Mark Sway, un niño de once años, presencia el peculiar suicidio de un abogado de Nueva Orleans. Un momento antes de morir, el abogado le revela un terrible secreto relacionado con el reciente asesinato de un senador de Luisiana, cuyo supuesto asesino, un matón de la mafia, está a punto de ser juzgado. La policía, el fiscal federal y el FBI presionan a Mark para que revele las últimas palabras del abogado, pero él, consciente de que la mafia vigila todos y cada uno de sus movimientos, sabe que casi con toda seguridad se jugaría la vida. De modo que Mark opta por contratar una abogada llamada Reggie Love. Cuando el chico recibe una amenaza de muerte y Reggie descubre que han ocultado micrófonos en su despacho, e incluso el juez del Tribunal Tutelar de Menores afirma que a Mark no le queda otra alternativa más que hablar, comprende que en esta ocasión se ha metido en un auténtico berenjenal. Sin embargo, a Mark se le ocurre un plan... un plan descabellado en opinión de Reggie, pero que constituye su única esperanza.