He visto a un Señor de la Sangre descender de los cielos.
Portaba en su mano la llave del abismo y una gran cadena.
Doblegó al Dragón, la serpiente primigenia, que no era otro que NIBIRU, lo encadenó y la arrojó al Abismo, que se cerró sobre él, evitando que seduzca de nuevo a las naciones en los próximos tres mil seiscientos años.
Tras tres milenios, NIBIRU regresará para corromper a los pueblos de la Tierra y las 4 naciones del mundo caerán.