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el catolicismo PDF

362 Pages·2015·9.25 MB·Spanish
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у f CATÓLICOS Y MASONES LA MASONERÍA EL CATOLICISMO ESTUDIO COMPARADO bajo el aspecto del derecho común, las instituciones d(mocráticas y filantrópicas, la civilización y su influencia social Hay católicos que parecen rna sones, y masones que semejan católicos. MONTEVIDEO EDITOR: ANDRÉS RÍUS I 5 7 — SORIA» O — 157 1884 IMPRENTA Y ENCUADEKNACIÓN DE Rius Y BKCCHI 152 - SORIANO — 154 CATÓLICOS Y MASONES I Estado de la cuestión Existe una institución que desde los tres últimos siglos ha influido inmensamente en los destinos de la sociedad. Su nombre es MASONERÍA, Y más téc- nicamente FRANCMASONERÍA, que declara ser una aso- ciación universal, filantrópica y progresista. Ahora bien; en presencia de este lema y de se- mejante afirmación ¿ puede permanecer indiferente una persona ilustrada, ni considerar como cosa ba- lad! la investigación relativa á la verdad de tan magnas pretensiones ? Quien se precie de amante del progreso y de las luces y sienta bullir en su pecho los nobles sentimientos de humanidad, ¿ podrá acallar esas sublimes aspiraciones del alma con el vano pre- texto de que al agitar semejante controversia quizás llegue á herir la susceptibilidad de personas amigas 6 LA. MASONERÍA Y EL CATOLICISMO y honorables y servir de ocasión para ciertos ren- cores y animosidades? Tales reflexiones no pueden ser hijas de una inteligencia independiente que inves- tiga la verdad á costa de cualquier sacrificio, ni de un alma generosa que busca la satisfacción de las más puras inclinaciones de la naturaleza, ni de un noble corazón al que no intimidan ni arredran el respeto humano y la ajena malevolencia. ¿ Podrá ponerse en duda el interés sumo de for- marse ideas claras sobre la Masonería ? Seguramente que no; ¿ pues quién no desea averiguar por qué una asociación que se proclama filantrópica como la Masonería, ha sido condenada por la Iglesia, cu^a caridad generosa ninguna institución ha podido emu- lar? He aquí una duda que debe resolverse para satisfacer una aspiración legítima de la razón del creyente. Además, la Masonería llama á sus talleres templos masónicos, pero ¿cómo se explica la erec- ción de un templo en cuyo frontispicio están ins- criptas como lema estas augustas palabras : libertad, igualdad y fraternidad, y sin embargo sus puer- tas no están abiertas de par en par para todos y á la luz del día como los templos cristianos? Se res- ponde que esto sucede así porque en el fondo de los templos masónicos domina el secreto y el miste- rio ; mas entonces nace una gravísima sospecha. ¿Por qué se vale del secreto una institución que se proclama propagadora de la filantropía, de la fra- ternidad y de las luces ? ¿ Puede nadie avergonzarse de trabajar á la luz del día en pro de tan hermoso programa? Esto es inconcebible: la luz no se ocul- ta ; so oculta el mal; se ocultan los planes nefandos. 7 LA. MASONERÍA Y EL CATOLICISMO ¿ Residirán estos planes en los antros de la Maso- nería? La presunción en este caso no es de mala fe; es más bien vehemente y jurídica. Hay, pues, que ir al fondo; hay que rasgar i el velo del miste- rioso secreto á todo trance, so pena de que consti- tuya la ignorancia nuestra ciencia sobre la Masone- ría y no sepamos con qué clase de hombres vivimos. Yo he rasgado el velo de ese misterio y de esa trama colosal después de prolongados estudios, y es lo que me propongo declarar. Ocurren, pues, necesariamente las siguientes cues- tiones para todo espíritu que no quiera andar á ciegas: « ¿ Qué es 'a Masonería y qué se propone realizar ? » Y como pertenecemos á un pueblo cris- tiano y civilizado, ocurre también esta otra pregun- ta: с ¿ Es compatible la Masonería con el derecho común, con la civilización, la democracia y el cris- tianismo ? Comparada con el catolicismo, del cual es antogónica, puedo sufrir su paralelo en el perfec- cionamiento de la humanidad? Semejantes cuestio- nes son evidentemente legítimas, y es de alta conve- niencia y suma necesidad para todo hombre razo- nable y para los intereses sociales, dar una solu- ción categórica á cada una de esas cuestiones. No puede ser discutible en época de tan amplia tole- rancia el derecho de someter á un juicio crítico la institución masónica; ni mucho menos atribuirme la Masonería á malas intenciones lo que es debido á las exigencias del espíritu de investigación sin- cera. Si tan alto se proclama el derecho de examinarlo todo y de darnos cuenta de la naturaleza ó impor- 8 LA. MASONERÍA Y EL CATOLICISMO tancia de las instituciones que de cualquier modo se relacionan con el progreso y civilización de los pueblos, nadie puede abdicar de ese derecho, espe- cialmente cuando se trata de la Masonería, que tan gigantescas pretensiones tiene en la dirección y porvenir de los pueblos. Pues bien, para satisfacer tan justas exigencias, inspirado en los legítimos derechos y dictámenes de la razón, de la religión y del patriotismo, me pro- pongo demostrar que la Masonería es por su natu- raleza ilegal y contraria al derecho común humano, y que se propone realizar y realiza fines ilegítimos y altamente perjudiciales, como quiera que implican el aniquilamiento de la idea cristiana y hasta de la moral y religión naturales; que la beneficencia y la ilustración son para la asociación un mero pretexto; y más aun: que la afiliación á la Masonería no só- lo es incompatible con la profesión de cristianos, sino también con la dignidad de la conciencia hu- mana. Todo esto lo probaré acabada y cumplidamente con demostraciones y documentos emanados de la misma Masonería, para evitar de ese modo sospe- chas de parcialidad y de intenciones calumniosas. Pero también me apresuro á declarar con el ilustre Dupanloup que hablaré de la Masonería como ins- titución «y no del gran número de personas hon- radas y progresistas», á quienes ha engañado há- bilmente la Masonería 'haciéndoles creer que es una asociación cuyo fin supremo es с el ideal de la hu- manidad» por medio de la filantropía y la propa- gación de las luces. 9 LA. MASONERÍA Y EL CATOLICISMO Por eso jamás seré personal, pues estoy persua- dido de que hay católicos que parecen masones y existen masones que semejan católicos; la cues- tión es de instituciones. Por lo demás, pido á los espíritus rectos que lean con toda imparcialidad el presento juicio crítico sobre la Masonería, y creemos que si se deciden á rendir homenaje á los dictámenes de la sana razón, tanto el filósofo como el cristiano han de convenir en que с no se puede ser masón ni como hombre, ni como cristiano y ni siquiera como amante sincero del bienestar de los pueblos.» A nadie odia mi corazón, ni á los que me han hecho mal: soy cristiano; si me he determinado á exponer los principios y doctrinas de la Masonería, no es por odio á ninguno de sus adeptos, que ante todo son mis hermanos, redimidos con la sangre de mi Dios; lo hago solamente, séame testigo mi con- ciencia y mi corazón, por amor á la verdad y abro- quelado con el derecho que la verdad tiene de ser proclamada muy alto y sin miramientos. ¿ Cuál, pues, será el propósito que me impulsa al ratificarme en mis convicciones sobre la Masonería en el presente juicio crítico? Unica y exclusiva- mente la consideración de que gran número de per- sonas honorables son víctimas de la táctica hipócrita de la Masonería: son nobles corazones que conspi- ran á hacer el bien, y que sólo se han decidido á formar parte de esa institución porque, infelizmente engañados, creen poder realizarlo en su seno, mien- tras son instrumentos inconscientes de una de las asociaciones más funestas para el progreso y felici- dad de las sociedades y do los pueblos. 10 LA SUSOKEKÍA Y EL CATOLICISMO Esas personas honradas, esas almas generosas, en su buena fe, merecen alto respeto y consideración, y para m!, simpatías muy sinceras: naufragan porque no saben á dónde van. Y siendo esto así, ¿ no es obligación de patriotismo y deber de humanidad po- ner todos los medios legítimos y de convicción para que esas personas, aunque ilusas, generosas, no so pierdan y dejen de prestar su contingente al verda- dero progreso y bienestar de la patria? Eso sí; declaro solemnemente que no escribo el presente juicio crítico para los masones conscien- tes de los fines y propósitos inicuos do la Masone- ría: esas pobres almas se han propuesto «el triunfo del mal», al decir del filósofo Krausse: están bien en ese lugar y en esa asociación, inspirada por el espíritu del secreto y de las tinieblas para rémora permanente de la civilización de las naciones y para quebranto de las fuerzas útiles al grogreso de la humanidad. « La Francmasonería, explotando la ligereza é inex- periencia de la juventud y la ignorancia de las gen- tes, disfrazada bajo la capa de una sociedad de be- neficencia, engruesa lentamente sus filas y se pro- porciona instrumentos ciegos é inconscientes de sus planes de trastorno y corrupción .... No so supri- men los males disimulándolos; es menester denun- ciarlos, dar la voz de alerta para que se les combata de frente y se les evite >. Estas palabras de un dis- tinguido publicista chileno, dieron valor á mis con- vicciones idénticas á las suyas, sobre la naturaleza de la Masonería y la necesidad de desenmascarar sus nefandos planes, y me decidieron á publicar un 11 LA MASONERÍA. Y EL CATOLICISMO modesto folleto sobre la Masonería Universal, cuyas aseveraciones vuelvo á ratificar ampliamente respondiendo al alto propósito del gran León XIII en su Encíclica sobre la Masonería del G de junio del presente año. II Los orígenes é idea general de la Masonería Es por demás absurdo sostener quo la Masonería se remonta á Salomón, á Nembrod, y á Misrhain, como se ha pretondido. Hasta es imposible descubrir la filiación que liga los francmasones á los antiguos gnósticos y maniqucos; parece que no hay de común entre ellos sino la identidad de odio al cristianismo y la táctica del secreto. Prescindiendo, pues, de exageraciones de antiquí- simo abolengo, demuestran autores eruditos y afectos á la Orden, que la Masonería en sus diversas fases responde á la evolución de un pensamiento perma- nente de reforma bajo el aspecto político social de todas las épocas, que ha dado origen á las veces á asociaciones en su principio benéficas, pero que ma- leadas después, se han refugiado en el misterio y en el secreto por perseguir fines ilegítimos. Así lo de- muestra el filósofo racionalista Krausse en su impar- ciaí y profundo estudio histórico sobre la Masonería. Por eso se han visto en el curso de la historia del mundo, sociedades misteriosas que so proponían la dominación política y social con el monopolio de

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y altamente perjudiciales, como quiera que implican el aniquilamiento de bilmente la Masonería 'haciéndoles creer que es una asociación cuyo fin
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