COBRE el Círculo de Viena ha escrito Bertrand ^ Russell: «La escuela es admirable por su decisión de hacer filosofía científicamente, por su inflexible amor a la verdad y por su trabajo técnico en lógica, sintaxis y semántica». Sus puntos de partida están en el campo de la física (Planck), en el de las ciencias exactas, en el de la nueva lógica (Russell) y en el de la filosofía del lenguaje (Wittgenstein). Víctor Kraft taurus VICTOR KRAFT EL C I R C U L O DE V I E N A Versión española de FRANCISCO GRACIA taurus Título original: Der Wiener Kreis © Springer Verlag, Viena Primera edición: 1966 Reimpresiones: 1977, 1986 © 1966 Taurus Ediciones, S. A. Príncipe de Vergara, 81. 28006 Madrid ISBN: 84-306-1045-6 Depósito legal: M. 4.098-1986 PRINTED IN SPAIN PROLOGO El Círculo de Viena fue (junto con la Sociedad de Filosofía empírica, de Berlín) el punto de partida de un movimiento filosófico internacional que ha produ cido una renovación y reforma del positivismo y el empirismo. El neopositivismo se encuentra hoy en el primer plano filosófico, sobre todo en los países anglosajones y escandinavos. Ha de ser considerado como el fenómeno filosófico más importante y serio del intervalo entre ambas guerras. Sin embargo, es precisamente en el área cultural alemana donde la obra del Círculo de Viena ha sido rechazada, en la medida en que ha sido conocida. Y este conocimiento era y es muy insuficiente, extendiéndose sólo a los comienzos. A este respecto es significativo que Gerh. Lehmann en su historia de la Filosofía alemana actual, aparecida en 1943, trate sólo a Camap e incluso de éste no tenga en cuenta más que los primeros escritos: su tesis doc toral, un tratado sobre Eigentliche und Uneigenttiche Begriffe de 1927, Der logische Aufbau der Welt y los Scheinprobteme, de 1928, y el Grundriss der Logistik de 1929, sin considerar ninguno de sus escritos poste riores tan importantes. Además, los trabajos citados por él son juzgados erróneamente, ya que no compren- 7 de lo esencial. También Del Negro, cuya Historia de la Filosofía alemana de la actualidad se publico sólo un año antes, caracteriza todavía como la obra fundamen tal de la dirección, Der logische Aufbau der Welt de Carnap. Los numerosos e importantes escritos apareci dos posteriormente, los estudios de los ocho volúmenes de Erkenntnis, la Logische Syntax der Sprache de Carnap, los Gesammelte Aufsatze de Schlick, con los que acaban el desarrollo y los progresos del Círculo de Viena, no han sido tenido en consideración. Ellos y el movimiento entero fueron dejados de lado y repri midos por la orientación espiritual del nacionalsocia lismo. También en la nueva visión de conjunto de la Filosofía europea de la actualidad (1947) de Bochenski, obra por lo demás valiosa, se presenta al neopositivismo y al Círculo de Viena desde luego bastante mejor que en los estudios anteriores mencionados, pero en forma no del todo satisfactoria y muy brevemente. (Hay tra ducción castellana de esta última obra: Fondo de Cul tura Económica, Breviarios, núm. 16. México, 1949 y si guientes.) Son sobre todo las exposiciones extranjeras las que se ocupan detenidamente del Círculo de Viena. En pri mera línea está la gran monografía de J. R. Weinberg An examination of Lógical Positivism, Londres, 1936 *, muy bien documentada, que, sin embargo, trata funda mentalmente la primera etapa, dependiente de Wittgens- tein. El Círculo de Viena ha sido objeto posteriormente de una detenida consideración en la acertada exposi ción del neopositivismo de G. H. von Wright Den logiska Empirismen, Helsingfors, 1943, pero debido a estar es crita en sueco no ha adquirido mucha difusión. Las 1 Hay traducción española: Examen del positivismo lógico. Traducción de J. L. Fernández de Castillejo. Aguilar, Madrid, 1959. (N. del T.). 8 restantes exposiciones extranjeras proceden en parte de los primeros tiempos del Círculo de Viena, como el extraordinario trabajo de Kaila Der logische Neupo- sitivismus, que apareció ya en 1930, y el informe de Petzall, entonces exacto, pero ampliamente superado luego, Der logische Positivismus de 1931 y su crítica de las proposiciones protocolarías Zum Methodenpro- blem der Erkenntrtisforschung de 1935. Parte de ellas son visiones de conjunto muy breves, como la de Voui- llemin La logique de la science et l'écóle de Vienne, 1935, y la de C. W. Morris Logical Positivista, Pragmatista aad Scieatific Empiricism, 1937. (Por desgracia no he podido conseguir, a pesar de mis esfuerzos, el estudio de Blumberg y Feigl.) Entre las exposiciones extranje ras de las doctrinas del Círculo de Viena hay que men cionar también el libro de Ayer: Laaguage, Truth and Lope (1938, 2? ed. 1946). (Versión castellana:: Leaguaje, verdad y lógica. Editorial Universitaria de Buenos Ai res (EUDEBA).) Por ello me ha parecido indicado exponer de modo sintético los trabajos filosóficos del Círculo de Viena, sus problemas y resultados; no sólo para que con ello no se pierdan en el olvido, sino sobre todo para pre sentar de este modo las ideas fundamentales de este movimiento a la filosofía alemana de nuestro tiempo, filosofía que sólo las conoce en forma insuficiente. El Círculo de Viena pertenece al pasado, al menos en Viena. Su trabajo, en el que yo mismo participé, ha terminado. Por ello mi exposición llega sólo hasta su diáspora en 1938. Tampoco hubiese sido posible lograr, durante el aislamiento del extranjero ocasionado por la segunda guerra mundial, un conocimiento suficiente de la literatura aparecida desde entonces en otros países y producida por antiguos miembros del Círculo de Viena o relacionada con ellos. Por tanto, no ha sido posible 9 referirse a ella, con excepción de las nuevas obras de Carnap. No hay que perder de vista al juzgarlo, que el tra bajo del Círculo de Viena no concluyó, sino que fue interrumpido bruscamente cuando se hallaba en su ple nitud. Más de una simplificación excesiva, mucho ra dicalismo se explican como un planteamiento inicial. Igual que variaron reiteradamente las opiniones en el Círculo de Viena, del mismo modo que Carnap ha su perado después la unilateralidad de la consideración puramente sintáctica, también en el Círculo de Viena se hubiese llegado a soluciones más maduras, si se hu biese podido seguir trabajando. Si se quisiesen sacar formulaciones y consecuencias extremas, se podría presentar sus resultados a una luz totalmente distinta de lo que sigue. Pero con ello se habría hecho injusticia a su obra. Su gran significado positivo es indudable. De ningún modo podría defender por completo' las opiniones del Círculo de Viena; he añadido incluso una crítica en algunos puntos importantes. Pero el Circulo de Viena se preocupó por poner en claro con profun didad y amplitud lo fundamental del conocimiento y demostró un grado de claridad y rigor lógico que no se encuentra en la filosofía alemana de la última ge neración. Incluso quienes se hallen en una posición distinta de la del Círculo de Viena pueden aprender también mucho de él. Viena, marzo de ¡950. V. Kraft 10 PRIMERA PARTE LA HISTORIA DEL CIRCULO DE VIENA' Desde 1895 hubo en la Universidad de Viena una cá tedra de filosofía de las ciencias inductivas, que fue creada para Emst Mach, quien la ocupó hasta 1901. Des pués se encargó de ella L. Boltzmann (de 1902 a 1906). Más tarde la obtuvo el original Adolf Stóhr. Había con ello en Viena una larga tradición de una filosofía em- pirista que se ocupaba principalmente de las ciencias naturales. Ya antes se habían impuesto en cierto sen tido tendencias empiristas a través de Franz Brentano. Theodor Gomperz y Jodl habían defendido una filosofía antimetafísica. En 1922 fue nombrado Moritz Schlick para desempeñar la cátedra de filosofía de las ciencias inductivas. Igual que sus predecesores, habían llegado a la filosofía desde la física. Había hecho su tesis doc toral con Planck sobre la reflexión de la luz en un medio no homogéneo, y fue el primero en valorar filosóficamente la teoría de la relatividad en su obra Raum und Zeit in der gegenwartigen Physik (1917). Te nía relaciones personales con los hombres más impor tantes dentro de las ciencias exactas, tales como Planck, Einstein, y Hilbert. Pero a diferencia de sus predece- > Cfr. Wissenschaftiiche Weltauffassung. Der Wiener Kreis. Viena, 1929. Neurath: «Den logiska Empirismen och wiener krctsen.» 1936. (Theoria, vol. II, p. 72 s.). 11 sores, no sólo de Boltzmann, sino también de Mach, tenía un profundo conocimiento de la filosofía. Pronto se formó en Viena, alrededor de Schlick, un círculo no sólo de alumnos, sino también de estudiosos interesados en la filosofía. Lo constituían los más ade lantados de sus discípulos —entre los que Fr. Waismann tenía un lugar destacado—, pero también doctores como O. Neurath, E. Zilsel, H. Feigl, B. v. Jubos, H. Nei- der, algunos de sus colegas, los profesores R. Camap, V. Kraft, F. Kaufmann, y no sólo filósofos «puros», sino también matemáticos con intereses filosóficos: el catedrático H. Hahn y los profesores Menger, Radako- vic y Gódel. Esta composición trajo consigo un nivel desacostumbradamente alto. La orientación matemática —también Camap, Waismann, Zilsel, Neurath y Kauf mann tenían una formación matemática— fortaleció la tendencia hacia el rigor y la pureza lógicos. En breves informes y largas discusiones se debatían cuestiones lógicas y gnoseológicas, mediante lo cual y gracias a la preparación y el pensamiento independiente de los miembros más importantes2 —particularmente Schlick, Camap, Neurath, Waismann, Hahn, Zilsel— se consi guieron abundantes resultados. Era un trabajo intelec tual de construcción conjunta, no la aceptación de las tesis de un maestro. Schlick no marcaba en modo al guno la pauta. De Wittgenstein partieron influjos pro fundos, aunque él mismo no estuvo nunca presente. Fueron transmitidos por Schlick y Waismann, quienes se hallaban en contacto con él, que entonces estaba en Viena. De este modo llegaron mucho más allá de su Tractatus logicophilosophicus *. De este trabajo con * Véase una bibliografía de los participantes en Wissenschaftl. Weitauffassung. 1929. También en Erkenntnis, vol. I, p. 315 y ss., y en Einheitswissemchaft, cuaderno 1, p. 30; cuad. 3, p. 21-22. * Ver, p., ej., la constatación expresa {le Schlick en el ensayo «Meaning and Verification» (Cesammelte Aufsützc, p. 340), de que debe su caracterización del significado a conversaciones sostenidas con Wittgenstein, que influyeron profundamente sus 12 junto se derivó un progreso tan rápido como el que únicamente se produce en las ciencias especiales. Por tanto, resulta natural que tal desarrollo tuviese' como consecuencia varios cambios y que más de una con cepción inicial demasiado simplista fuese superada más pronto o más tarde. En 1929 Schlick fue llamado a Bonn, pero renunció después de algunas vacilaciones. En la primavera y el verano del mismo año marchó como profesor invitado a la Universidad de Stanford en California. En esta época, la amenaza de la pérdida primero y la larga ausencia de Schlick después, hicieron tomar conciencia a los miembros de este círculo de que constituían una comunidad espiritual de cuño especial, un grupo filosó fico peculiar. El congreso de la Sociedad alemana de Física y de la Asociación de matemáticos alemanes, que tuvo lugar en Praga a mediados de septiembre del mismo año, proporcionó la ocasión exterior de inter venir allí como un grupo autónomo, que, junto con la Sociedad de Filosofía empírica de Berlín, a la que per tenecían Fr. Kraus, H. Reichenbach, A. Herzberg, A. v. Parseval, W. Dubislav, K. Grelling, organizó simultá neamente un congreso sobre gnoseología de las ciencias exactas. Al mismo tiempo se publicó un pequeño es crito programático Wissenschaftliche Weltauffassung. Der Wiener Kreis, realizado por Carnap, Hahn y Neu rath, que exponía brevemente el origen y los miembros, la actitud y los fines de esta sociedad de trabajo. Es taba dedicado a Schlick y le fue entregado a su vuelta a Viena en octubre de 1929 «en señal de agradecimiento y de alegría por su permanencia en Viena», como se decía expresamente en el prefacio. El «Círculo de Vie na» entraba así en la .vida pública. Esto se manifestó también en que el Círculo consi guió su propio órgano de publicación al hacerse cargo propias consideraciones sobre la materia. «Difícilmente puedo exagerar mi deuda respecto de este filósofo.» 13