse por los demás en un al- dad prevalecerá en forma de concien- truismo malentendido (ya que sería una cia, escrúpulos y remordimientos. Ad- infravaloración de uno mismo) sino ler reconoce que, evidentemente, no buscar el bien de uno mismo dentro del siempre las personas actuan conforme bien común. Para que esto sea posible, al sentimiento de comunidad, pero es preciso sentirse igual, de igual valor siempre se necesita, según él, un cierto humano que los demás. Dreikurs esfuerzo para negar esa voz de con- (1969) afirma que sólo cuando nos sen- ciencia, y eso significa tener que bus- timos iguales podemos estar seguros de car, al menos de cara a uno mismo, ex- nuestro sitio dentro de la comunidad, y cusas o “atenuantes” para justificar un desarrollar el sentimiento de pertenen- acto que no está conforme con el senti- cia, base del sentimiento de comuni- miento de comunidad. dad. Para este autor, la capacidad de En el caso de un delincuente queda, cooperación puede servir como medida en primer lugar, la búsqueda de ate- del sentimiento de comunidad que uno nuantes: excusas, subterfugios y coar- posee. Para saber en qué medida una tadas que se refieren a su infancia difí- determinada conducta es expresión de cil, a su condición social precaria, a la sentimiento de comunidad, hay que crueldad de la sociedad, etc. Como Ad- evaluar en qué medida la persona tiene ler niega el determinismo, no acepta en cuenta las necesidades de una situa- estas excusas –por muy bien que se ción concreta, en qué medida es capaz pueda comprender al delicuente a un de actuar “orientado a la tarea” (sach- nivel psicológico. La infancia difícil y lich, task-oriented) sin preocuparse por la impasibilidad del entorno pueden su propio prestigio o por quedar bien. hacer comprender la conducta, pero Adler deja claro que este sentimiento nunca la justifican. Adler no condena al de comunidad, aunque difícil de definir delincuente, pero no le exculpa de sus y sujeto a cambios a lo largo del desa- actos contra la humanidad. rrollo humano, es universal, es decir, El caso de la persona neurótica es muy nadie puede eludirlo. Es la “lógica fé- similar. Sus trastornos, sean los que fue- rrea de la convivencia” (Adler, 1927/ ren, derivan de una falta de sentimiento 139

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En este estudio se define el concepto adleriano de sentimiento de comunidad y sus implicancias éticas intentando equipararlo con el de salud mental
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