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El Clericalismo PDF

234 Pages·2017·10.55 MB·Spanish
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t - · λ , * \s ’.’>··♦· «l· à ·Τ<·< ' ) . · ■> * 7 \ . • - 1 · , - i Vv' · £*. é» BIÇLIOTKCÆ DEMOCRATICA ' Y ANTI-CLERICAL ¡POBRES JESUITAS! origen, doctrinas, máxi- mas, privilegios y vicisitudes de la compañía de Jesús desde su fundación hasta nuestros dias,. por Fernando Garrido, seguida de la MONITA SECRETA ó instrucciones ocultas de tos jesuítas, por primera vez publicadas en . cáete llano.—Un tomo do 328 páginas, an 8.· H niayorrS,pes0tas. Λ· LA RESTAURACION TEOCRÁTICA, progre- · ssooss yy ddeeccaaddeenncciiaa ddeell ccaattoolliicciissmmoo'’ eenn España, desde el siglo XV hasta nuestros dias, por I Fernando Garrido.—Segunda edición, —Un to· ■·· mo en 8,°, 1 peseta. LA REVOLUCION EN LA HACIENDA, del Es­ V tado, de las provincias _y <i 10 los municipios, por Fernando Garridos—UUñn tomo de 250 páginas, eenn 88..** mmaayyoorr,, 22 ppeesseettaass.. HHIISSTTOORRIIAA DDEE LLAASS CCLLAASSEESS TTRRAABBAAJJAADDOORRAASS,, desde los tiempos antiguos hasta nuealros- dias, por Fernando Garrido.—Un tomo en rólio de 1.088 páginas, 1188 ppeesseettaass.. LÁ'COOPERACIQN, estudio teórico práctico so­ btírree llaass ssoocciieeddaaddeess ccooooppeerraattiivvaass ddee 'pprroodduucccciióónn y cons7u mo,, eernUjnnggllaatteerrrraa yy oottrrooss ppaatíeseess,, eessppee-- '■ c-ttaallmmeennttee eenn^^Espspaaññaa..——SSeegguunnddaa eeddiicciióónn..——UUnn v : ffoolllleettoo ddaa,, 112288 ppáággiihhaass eenn 88..°a mmaayyootcx,, 5500 ccéénnttii­- mos: 100 ejemplares, 37 pesetas 50 céntimos. VIAJES DEÉ^CHINO DAGAR-Ll-ΚΑΟ,-ρθΓ los países bárbaros de Europa, España, Francia, Inglaterra y otros, traducidos delchlno al cas­ tellano por EL ERMITAÑO DE LA8 PENU—E - LAS, primera y segunda parte —Segundaedi­ ción, aumentada con una biografía de Fernán· - do Garrido.—Dos tomos, 2 pesetas cada uno. Se venden separados. ·. . . CUENTOS CORTESANOS, poΓr eθl! EERRMMIITTAAÑÑOO DE LAS PEÑUELAS: l.° Las cápsulas de Co- EL CLERICALISMO 1A /· 4 H. DEPASSE EL Su DEFINICION.—Sirs PRINCIPIOS. Sus FUERZAS. Los PELIGROS QUE OFRECE Y LOS REMEDIOS QUE SE LE DEBEN APLICAR. TRADUCIDO POR JOSÉ AGUILERA I MONTOYA MADRID IMPRENTA DK Jl'AN INJUSTA, MENDIZABAL, Í2. (Barrio de Argüellee), CAPÍTULO PRIMERO. Lo que debe entenderse por clericalismo. I. Rospuosln de un IIIÓRofo. Ho preguntado á un filósofo y á un po­ lítico qué es lo que debo entenderse por clericalismo, y voy á pormitirmo repro­ ducir la respuesta que ámbos me han da­ do, despojándola do los términos técnicos á que parecen demasiado aficionados; después expondré la dofh. ‘ion general que do dicha respuosta he sacado. No creáis, me lia dicho ol filósofo, que el clericalismo sea una religion, ó una secta, ó un partido: entro los clericales so encuentran hombros do todos los partidos -6 - y de todas las religiones. No creáis tam­ poco lo que algunos dicen, á saber: que clericalismo sea una palabra vacía de sentido; el clericalismo, en cde misino momento en que hablamos, nos abruma y parece que está á punto de conseguir ahogar la vida política en Francia. Algunos tienen la costumbre de perso­ nificarlo y creen verlo en cuerpo y alma en un culto determinado ó en cierta cla­ se de hombres; y esto tiono el inconve­ niente de que no lo conozcan en toda su extension, ni comprendan que ol cleri­ calismo desborda por todas partes y cu­ bre el mundo. Otros, por el contrario, so han formado del clericalismo una idoa tan vaga y sutil, que para ellos casi no es una cosa real. Vengo pensando mucho en eso desdo hace algunos años, esforzándome por no caer en ninguno de los dos oxtremos que acabo do señalar, y he llogado por íln á la convicción quo el clericalismo es un estado del espíritu quo nos hace enemi­ gos de toda libertad, do toda luz intelec­ tual, do toda emancipación del ospíritu público y de la conciencia nacional. Eso temor que inspiran la instrucción y la educación universal que hace á los hombres igualos y libres, so llama tam·· -Ί- bicn intolerancia, espíritu de aristocra­ cia y de casta, y esa intolerancia, ose es­ píritu de aristocracia y do casta es, según creo, el primer elemento constituyente del clericalismo. El segundo elemento que lo compone es la superstición, la religiosidad nervio­ sa y enfermiza que, cuando llega á cier­ to grado, engendra el misticismo. El mis­ ticismo, unido á la intolerancia, engen­ dra á.su vez el fanatismo rayano de la lo­ cura más íuriosa. La historia nos presen* ta siempre) al fanatismo ebrio de la ma­ tanza de los pueblos y do la destrucción do las ciudades. Pues bien, todo eso, el odio por la liber­ tad y la exajerada afición por lo sobre­ natural, la superstición y la intolerancia, el misticismo y el fanatismo, combinados en ciertas proporciones, según los tiem­ pos y los lugares, constituyo lo que lla­ mamos hoy clericalismo. Esto estado psicológico ó patológico, según queráis llamarle, presenta grandes variedades y sus formas son muchas y di­ versas. Ya hemos dicho quo ol espíritu de aristocracia y do casta lo es inherente; pero en un país en que impera el sufra­ gio universal y en ol que todas las clases y todos los grupos se confunden en el se- -8 - no de vasta democracia, cuyo poder do asimilación parece irresistible, el clerica­ lismo degenera muy pronto en socialis­ mo y comunismo. Trata de oncontrar sa­ tisfacción al odio que la libertad le ins­ pira poniéndolos á todos bajo el yugo del mismo señor, y lo mismo es el azote de la aristocracia, que de la clase media ó del pueblo. Y do igual manera, el misticismo de­ genera muy fácilmente en sensualismo. Este fenómeno se producirá, por ejem­ plo, en aquellas sociedades opulentas y hastiadas, que han conocido todas las vicisitudes de la política, y que, en los momentos do prueba, encuentran pre­ parados por la industria, las artes y el comercio, todos los consuelos sensuales que puedan apetecerse. Lus imaginacio­ nes místicas caerán entónces de uno en otro extremo y se entregarán á los place­ res con verdadero furor. Y así se explica que el clericalismo, que os por natura­ leza aristocrático y místico, caiga en las orgías del materialismo y del comu­ nismo. De todos los elementos que constituyen el clericalismo, el primero, el más esen­ cial, es siempre el odio á la libertad, no siendo la superstición, el misticismo y el

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No creáis, me lia dicho ol filósofo, que el clericalismo sea una religion, ó una secta, ó un partido: entro los clericales so encuentran hombros do todos
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